Vallejo & Co. presenta un poema escrito por Mariela Dreyfus en homenaje al poeta Carlos Oquendo de Amat. Este poema ha sido incluido en el poemario de próxima aparición Cuaderno músico precedido de Morir es un arte (Madrid: Amargord, 2015).
Por: Mariela Dreyfus
Crédito de la foto: Izq. www.lamula.pe
Der. Archivo Carlos Meneses
Una rueda, un color, un paso
(Carlos Oquendo de Amat)
Desde aquí el cromático azul
de nuestro lago es como el mar
mar encerrado mar inexistente
agua que refresca la planicie
la estepa sensible y la mental
sólo al atardecer el horizonte
descorre sus matices como
velos y puedo ver podemos
ver los niños un rojo resplandor
en medio el cielo el rosado serrano
y amarillos los rayos extinguidos
y aun verde la línea que divide
el seco ichu de mi húmedo deseo
de crear ronda de risas jardín o
casa de la infancia donde asomo
a jugar o me figuro encantador
de sierpes o palabras eléctrico
viajante operador de navíos de
luces y de estrellas. Del altiplano
al puerto la distancia es de leves
pisadas como besos una torre
nos quiebra el horizonte una quieta
turbina un trasatlántico listos para
grabar los artefactos el papel y la
piel y la memoria: la insensata
que gira como rueda como cuerda
que ata el hoy al siempre. La
recámara está llena de espejos
y sombras que avanzan al revés
adentro se proyecta la nostalgia
ternurosa y en diminutivo y se
muestra también la travesura el ojo
descentrado y el delirio el conteo
hacia atrás el contoneo de figuras
de voces y de gestos. El paisaje
real como el soñado abierto el
diafragma o la ventana el encuadre
que fija en primer plano la elíptica
metáfora y enlaza el disco de acetato
a la amapola fluye el silencio fluye
este montaje en el pálido écran de
mi cráneo. Y después despertar en
la platea desplegando los párpados
como alas engarzar el ensueño a la
rutina develar el engaño de los días
testigo afable cauto aventurero tú no
vives aquí donde yo vivo.