Por: José Antonio Santano
Crédito de la foto: Izq. Ed. Bartleby
Der. www.rafaelmontesinos.blogspot.pe
(Tras)lúcidas. Poesía escrita por mujeres (1980-2016) (2016),
ant. Marta López Vilar
Ocurre en todos los órdenes de la vida. Hay cuestiones que cuestan mucho cambiarlas, que necesitan de tiempo, aunque algunas veces ciertamente sea demasiado, excesivo. La literatura no podía ser menos. También la vida literaria española ha estado copada por nombres siempre masculinos, poquísimas mujeres han formado parte de esa otra historia de la literatura. Casi siempre ninguneadas, silenciadas de forma habitual han transcurrido los siglos sin que la mujer haya ocupado el lugar que se merece y en igualdad de condiciones con los hombres. Y así nos va, porque seguramente nos hemos perdido una parte importante de la verdadera condición humana.
Quizá haya quien reste fundamento a este parecer, pero creo no equivocarme si afirmo que, desde que la mujer se va incorporando a la vida social, política y cultural, en nuestro país a partir de la década de los 80, antes impensable, a pesar de la categoría humana e intelectual de buena parte del colectivo de mujeres españolas, muchas cosas han cambiado en España, le pese a quien le pese. Su incorporación a la vida laboral, social, política y cultural es un hecho determinante, si bien son muchas aún las carencias en este terreno. Viene a contribuir en esa trayectoria creciente de la presencia de la mujer en la vida literaria española la antología que acaba de aparecer en Bartleby Ediciones bajo el título de (Tras)Lúcidas. Poesía escrita por mujeres (1980-2016), edición, selección y prólogo de la profesora y poeta también Marta López Vilar. Aun admitiendo este tipo de publicaciones en las que la mujer es protagonista exclusiva, entiendo que sería mucho más enriquecedor sumar que restar, en el sentido de aunar a hombres y mujeres poetas en estudios antológicos, lo que nos daría un visión de conjunto mucho más aproximada a la realidad poética que se quiere mostrar, que un texto con referencia exclusiva a la poesía escrita por mujeres, por muy amplia que sea la muestra y la singularidad de cada una de las poetas seleccionadas, hecho este también complejo a la hora del análisis y que dejo aquí como reflexión para el debate. No obstante, y porque sabemos del esfuerzo y la dificultad que conlleva preparar una antología, apreciamos el trabajo realizado por su antóloga, Marta López.
El primer escollo con el que se encuentra toda antología y por consiguiente su antóloga es el criterio de selección, que puede ser muy variado. En el caso que nos ocupa Marta López selecciona a poetas más veteranas, las nacidas en 1962, hasta las más jóvenes, las que nacieron en 1986, en total de 29 poetas: Esperanza López Parada, Aurora Luque, Susanna Rafart, Miren Agur Meabe, Rosana Acquaroni, Isabel Bono, Guadalupe Grande, Josefa Parra, Ada Salas, Cristina Morano, Nuria Ruiz de Viñaspre, Yaiza Martínez, Esther Muntañola, Begonya Pozo, Miriam Reyes, Olga Novo, Carmen Camacho, Ariadna G. García, Carmen Garrido, Leire Bilbao, Sandra Santana, Vanesa Pérez-Sauquillo, Erika Martínez, Esther Giménez, Lucía de Fraga, Laia López Manrique, Sofía Castañón, Lola Nieto y Martha Asunción Alonso. Veintinueve voces dispares que conforman un corpus poético también dispar y en el que cohabita la poesía en prosa con el verso, cuestión esta merecedora de un debate abierto y sereno en cuanto a su consideración conceptual. Se agradece la inclusión de inéditos de las autoras seleccionadas -razón por la cual algunas de ellas declinaron la invitación de la antóloga-, al entender que «Era una manera de dar instante, ese extraño adverbio llamado “ahora”.», también la presencia de otras lenguas como el catalán, gallego y vasco.
Con el título “Un (tras)lúcido silencio: causas y orígenes de una desaparición”, inicia Marta López un recorrido por la historia de la literatura para explicar precisamente las razones por las cuales las mujeres poetas estuvieron ausentes o silenciadas durante mucho tiempo en los manuales o las antologías. Hoy, este libro viene a hacer justicia a esa otra literatura secuestrada en muchos casos y escrita por mujeres, viene a compensar la balanza, a equilibrar las diferencias entre los géneros y que no debe existir en ningún caso, sino en la expresión lírica de cada una de las personalidades poéticas existentes. Tal vez este acercamiento a la poesía escrita por mujeres nacidas a partir de 1960 sea la oportunidad que la POESÍA necesita para conciliarse consigo misma.