¿Qué es el haiku? (parte I), por Diego Alonso Sánchez

 

Por Diego Alonso Sánchez

Crédito de la foto www.lamenteesmaravillosa.com

 

 

¿Qué es el haiku?

(parte I)

 

 

El haiku japonés, desde siempre, ha fascinado a Occidente por su naturaleza concisa y su belleza explosiva. Desde el siglo XV nos cautiva con una estética que celebra el instante con amplitud universal. Revisemos rápidamente su origen y tratemos de comprender sus particularidades, que muchas veces generan más incertidumbres que certezas.

 

El poeta Ono Yasumaro

 

Rastro histórico

Si bien la historia literaria japonesa es vigorosa y ancestral, podemos empezar un recuento rápido por los primeros compendios poéticos que se mandaron a hacer a pedido por los grandes señores que consideraban la poesía como una herramienta para generar identidad y, como no, una forma idónea de afianzar el poder.

En Japón, durante el periodo Nara (de 710 a 794), tenemos el registro de dos antologías literarias muy importantes: el Kojiki y el Manyoshu. El Kojiki, o Crónica de las cosas antiguas (712), es una compilación realizada por O no Yasumaro, que se considera el libro más antiguo que conserva historias, canciones y poemas concernientes a la historia antigua del Japón. Este primer vademécum literario todavía estaba muy ligado a la tradición china de la dinastía Tang (de 618 a 907) y fue escrito en una mezcla de chino y japonés, que da una idea de la naturaleza de los versos nipones que luego se formalizarían en el Manyoshu.

La colección de las diez mil hojas, o Manyoshu (circa, 760), es la primera colección de poesía autóctona japonesa, todavía escrita en caracteres chinos, pero que contiene estrofas típicamente japonesas: el sedoka, el choka y el waka (o tanka). La mayoría de los poemas eran anónimos y se cree que el último compilador fue Otomo no Yakamochi (718 – 785), aristócrata, estadista y poeta del prestigioso clan Otomo. Los temas de los poemas eran variados, pero sobresalían los fúnebres y los de amor. Aquí un ejemplo de waka del propio Yakamochi:

En la serena

luz de la primavera

sube una alondra.

Qué triste el corazón

solo en sus pensamientos.

 

Si bien en el periodo Nara se dan estas primeras antologías poéticas, no fue hasta el periodo Heian (de 794 a 1185), en medio del refinamiento y la delicadeza de la corte imperial, en donde se desarrolló el waka o tanka. El waka es un género lírico que trató cercanamente la estética y los modos chinos de escribir poesía, como se puede entender fue la decisiva influencia de la dinastía Tang y sus grandes poetas: Li Po (701 – 762), Wang Wei (701 – 761), Tu Fu (712 – 770) y Bai Juyi (772 – 846). Los waka son poemas de cinco versos, compuestos por 5, 7, 5, 7, 7 sílabas, respectivamente, que buscaban celebrar, entre otros temas, las estaciones del año, el amor cortesano o la muerte de algún personaje público. La parafernalia cortesana y los deberes de los nobles, entonces, eran de una delicadeza y pompa sin igual, debido a que las tareas políticas y administrativas eran dirigidas por el clan Fujiwara, quien decidía a qué emperador sacar y a cuál poner, dando así mucho tiempo de ocio a los nobles. En esta época era común organizar certámenes poéticos aristocráticos, en donde algunas veces el mismo Emperador fungía de juez.

 

Un ejemplo de waka:

Bien has sabido

la primavera ornar,

flor de cerezo.

Pero perder tus pétalos

¡ay, si nunca aprendieras!

 

Ki no Tsurayuki (872 – 945)

 

El poeta Otomo no Yakamochi

 

Todavía con el corsé estilístico Heian, de muy estrictas normas de etiqueta, esta forma poética se difundió hasta salir del ámbito aristocrático. Es conocida la frase que esgrimiera Ki no Tsurayuki, gran poeta y antologador, que postulaba al waka como la simiente formal de la lírica japonesa: “la poesía de Japón tiene su semilla en el corazón humano, donde germina hasta crecer en las hojas de las innumerables palabras”. Es más, el término waka pasó a designar únicamente a la poesía clásica cortesana, distinguiéndose del tanka, de igual estructura y apariencia, pero de factura plebeya (escrito por comerciantes, guerreros, eruditos y otros personajes fuera de la corte). Este fue el primer intento de establecer una poesía de auténtica raigambre nipona.

A partir de este género, a mediados del siglo XIII, en pleno periodo Kamakura (de 1185 a 1333), nace el haikai no renga, vale decir, un largo poema encadenado con distintas estrofas de tres y cinco versos, que eran compuestos por dos o más poetas en una suerte de escritura al alimón. Estos haikai no renga mantenían el espíritu celebratorio del tanka, pero se diferenciaban de este por el carácter humorístico al momento de describir los acontecimientos simples de la vida, siempre encuadrados dentro de alguna estación del año, tendiendo una delicada representación del paisaje natural en contraste con los sentimientos humanos.

La primera estrofa de tres versos de estos haikai no renga, era conocida como hokku y era compuesta de manera independiente por los vates de la época, para que luego, junto a otros poetas, se pudiera encadenar con otros versos. Era común que los viajeros, inspirados en los paisajes que contemplaban o deslumbrados por alguna manifestación de la naturaleza, escribieran hokkus a la espera de juntarse con algún compañero de camino para componer un poema y entablar una reflexión lírica.

Un hermoso ejemplo de esta asociación poética sería el Minase (circa, 1488), un poema compuesto por Ino Sogi (1421 – 1502) junto a sus discípulos Botanka Shohaku (1443 – 1527) y Saiokuken Shocho (1448 – 1532). Un fragmento para ejemplo:

 

Sogi:

La cima está aún nevada

la base de la montaña se cubre de niebla

al anochecer.

 

Shohaku:

El agua corre a lo lejos

por un pueblo fragante de ciruelos.

 

Socho:

En el viento sobre el río

un grupo de sauces:

la primavera dejándose ver.

 

Sogi:

El sonido de la pértiga que empuja un barco

en la claridad del alba.

 

Shohaku:

¿Y la luna

en la noche cubierta de bruma

sigue aún allí?

 

Socho:

En los campos cubiertos de escarcha

al otoño llega a su fin.

Como ya se puede entender, el hokku, en esencia, fue el primer paso de lo que luego se conoció como haiku.

 

 

(Continuará…)

Vallejo & Co. | Revista Cultural - POESÍA - FOTOGRAFÍA - NARRATIVA - CINE - MÚSICA - TEATRO - ARTES - PLÁSTICAS - CREACIÓN - CAJÓN DE SASTRE