“Poesía es un milésimo de lo que se publica como poesía”. Entrevista a Millôr Fernandes

 

Vallejo & Co. presenta, con motivo de los 20 años de su publicación, las entrevistas del libro Diez conversaciones – diálogos con poetas brasileños contemporáneos, publicado en Brasil, en 2004, por el poeta Fabrício Marques.

 

 

Por Fabrício Marques

Traducción del portugués al español por Prisca Agustoni

Crédito de la foto (izq.) Ed. Gutenberg /

(der.) archivo del autor

 

 

Situando las conversaciones

De 1997 a 2001 realicé algunas entrevistas con poetas. Luego me di cuenta de que, en general, los textos presentaban una característica de permanencia, cuestiones que atravesaban el tiempo y guardaban el carácter de actualidad de las conversaciones. Resolví, pues, seleccionar algunos nombres, añadir nuevos autores, editar los textos y reunirlos en un único volumen. Luego, durante el año pasado (2003) realicé otra secuencia de entrevistas, con Maria do Carmo, Chacal, Sebastião Nunes y Millôr (los dos últimos ya los había entrevistado antes, pero no he incluido aquellos textos en el libro), además de Armando Freitas Filho, Edimilson de Almeida Pereira y Ricardo Aleixo.

El contacto con los autores se dio a través de e-mails y del teléfono, salvo con Affonso Ávila, cuya conversación se dio, frente a frente, en dos momentos: en 1997 y 1999. Si de manera general la estructura de los textos suele ser bajo la forma tradicional de pregunta y respuesta, he decidido mantener, con el poeta de Minas, la forma original en que fue publicada, o sea, la del texto libre. Así como mantuve el texto de Maria do Carmo Ferreira ―poeta que nunca publicó ni siquiera un libro, pero de excelente calidad― bajo la forma de testimonio. Por lo demás, en la mayoría de los casos, el medio de conversación establecido fue internet o el fax, esclareciendo dudas por teléfono, cuando necesario.

Por lo tanto, este libro es un proyecto editorial que nació de una simple constatación: la mayoría de las entrevistas y testimonios de escritores y poetas se queda diluida, dispersa en el ritmo efímero de los periódicos y, en menor medida, de las revistas culturales. Al mismo tiempo, estos textos se quedan restringidos a una dimensión regional, cuando publicados afuera del llamado eje Rio de Janeiro – São Paulo, no alcanzando, de tal manera, una parcela mayor de lectores.

Al empezar por esta premisa, procuré reunir diez autores de distintos proyectos estéticos, pero con un posible aspecto unificador: todos ellos ―salvo, tal vez, Armando Freitas Filho― revelan/revelaron un interés permanente en otras áreas: traducción (Maria do Carmo, Sebastião Uchoa, Millôr Fernandes), programación visual y publicidad (Sebastião Nunes), periodismo y dramaturgia (Millôr Fernandes), música (Ricardo Aleixo y Chacal), antropología (Risério y Edimilson de Almeida Pereira) y ensayo (Affonso Ávila y Uchoa Leite). Ellos también tienen edades diferentes: es posible conocer las ideas de Ricardo Aleixo, que tiene alrededor de 40 años, hasta Millôr, que tiene alrededor 80. Por una contingencia, geográficamente los autores estuvieron concentrados en tres Estados: Minas Gerais (Affonso Ávila, Ricardo Aleixo, Edimilson de Almeida Pereira y Sebastião Nunes), Rio de Janeiro (Millôr Fernandes, Sebastião Uchoa Leite, Armando Freitas Filho, Maria do Carmo Ferreira y Chacal) y Salvador (Antonio Risério).

Tengo que agradecer Guilhermino Domiciano, que me ayudó a formular las preguntas para Millôr Fernandes, la traductora Prisca Agustoni y todos los entrevistados, por la disponibilidad en participar en este proyecto.

 

El poeta Millôr Fernandes, en su juventud

 

“Poesía es un milésimo de lo que se publica como poesía”.

Entrevista a Millôr Fernandes*

 

 

[mayo de 2003]

Fabrício Marques [FM]: Usted ya dijo que “poesía es un milésimo de lo que se publica como poesía” y que “la inspiración es una deficiencia psicológica que ataca a artistas amadores/amatoriales”. ¿Será que es así? Entiendo que usted ataque al artista “tomado” ―romantismo residual significativo en la tradición brasileña― y el trabajo sin buril. Pero, ¿piensa usted que es definitiva esta lección modernista? ¿El lugar de arrebatamiento está definitivamente tomado? ¿No piensa que el arte puede coger algo del éxtasis?

Millôr Fernandes [MF]: No voy a decir que es sólo una frase. Pero es una frase. Deja que yo la (me) analice. Viene del hecho, creo, de considerarme superior por nunca haberme interesado, por lo menos no más de lo saludable, por lo que se llama literatura o, de manera más amplia, arte. No nací para eso. Nací para ser atleta. Soy un energético. Sólo no seguí con la actividad física profesional por causa de la muerte de mis padres. No tenía dinero para comer, tanto menos para emplear el tiempo en otras cosas que no fuesen la lucha por la sobrevivencia (ninguna nota de amargura, por favor).

En realidad, uno llega al arte ―como se llega a todo― por todos los caminos, modos y casualidades. Pero se le atribuye al artista y a sus manías una importancia que él apenas tiene, para mí, cuando desarrolla y aplica su sensibilidad en el acto del día a día, en el comer, convivir, hacer el amor. Y quien no aprende a comer el alma de los demás no está con nada.

 

 

 

[FM]: Ahora bien, si arte es intriga, ¿qué es la poesía?

[MF]: También. No hablo de arte en el sentido americano, hablo en el gran sentido universal que se le presta. En este caso la poesía sólo es una parte del arte. Como grupo de rudos peones en una mañana de sol violento cantando Muié Rendêra en la inundación de Canudos, como el croar conjunto de sapos en un pantanal, marcados por el staccato de un sapo martillo. Eso es poesía y eso es intriga.

 

 

 

[FM]: ¿Qué tipo de intriga instiga el arte?

[MF]: Intriga, tout court. Cualquier cosa que vuelva hacia uno mismo de vez en cuando, cada vez de manera diferente, modificada por el tiempo y por la alquimia de nuestra vida. ¿Hablé bien? ¿Hablé bonito? No espera uno inútilmente.

 

 

[FM]: Además de los hai-kais, usted escribe otros textos poéticos, llamados “poemeu”, “poeminha”. Sobre estas expresiones, a propósito, me acuerdo de una observación que usted hace en la Bíblia do Caos, sobre la expresión “negócio seguinte”, inventada por Ivan Lessa: “la eliminación del verbo y de los artículos de la frase convencional” “o negócio é o seguinte” le dio una elegancia y una gracia inesperadas. Así se inventa la lengua, y no con “reglitas gramaticales”. ¿Es el pueblo el inventa-lenguas?

[MF]: No me gusta PUEBLO a no ser en el sentido de todo el mundo. Es suficiente considerar los refranes para constatar que el pueblo es sabio porque se arriesga por todos los lados. Hay refranes para todo. Si tuviéramos que contabilizarlos, la mayoría son reaccionarios. Quien inventa la lengua es el pueblo = todo el mundo. La invención que te di, viste, es del pueblo Ivan Lessa. En el Pasquim [periódico semanal de Rio de Janeiro], por ejemplo, inventé una cosa lingüística que el pueblo = pueblo nunca podría entender. Acompañar la frase en portugués por su traducción en inglés. Acompañó a su (his) mujer hasta su (her) casa. Y así adelante… Los gramáticos codifican y normatizan la lengua. Es fundamental. Pero que se queden con eso.

 

 

 

[FM]: ¿Está usted de acuerdo con la observación de que el poema «Prova» (Mira,/ entre una gota y otra/ la lluvia no moja) tiene un condimento oriental, algo zen ? ¿Tuvo esta filosofía alguna influencia sobre usted? ¿O es sólo la forma poética del hai-kai la que despertó su interés?

[MF]: Esta filosofía sólo tuvo influencia en el genial escritor maranhaense [del estado de Maranhão] Zé Ribamar Sir Ney. Al visitar China, viendo su libro en chino, reclamó porque no estaba en lenguaje ideogramático. Y el ministro de la cultura explicó: “No pudimos hacel polque su liblo no tiene ningún ideo y ningún glamático”. Cuando descubrí el Hai-kai ―sé exactamente cuando, en 1955― mi primera idea, o mejor, sentimiento, fue hacer mi propio hai-kai. O mejor, fui haciéndolo. El hai-kai es sistemático ―estaciones del año, paisajes, visiones ancestrales, mucho grillo, mucho sauce, mucha luciérnaga, mucho Octavio Paz. El hai-kai es implosivo conforme la poesía occidental es de explicitación y… ya basta, Millôr, estás hablando de lo que no sabes (una voz al fundo) ―¡como siempre!

 

 

 

[FM]: En el libro Hai-Kais [me estoy refiriendo a la edición Nórdica: la edición de bolsillo de L&PM también lleva ilustraciones, pero en blanco y negro, con otra finalidad, me parece], cada poema está asociado a una imagen. Me gustaría que usted hablara de esta técnica mixta, un método que envuelve verbal y visual.

[MF]: Allá voy yo, en serio. Los Hai-Kais (hai-kus para los puristas) originales llevan las maravillosas ilustraciones del grafismo chino. Muchas veces ni entiendo lo que está escrito, pero la ilustración siempre es admirable. Mis ilustraciones, más que occidentales, brasileñas, más que brasileñas, cariocas, menos que cariocas, mías, no quieren ser simple reproducción gráfica de la idea. Una cosa completa a la otra. O mejor, incompleta. Y ahí, de nuevo, la intriga.

 

 

[FM]: ¿Para qué poetas en tiempos de pobreza? Después de Auschwitz, Nush y Sarney, ¿es todavía posible escribir poemas?

[MF]: Siempre hubo Auschwitzs, Bushs y Sarneys en el mundo. Y pobreza también, si no me equivoco. Todo eso hoy sólo es más visible pues conquistamos la comunicación universal e inmediata. Existe otro lado que nadie ve porque no quiere. Yo creo que estoy viviendo en el mejor de los tiempos. Nunca hubo un tiempo tan maravilloso como el nuestro. Hablando de eso ―¿qué hacía la humanidad cuando no había cine? En cuanto a los poemas, hay que ignorarlos y quedar apenas con los que merecen ocupar nuestra cabeza, nuestros sentimientos, nuestra libido.

 

 

 

[FM]: En la pieza O Homem do princípio ao fim (1967) usted hace una reelaboración de la poesía de Gonçalves Dias, que revive en un efecto muy especial (No permita Dios que yo me muera/ Nuestro cielo tiene más estrellas/ sin que yo vuelva para allá/ Nuestras vegas tienen más flores/ mi tierra tiene palmas/ nuestra vida más amores/ donde canta el sabiá). ¿Usted hizo otras experiencias de este tipo?

[MF]: Me gusta especialmente este resultado. Pero existen literalmente millares de experiencias lúdicas en el mundo fantástico del lenguaje. Sin modestia, creo que inventé dos o tres.

 

 

 

[FM]: Usted tradujo poemas del israelita Yehuda Amichai y ayudó a divulgar, en la década de 80, el nombre del brasileño Manoel de Barros. ¿Qué es lo que le llama la atención en la obra de estos autores que usted ha traducido y publicado en diferentes espacios en la imprenta? ¿Cuáles otros poetas le gustaría traducir, y cuáles otros usted desearía que la gente conociera más y mejor?

[MF]: Yehuda es el mayor poeta del signo XX. De los que conozco. Voy a decepcionarte ―no conozco a todos. Yehuda es (era, se murió en su debido tiempo, no tuvo que enfrentar los horrores actuales en Israel) un humanista, un transcendentalista, un inventor genial. Lo leí en lindas traducciones inglesas, realizadas por scholars sin sospecha, pero exactamente por el referencial histórico de que nos informan, lamento todo lo que debo estar perdiendo, que es inmenso. Manoel de Barros, a estas alturas, ya lo conoces mejor que yo. Y no, no soy divulgador. Divulgo cuando descubro por casualidad. Divulgo como todo lo que hago ―para ocupar mi espacio, para ganarme la vida. ¿Estoy errado?

 

 

 

[FM]: “Para escribir bien no son necesarias muchas palabras, sólo hay que saber cómo combinarlas mejor. Piense en el ajedrez”. El lingüista ruso Roman Jakobson ya dijo (cito de memoria) que la poesía son las palabras en la mejor posición. ¿Es esta combinación realmente lo más importante en la creación de un poema?

[MF]: Claro. Literatura es palabra. Sin juego de palabras, Shakespeare disminuye. Cuando digo LIBRE COMO UN TAXI, la frase vibra porque junté cuatro palabras que denuncian o descubren el sentido de LIBERTAD que utilizamos todos los días.

 

El poeta Millôr Fernandes

 

[FM]: Usted ya dijo que “humorismo es la visión escéptica en su más hondo sentido. Redentora”. Y también: “Sin el ser humano la vida no tiene enredo. Sin el ser humano no hay salvación. No resisto a un ser humano”. Sus hai-kais y poemas tienen mucho de esta visión de humor, y una mirada humana sobre las personas y las cosas. ¿Cómo usted valora la presentación al lector de esta dimensión humana por el camino del humor y de la poesía?

[MF]: (Estoy pensando aquí en los tres poemas que siguen:

 

DESENCUENTRO

Vi mi amigo a lo lejos

Y él también me reconoció

Nos acercamos alegremente

Y allí aconteció;

Vi que no era él

Él vio que no era yo.

 

DISCUSIÓN

Tuvimos un pelotero de palabras

Mezquinas

Ahora yo guardo las suyas

Y ella guarda las mías

 

ELOGIO

Me elogia, ¡anda!

¡Escribe algo allí!

No duele no;

Haz como si me hubiera muerto).

 

En mis eternas exploraciones de las arenas de Ipanema, a veces ando quilómetros sin ver nada. ¿Estoy siendo introspectivo? ¿O desaparezco de hecho, por algunos momentos, en una dimensión que no conozco? Mientras no sé de mí, los demás están viéndome, ¿o desparezco para ellos también? No tengo ninguna idea de cómo hice estos versitos y de lo que quiero hacer con ellos. Pero estoy orgullosamente convencido de que el humor es la quintaesencia de la seriedad. Aunque todavía estoy en la tercera esencia. Pero llegaré hasta allá.

 

 

 

[FM]: Sobre la originalidad, usted afirmó: “Que quede bien claro: del material que uso, las palabras pertenecen a los diccionarios. Y las ideas son de la humanidad, llegadas a mí a través de la lectura de los cultos y de la convivencia con los tontos. ¿Con cuántos clichés se hace una originalidad?”. ¿Es posible ser original hoy en día? ¿Todo ya ha sido dicho?

[MF]: Puede uno ser original hasta el final de los tiempos. Que al final también será original. Después de la comunicación universal (guerra en la sala de cenar), después de la decodificación de la biología (mellizos clonados, primas a gusto), en 50 años al máximo habremos llegado a los agujeros negros, a la antimateria, al viaje al pasado. Que se prepare, ¡algo vendrá! ¡Viva un poco más!

 

 

 

[FM]: En Poeminha da Ciência sem Presciência, está escrito: “Tengo la vaga impresión/ de que la ciencia/ fallará contra su invención/ cuando se habrá muerto el espanto/ de mi generación”. En una entrevista que vi hace algunas semanas en la TV Futura, le vi diciendo que actualmente nada más causa espanto. ¿Habrá llegado el momento del cual usted habla en el poema, de la muerte del espanto de su generación?

[MF]: El espanto está difícil. Pero el encanto con cada cosa que surge y, al mismo tiempo, se amplía, nos permite que entremos en los detalles, en los micro detalles, lo que quiere decir millones de posibilidades, eso existe cada vez más.

 

 

 

[FM]: Bandeira, Drummond, Murilo Mendes, Mário de Andrade y João Cabral de Melo Neto. Me gustaría que usted hiciera un comentario sobre la poesía de cada poeta, o, si es el caso, sobre algún nombre que omití y que usted considera importante. ¿Suele usted leer a estos poetas brasileños ya canonizados por la crítica? Sé que, sobre Murilo Mendes, usted escribió, en 1963: “Murilo Mendes, minero y poeta, siempre con aquella expresión de quien compra queso minero en Ámsterdam”.

[MF]: Sólo es un chiste nonsense. Leo todo y a todos, no sistemáticamente. Incluso leo pasajes de avión y prospecto de dentífrico. El verso más bonito que ando recitando últimamente viene de mi juventud, estaba en todos los tranvías, y nadie lo conoce. Todo el mundo conoce el “Veja ilustre passageiro, o belo tipo faceiro”. Pero nadie conoce el siguiente:

Si el ilustre pasajero

desea ser buen pintor

Y ganar mucho dinero,

Tome nota, por favor;

Para los artistas del pincel

Se acabó la carestía

Porque en la casa de Abel

De Barros e Companhia

Hay tintas

Óleos, pinturas,

Para dar gratuitamente

A los clientes

Es en la calle Buenos Aires

Doscientos y treinta y tres.

 

Este verso para mí equivale, en pintura, al imbatible Preto véio cum taxo de cobre.

 

 

[FM]: “No hay ningún atleta con espíritu deportivo. Y ningún artista trabaja por amor al arte”. ¿Es realmente así? ¿Nadie se salva?

[MF]: Es así mismo. Pero, ¿por qué el moralismo de “nadie se salva”? Siguen existiendo Continúa habiendo grandes atletas y grandes artistas. Sin espíritu deportivo y sin amor por el arte.

 

 

 

[FM]: ¿Ve usted una ruptura entre su generación y la siguiente? Le hago esta pregunta porque me parece que el golpe de 64 rompió algo, percibo una distancia entre nuestra generación y la anterior, como si nosotros, los más jóvenes, fuéramos huérfanos. ¿Es apenas una sensación desagradable o hay algo de concreto en eso?

[MF]: Pido disculpas, pero mi generación soy yo. No rompí con nadie, ni para atrás ni para adelante. No conviví con toda una generación anterior, tampoco dejé de convivir con toda la actual. El número de personas de mis relaciones, las de antes y las de ahora, fueron, y siguen siendo, suficientes.

 

 

 

[FM]: ¿Piensa usted que una posibilidad cultural para el autor brasileño pasa por la escritura bilingüe, o incluso trilingüe? O es suficiente escribir en portugués y esperar que la historia nos descubra…

[MF]: Son preocupaciones que ni me tocan. Escribo, trabajo y vivo. Lo que sucede con lo que hago, sucede. Sucedió lo suficiente para mi sustento material y anímico (¿te gustó?).

 

 

 

[FM]: Mondrian sentía náuseas al ver una línea curva. Esta afirmación hace parte del texto que integró su última exposición de deseños. Y a usted, ¿qué es lo que le provoca náuseas?

[MF]: Como visual, casi lo mismo de Mondrian, cuando los bares, en vez de anunciar sus productos en un honesto cuadro cuadrado o rectangular, lo hacían en una especie de ameba. Una vez una joven señora me invitó para cenar en un restaurante que ella consideraba chic. Cuando vino la carta sextavada, yo dije: “Vamos para otro restaurante, aquí no se come bien”.

 

 

[FM]: “Yo no vivo en un espacio geográfico. Vivo en un espacio lingüístico”. ¿Podría usted desarrollar esta idea con más palabras?

[MF]: No hay más. Sólo eso ahí. Si yo pudiera hablar portugués, como hablo en cualquier geografía, viviría hasta en Assurbanipal. Aunque desconfío de que no sea un país.

 

 

 

[FM]: “Con nuestra ortografía actual, mucha gente que escribe bien escribe ortográficamente muy mal. Y completos idiotas escriben ortográficamente muy bien. Este elitismo al revés fue logrado a través de cuatro reformas ortográficas en este siglo”. ¿Cómo usted piensa que el estado puede contribuir para la alfabetización (en el sentido de lengua oficial)? ¿Y para la internacionalización del portugués? ¿Es buena la idea de un único portugués oficial a nivel planetario?

[MF]: El estado está ahí apenas para normatizar. Y no para inventar que boemia, a partir de hoy, pase a ser boêmia (para mí una señora que siempre vive en la juerga). Tampoco para obligarnos a escribir xeque, que uno ni sabe lo que es. ¿Tú lo sabes? ¿No? Pues es así como, hoy, tienes que escribir sheique. O sea, “O Sheique Branco”, de Fellini, pasa a ser “O Xeque Branco”. Nadie lo tiene en cuenta.

 

 

 

[FM]: “Quieto, en el interior de nosotros, es donde surge aquello que dobla la vida”. “Toda acción inicial es por un nada que nosotros no hacemos”. Estas son algunas de las frases que usted creó a la manera de Guimarães Rosa. Además, usted ya dijo que esta capacidad mimética es una vocación natural que usted tiene. ¿Son el pastiche y la parodia buenos ejercicios de creación?

[MF]: Claro, sin mimetismo un gran escritor puede traducir bien a otro escritor. Pero sólo la capacidad mimética nos permite transponer, al mismo tiempo, Racine y el habla del negro americano.

 

 

 

[FM]: El poemita “tic-tac” (Ayer/ el mundo de mañana será nuevo/ Hoy,/ el mundo de mañana ya constatado/ Y antes/ que nuevas mañanas despunten/ hay muchos que sólo piden/ el mundo de anteayer) hace pensar en aquellas personas que, en nuestro país, sienten nostalgia de la dictadura, diciendo que en aquella época las cosas funcionaban mejor. ¿Iban mejor las cosas, en algún campo o en algún sentido, si comparados con el momento actual?

[MF]: Ya lo dije antes: vivo en el mejor de los tiempos. La medicina mejoró, la ciencia mejoró, las personas mejoraron, tenemos todas las oportunidades para vivir una vida mejor. En términos proporcionales, el mundo nunca tuvo 25% de su población pudiendo gozar de los privilegios del progreso. ¿Crees que había esta proporción en la Belle Époque? ¿Crees que había eso durante la esplendorosa Era Vitoriana? Voy a parar por aquí pues van a pensar que soy un optimista. Sólo soy realista.

 

El poeta Millôr Fernandes

 

[FM]: En la pieza Liberdade, Liberadade, usted enumera algunas libertades esenciales al ser humano: física, económica, derecho a la habitación, libertad de profesión, derecho al entretenimiento. En seguida, usted dice lo siguiente: “Casi al final de la esclavitud, el Ejército Brasileño se negó a servir a los dueños de la tierra en la búsqueda y persecución de los esclavos cimarrones. El poder se asentaba en el hambre. La constante subalimentación provocaba una disminución de estatura, deformaciones esqueléticas, dentición podrida, insuficiencia de la tiroides, viejez prematura, pereza, anemia y tuberculosis. Hoy (1965), dados estadísticos de la Unesco revelan que el brasileño de algunas regiones del nordeste todavía vive en régimen de semi-esclavitud”. Me quedé pensando en la frase “el poder se acetaba en el hambre”. Pensando en el actual gobierno federal y en el discurso Fome Zero, ¿qué evaluación usted hace de esta situación? ¿Está acertando Lula al dar la prioridad al derecho a la alimentación, y en la manera como lo está llevando?

[MF]: Contestando a eso y sirviendo, al mismo tiempo, de complemento para la respuesta anterior: el mundo siempre estuvo dependiente de la tecnología. Y hoy la tecnología lo puede todo, es una evidencia. Y, volviendo innecesario el trabajo de millones de personas, hace con que éstas se vayan para las calles, para el desempleo, para el hambre, etc. Y ahí, uno llega al socialismo. O se redistribuye todo, o todo eso estalla. En este momento está estallando. Es el periodo de transición. Hay que relajar y gozar.

 

 

 

[FM]: “Hace falta un mínimo de conforto material para ejercer las virtudes del espíritu”. Usted ya consideró esta frase de Santo Agostino como fundamental en su vida. “Por reconocerme tanto en ella, la frase debería ser mía, adoptada por él”. ¿Usted todavía piensa así? ¿Qué puede hacerse con respecto a eso?

[MF]: Pienso igual. Y nadie puede hacer nada. O se tiene o no se tiene. Al nacer, altura, salud, condiciones sociales. Al vivir, habitación, diversión, compensación. Etcétera. Este mínimo es, del comienzo al fin, una condición metafísica.

 

 

 

[FM]: “Las mariposas vuelan porque no se toman en serio”. Al contrario de las mariposas, ¿no se toman poetas y artistas en general demasiado en serio? Si eso es verdad, ¿piensa usted que es por esta razón que el arte contemporáneo no “vuela”?

[MF]: No hay relación entre una cosa y otra. Y hay artistas aburridos que son lindos artistas. ¿Cómo que el arte contemporáneo no vuela? Hay mucha gente haciendo buenas cosas ―99% hacen porquerías, pero 1% de la humanidad de hoy son 60 millones de personas.

 

 

 

[FM]: En 1983, usted escribió: “Leí en Paulo Mendes Campos: Cada hombre, al extinguirse, lleva en el corazón dos ciudades muertas. Yo ya llevo tres”. ¿Cuáles son? Y Rio de Janeiro, ¿cuál es su impresión sobre la vida en esta capital, hoy?

[MF]: Las tres son la misma. Es la historia del hombre que vivía en el campo, 20 años después vivía en el suburbio, 20 años después vivía en el centro. Sin salir del lugar. La ciudad va tragando y enterrando sus ―y nuestros― pedazos. En Rio de Janeiro eso duele más porque mitad de la destrucción no era necesaria. Fue criminosa. Deshumana.

 

El poeta Millôr Fernandes

 

[FM]: En una pieza de Shaw, La Casa de los Corazones partidos, la última escena es un disparo de cañón que quiebra todos los vidrios de la casa, simbolizando el final de la Europa anterior a la Primera Guerra ―el final de una era de cristales y de brillos, mientras la historia sigue su camino, pese a todo. Otros autores de la época, muy modernos, utilizaron símbolos (Chejov y su famosa charla final: “Viene allí una tempestad”; e Ibsen, con Solness, por ejemplo). ¿No habrá sido olvidada esta lección simbolista? ¿No está haciendo falta, hoy, un empleo mayor de recursos simbólicos o alegóricos? En otras palabras: el arte de las masas sólo reproduce aspectos seleccionados del cotidiano y el arte intelectualizada se quedó seca, demasiado limpia de adjetivos. ¿No está todo demasiado árido?

[MF]: Todo eso es muy complicado y demasiado literario. Mi mundo no sufre por este mundo.

 

 

 

[FM]: “Paseo afligido;/ tantos amigos/ ya granito”. Usted completa 80 años en 2004. Mirando hacia atrás, para los lados, hacia arriba y para adelante, ¿cuál es la visión que usted tiene de su vida? ¿Es éste el mejor año?

[MF]: Repito: Hasta aquí, todo bien, como decía el tipo que se lanzó del décimo piso al pasar por el octavo. Y cuando llegó a la altura del segundo piso, murmuró: Bueno, si no me herí hasta aquí, no va a ser en este pedacito que voy a herirme.

 

 

 

[FM]: Si Dios no existe, ¿está todo permitido? O: ¿cómo usted construye su ética en un mundo cada vez más agnóstico?

[MF]: Mi ética no se refiere a la religión o a la metafísica. Tiene que ver con el ser humano. Es visceral. Y no tiene que ver con las circunstancias. Tampoco la construyo yo. Ella se impone. Como se impuso. Cuando me di cuenta, ella estaba allí. Y nunca quiso hacerme infeliz. En cuanto a Dios, hago como Diderot, no creo en él pero siempre lo trato con respeto: Aquel Señor allá arriba”.

 

 

 

 

 

*(Rio de Janeiro-Brasil, 1924 – Rio de Janeiro-Brasil, 2012). Poeta, dramaturgo, periodista y humorista. Como periodista trabajó en los periódicos Cigarra, O Cruzeiro, O Pasquim, Veja, Folha de S. Paulo, Jornal do Brasil, en la TV y en la radio. Publicó en teatro Um Elefante no Caos (1962) y Liberdade, Liberdade (con Flávio Rangel, 1965) y tradujo textos de Shakespeare y Molière, entre otros; en poesía Hai-Kais (1968) y Poemas (1984); y, entre otros libros, destacan Tempo e Contratempo (1954), Fábulas Fabulosas (1963), A Verdadeira História do Paraíso (1972), Conpozissõis Imfãtis (1975), Desenhos (1981), Millôr Definitivo – A Bíblia do Caos (1994).