«The Dead Man Walking». Poema de Thomas Hardy

 

Por Thomas Hardy

Traducción por Mario Ortega

Crédito de la foto: www.telegraph.co.uk

 

 

The Dead Man Walking

 

 

They hail me as one living,

But don’t they know

That I have died of late years,

Untombed although?

 

 

I am but a shape that stands here,

A pulseless mould,

A pale past picture, screening

Ashes gone cold.

 

 

Not at a minute’s warning,

Not in a loud hour,

For me ceased Time’s enchantments

In hall and bower.

 

 

There was no tragic transit,

No catch of breath,

When silent seasons inched me

On to this death ….

 

 

— A Troubadour-youth I rambled

With Life for lyre,

The beats of being raging

In me like fire.

 

 

But when I practised eyeing

The goal of men,

It iced me, and I perished

A little then.

 

 

When passed my friend, my kinsfolk,

Through the Last Door,

And left me standing bleakly,

I died yet more;

 

 

And when my Love’s heart kindled

In hate of me,

Wherefore I knew not, died I

One more degree.

 

And if when I died fully

I cannot say,

And changed into the corpse-thing

I am to-day,

 

 

Yet is it that, though whiling

The time somehow

In walking, talking, smiling,

I live not now.

 

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(Versión en español por Mario Ortega)

 

 

Hombre Muerto Caminando

 

Como a un viviente ellos me saludan

¿mas no saben acaso

que he muerto de años tan tardíos,

aunque insepulto?

 

 

No soy aquí sino una sombra inmóvil

mohosa forma ya sin pulso, pálida

fotografía del pasado, proyectando

cenizas frías que se alejan.

 

 

Ni en la advertencia de un minuto,

ni en el barullo de una hora,

cesaron para mí los hechizos del Tiempo

en el salón o en la alcoba.

 

 

Trágico tránsito no hubo,

ni suspensión del hálito,

cuando las estaciones silenciosas

con tiento me acercaban a esta muerte.

 

 

Trovadoresco joven, deambulaba,

tañendo esta lira que es la Vida,

y el incesante son del existir

rabiando en mí como una hoguera.

 

 

Mas cuando yo aguzaba el ojo

sobre las ambiciones de los hombres,

me congelaba, y perecía entonces

un poco más.

 

 

Cuando a través de la Postrera Puerta

cruzaron mis amigos, familiares,

dejándome aquí tan desolado

morí incluso más.

 

 

Y cuando la que es dueña de mi Amor

por mí su odio despertó,

no supe ya entonces si morí

un grado más aún.

 

 

Y si completamente he muerto, cuándo,

decir no lo podría,

y si he mutado en este cuerpo inerte

que soy hoy día.

 

 

Si así esto fuera, y pese a que

paso las horas de algún modo

en charlas, caminatas y sonrisas

no vivo ya jamás.

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