Por Tito Leite*
Traducción del portugués al español por Arturo Jiménez Martínez**
Curador de la muestra Fabrício Marques
Crédito de la foto el autor
Todo amor delira.
9 poemas de Tito Leite
Acaso
La paloma de la paz,
en el poeta por detrás
del cuello oxidado de la carga horaria
de una tarde.
La substancia de su casa no cabe
en gradas.
La espera
de algo mágico
que nos salve y nos congracie,
una navaja que corte los dedos
de quién colocó el piloto automático.
Una persona fuera de lugar.
En el refino
estruendoso de su corazón,
busca en el espejo la vida
de sus fantasías
[el sueño
entiende lo claro de un rostro
en el espejo].
Hay un obrero
de una fábrica
de cobalto que escucha
una canción de David Bowie
y entre los ruidos del metro,
se acuerda
que en la planicie alguien espera
un disco volador.
Y si de la tempestad
que se convierte en lágrimas,
pudiera
de sus escombros reinventar
nuestra casa común
beber vino no cráneo de amargos
bárbaros
recostarse en una cama de azucena,
teniendo la luna como señal.
Y si fueran
Mis ojos más allá de confetis,
libertad y mañanas,
entonces, todo vino sería nuevo.
Discordancia
No me conformo
Con los tumultos
De la rutina, las ratas
que se abrigan en la epidermis
de los desagües celestes,
los nombres quemados
en la hoguera de la maldad.
No me consumo
en la obesidad de costumbres,
en la incapacidad de sentir
el golpe en el estómago
en la obligación de ofrecer
la otra mejilla.
En poros entreabiertos
el miedo que se infiltra
en la soledad de los hogares:
es desgarrador escoger
la peor parte.
Stravinsky
La vida, aunque hercúlea,
es estrecha: no hay iluminación
sin el exterminio de una estrella.
En cada oda, el poeta canta
una muerte: como quien recrea
una semilla de alegría
en el patio de los segregados.
Rosa primavera sacrificada.
Queremos lo inescrutable:
la consagración del juicio inicial.
Azul inaugural
Lo obvio tiene hojas
de plomo — el viento
me respira como navaja.
En la pimienta del nuevo
me quemo
por dentro.
Quiero en la boca
el aceite árido
de las palabras
que no sangraron.
Las rosas solitarias
del ocaso en busca
del olor del sol.
Mi vacío traducido
en pájaros
póstumos.
Descubrir las ruedas
del invento es la manzana
del Edén para
los poetas.
Ab inition
Navío de la
existencia,
la sustancia
salina.
Como sagrado
es tu sexo,
salada,
tu lengua.
Secretos de dunas,
sus ojos
bajo la luna: llamas.
Que se polinizan
en acacia
recuerdan
un libro fecundo.
Transitório
1
En el corazón
de la Avenida
Paulista
el sulfato
de la soledad.
Una quimera
nos toma
por las manos.
Corremos
locos
en busca
de una corona
de rubios.
Podio
deteriorado
y sin
medalla
de oro.
Ausencia
de eternidad
en los ojos
cortos de cada
transeúnte.
2
Ensayando
la propia fuga
de la ciudad,
durando
en fugacidad.
No es la luna
la que sangra.
Son los pies
De los inmigrantes.
Océano entre las manos
Para amarte,
desgasté los zapatos
como quien pisa
en torbellinos
sagrados.
Para amarte,
coloqué en pétalos de amapola
el pájaro que emana
de la garganta y guardé
la vía láctea de tu nombre en los estruendos
de un nirvana.
Para amarte,
Hice de la nostalgia una amiga
de larga época
— aprendí que a vida
Es un sueño y hay esperas
que sangran.
Para amarte,
domé mis leones, domestiqué
el miedo y no esperé
que la cerveza congelara.
Imperativo
Es bonito cuando el propósito
es mayor que la vida. Creo
en el imperativo categórico
de tus ojos.
Afirmas que con el tiempo
todo amor que delira
pierde la combustión, hecho palabras
que no desembocan en un vuelo.
Yo declaro: no soy de amar
por intervalos o de hacer
sonido y furia por nada. Discrepo,
porque mi fe en ti
es menor que la duda.
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(poemas en su idioma original, portugués)
Todo amor delira.
9 poemas de Tito Leite
Acaso
A pomba da paz,
no poeta por trás
do colarinho óxido da carga horária
de uma tarde.
A substância da sua casa não cabe
em grades.
A espera
de algo mágico
que nos salve & nos congrace,
uma navalha que corte os dedos
de quem ligou o piloto automático.
Uma pessoa fora do lugar.
No refino
estrondoso do seu imo,
busca no espelho a vida
dos seus devaneios
[o sonho
entende a clareira de um rosto
no espelho].
Há um operário
de uma fábrica
de cobalto que escuta uma canção
de David Bowie
e entre os ruídos do metrô,
lembra-se
que na planície alguém espera
um disco voador.
E se da tempestade
que se converte em prantos,
pudesse
dos seus escombros reinventar
nossa casa comum
beber vinho no crânio de amargos
bárbaros
deitar-se numa cama de açucena,
tendo a lua como aceno.
E se fosse
os meus olhos além de confetes,
liberdade e manhãs,
então, todo vinho seria novo.
Discordância
Não me conformo
com os atropelos
da rotina, os ratos
que se abrigam nas epidermes
dos bueiros celestes,
os nomes queimados
na fogueira da maldade.
Não me consumo
na obesidade de costumes,
na incapacidade de sentir
o soco no estômago
na obrigação de oferecer
a outra face.
Em poros entreabertos
o medo que se infiltra
na solidão dos lares:
é dilacerante escolher
a pior parte.
Stravinsky
A vida, ainda que hercúlea,
é estreita: não há iluminuras
sem o extermínio de uma estrela.
Em cada ode, o poeta canta
uma morte: como quem recria
uma semente de alegria
no recreio dos segregados.
Rosa primavera sacrificada.
Queremos o insonhável:
a sagração do juízo inicial.
Azul inaugural
O óbvio tem folhas
de chumbo — o vento
me respira como faca.
Na pimenteira do novo
me queimo
por dentro.
Quero na boca
o óleo árido
das palavras
que não sangraram.
As rosas solitárias
do ocaso em busca
do odor do sol.
O meu vazio traduzido
em pássaros
póstumos.
Descobrir as rodas
do invento é a maçã
do Éden para
os poetas.
Ab inition
Nau da
existência,
a substância
salina.
Como sagrado
é o teu sexo,
salgada,
a tua língua.
Segredos de dunas,
os seus olhos
sob a lua: lumes.
Que se pólen
em acácia
lembram
um livro fecundo.
Transitório
1
No imo
da Avenida
Paulista
o sulfato
da solidão.
Uma quimera
nos pega
pelas mãos.
Corremos
loucos
em busca
de uma coroa
de louros.
Pódio
deteriorado
e sem
medalha
de ouro.
Ausência
de eternidade
nos olhos
curtos de cada
passante.
2
Ensaiando
a própria fuga
da cidade,
durando
em fugacidade.
Não é a lua
que sangra.
São os pés
dos retirantes.
Oceano entre as mãos
Para te amar,
gastei os sapatos
como quem pisa
em redemoinhos
sagrados.
Para te amar,
coloquei em pétalas de papoula
o pássaro que emana
da garganta e guardei
a via láctea do teu nome nos estrondos
de um nirvana.
Para te amar,
fiz da saudade uma amiga
de longa data
— aprendi que a vida
é um sonho e há esperas
que sangram.
Para te amar,
domei os meus leões, domestiquei
o medo e não esperei
que a cerveja gelasse.
Imperativo
É bonito quando o propósito
é maior que a vida. Acredito
no imperativo categórico
dos teus olhos.
Você afirma que com o tempo
todo amor que delira
perde a combustão, feito palavras
que não deságuam num voo.
Eu declaro: não sou de amar
por intervalos ou de fazer
som e fúria por nada. Discordo,
porque a minha fé em você
é menor que a dúvida.
*(Aurora/CE-Brasil, 1980). Poeta y monje benedictino. Magíster en Filosofía por la Universidade Federal do Rio Grande do Norte (Brasil). Se desempeña, además, como curador de la revista gueto. Ha publicado los poemarios Digitais do Caos (2016) y Aurora de Cedro (2019).
**(Veracruz-México, 1979). Traductor. Reside en Morelos (México). Es Biólogo, maestro y doctor en Ciencias del Suelo (Edafología), con una especialización en microbiología ambiental y microbiología de suelos perturbados. Ha recibido diversos premios de poesía; y fue colaborador del periódico Epígrafo de Morelia durante los años 2004-2006. En 2009, obtuvo el certificado de dominio de la lengua portuguesa, CELPE -BRAS. Año a partir del cual ha traducido a diversos poetas de Brasil, Portugal, Mozambique y Angola.