Por Denise Griffith*
Crédito de la foto Ed. Caleta Olivia
Sobre No soy poeta pero (2018),
de Maximiliano Spreaf
“Mi hermana me subió a un taxi/ fuimos al psiquiátrico”. Así comienza el último poemario de Maximiliano Spreaf**. En No soy poeta pero (2018), el yo “poético” se enfrenta a la adversidad diaria, sufriente pero con una sonrisa irónica luego de haber nadado por un mar turquesa
El libro en su lenguaje nada fatuo toca temas como la salud física y psicológica con gran libertad y resucita las palabras de doctoras, enfermeras, novias, que no siempre son constructivas. Y cuando son favorables, son novias fantasmales de uñas negras dignas de extrañarse. Todos alguna vez nos sentimos como pacientes desatendidos: “Ahora solo tengo oídos/ para las ruedas de este carro/ de supermercado/ que me lleva como un niño/ en marcha imparable/ hacia la sordera/ la mudez/ esas cosas”. Sin embargo, afirma “Mi enemigo es ese vaso de agua/ no las dos pastillas que dejan al lado”. Nuestro enemigo siempre será lo esencial.
En esta poesía posmoderna, a este paciente que estuvo preso no le queda otra que recurrir al sarcasmo y la música. Poemas que más allá de la triada integrada por el “yo, yo y yo”, nos invitan a googlear “Belfast” y “Villa María”, Córdoba. La lección número 1: no tomarse demasiado en serio. También la valentía de mostrar la fragilidad masculina, cuando la vida que te deja sentado en escombros junto a tu vecino. Con versos dinámicos, en pocas páginas, No soy poeta pero está plagado de adicción, agujas que anestesian, racionalidad, quehacer literario, amores eternos, cinismo, ETCÉTERA.
“Si en lugar de un orgulloso «yo, Poeta» fuese capaz de pronunciar estas palabras con vergüenza o con temor… o hasta con repulsión… ¡Pero no! ¡El Poeta tiene que adorar al Poeta!”, Witold Gombrowicz. Ensayo “Contra los poetas”.
1 poema de No soy poeta pero (2018),
de Maximiliano Spreaf
algunas cosas son más sencillas ahora
no me dijiste
me arrepiento de vos
me voy de vos
algunas cosas son más sencillas
ahora que esa piedra cerca del puente
en la que nos sentábamos a cabalgar el día
está tan lejos o quizás
el río ya la hizo fondo
ahora no te llevo florcitas mariconeando
ni esquivo los documentales celtas
ni tomo el clonazepam con entusiasmo
todo eso ya pasó
viene la doctora y dice:
está jodida esa válvula querido
cuídese fume menos
camine
¿hacia dónde doctora?
porque camine hacia donde camine
vos
las florcitas
todo
son un reflejo en los azulejos
un vaporcito en la ducha
la sábana que me roza la espalda
casi todas las cosas son más sencillas
ahora
*(Argentina, 1993). Poeta y crítica teatral. Asistió al taller literario de Luis Mey y colaboró en revistas digitales como Suda la lengua, Kundra, Colofón, Soy Pensante, Oculta Lit, Digo Palabra Txt, Cantera y El periódico de las señoras. En la actualidad, es crítica de teatro para la página GEOteatral. Ha publicado en poesía Antojos de desorden (2018); y su cuento “Puchita” será publicado en mayo en una antología de los mejores relatos de perros por la editorial Blackie Books.