Por Luis Enrique Mendoza
Crédito de la foto Vanessa Martínez
Sobre Pasos silenciosos entre las flores de fuji (2016),
de Diego Alonso Sánchez
Poesía de las mutaciones. Pasos silenciosos entre las flores de fuji de Diego A. Sánchez Barrueto es un libro con un pie en oriente y otro en occidente. Un libro desvinculado del gesto barroco y de giros conversacionales. De trazos cortos, imágenes concisas y evocaciones cortesanas. Tributario de la mejor poesía japonesa tradicional.
Los poemas están direccionados -y esto es aplicable a los tres primeros libros de Sánchez- hacia el discreto encanto de lo cotidiano. La ensoñación, el deseo, la soledad, el desarraigo, la nostalgia, el amor cortesano, son algunos de los estados evocados por las distintas voces que pueblan el libro. Un conjunto de voces que descubren la realidad del mundo a partir de la gramática de sus emociones.
El libro presenta doce personajes alojados en sus experiencias amorosas. Son los distintos rostros de un mismo cuerpo: un estudiante de poesía, un capitán de la guardia imperial, una joven bailarina, un funcionario de bajo rango, un aprendiz de ceramista, y otros más, son los protagonistas de un viaje iniciático hacia sí mismos. Las referencias a Ono no Komachi y Ki no Tsurayuki son un homenaje a la poesía japonesa del periodo Heian.
A nivel formal, Pasos silenciosos recoge algunas fórmulas de la poesía nipona. El mecanismo es el siguiente: cada poema presenta uno o dos tankas -estrofa japonesa tradicional, pariente del haiku, de cinco versos métricos-, precedidos por uno o dos bloques contextuales de vuelo lacónico. La cadencia de los versos y su concisión producen bienestar en la conciencia del lector (a veces es necesario). De trazos cortos, imágenes concisas y conectividad sonora.
La escritura de Diego Sánchez confirma su insularidad dentro de la poesía peruana reciente. Insularidad por los mecanismos que propone en su marco de referencia: las estrofas japonesas y la mirada contemplativa. No es el único exponente de esa veta (pienso en Sologuren, pienso en Watanabe), pero quizá sea el más esforzado en recoger y reactualizar los esquemas de la lírica japonesa. Pasos silenciosos es un libro que transpira sabiduría cotidiana. Un libro que compensa el desequilibrio del mundo externo. Un trabajo que suscita algo tan escaso como necesario: ideas, templanza y emociones.
3 poemas
CIERRO los ojos
Y el viento susurra
palabras como pájaros
Se tiempla el mundo
con simpleza
KI NO TSURAYUKI, MAESTRO DE POESÍA
Una modesta celosía nos separaba en la habitación. Despuntaba
el día y la luz dibujaba sus formas, como un espectáculo de
sombras y siluetas, solo para el deleite de mis ojos. Los cuclillos
celebraban este encuentro con sutiles melodías. Repentinamente,
recité estos versos:
De este amanecer
de antiguo torrente,
solo beben los que
su sabor recuerdan,
sin querer, sin saber.
ONO NO KOMACHI, POETA CORTESANA
He pasado demasiados días sin saber nada del caballero del
Portal de los Pinos: el tiempo suficiente para perder la esperanza
de verlo otra vez. Desorientada e incapaz de escribir un poema
que hable del desapego sin caer en la tristeza, garabateo estas
palabras:
Mis mangas están
húmedas por las lágrimas:
mi pena es una barca solitaria
que navega obstinadamente
sobre la seda gastada.