Por Mariana Rodríguez Espinoza*
Crédito de la foto la autora
Ramas separadas por el viento.
1+1 poemas de Mariana Rodríguez Espinoza
Devoción a las aves
Maravillosamente
aparecen
ramas separadas por el viento
se asoman y asombran
sobre una rama
un ave
en ese mismo instante
un vórtice de verano se aproxima
una lluvia alucinada
enuncia:
Traduce al ave
Aprende a tejer el lenguaje
Aprende a tejer los sentidos
Manifiesta y muestra
Sólo atino a arrodillarme:
Ave nuestra que estás en los cielos / santificado sea tu vuelo / eleva al ave sobre la lava / que sólo Eva sabe evocar / ama al ave como a ti misma / aprende sus variedades /
su nombre científico / su taxonomía/ el número de plumas que pierde al año /
el número de huevitos que puede anidar toda su vida / aplaude el lenguaje de las aves / danza con las aves que vuelan y vuelven / revuélcate emplumada
Turdus merula: mirlo de dos cabezas
aplaudo tu danza
Cyanolyca nana: el cielo envidia el azul de tus plumas
aplaudo tu canto
Mellisuga helenae: me conmueve tu tamaño
montacilla alba, troglodytes troglodytes, coloeus monedula
¿Quién les puso esos nombres?
si de todos modos cuando eres niña dibujas con un solo trazo al ave
y es la misma ave
siempre es la misma ave
si de todos modos ave y pájaro se elevan sobre la lava
amada lava que emula la vela
grupo de volcanes que velan la nave de vientos vertiginosos
¿Estornino o Petirrojo?
¿Cuervo o Albatros?
Da igual si de todos modos el Quetzal yace inerte en la tierra a la espera de su último vuelo patrocinado por la aerolínea de la familia formicidae, es decir, por las hormigas
hormigas que reptan pero no raptan
que aplauden al ave caída por la mano del hombre
más no de la mujer
nunca de la mujer
porque desde niña anidaba un glaciar de glaciares entre sus manos
¿es esa la nave del ave?
¿es este huequito que anido en mi pecho la última pluma que te contendrá?
¿es este hondo y destrozado momento la señal que estaba esperando?
nada de eso
son las grullas, las urracas y las garzas
juntas nos vamos a picotear las cabecitas emplumadas, las coyunturas, la anatomía pájara y todas esas cosas que la evolución echó a perder
juntas y adoradas, las aves y yo nos vamos a vivir a la Sierra Venada
a recordar nuestro pasado dinosaurio
ahí
donde maravillosamente aparecen las ramas separadas por un viento
ramas que se asoman y asombran
sobre la rama un ave
una lluvia alucinada.
Lo suficiente
Lo suficiente para reconocer el lenguaje de la luz
lo suficiente para saber que el aire también puede ser un movimiento íntimo
un juego entre los reflejos
Lo suficiente para escuchar el ruido de la espuma
localizar su gracia
el ritmo oscuro de su blancura
Lo suficiente para reconocer la caligrafía del fuego
participar activamente en su luminiscencia
e intuir que el humo como parte de su discurso
más no del verbo
Lo suficiente para entender la resistencia natural
pero subjetiva de las cosas
el peso de su misterio
sus pausas
los cambios
el silencio
Lo suficiente para descender a la tierra
sentir su humedad mineral
sin herir su estructura molecular
Hoy sólo pido lo suficiente para sostener la casa con un dedo
la casa siempre la casa
el hilito de luz que la sostiene
Es decir, sólo ruego por lo suficiente
para pagar las cuentas a tiempo
entender lo ordinario del mundo
esperar el golpeteo de la luz al amanecer
Lo suficiente para amarte
sin que te des cuenta
escondidita
entre las formas suficientes
del melodrama.