El 20 de julio último se presentaron en el Centro Cultural Peruano Norteamericano de la ciudad de Arequipa los tres libros ganadores de los Premios Copé de Poesía 2015. La ceremonia contó con la presencia del ganador del Premio Copé de Oro, Antonio Sarmiento Anticona con su libro La colina interior. El premio Copé de Plata fue para Roy Alfonso Vega Jácome con su poemario Muestra de arte disecado, y el Copé de Bronce lo obtuvo Renato Sandoval con su libro Prooémium mortis. A continuación en Vallejo & Co. compartimos las semblanzas de los tres ganadores realizadas en dicha presentación por el poeta Javier Rivera.
Por: Javier Rivera*
Fotos: Oficina de Gestión Cultural de PetroPerú
La colina interior,
de Antonio Sarmiento Anticona
(Premio Copé de Oro)
De los numerosos epígrafes del poemario, creo que los versos de Eielson elegidos por el autor para el poema tiempo enterrado en una urna es el que mejor le reseña:
Yo solo sé, reina mía enterrada, gorgona inerte,
cuál es mi silla y mi corona, cuál mi tristeza.
La colina interior desarrolla, unifica y transgrede un reino físico y otro metafísico de forma paralela; utiliza la historia desde una perspectiva excéntrica y logra situarnos como espectadores de un eje poético distinto, un lenguaje caudaloso y exquisito, limpio e insondable, adjetivos que pocas veces podemos poner juntos al hablar de una obra.
La excavación arqueológica de Hissarlik se cruza recurrente en el texto, con una descarnada inspección interior del hombre, la historia de la civilización, la de los orígenes del hombre, la de cada hombre. Gira tanto en Dardanelos o la tierra baja de la Florida, como en un protocolo del desguace humano, que considera superficies y profundidades de una civilización perdida y la experiencia del propio sujeto poético. Expone su identificación borgiana en la piedra circular, influencia que cruzará todas las páginas del libro con un Le Chevalier cabalístico en 7 capas. El geomovimiento manifiesto es una excusa inteligente para subrayar la fecundidad de sus palabras en tanto cruzan de la sobriedad científica a la profundidad abstracta de la memoria y el secreto, en esa tensión la palabra se hace flexible y nos demuestra la potencia de otra, de ligera y contundente textura.
La memoria, para ambos efectos es potencia y torque, absolutamente imprescindible y en muchas ocasiones, dolorosa.
Antonio Sarmiento Anticona (Chimbote, Huaraz, 1966) es poeta, crítico e investigador literario. Obtuvo el Primer Premio en los Juegos Florales de Poesía de la Universidad Inca Garcilaso de la Vega (1985). Ha publicado los poemarios “Metamorfoseo orgásmico” (1994), “Cantos de Castor” (1999), Ojo Madre (2000), “Tontas canciones de amor” (2002), El junco y la tormenta (2004), “La soledad de Sigfrido” (2010), entre otros. Además, ha escrito las obras teatrales: El cuerpo de Bernardo Alas, El bronce del general.
Con el poemario “La colina interior” obtuvo el Premio Copé Oro de Poesía 2015, organizado por PETROPERÚ. Asimismo, invitado por diferentes instituciones culturales ha ofrecido conferencias sobre diferentes escritores peruanos. Sus artículos literarios han sido publicados por revistas nacionales y del extranjero.
Muestra de arte disecado,
de Roy Alfonso Vega Jácome
(Premio Copé de Plata)
Entrañable.
Después de Plegaria del Ausente, Madre nunca volverá a tener la misma tensión y dulzura entre sus cinco letras. La muerte acechando a través de radiografías, el miedo como condición animal de la desgracia, el insomnio de su feto con camisa y pantalones y aún así, profundamente desnudo, como solo cada hijo ante su Madre. La ternura de unos pechos vencidos por el tiempo, cobijan el oído acurrucado y le mienten en susurros, le dice que todo estará bien mientras tose y le pide al hijo que descanse en paz.
La fotografía del bosque etílico evoca aquellas andanzas nocturnas entre amigos y contiene al concierto de flautas enfermas que se resuelve en el poema siguiente. La juventud que se pierde en la realidad se recuerda en la ficción y se vuelve a perder de manera definitiva. La prehistoria personal está allí contenida.
Mediando el libro encontramos la acción y repliegue de los mosquitos, una batalla contra el olvido usando poderosos y temidos ritos nigrománticos, donde se suelen colocar cráneos vacíos alrededor de las hogueras y se pretende salvar el pellejo de la soledad.
En la última parte, Muestra de Arte Disecado vuelve a nombrar el mundo con la voz de Roy Vega, ese mundo que para Hildebrando Pérez es un mundo de afectos que sobreviven al olvido impertinente gracias al conjuro y el misterio del lenguaje y que Vega define en poesía como un animal relleno de voces y plumas/ cuyos ojos – aparentemente muertos-/ perforan el aire y transforman lo real.
Roy Alfonso Vega Jácome (Lima, 1988) estudió literatura en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Su poemario Rumores de un arpa retorciéndose en la hoguera (Dedo Crítico Editores, 2014) obtuvo una mención honrosa en el VII Concurso Nacional de Poesía «José Watanabe Varas 2011», organizado por la Asociación Peruano Japonesa. En el 2015, su poemario Muestra de arte disecado se hizo merecedor del Premio Copé Plata de la XVII Bienal de Poesía, otorgado por PETROPERÚ. Actualmente se desempeña como corrector de estilo y redactor cultural.
Prooémium mortis,
de Renato Sandoval
(Premio Copé de Bronce)
Todos los seres humanos acudimos en algún punto de nuestras vidas al terrible momento de las definiciones. Pero no acudimos solos. Vamos con todas nuestras historias, las propias y ajenas; vamos con todas las conclusiones y dudas que obtuvimos de propia mano y las que nos regalaron, tomamos la vía hacia el punto penal en el último minuto de nuestra historia. Allí, en ese punto, sembrada por la mano divina de Renato Sandoval, encontraremos a partir de ahora Prooémium Mortis, para afilar alma y seso en el camino hacia El Señor.
Después de cinco cirugías; Renato Corazón de León, Renato Inmortal; nos viene a regalar el secreto de los prolegómenos que le gustan a la Muerte, antes solo conocidos por Girondo. Renato aprendió a enamorar a la Muerte y conquistarla desde los movimientos preliminares: qué tócame aquí, qué bésame allá… y así, caliente como quedaba, esa señora de mortaja y guadaña, le dejaba en paz.
Los aprendizajes de aquellas jornadas romántico-eróticas que le fueron susurrados en la oreja los expone aquí, esta vez para hacernos inmortales a todos sus lectores, tal vez un poco menos inmortales que él.
La filosofía que permea este libro brota de un diálogo entre distintas definiciones de Dios que se hicieron en el siglo XI y la propia experiencia del autor, su propia idea filosófica de la divinidad, del ser.
Los enunciados sobre Dios que dan título a cada poema son ecuaciones matemáticas y conclusiones de silogismos perfectas: Dios es una esfera infinita cuyo centro se halla en todas partes y su circunferencia en ninguna/ Dios está todo él en cualquier parte de sí/ Dios se halla siempre inmóvil en el movimiento.
Además del epígrafe de Emil Cioran que elige Renato para su libro, yo le agregaría este otro del mismo autor, lema que sin duda concentra toda mi conciencia sobre Prooémium Mortis:
La lucidez es el único vicio que hace al hombre libre: libre en un desierto.
Renato Sandoval Bacigalupo (Lima, 1957) es poeta, traductor y editor. Ha publicado, en poesía, Singladuras, Pértigas, Luces de talud, Nostos, El revés y la fuga, Suzuki Blues, los tres últimos recogidos en Trípode (2010). En 1988 obtuvo el primer premio de “El cuento de las mil palabras”, del semanario Caretas, y en el 2015 el Premio de Bronce del Premio Copé. Dirige la editorial Nido de Cuervos y las revistas Evohé y Fórnix. Es director del Festival Internacional de Poesía de Lima (FIPLIMA).