Por Alexandra Hibbett*
Crédito de la foto (izq.) www.una.edu.ar /
(der.) Ed. Horizonte
Sobre César Vallejo. Un poeta del acontecimiento (2021),
de Víctor Vich
Este nuevo libro del académico peruano Víctor Vich**, publicado en Argentina por Prometeo Libros en 2020 y en el Perú por Editorial Horizonte, presenta el pensamiento político de la poesía de Vallejo, y al hacerlo, nos ofrece una perspectiva renovada sobre este poeta que deja en claro su gran vigencia hoy, casi 100 años después de la aparición de Trilce. El pensamiento de la poesía de Vallejo que nos depura el autor, de manera muy pedagógica, es uno que entiende lo político como una apuesta por un cambio, una liberación y una justicia, no desde un ideal abstracto, sino desde lo que falla, excede o hace tensión dentro de una situación establecida. Es decir, no entiende lo político como la administración de lo dado, como dogma, como realpolitik o como un proceso deliberativo entre ciudadanos: lo propone como lo que ocurre cuando dejamos de creer en la realidad como algo imperturbable, nos enfocamos en las grietas y los antagonismos tensos que atraviesan esa realidad, y a partir de ellas reconocemos la posibilidad de lo nuevo. Esta es la estructura nuclear de la interpretación de Vich de la dimensión política de la poética de Vallejo: que a partir de la falla, de la imperfección, de lo que no funciona, del dolor, pueda surgir el deseo, el proyecto, la apuesta, el coraje, el horizonte nuevo. Así, insiste Vich en su introducción, no debemos recordar a Vallejo como un poeta melancólico, sino como uno que sabe qué hacer con su dolor.
Así, el pensamiento político de la obra poética de Vallejo emerge como coherente y complejo. El libro no lo aborda cronológicamente, en su desarrollo, sino que lo infiere a partir de la totalidad de su obra poética. De esta manera, lo que en cierto sentido nos entrega es la teoría de esta obra: un pensamiento complejo dispuesto en palabras poéticas que Vich abstrae y presentar como un todo ordenado y sistemático. Por esto, la estructura del libro se da en torno a conceptos y no según las obras de Vallejo o según una línea de tiempo. Así, cada capítulo aborda un eje del pensamiento político de la poesía de este autor: la ética, el lenguaje, los sectores excluidos, el acontecimiento político o la revolución, el comunismo y las causas perdidas.
Vallejo entonces se nos presenta, en el primer capítulo, como un poeta que entiende la ética no como seguir una serie de valores pre-establecidos, sino como el reconocer, aceptar y serle-fiel a aquello que no funciona en la situación, a lo que es excesivo o disfuncional, para a partir de eso intentar promover un cambio significativo y necesario. Esto supone “reconciliarse con la contradicción y con el desborde de las pulsiones humanas” y “liberarse de esa ilusión de coherencia que exige la ética tradicional” (23). El segundo capítulo nos hace ver cómo Vallejo trabaja el lenguaje poético para que bordee aquello que no se puede decir, aquello que excede el lenguaje y sobrepasa las estructuras de significado, a fin de, nuevamente, encontrar allí nuevas rutas o herramientas. Es decir, Vich interpreta el valor político de un estilo que no tapa su fracaso en sus intentos de decir, sino que muestra y explora la falla del lenguaje para allí encontrar alguna manera de seguir apostando, seguir intentando. El tercer capítulo dispone cómo una dinámica similar ocurre respecto al tema del excluido social: Vallejo se acerca a los que están “fuera” del sistema, a los que no entran bien, los que están en tensión con la sociedad y muestran las fallas de lo social, para encontrar en ellos una invitación y una posibilidad para repensar lo común. El espacio del marginado, del precario, sería el lugar desde el que es posible reconfigurar el todo. Luego, los capítulos 4 a 6 abordan, desde distintas aristas, cómo la poesía de Vallejo se relaciona con el horizonte político de su época: el comunismo como un acontecimiento (la Revolución Rusa, la Guerra Civil Española) y como un proyecto abierto, al que anima a que sus lectores se sumen con coraje, asumiendo las derrotas, sorteando las dudas, y sin negar el dolor. Así, a través de todos los capítulos, Vich nos presenta a un Vallejo que no simplemente se lamenta o se conduele, sino que justamente desde reconocer y sentir el dolor insiste, sigue apostando, no se calla, se compromete a la posibilidad de lo nuevo. Es el mismo hecho de que pueda acoger lo antagónico de la existencia, que le permite seguir apostando por la posibilidad política, encontrar la promesa de una emancipación universal.
En la prosa de Vich surgen por momentos destellos de una lucidez que tienen en sí algo de poéticos. Es de los tipos de libro en los que uno de pronto necesita un lápiz para poder marcar un pasaje o una frase, o quizá, dependiendo de nuestra generación, tomarle una foto y compartirlo en un story in Instagram, porque nos parece que contiene alguna verdad que engloba más que la temática del libro, que puede servir para a vida. Además, el autor ha seleccionado los poemas más importantes o representativos del pensamiento del poeta, los ha ordenado de una manera que permite avanzar concepto por concepto. Al citarlos enteros antes de pasar a un análisis detallado, permite que el libro también se lea como una especie de antología comentada: cada dos o tres páginas, aparece un poema y allí nuestra lectura se hace más lenta, hacemos asociaciones, interpretamos por nuestra cuenta. Solo luego de esto, seguimos leyendo el análisis que, de manera muy clara, interpreta poemas a veces muy complejos y nos los hace comprensibles. Por esto, el libro también es una muy buena manera de introducirse a la obra de Vallejo, y en ese sentido puede ser de mucho interés tanto para lectores que ya conocen bien al autor como para personas que no lo han leído nunca. Esto es un aporte importante: saca a Vallejo del archivo polvoriento que es el canon, le sacude y nos lo pone entre las manos. A ver qué hacemos con él.
La metodología de su estudio consiste en poner en diálogo los poemas de Vallejo con una serie de teorías contemporáneas: centralmente, Badiou, pero también Butler, Eagleton, Jameson, Mariátegui, Marx, Žižek y otros. Más allá de implicar que Vallejo, desde la literatura, se adelantó a muchas teorías más recientes, esta metodología reclama a Vallejo para el presente. Contra el goce erudito que supone que para leer a Vallejo hay que conocer muchos datos contextuales de su historia biográfica, o mucho de figuras y estilos poéticos, este libro pone a Vallejo a disposición de un lector inexperto al enfocarlo desde la perspectiva de preocupaciones políticas y teóricas de la actualidad. Al dividir la reflexión en capítulos temáticos, nos permite recurrir a Vallejo como parte de nuestros intentos por superar impasses en diversos niveles de nuestra existencia: a nivel subjetivo, lingüístico, social, político. En otras palabras, el libro trae a Vallejo a colación para pensar las tensiones, fallas, excesos y antagonismos que nos limitan en el presente en diversos niveles, de modo que nos puede ayudar a pensar, y a sentir, cómo abordarlos.
Ahora bien, esta opción metodológica, así como la estructura elegida, al priorizar lo conceptual por encima de la contextualización histórica, no le permiten al autor ahondar en cómo la poesía de Vallejo se relacionaba concretamente con su contexto. La mayor parte de las veces, los poemas son citados sin referirnos en qué época de su vida los escribió ni en qué poemario aparecieron. Si bien el autor analiza, en capítulos ulteriores, cómo esta obra se posiciona frente a los grandes acontecimientos de su época (Revolución Rusa, la guerra en España), en el libro no se pregunta cómo la poética de Vallejo respondía a determinaciones históricas particulares (tecnologías, por ejemplo, o modalidades de circulación de ideas, o el mercado literario), ni cómo esta trabajaba sobre o intervenía sobre aquellas. Así, los acontecimientos históricos mencionados son tratados como instancias de la apuesta por un ideal comunista transhistórico, en lugar de tratarlos desde su particularidad. Esto significa que se resalta más la continuidad dentro de la obra de Vallejo que su desarrollo marcado por cambios históricos, y también que prioriza lo que hace vigente el pensamiento político de Vallejo, en lugar de evaluar cómo las determinaciones históricas de esta obra poética distan de las que nos afectan hoy en día. Es indudable que lo que logra esto es ponernos a Vallejo al alcance de una manera que interpela nuestros sentidos comunes hoy, desde temáticas que son en cierto sentido transhistóricas (la ética, el lenguaje, etc.), pero a la vez hace difícil pensar cómo Vallejo lograba encontrar o crear, desde su contexto, una poética que la trascendía. También dificulta reflexionar sobre cómo su obra poética puede ser leída en relación concreta con lo particular de nuestro contexto, bastante distinto al de Vallejo; nuestra época donde un horizonte de cambio político radical comunista no convoca a casi nadie, donde las tecnologías de representación son otras, y donde, más aún después de la aparición del Covid, el sentir común es cada vez más distópico. Si el libro nos deja alguna tarea, es seguir pensando en esto.
*(Perú). Investigadora y ensayista. PhD Birkbeck por University of London (Reino Unido) y MSt por University of Oxford (Reino Unido). En la actualidad, es profesora asociada del Departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Sus investigaciones indagan en la política del arte, con especial interés en el arte y la cultura de la memoria en el Perú, el género testimonial, y la narrativa peruana contemporánea. Entre sus publicaciones más recientes se encuentran “The Political Blockages of Peruvian Memory Cinema” (Peruvian Cinema of the Twenty First Century, 2020), “Estrategias para una política pública de memoria: el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social en Perú” (con Denise Ledgard, Revista Clepsidra, 2020) y “La problemática centralidad de la víctima en la memoria cultural peruana” (en Pasados contemporáneos, 2019).
**(Perú). Investigador y ensayista. Se desempeña como profesor principal en la Pontificia Universidad Católica del Perú y en la Escuela Nacional de Bellas Artes (Perú). Ha sido profesor invitado en diversas universidades como Harvard, Berkeley, Madison en los EE. UU. Es autor de diferentes libros sobre el arte y la violencia política, sobre políticas culturales y sobre poesía contemporánea. Destacan entre ellos: Voces más allá de lo simbólico. Ensayos sobre poesía peruana (2013) Poetas peruanos del siglo XX. Lecturas críticas (2018) y César Vallejo: un poeta del acontecimiento (2021).