Reseña de un artículo = reseña de un autor. Sobre «La tía Julia y el escribidor» de Mario Vargas Llosa

 

Por Kevin Cuadrado*

Crédito de la foto el autor

Crédito de la foto (izq.) Ed. Seix Barral /

(der.) Edison Lasso / Ed. Línea Imaginaria

 

 

Reseña de un artículo = reseña de un autor

 

Esta vez hablo desde el lugar del aficionado a las lecturas ocultas, extrañas por inciertas, de esas que no se sabe a ciencia cierta si en realidad existen, pero que las hay. Por esa razón, hablar de un artículo como si fuera a reseñar un libro, es extraño, aunque necesario.

Edison Lasso** escribe el artículo “Del bildungsroman a los estudios de juventud, un análisis de La tía Julia y el escribidor de Mario Vargas Llosa” (2019) como si dialogara con el autor peruano en una cafetería y le dijera lo que significa su propia obra. Llega a desentrañar el significado del personaje central, Varguitas, al punto de comprenderlo en el ‘ahora’, pues, como él afirma en su texto, la juventud de Lima de la segunda mitad del siglo XX no es la misma que la actual, ni tampoco sus comportamientos y aficiones. Esta aclaración al momento de leer el libro del Premio Nobel de Literatura nadie nos la hace, aunque es posible imaginarla, ahora un poco menos por la escasez o ausencia de radioteatros, que son frecuentes y un punto clave en el desarrollo de la trama del libro, como lo aclara Lasso al mostrar el desarrollo del personaje.

 

Parejas de amigos en el jardín. (izq.) Abelardo Oquendo y esposa junto a Mario Vargas Llosa y su esposa Julia Urquidi.

 

Si bien el libro aporta dos historias paralelas, la primera acerca del conflicto amoroso de Varguitas y la segunda su búsqueda como escritor, Lasso encuentra el acierto creativo de Vargas Llosa al momento de escribirla, pues si la hubiese realizado de una manera tradicional, lo mínimo a esperar era una novela de formación nada novedosa (bildungsroman), al menos contando que en esa línea ya existían En el camino de Kerouac y Retrato del artista adolescente de Joyce. La diferencia circunstancial, que Lasso la explica notablemente en el desarrollo del artículo, es la presentación de la historia en primera persona y lo que esto conlleva.

Este apersonamiento le obliga a Vargas Llosa a reflexionar el punto de partida de la escritura, su experimentación y distinguir entre un escritor y un escribidor, punto fundante de la trama, que Lasso estudia en detenimiento, al punto de establecer la conciencia del escritor con la del personaje, aunque respetando los límites de la ficción y de la realidad.

 

 

Este breve bocata de mi parte, simplemente, es un empujón a descubrir nuevas lecturas y autores que persisten, no sé si voluntariamente o tal vez se deba a que vienen de países secretos, como es el Ecuador, a mantenerse ocultas. Por este motivo, en este caso, mostrar algo del trabajo escritural que ha desarrollado Edison Lasso Rocha es un acierto lector, más si su escritura está dotada de un análisis concienzudo de la poesía, tanto académica como de creación.

Véase breves citas de sus artículos:

Sobre la poesía de Roberto Bolaño dice:

“…la visión de la sociedad para la voz poética de estos versos está ligada al caos y al naufragio, a un espacio que se presenta dañino para los sujetos (…) Otro aspecto que llama la atención en estos versos es que la voz se muestra a sí misma como la voz de un ser insignificante…” (Kipus, 2019).

 

Sobre la tribu versada dice:

“…pensar la vanguardia (…) como un territorio, en términos de Deleuze y Guattari, permite entender el papel que desempeñó la juventud en esa época y esa corriente, pues es en el territorio en donde podemos situar los movimientos y posiciones de estos cuerpos juveniles (…) por otro lado, el enfoque territorio permite recuperar a la juventud como una intensidad ocupando un cuerpo…” (UNIMAR, 2017).

 

Patricia Llosa (leyendo), Mario Vargas Llosa y Julia Urquidi en la estación de France Press (París).

 

Y véase así también su poesía en Para la gestación del cansancio (2018), donde el libro es un experimento arquitectónico y la escritura queda sostenida en cuatro columnas: el tiempo, la palabra, la voz y la tradición. En definitiva, como transmitiría un verso suyo: para ser más precisos soy la presunción de una sombra, la garantía de una superficie seca bajo la tormenta.

Por lo tanto, debajo encontrarás el link del artículo del que ahora se ha hablado brevemente para continuar con esta conversación (haz click aquí).

 

 

 

 

 

*(Quito-Ecuador, 1993). Narrador, poeta, editor y promotor cultural. Licenciado en Comunicación social. En la actualidad, dirige el sello independiente Bichito Ed. Así como edita las revistas Leo (de la Cámara Ecuatoriana del Libro), La novicia, revista de creación (de la Fundación Antonio Gala) y revista Bichito. Es miembro del Centro Internacional de Estudios Poéticos del Ecuador y dirigió Tarea Poética: Fonografías de César Dávila Andrade (2016). Obtuvo el premio del Fomento Cultural del Ministerio de Cultura y Patrimonio (2018-2019) y la Convocatoria de la Alianza Francesa y La Souris Qui Raconte (narrativa, 2018). Ha publicado en narrativa La tristeza del pájaro azul (2018) e Historia de las ideas (2019); y en ensayo El devenir dios en la poesía de César Dávila Andrade (compilado en el libro Distante presencia del olvido, 2018).

 

 

**(Piñas-Ecuador, 1977). Editor y escritor. Matemático, literato y comunicador. Formó parte del colectivo Fe de Erratas, que produjo la revista homóloga. Ha publicado: Para la gestación del cansancio (2018); Fe de Erratas, Quince Años de Éxito (escrito a cuatro manos, 2006). Ha publicado poesía y artículos académicos como “La tribu versada: disputas sobre juventud en los poetas de inicios del siglo XX” en Cuerpos y fisuras. Miradas a la literatura latinoamericana (2017); “Cachorros en Los perros románticos. La representación de juventud en la poesía de Roberto Bolaño” (2019), entre otros.

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