Sobre «A veces cubierto por las aguas» (2022), de Carlos Cociña

 

Por Luis Verdejo*

Crédito de la foto (izq.) Wikipedia /

(der.) Ed. Cuatro triángulos

 

 

Efervescencia y fermentación artística-lingüística

en A veces cubierto por las aguas (2022),

de Carlos Cociña**

 

 

La edición mexicana en 2022 de A veces cubierto por las aguas de Carlos Cociña en la editorial Cuatro triángulos (del poeta y editor Alan Vargas) es un acontecimiento (que se suma a la publicación previa en la editorial Luz y Sonido de Aguas Servidas), ya que la obra de Carlos Cociña, en su conjunto, representa una visión y mirada única de un tipo de creación poética particular, que puede ayudar a renovar o a abrir vetas distintas para los poetas y escritores mexicanos o aún para hacerlos reflexionar sobre su quehacer poético, como también en la importancia de los soportes donde publican sus obras. En Chile su obra se relaciona con obras de poetas que encontraron en la obra de Nicanor Parra, un aire nuevo, diremos, o un aire posible para crear obras singulares, obras y poetas a los que posteriormente se les designo con el nombre de Neo Vanguardiastas: algunos de los nombres de este grupo, o no grupo, ya que estos poetas, no tuvieron un programa con objetivos específicos comunes, sino que el estado social-político chileno (el golpe de Estado chileno de Pinochet) y lo que estaba en el aire, fue el detonante para crear sus primeras obras. Entre esta constelación de poetas destacan: Juan Luis Martínez, Elvira Hernández, Carmen Berenguer, Raúl Zurita, Paulo de Jolly, Gonzalo Millán, Claudio Bertoni, Diego Maquieira, Soledad Fariña. En cada obra de estos poetas, una apuesta, un salto en la cuerda floja, una osadía.

Regresando a Cociña, es importante señalar que después de realizar la autopublicación de Aguas Servidas, ese libro inagotable, en 1981, Tres canciones en 1992, Espacios de líquido en tierra en 1999, escribe entre 1999 y 2002 A veces cubierto por las aguas, libro que se sube a internet en 2003, en el sitio poesiacero.cl, que Cociña construyó, con ayuda de ingenieros y diseñadores.

Posteriormente, en El margen de la propia vida en 2013, se imprimió AVCPLA al final del libro en un sobre, con tarjetas más pequeñas que media carta, de 13 x 18.5 cm.

La decisión de Cociña de subir AVCPLA a internet tuvo y tiene muchas consecuencias, tanto para su lectura en internet, como en las tarjetas impresas en el libro publicado ahora por Alan Vargas.

 

 

Cociña, con esta obra en el sitio de internet, explora y explota algunos de las posibilidades que el medio permite. Cuando uno entra a poesiacero.cl y pulsa en AVCPLA encuentra en letras pequeñas la siguiente inscripción:

Motor de búsqueda aleatorio en el cual el usuario accede a uno de los 39 poemas cada vez. Al desear ver otro poema, se despliega nuevamente al azar uno de los 39, pudiendo repetirse un poema visto anteriormente. Existe la opción de regresar, pero la elección de otro poema, será siempre aleatorio.

 

Una vez que uno pulsa en Comenzar, lo aleatorio se convierte en el pivote para generar conexiones diversas entre los textos que van surgiendo, tanto en la secuencia de los mismos (una vez que se comenzó la lectura del libro ya que los textos no tienen el orden de progresión al que el lector de un libro físico está acostumbrado), como ante la posibilidad de que se le presenten de nuevo textos previamente leídos. Así, para leer los 39 textos de los que consta AVCPLA, el lector puede leer, en una secuencia inesperada, con las múltiples conexiones entre los textos, sorpresivas, varias veces un mismo poema, indagándolo, desmenuzándolo, observando sintácticamente su construcción. Así, la idea de construcción se remite al interior de cada uno de los textos.

De esta manera Cociña, con AVCPLA en poesiacero.cl, cuestiona la idea del libro físico, ya que el soporte de la obra modifica su asimilación.

Por otra parte, la publicación de AVCPLA en formato físico, no como libro, sino como tarjetas sueltas que el lector puede barajar, sacar al azar del volumen compuesto por las hojas o aún utilizar el I Ching para leer los 39 textos, invita a un juego ritualizado en donde, como en la vida misma, los elementos o eventos que pueden ser los mismos toman caminos inesperados, de acuerdo al orden que se les dé, o que la realidad les imponga. En AVCPLA, el orden de los elementos (de los textos en secuencia inesperada) sí altera el producto, de tal suerte que para convivir, o sumergirse en esta obra, el lector debe tener la disposición para hacerlo.

 

El poeta Carlos Cociña

 

Una vez que el lector se decide a leer AVCPLA en tarjetas, puede poner todas las tarjetas en una mesa grande e ir escogiéndolas al azar y ordenando una secuencia o puede pensarlas como ventanas abiertas para ver dentro de ellas, tanto los objetos o cosas que se nombran, como los textos en sí.

Para interactuar con esta obra sería interesante, imprimir en tarjetas del mismo tamaño imágenes de las cosas que en los poemas se nombran y que visualmente son muy atrayentes: por ejemplo la imagen de un gavión, de una bóveda, de un torreón, un guía de aguas, el esquema de los estados distintos del agua, los contrafuertes de una catedral, una roca de granito, una cuneta, un hipotálamo, los recipientes de los criaderos de salmón, el trumao (ceniza volcánica), un esquema de cómo se comporta la entropía, un esquema olfativo para captar las feromonas, un campo de acelgas, etc.

De tal suerte, el lector, ya tiene ante sí una o varias imágenes concretas de las palabras que se nombran en los textos.

Sé que esta operación se hace o puede hacerse con otros poemas que uno lee, no sólo con los textos de AVCPLA, pero el formato de este libro invita a hacerlo por su peculiaridad conceptual y física, tanto en el sitio poesiacero.cl, como en las tarjetas impresas. De esta manera el lector navega, tanto dentro como en los bordes de los textos, y hace aún más concreta la relación que está presente entre las palabras y las cosas a las que ellas remiten.

Aquí podemos citar a Cociña que señala que:

en A veces cubierto por las aguas y en Plagios del afecto, en el lector se produce un cambio en la forma de percepción, ya que internet está lleno de referencias, dispersas, múltiples, donde no hay nada fijo y todo está cambiando constantemente y esto es similar a como trabaja el cerebro, con ciertas conexiones de las cuales tú no eres consciente. Como persona que percibe estás constantemente condicionado por miles de otras percepciones que van marcando cada uno de los elementos con los cuales aparentemente estás desarrollando un pensamiento propio.

 

El poeta Carlos Cociña recibiendo el Premio a la Trayectoria de la Fundación Pablo Neruda (2017)

 

Así el lector encuentra en este libro un disparador para ampliar su radio de percepción, de reflexión, de conocimiento y, sobre todo, la experiencia estética poética que genera esta obra.

Digamos ahora algunas cosas sobre los textos, sobre su construcción, lo poético en los mismos, los lugares o pivotes posibles de dónde surgen.

A lo largo de los textos se encuentran frases que podrían ser consignas, máximas o frases contundentes que en ocasiones parecen provenir de un arte poética. De pronto, en el texto, estas máximas entran horadando el sentido o dislocándolo.

Estos son algunos ejemplos de estas frases:

Es simplemente la preeminencia de la técnica como materia expresiva para dar cuenta de la euforia permanente.

 

Todo momento se transforma en imaginario, expresado en los flujos del deseo.

 

Del orden de los afectos es el proyecto del lugar en que estamos.

 

Pero no se puede desconocer que estamos a niveles de lo imaginario.

 

La observación es la defensa y la distancia y la reemplaza.

 

Basta aplicar el mismo curso a cosas o a momentos distintos para reproducir otras corrientes de afecto.

 

Por otra parte, las descripciones de los lugares que se encuentran en los textos tienen la intención de que el lector se haga una imagen mental de un lugar o situación. Pero esas descripciones están en estado de fermentación o efervescencia, a veces opacadas o enrarecidas ya que están realizadas desde el lugar de la sensación, de la percepción, la reflexión, y esta fermentación oscila, pendula entre lo concreto de las cosas y desde el orden subjetivo de lo imaginario como diría Cociña.

Veamos un ejemplo:

Con el termostato alterado, con un margen de tolerancia, de error de varios grados, la vestimenta pasa a ser un hecho estético, de liviandad, de posición en la fragilidad. Por ello la quema de las naves aparece como perspectiva del frío intenso, donde cristaliza la transparencia de un quiebre.

 

Si se toma el texto anterior como ejemplo de AVCPLA se encuentra lo que Cociña ha dicho sobre su obra en distintas entrevistas: que construye sus textos sumando unidades comunicativas y uno podría pensar que las anteriores se refieren a las oraciones compuestas, coordinadas y subordinadas, a partir de un montaje, de una yuxtaposición de frases para construir estos textos.

 

 

Se podría decir que estas frases se construyen como enunciados proyectivos, pensando en Charles Olson, no al contraponer verso cerrado a texto en prosa, sino en el sentido de que estos textos están abiertos a lo que sucede en el momento de la composición, atentos y atrapando la energía alta que los hizo surgir. Podríamos decir que las unidades comunicativas equivalen a la composición por campos de sensaciones que siguen, no una lógica discursiva, sino una lógica poética. Por eso en ocasiones encontramos elipsis, grandes huecos, o nos preguntamos cómo llegó o brinco (en la cuerda floja) de una percepción visual, sonora, a otra que casi no está ligada a la anterior, o está ligada de manera frágil, o el lector debe encontrar esa relación, o aceptar ese hueco.

Tomando en cuenta lo que dice Olson en el Verso proyectivo, podemos concretar que LA FORMA DE CADA FRAGMENTO DE AVCPLA, NO ES MÁS QUE LA EXTENSIÓN DEL CONTENIDO de ese texto, creada por la percepción continua, formando unidades comunicativas que se unen por conectores, que podríamos llamar bisagras, que le dan un aparente sentido lógico a los textos. Algunos de estos conectores constantes son: sin embargo, es posible, siempre, por lo mismo, de la misma manera, allí, aquella, pues, en ese momento, en este paraje, etc.

Por otra parte, como lector, se podría traer a colación o condensar una reflexión del pintor norteamericano Philip Guston, que al leerla, naturalmente la relacioné con AVCPLA, ya que esta obra está sumergida o vibra alrededor de experiencias visuales.

Guston dice: “Lo que nos interesa de una pintura, es descubrir cuánto se sumergió el pintor en un fenómeno visual, cuánto un fenómeno visual se convirtió para él en una experiencia”.

Hay que recordar que Cociña, tanto en Aguas Servidas como en AVCPLA, afirma que El ojo es el más intelectual de los sentidos, el ojo que le permite observar lo lejano en profundidad, lo cercano de las superficies y lo que está a una distancia media y observar, también, como con estrabismo, viendo cómo se une en algún punto lo cercano y lo lejano a la vez.

Para finalizar hay que señalar que en los textos de AVCPLA no hay agitación externa, sino una especie de implosión: las frases, que tienen su origen casi siempre en la visión del exterior, estallan hacia adentro, por su enrarecimiento, por su carácter de extrañamiento o desautomatización del lenguaje (pensando en Victor Shklovski), unida o surgida desde una desautomatización de los sentidos. El lector de este libro tiene entonces que suspender el tiempo, la velocidad del tiempo en que vivimos, para concentrar su atención, y ver la sintaxis y el montaje de sus frases, los adjetivos precisos y únicos que utiliza, las elipsis constantes, que en ciertos textos tienden más a sugerir que a afirmar.

Diremos entonces, como decía Hilde Domin, que sólo lo que le conmovió o le afectó al poeta, conmoverá a los otros, los lectores.

 

 

 

 

 

*(Tijuana-México, 1967). Poeta, pintor y escultor en cerámica de alta temperatura. Estudió Literatura latinoamericana y Artes visuales. Como artista plástico, ha realizado exposiciones nacionales de pintura y escultura y grabado, y ha participado en once bienales nacionales e internaciones. Ha publicado en poesía Poemas de la mano izquierda (2018), Poemas de la musa negra (2017), Remaches (2020), El ojo de Chile (2020), Inventario de notas alrededor de la silla (2022) y La Castañeda (2022); y en compilación El rumor de lo real: conversaciones con el poeta argentino Hugo Gola (2018).

 

 

 

*(Concepción-Chile, 1950). Poeta. Vive en Santiago de Chile. Obtuvo el Premio Municipal de Santiago de Literatura (poesía, 2014), el Premio Círculo de Críticos de Arte de Chile al mejor libro de poesía (2017) y el Premio a la trayectoria de la Fundación Pablo Neruda (2017). Ha publicado en poesía Aguas Servidas (1981, 2008, 2016 y 2018), Tres Canciones (1992), Espacios de líquido en tierra (1999), Dos (2004), Plagio del afecto (2010), El margen de la propia vida (2013), La Casa Devastada (2015 y 2017) y Poesía Cero (2017). En soporte virtual ha publicado A veces cubierto por las aguas (2003), 71 (setenta y uno) (2004) y Plagio del afecto (2003 a 2009).

 

 

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