Texto y traducción de poemas por Rafael Peñas Cruz*
Crédito de la foto (izq.) Facebook Danial Danish /
(der.) Goat Star Books Ed.
Sobre Crimson Pashmina (2024),
de Danial Andrew Danish
Nota introducción a Crimson Pashmina
Crimson Pashmina es la primera colección de poemas publicada por Danial Andrew Danish**, un joven poeta de Faisalabad, Pakistán. Se trata de una edición bilingüe inglés-español publicada por Goat Star Books, una pequeña editorial radicada en Londres que se especializa en traducciones de poesía.
Con un marcado contenido social, sus poemas tejen un rico tapiz —una pashmina— en la que aparecen aspectos de la vida en Pakistán, aparentemente remota para nosotros, los lectores occidentales. La voz de Danial, nos invita a descubrir la rica tradición poética de Punyab, a reflexionar sobre su carácter universal, y compararla con la nuestra, animándonos a establecer conexiones e identificarnos con ella.
A pesar de estar escritos en inglés y no en su punyabí nativo, estos versos se insertan dentro la tradición poética en esa lengua, que se inicia con la obra del poeta sufí Saikh Farid en el siglo XIV, y que fue recogida luego por los gurús sijs del siglo XVII. Dicha tradición tiene desde sus orígenes un mensaje universal de paz, compasión y humildad que a menudo se traduce en una denuncia de las injusticias y abusos perpetrados por la clase dirigente. Esa denuncia, presente ya en la primera poesía escrita en lengua punyabí, perdurará a lo largo de los siglos, y es patente en Crimson Pashmina, poemario que va dedicado a “todos los que fueron despojados”.
También encontramos en sus versos un sentimiento de separación que está en el corazón de la poesía punyabí, ya sea la separación del hombre y la divinidad o del amante y la amada. Poemas como “Junco”, por ejemplo, o “El susurrador de caballos” presentan este tema. Encontramos denuncias de los abusos de poder en poemas como “Gente que murió sola” u “Obra maestra”, vinculando su obra a la de los poetas sufíes que siguieron la estela de Farid, posicionándose frente a los poderosos, predicando el ascetismo, el servicio y la meditación.
En Crimson Pashmina, nos vemos a menudo confrontados con el lamentable estado del mundo y la brutalidad de la humanidad, incapaz de cumplir con sus propias leyes, e incluso con aquellas establecidas por sus libros sagrados. Hay en la poesía de Danial Danish una gran compasión por las iniquidades que sufren los más desfavorecidos, pero también una denuncia contra la indiferencia del hombre común hacia ese sufrimiento. Su posición marginal, en tanto que cristiano paquistaní, acerca el punto de vista de Danial al de aquellos poetas sufíes que, como Farid, optaron por salirse de su clase y convertirse en “derviches”.
El pesimismo lúgubre que podemos detectar en algunos de sus poemas se ve compensado por la esperanza que encontramos en otros, como “Rosa roja” o “Lunas y cometas”. La búsqueda de la verdad a través de la belleza lo alinea con Keats y los poetas románticos ingleses, quienes también denunciaron la crueldad y la injusticia de los gobiernos de su época.
En su Faisalabad natal, Danial Danish participa activamente en actividades que buscan aliviar el dolor de los más desfavorecidos, de la misma manera que lo han hecho otros poetas, ya fueran islámicos, hindúes o sijs. El lector español quizás pueda identificar la postura moral presente en sus versos con la de la poesía social escrita en España bajo la cruel dictadura del general Franco.
5+1 poemas de Crimson Pashmina (2024),
de Danial Andrew Danish
Nuestros huesos triturados
Madre dijo: esto no es sitio para vivir la gente,
pero nunca dijo dónde si no deberíamos vivir.
Yo soy una máscara hecha de polvo centenario
pisoteado por pies empapados en sangre.
Esa es la porción de riqueza que me corresponde.
Los transeúntes quizás se pregunten a veces
por qué unos jóvenes como nosotros
no viven en apartamentos de lujo
en una urbanización con seguridad privada.
Pero sin duda deben saber que no podemos vivir allá arriba,
pues pertenecemos aquí abajo. Somos el vidrio en el horno:
fundidos, multicolores, los cimientos bajo los gigantes ciegos
bajo los que nos arrastramos y sudamos.
respiramos ahí abajo,
barremos ahí abajo.
Nuestro sudor dulzón nos recompensa con lágrimas amargas:
cuanto más trabajamos la tierra, a mayor profundidad
nuestras almas quedan sepultadas en las arenas del tiempo.
Nuestras manos atadas y nuestros pies hinchados
no tienen nada que contar,
nuestros huesos triturados no han perdido
su capacidad para yacer ahí abajo enterrados.
Obra maestra
El Shah pidió al pintor miniaturista sentarse
junto a su trono, bajo una bóveda
celestial tachonada de flores
jamás vistas en este mundo.
¿Qué pincel conviene usar para dar vida a la princesa Shah-Para?
El maestro buscó dentro de su bolsa y sacó un junco muy fino:
nada más suave para dibujar los labios de la persona amada.
Este junco lo encontré cerca de la orilla,
pisoteado por las pezuñas de los sementales,
allá donde se cuelga a los traidores y a los adivinos.
Mi corazón desea delinear las formas de la princesa
reproduciendo sus encantos en el lienzo de seda,
con un trazo que fluya libre y audaz
como las aguas del río fluyen corriente abajo.
Mas este junco puede no bastar
para esbozar sus manos y recortar su silueta.
Tal vez sea mejor una espada, y toda una vida
para rehacerla, una vez las piedras hayan sido arrojadas
y ella haya partido hacia las aguas estancadas del tiempo.
Si la dibujamos con este humilde junco,
resaltarán mejor sus penas y debilidades,
su terror a los sueños, ocultos en una caja hecha de una madera aromática
que desprende un perfume misterioso y secreto:
la madera de agar con la que se construyen las casas del harén,
(un lugar oscuro que esconde vidas vacías,
habitado por gritos ahogados y horrores suavizados).
El aroma de las jóvenes que allí moran,
cubiertas todas de esmeraldas y oro
No logra eliminar el sabor amargo de su triste mañana.
Mas el junco, humedecido en sus lágrimas, sabrá representar sus sueños
y los hará salir al mundo que hay fuera, medio despierto y medio dormido.
La dibujaremos junto a la fuente
donde merodean los pavos reales, mirando por encima del hombro,
Con sus frágiles piernas soportando
el peso muerto de sus alas cortadas.
Junco
Arráncame de la orilla,
Agárrame fuerte, y sostenme.
Ya no soy yo. En tus manos
mi alma
se quiebra entera.
Abrázame en tu fervor
mientras me absorben las palmas de tus manos.
Sé que dejé
de hacer pie.
Con cada onza de agua
se absorben todos mis momentos.
Gente que murió sola
Por última vez, el gorrión doméstico echó la vista atrás.
Ya no estaba en su jaula,
la libertad se le deslizó fuera del cuerpo
Fusionándosele con el alma.
Momentos después, agitó las alas,
y voló más allá de los lamentos sin respuesta,
y fue a posarse sobre su propia alma de seda y terciopelo.
La memoria es la verdadera fuente de nuestra piedad y nuestra alegría,
hilos escarlatas de momentos que se nos entretejen en la mente.
Así, empaquetó todos sus recuerdos en aquella tela de seda escarlata.
Se la colgó a la espalda y partió para volar sobre el ancho mar,
sin temer a los fuertes vientos.
Rosa roja
Bajo una luna menguante,
secretamente floreció una rosa roja.
Traspasando capas de nubes bajas,
la luz de la luna iluminó sus pétalos
De soledad y penas.
Observa las esperanzas
que murmuran en tu corazón herido.
Canciones que habías olvidado escribir,
suenan en las cuerdas rotas
de un arpa arruinada.
Te hundes en la tinta
de nombres escritos con carbón.
Cantas con las arpas arruinadas,
con los caballos azules que anuncian
canciones escritas en rojo
en la isla de mi corazón.
Lejos de todo.
escucho la lluvia caer
sobre un mar desprotegido y tranquilo.
No acierto a saber de qué color es,
pero sé que cada gota se ahoga en los tonos oscuros
del muro de los lamentos
que con tanto esmero yo mismo pinté,
lejos de todo.
Aferrado a la fría soledad de mi abrazo,
volví a aquel lugar lejano donde una vez nos amamos,
entrando en la habitación vacía de mi alma
cuyas puertas acariciaron una y otra vez mis manos
tiñéndome las palmas con su pintura verdigrís.
La templanza es el color de la virtud,
la indulgencia es el color de la juventud,
y, mientras yacía echado en la hierba, comprendí
que ni la una ni la otra fueron nunca mías,
aunque tenía algo mucho más valioso,
pues llevaba puesta la misma vieja chaqueta a cuadros azules
que aquel día en que me hiciste tus promesas.
Y ahí, en uno de sus bolsillos,
evaporado ya todo su rocío,
estaba la rosa roja que me diste,
tan ardiente como es mi amor todavía,
en mis sueños, si más no.
Lunas y cometas
Ante una luna iluminada por el sol,
bailaba una cometa carmesí,
haciendo círculos perfectos, robándole matices
al sol que se ahogaba,
corriendo entre dunas nubladas
tratando de estrechar la mano del vagabundo radiante,
borrándole del rostro sus manchas de viruela
frotando contra su seno
sus frágiles brazos de cometa.
Un niño pálido hacía volar la cometa
sin miedo a las nubes, sin miedo a los vendavales
cosechando los vientos.
sus manos sujetaban firmes la cometa
que se asomaba entre las nubes insolentes,
cosechando sueños carmesíes
en pequeños trazos de felicidad.
Tanto el sol como su corazón habían ardido.
en medio de las nubes grises.
*(Córdoba-España, 1964). Novelista. Creció en Barcelona (España). Licenciado en Filología inglesa por la Universidad de Barcelona (España) y magíster en Estudios hispánicos por el Birkbeck College de la Universidad de Londres (Reino Unido). EN la actualidad, reside en Londres y se desempeña como profesor de Lengua y cultura hispana en la London School of Economics (Reino Unido). Ha publicado las novelas Las dimensiones del teatro (2004) y Charlie (2010).
**(Faisalabad-Paquistán, 1992). Poeta. Defensor de los derechos de los niños. Magíster en Inglés y Lingüística aplicada. En la actualidad, dirige el proyecto Iglesia de San Andrés, que aborda el hambre y apoya a las comunidades perseguidas en Pakistán. A través de la voz de Danial, la editorial desea dar una idea de algunos aspectos de Pakistán tal como los experimenta un joven. Ha publicado en poesía Crimson Pashmina (2024).