Unas cuantas sin (y con) ambages. Sobre «Sin ambages» (2015) de Yulino Dávila

 

Vallejo & Co. reproduce esta breve nota introductoria que realiza el poeta Andrés Fisher sobre el poemario Sin ambages (2015) de Yulino Dávila. Debemos mencionar, que esta nota fue publicada originalmente por su autor en la revista Guaraguao. Revista de Cultura Latinoamericana, n° 49, 2015.

 

Por: Andrés Fisher*

Crédito de la foto: izq. Ed. Amargord

der. ©Guillem Sans

 

 

Unas cuantas sin (y con) ambages.

Sobre Sin ambages (2015) de Yulino Dávila

 

 

Es significativo que este libro de Yulino Dávila** se abra con una amplia cita de una de las obras postreras de Samuel Beckett, Worstward ho (Hacia peor), donde la escritura hace presente la consabida disolución de las fronteras entre los géneros. Obra usualmente referida como novela, pero en la que la radicalidad de su exploración lingüística y su aniquilación de toda posibilidad de construcción de un sentido unitario la alejan de la narración para imbuirla de poesía. De aquellas poéticas claves en el tránsito de la modernidad que han llevado al lenguaje hasta situaciones de inestabilidad extrema que suponen una desestabilización de los discursos de orden que permitían la diferenciación clara y normativa de los diferentes tipos de escritura.

Sabemos por el propio autor que existió el intento de presentar este trabajo como una cuasi novela en verso atribuida a un autor creado por el propio poeta a manera de alter ego: Nyo Tjong, que ha persistido solo como un elemento más de los que componen el título. Nos encontramos entonces ante una poesía de un decir espeso que opera por acumulación de significantes que rechazan la estabilidad del significado, que no pocas veces llevan a situaciones de agramaticalidad y que hacen bueno el aserto de José Ignacio Padilla cuando nos dice que el poema se sustrae a ese orden social que conocemos como el ‘discurso poético’ e inversamente, los usos erróneos del lenguaje, que el discurso poético deja fuera del poema, son readmitidos. Así a poco de empezar el libro, nos encontramos con líneas como: yo te sexo con todo mi imposible. sucedo uno de cada vez multiplicado en atisbo. Y a poco de terminar con otras como: aquel animal se pesca heterodoxo; ese otro intenta su cola caducada (…) el otro animal vaga su saliva y éste se abaja en su plantel; para ir delante se involucra detrás.

 

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Presentación de «Sin ambages» (2015), de Yulino Dávila en 09 de junio de 2015 en el Centro de Arte Moderno, Madrid.
En la foto: (izq.) Yulino Dávila junto a (der.) el escritor Federico Ocaña.
Crédito: CAM Madrid

 

 

Es esta una poesía que opera por acumulación, por hipersintaxis, haciendo presente que la función comunicativa del lenguaje no es la única ni la más importante en las poéticas que desafían a los órdenes establecidos en lo social y en lo discursivo en cuanto a su forma de articularse, de componerse. Una poesía que se acerca a las ideas de Mario Montalbetti desarrolla en cuanto al poema como aberración significante, donde nos dice: los versos que apreciamos, los versos con los que nos deleitamos, aquellos con los que al fin de cuentas nos quedamos, contienen siempre un resto indomesticado (…) que por ello mismo se mantiene vivo, ajeno a la servidumbre de un significado impuesto desde afuera. Lo que resalta la importancia del epígrafe del Beckett tardío de Worstward ho, donde el lenguaje se vacía de contenido externo volviéndose sobre sí mismo en su deseo de ir a peor sabiéndose abocado al fracaso, pero a un fracaso que de ninguna manera llama a la inacción sino a la persistencia: Try again. Fail again. Fail better bien puede operar como el lema de esta poética que solazándose en su imposibilidad de llegar a ningún fin o respuesta estable, se carga gozosamente de materias de diversa procedencia y estiaje que se acumulan sin ningún centro establecido pero sí con una ilación que supone una lógica; pero una lógica poética.

Dentro de la espesura de esta poesía no deja de aparecer de cuando en cuando un yo bien definido que inserta cuñas de una cierta narratividad reconocible como tal que se convierte en uno más de los elementos que componen su denso flujo textual. Así, a chispazos, a borbotones, el libro va construyendo una rica urdimbre de fragmentos que reflexionan sobre el poema como práctica lingüística que logra una unidad orgánica con elementos propios del sujeto que lo escribe: amor dice: construimos alcantarillas de mapas inventados. monolitos de relámpago en la enagua del fraseo, golpes de lengua al puro tuétano, en el gesticulo. traqueteos de semántica para la distancia medular del placer / cosquilleo estomacal: el diafragma nos ata—geografía de la emoción.

 

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Esta presencia de la emoción se extiende recurrentemente a uno de los vectores de la poesía de Dávila como es la sexualidad, que en este libro una y otra vez se encuentra asociada con alusiones a elementos lingüísticos, operando como un continuum de fragmentos que apuntan a la complejidad de la interacción entre las esferas autónomas pero íntimamente imbricadas que suponen sujeto y lenguaje: mi desguace ablanda tu desnudez a bocados / en poesía: de la palabra el hueso ha de verse, para en el poema siguiente abrir con: galopa el rosicler del balano su gerundio en dios. Un aspecto concreto de la anatomía del miembro viril se asocia con dios a través de un elemento gramatical pero en una frase que juguetea con la agramaticalidad.

Este libro dentro de su abundancia opera como un constante contrapunto, balanceo o swing a la manera del jazz, otro de los territorios de Yulino Dávila, entre lo inmenso y lo pequeño, entre lo tangible y lo inasible, entre palabra y realidad: una trama que apunta desde la complejidad irreductible del lenguaje a la de la vida. Una poesía que se reconoce como urbana no porque se refiera más o menos directamente a la ciudad sino porque en la síncopa y en el caos de su estructura compositiva hace buenos los planos constantemente cambiantes de la urbe. Del tránsito por ella que aúna en el mismo encuadre componentes de los orígenes más diversos.

 

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El poeta Yulino Dávila en el salón Hora Zero del bar Queirolo del Centro de Lima.
Crédito: Facebook del autor

 

Lo que no es extraño si sabemos que el poeta Yulino Dávila es tan peruano como barcelonés, como no, habiendo vivido bastante más de la mitad de su vida en la urbe catalana, haciendo buena las observaciones sobre la complejidad de las identidades postcoloniales, irreductibles a criterios puramente nacionales o geográficos, que hacen teóricos como Bhabha o Said. Nociones que el poeta lleva a los territorios descentrados de su poesía: soy mi extranjero mas fiel. confidente extraño me cavilo, allí donde nadie me intenta. donante a tórax combustible en todos mis repartos. Extranjería que gana enteros e intensidad con su extrañeza gramatical que no deja de hacer presente su filiación con ese otro extranjero peruano tan parisino: Vallejo.

 

 

Enlace para ver el video de la presentación de Sin ambages

 

 

 

 

*Profesor de Literatura Extranjera y Sociología en Appalachian State University en Boone, Carolina del Norte-EE.UU.

 

**(Perú, 1952). Estudió Psicología Social en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y se inició en la poesía a finales de los años 60. Miembro histórico del Movimiento Hora Zero. Viajó a Europa en 1977. Colaboró con la Editorial Banda de Moebius durante su estancia en Madrid. Vive actualmente en Barcelona. Ejerció como lector de la Editorial Planeta y lo dejó por salud mental. Ha trabajado largo tiempo como bibliotecario del Instituto de Estudios Norteamericanos. Actualmente está abocado a tiempo completo en su labor poética y plástica, además colabora como crítico literario para diversos medios de información de España y Latinoamérica. Da clases de iniciación al arte culinario y tiene una exposición permanente en su Factoría√-1.

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