Nota y entrevista por Aleyda Quevedo Rojas
Fragmento y poemas por Rafael Courtoisie*
Crédito de la foto (izq.) Ed. El Conejo /
(der.) www.academiadeletras.gub.uy
Rafael Courtoisie: escribir una novela es domesticar una obsesión.
En la poesía la obsesión ser convierte en pregunta
La poesía está en el centro del mundo, es la única verdad que conozco,
aun a la hora de escribir novelas, ensayos o a la hora de entender que la
palabra creadora es la forma más alta del amor humano.
Llevo 30 años escribiendo poesía. Esa es también la misma cantidad de años que tengo de leer, conocer, conversar y admirar a Rafael Courtoisie. Él siempre dice que es mi hermano mayor, el que me cuida. Yo siempre he estado muy feliz de que sea el hermano mayor que me otorgó la poesía. Ha sido más que un decir. Los encuentros en tantas ciudades, en tantas épocas, con tan distintos escritores, en tantas atmósferas, libros, temperaturas y circunstancias, han hecho que seamos hermanos, por el cariño y por lo que cada libro, ya sea escrito por él, o por mí, ha tejido alrededor. En 30 años esto de tener hermanos, gracias al misterio luminoso y oscuro de la poesía, me ha sucedido poquísimas veces, y nunca dejo de agradecer la aventura individual que significa tener un hermano literario, un hermano con la grandeza literaria y humana como Courtoisie.
El gran poeta Rafael Courtoisie vuelve a Quito, al Ecuador, con una novela buenísima, de esas que se leen de un tirón y cuando la terminas, tomas aire, y miras de otra manera las realidades del mundo actual. Por eso, decidí hacerle esta entrevista que compartimos con los lectores de Vallejo and Co., matizándola con algunos fragmentos de su novela El Cuerpo Inc publicada por el sello editorial ecuatoriano El Conejo y con algunos poemas del más reciente libro de poemas de Rafael, publicado por el sello español Visor. Vamos a la entrevista con el escritor y el hermano mayor…
Entrevista
Aleyda Quevedo Rojas [AQR]: Ahora que tienes 60 años de edad, ¿cuál es el lugar que le concedes a la poesía en tu vida artística, en tu educación espiritual y emocional y qué lugar ocupa la novela; dominas ambos géneros, pero en el camino de tu vida, ambos han fluido con éxito y lectores. Apuesto a que uno de los dos géneros es el que ha dejado una impronta en el camino de tu vida. ¿Cuál pesa más y porqué?
[RC]: Un poeta uruguayo de la generación de 1900 decía que “los poetas y las mujeres no tienen edad”. He cumplido quince años. Solo que cuatro veces. Cumplir quince años cuatro veces suma sesenta… pero todavía me queda, con Violeta Parra, “volver a los diecisiete después de vivir un siglo”. Llegar a la segunda década del XXI es un milagro y un horror hermoso. Vengo del siglo XX y vivo en el XXI. A lo largo de mi vida han caído bloques, gobiernos, ideologías, religiones…. Los imperios caen y la poesía permanece. La poesía está en el centro del mundo, es la única verdad que conozco, aun a la hora de escribir novelas, ensayos o a la hora de entender que la palabra creadora es la forma más alta del amor humano.
[AQR]: Vida de Perros, Caras extrañas, Tajos (fascinante novela-thriller), El libro de la desobediencia y El cuerpo Inc, 5 novelas que se leen de un tirón por su lenguaje limpio y directo. Historias fuertes que te arrastran como lector por las calles de la frescura, lo experimental, el humor y la poesía que se impregna por todas las páginas y personajes, quiero preguntarte, ¿cómo armas o dibujas la arquitectura de tus novelas?, ¿cuáles son los procesos a los que te enfrentas durante la creación? La escritura de tus historias, ¿en qué cuerdas se mueven, sobre qué obsesiones flotas?
[RC]: Las historias que escribo surgen de la vida, de lo que he visto. Vida de perro es una biografía muy precoz. La escribí demasiado temprano, antes de cumplir treinta y seis años, y tuve la dicha de que fuera finalista del Premio Rómulo Gallegos, que fuera traducida a varias lenguas y que formara parte de los programas de estudio en Harvard University. Muchos años después descubrí que Sandor Marai escribió su biografía más o menos a esa edad: se ve que es una edad de la inocencia, puesto que la vida sigue mucho más allá de esa cifra.
Caras extrañas surge de la toma guerrillera de una ciudad cercana a Montevideo, lo que partió mi infancia en dos mitades y me hizo amar a Gardel. Tajos recrea la vida de un adolescente que era mi alumno cuando dictaba clases de matemáticas, pero a juzgar por las reediciones, sus ganas de abrir tajos en la realidad, siguen vigentes para muchos. El libro de la desobediencia y El cuerpo INC son novelas de este siglo XXI. El mandato paradójico de la desobediencia y la realidad indiscutible de que somos un cuerpo, de que amamos y escribimos con el cuerpo.
Cada novela se escribe de modo diferente, pero las novelas son misterio, deseo y siempre técnica. Desde hace años he dictado un seminario en muchos países del mundo que titulé “Cómo se hace una novela”. Puedo hacer eso pues la narrativa es técnica, ingenio y esfuerzo. Mientras que la poesía es misterio y luz en proporciones secretas. Escribir una novela es domesticar una obsesión. En la poesía o el ensayo la obsesión ser convierte en pregunta, y solo el lector más valiente puede encontrar la respuesta. Pero la novela también es la creación de un mundo y la alegría hecha palabras.
[AQR]: En Ecuador y en Quito, específicamente, presentas con el sello El Conejo, la novela El cuerpo Inc, que me resulta fascinante porque alcanza una velocidad letal y un humor casi negro que nos obliga a cuestionarnos todo el tiempo sobre nuestra relación con el cuerpo, la salud, la vanidad y la enfermedad. Creo que se parece a una serie de Netflix, porque captura el pulso de este tiempo de horror y belleza, consumismo puro y vanidad, individualismo y dinero. Es una novela que logra un sostenido ritmo. Me gustaría que me cuentes, ¿qué te interesaba lograr con este trabajo? ¿Por qué resulta esencial en todas nuestras sociedades occidentales y capitalistas la reflexión en torno al cuerpo y el mercado?
[RC]: El alma se ha vendido desde siempre, desde que el mundo es mundo. Vivimos en una época en que vendemos o derrochamos el cuerpo, en una época en que compramos el cuerpo, sus órganos, su belleza de silicona y rímel, su identidad. Somos un cuerpo. Yuval Noah Harari habla en “Homo Deus” de lo que esta cultura de consumo puede llegar a hacer con la vida. “El cuerpo INC” está armado con vértigo cinematográfico sin renunciar a una reflexión que viene después de la acción. “El cuerpo INC” tiene mucho de una serie de tv, pero a la vez trata de profundizar en una condición precaria y temporal que ha alcanzado la humanidad al propiciar todos los desequilibrios e ilusiones del consumo. Pero para eso el narrador de hoy debe divertirse y divertir. Hay que reflexionar con una sonrisa, para no caer, para no morir.
[AQR]: El trabajo con el humor lacerante es muy notable en El cuerpo Inc. Los personajes que compran órganos y tejido en el mercado El Cuerpo Inc parecerían salidos de una novela de ciencia ficción, pero en una segunda lectura es posible leer este tiempo líquido y real que vivimos hoy. El tiempo y el amor líquido son temas que también encuentro te persiguen y has profundizado en tus novelas, relatos y muy especialmente en la poesía. Háblanos de esto.
[RC]: Poco tiempo antes de escribir El cuerpo INC un personaje de la televisión argentina, millonario, quien había comprado un cuerpo estéticamente perfecto, murió en una clínica a causa de una hemorragia interna causada por el consumo excesivo de analgésicos. Me llamaron de un call center para ofrecerme un “estiramiento de piel del rostro” y “una lipoescultura garantizada”. Zigmunt Bauman denominó con mucho acierto esta época como “modernidad líquida”. Está muy bien, esa denominación es mejor, más adecuada que “post modernidad” o “post post modernidad”.
Como en un líquido, carecemos de marcos rígidos o referencias sólidas. Vivimos un tiempo lábil, de amor líquido, de violencia líquida, de felicidad que en el mejor de los casos toma la forma del recipiente que la contiene. Solo el humor y el vértigo en la escritura pueden dar cuenta de la esencia de esta época. La única forma posible de la inteligencia, hoy, es el humor. El vértigo viene solo, son las redes sociales y la injusticia.
[AQR]: ¿Qué libros estás leyendo y recomendarías? ¿Y qué libro estás escribiendo?
[RC]: Por trabajo leo y releo a Byun Chul Han, Harari y reviso a Hanna Arendt. Escribo un ensayo que tiene como título provisorio Espacio y significado y, en paralelo, una novela acerca de un hombre algo machista a quien Dios castiga o recompensa (según se mire) transformándolo en mujer. En 2020 presento en España un nuevo libro de poesía.
Fragmento de la novela El cuerpo Inc.
Las palabras que nombran las diferentes partes del cuerpo forman otro cuerpo, un cuerpo de palabras, un organismo lingüístico que funciona en el habla. Nace, crece, se reproduce, sufre y muere.
Las palabras nombran partes del cuerpo. El cuerpo está hecho de palabras cuyo sonido, en la noche, se parece a la humedad y a la fiebre. El cuerpo está hecho de palabras cuyo sonido, en el día, se parece a la composición de la música. El cuerpo es siempre una manera, una forma de decir las cosas.
El cuerpo en sí, el cuerpo mismo, lo que está dentro de la palabra “cuerpo”, no se puede nombrar.
Si se nombra, duele.
Si se nombra, da calambres, el músculo del pensamiento, y el músculo de la lengua que lo dice, se acalambran.
Ácido láctico, grumos de pensamiento, sustancias que juntas van de un lado a otro, que se crucen muy parsimoniosamente, adquieren otro color, otra consistencia y al fin, en el otoño de la vida, comienzan a separarse, se desconocen, no forman partes hermanas del mismo todo.
El todo comienza a ceder y cada parte a marchitarse. El todo del cuerpo comienza a desalmarse, pierde el alma como una bolsa agujereada pierde agua, como un saco de ser pierde existencia, se precipita.
Estos son simplemente comentarios. No acciones. La novela del cuerpo es un cuerpo. Requiere acción, verbos conjugados:
- Nacer
- Matar
- Correr
- Coger
- Moverse
Moverse, sobre todo moverse.
La novela del cuerpo requiere moverse.
Moverse como se mueve una veleta, gira para donde va el viento, jamás se queda quieta. Sin embargo, posee un punto invariante, un punto donde está su centro, el eje de giro. Ese punto jamás se mueve, por eso las veletas no son cambiantes, no son lábiles como comúnmente se piensa. Todo lo contrario: las veletas son tercas, empecinadas. Indican, pero no se mueven. Acusan, pero no ejecutan. Señalan, pero no alcanzan a dejar el sitio que las hace, el lugar de sí mismas. Muestran todo lo exterior, cualquier punto cardinal, muestran la furia o a la calma, pero no abandonan su sitio.
Ocurren en su identidad.
Son en su cuerpo.
El libro del cuerpo está abierto.
Solo hay que leer.
3 poemas de Antología Invisible
de Rafael Courtoisie
I
LA ESCRITURA DEL CIRUELO
Quieto, bien hundido
en la tierra echa pezones
dulces por las ramas.
Imito al ciruelo
cuando hago
un poema
tan desnudo en invierno
sin fuego, ni caballo, ni mujer.
Imito el gesto del ciruelo.
Me río como loco
doy saltos, finjo
la primavera.
Wen Li Fu
(China, siglo XIII)
IX
CAVE CANEM
Pierdo la memoria, desaparecen
los nombres de las cosas, cesa
la palabra “perro” y aparece limpio
el ladrido, las fauces, la mordida.
La bestia de los años devora
los recuerdos: ya no importa
la carne de tu nombre, queda
el hueso.
Svetana Staiev
(Leningrado, 1948)
XIV
LEÍDO EN UNA HOJA DE BAMBÚ
Si se puede definir, no es Tao.
Si lo puedes tocar, no es Tao.
Si es fuerza, no es Tao.
El Tao es invisible
el Tao es camino
el Tao es mar.
El Tao no es Poder.
El Deseo no es Tao.
El Tao es hacer.
El Tao es quietud.
El Tao es movimiento.
El Tao es reposo.
No hay contradicción
en el Tao.
Los opuestos, en el Tao,
son iguales.
La apariencia no es Tao
el Tao se encuentra debajo de la piel
de la apariencia como los huesos
dentro del cuerpo.
Pero el Tao no es hueso
el Tao no es músculo.
El Tao es la energía,
la voluntad que mueve
el cuerpo.
Pero el Tao no es cuerpo.
Piensa en un tigre:
ahora quita su piel
sus manchas, sus garras
sus dientes, la misma
ferocidad del tigre
borra su fuerza
haz desaparecer al tigre
de tu mente: sólo deja
el salto, el movimiento
la pura voluntad de ser
en el salto.
Lo que queda es poesía
y la poesía es Tao.
Una sola gota y toda
la lluvia es Tao.
Pero el agua no es Tao.
La sed no es Tao.
Tao es el río, no el agua.
Tao es poesía, no palabra.
Tao es ver el silencio
con los ojos cerrados.
Lao Tse
(Siglo V a. C.)
*(Uruguay, 1958). Narrador, traductor, poeta y profesor universitario. Miembro de la Academia Nacional de Letras (Uruguay). Integra el International Writing Program (Iowa University), fue profesor visitante en universidades de Europa, Estados Unidos y América Latina. Ha recibido el Premio Loewe, Blas de Otero, Casa de América, Gil de Biedma, Jaime Sabines, Premio Internacional Lezama Lima, el Premio de la Crítica (Uruguay), Premio Nacional (Uruguay). Ha publicado en poesía Antología invisible y La palabra desnuda, entre varios otros; y en narrativa El libro de la desobediencia.