Por Marco Vidal González*
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Yo solo quiero ser normal.
5 poemas de Marco Vidal González
Sofía II
El eterno gris que tanto temía
se desespera ante mi indiferencia.
Yo he cambiado,
susurra al eco
mi voz ya rota.
Incluso a mí mismo
me veo reflejado
en el cemento intacto
que tanto detestaba.
Tanto horror arquitectónico
toda esta suma
de hormigón+ladrillos+
deshumanización
postsocialista
incluso una sonrisa
logra robarme.
Y hoy es un día cualquiera,
es invierno
y estoy en el tranvía,
me bajo y observo la penumbra:
una anciana me pide un levche,
un ejecutivo enchaquetado
campa a sus anchas
por las avenidas interminables
que desaparecen incautas
entre la niebla que la abraza.
Solo… Es Sofía.
Solamente es
mera indiferencia
Solamente es… Sofía.
EL ALIENTO DE LA MISERIA
y el sudor de la descomposición
me hechizan.
Mientras tanto, todo a mi alrededor
se marchita.
Pero yo sigo bailando
en este sinfín caótico
esperando la llamada
de alguien
o algo
que me devore
Entonces decidí levantarme
y pude contemplar la miseria
que me rodeaba
Tres maricas
En los ensimismados campos de la Rusia más profunda,
alejados de toda mera civilización
ajenos, a la mirada límpida de la policía heteropatriarcal
tres maricas habitan,
y rezan plegarias, de rodillas.
El cruising es,
su única religión.
Cruising II
A veces, en el bosque
los árboles murmullan
intercambian miradas.
Incluso andan.
También se acercan.
Interactúan.
A veces, en el baño público
los azulejos palpan el vaho del deseo
pero también son testigos
de las miradas precedentes.
A veces, en el parque
columpios, arbustos y farolas
observan en tensión
el amor que pudo ser
pero no fue
El deseo de una noche.
De un instante.
Pero este anhelo primario
solo deslumbra a lo inerte.
Y mientras tanto, allá
en la civilización maldita
donde nadie siente
donde nadie folla
pasa desapercibida
toda esta lujuria
todo este fervor
que algún día
hubiera podido ser amor
pero no fue.
Dimito. Me exilio.
Yo quiero ser azulejo,
arbusto, árbol
o cenicero en la inmortalidad.
Quiero prender mi deseo.
Quiero que éste se calcine.
Yo solo quiero ser normal
Ir a la civilización.
Y no ser nadie.
Etapas
Ey, que la vida tiene sus etapas.
Ya sabes, los amigos
van y vienen.
Pero no te preocupes, tío, que
ya aparecerá nueva gente
en tu vida.
Es más.
Incluso llegará el día en que
tu novio ni siquiera tu nombre
recuerde cómo pronunciar.
Carpe diem, tío.
Y… De repente,
tanta verdad repentina
me abruma.
Pero yo me armo de valor.
Me giro, en un acto
de solemnidad sincera.
Les miro y les digo
¿entonces, amigos míos,
qué sentido tiene
esta existencia
sabiendo que se volverá mezquina
tras esta inevitable
soledad anunciada?
Pero ya nadie
me responde.
Ellos, también
se fueron.
Sofía 02/11/16