Sobre «El cantar de las agujas» (2022), de Jaime Cabrera Junco

 

Texto por Andrea Montiel

Poemas por Jaime Cabrera Junco*

Crédito de la foto (izq.) Munir Handam /

(der.) Ed. Trajín Literario

 

 

Sobre El cantar de las agujas (2022),

de Jaime Cabrera Junco

 

 

El cantar de las agujas de Jaime Cabrera Junco es un poemario frenético, de fuerza lírica, donde la palabra mínima es su eficacia. El tiempo tiene el timón y recorre un día. Sus manecillas viajan en el carril de los instantes, sus versos conducen de la casa familiar al transporte público repleto de extraños y calles donde se teme a los otros hasta arribar a sitios seguros: al ambiente oficinesco de rutinas laborales, al saludo obligado de conocidos-desconocidos, la indispensable taza de café que alerta para atender documentos, sellos, firmas, lo urgente e importante, y así dar respuestas acertadas. Los segundos se devoran a sí mismos entre murmullos y esa música ambiental que se transforma en ruido blanco. La rutina adormece, el hambre desaforada despierta ruidos intestinos. Comer, beber, saciarse, pero que la digestión no agobie. ¡Y apenas transcurrió la mitad de la jornada! Las manecillas prosiguen, más café, pensar en el sueldo, y a pesar de la remuneración insuficiente, la productividad ante todo…

…y un deseo placentero: escribir y ser, ser el yo, el ser que regresa y abraza libertades que tropiezan con lo irremediable de ese tiempo-mundo-afuera, entre aglomeraciones, momentos pico y pasos detenidos. Llegar a casa, ¿matar-vivir el tiempo hasta que arribe el nuevo día?   

 

El poeta Jaime Cabrera Junco.
Crédito de la foto: Munir Handam

 

5 poemas de El cantar de las agujas (2022),

de Jaime Cabrera Junco

 

 

6:50 a.m.

 

Bailan las agujas. Perturban las sienes. Giran en el mismo sentido incansables marcan un orden un desconcierto animal.

 

Gritan y exclaman cada cinco minutos punzan la pereza taladran los muros imaginarios de las bestias. Párpados se levantan el bostezo es alarido mudo un feto que pervive: querer emigrar y morir.

 

Camina ahora el cansancio sobre la cabeza-árbol de mi madre. Padre Homo faber cuida a la doblemente hija a la prolongación elocuente de nuestro linaje huérfano de apellidos felino y vegetal. Batalla diaria contra el nómade ceñudo vestimenta de lunes. Sonata que resuena cada día. Aliso mi pelaje mientras con la vejiga vacía cargo los pertrechos y abro la vieja madera de mi pasado.

 

Me sumerjo en esta mañana de bocina.

 

 

 

9:01 a.m.

 

Llego saludo firmo. Cuenta regresiva. Nueve diez horas. Húmedo de pelos. Camino saludo. Columnas de concreto. Saludo camino. Escalera centenaria.

 

Bajo

Bajo

  Bajo                                           Subo

  Bajo

 

 

 

Piso reluciente. Avanzo saludo. Día previsible saludo día incierto. Camino camino camino. Nueva semana. Sonrío saludo. Hasta ahora todo sigue igual. Ya veremos. La sorpresa del salario. Ingreso saludo. Pieza enana mochila frescura matinal ingreso saludo.

 

Enciendo la máquina.

 

 

 

1:15 p.m.

 

El deber: vientre estrangulado. En el comedor una ola los absorbe. Locus amoenus. Navego en el procesador de palabras ahogo el crujido. La carga disminuirá imposición de lo no escrito. Solo sabemos que mañana será martes.

 

El arte de la espontaneidad frente a lo único previsible: el inevitable fin del contrato. 

 

Pucha qué triste

 

Asimilación de nuevos términos: la proactividad es la nueva visión del orbe laboral. Pucha qué triste. La resiliencia el mantra para sobrevivir. Pucha qué triste.

 

 

3:00 p.m.

 

Modorra

máscara pesada

envuelve los ojos

nubla los extremos

constriñe

el

cuello.

 

 

Saludos

 en el

 

 aire

 

sol

abrazo

débil

matiz para

la digestiva

pesadez.

 

 

Cuadrúpedo que recobra sus pasos

ladra

desde su camisa

pantalón made in Indonesia.

 

Pausa calle

arrecia el flujo

de peatones frágiles

lejanas siestas aquellas

de tanto por delante.

 

Dulce

golosina

dulce

para

despertar.

 

 

Apenas

las tres de la tarde.

 

Ver mensajes

callar

responder

con manos de paté.

 

 

 

5:40 p.m.

 

El sueldo se diluye a los dos días. Saldo en huida. El sueldo del próximo mes ya lo estoy gastando. Salario sal de calvario. Bolsillosuelto trabaja para distraerse. Sueldo salto tímido al mundo de módicas cuotas. Canjeamos tiempo libre con trabajo. A veces ni eso. Mi sueldo sería menos breve si fuera tortuga solitaria.

 

 

 

 

 

*(Lima-Perú, 1979). Poeta, periodista y gestor cultural. Magíster en Escritura Creativa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú). Desde 2010 dirige la plataforma de difusión literaria Lee por gusto, donde realiza entrevistas a escritores y escritoras. Se desempeña como coordinador del área de Promoción literaria en el Centro Cultural del Ministerio de Educación (Perú) en la Casa de la Literatura Peruana; así como publica reseñas de libros, artículos y entrevistas en diarios y revistas de Lima. El cantar de las agujas (2022).

 

 

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