Timo Berger y Juan Hernández
De Centroamérica lo que se conoce son las bananeras (la vieja banana republic), el canal de Panamá, guerras de guerrillas proto-marxistas, una revolución inconclusa y un premio nobel de literatura, dejando atrás los mismos males históricos: la conquista y el mestizaje.
De ahí deriva que todo lo que se espera del ámbito literario sea eso, es decir, nada, o sea, narrar el horror. Para la década de los noventa la región centroamericana había cumplido su ciclo social, lo que significaba que nada podría ponerse peor, pero tampoco mejor. Todos los males del resto del mundo estuvieron acá: hambrunas, genocidios, dictadores, todos a pequeña escala. Centroamérica también tuvo sus producciones editoriales notables con notables escritores; tuvo su mayo del 68, como también intenta tener su versión local de los Nürnberger Prozesse. La región existió para que grupos musicales como Kortatu escribiera Nicaragua Sandinista o The Clash grabara un álbum bajo el nombre de Sandinista!. Centroamérica existe como un imaginario plagado de exotismos con playa incluida para el resto del mundo. Desde Panamá hasta Guatemala, cada país se hace de una receta propia y culpa al otro de robarla – eso rige en lo político, económico, social y cultural, pero claro, también en la cocina: así, cada año, se hace una competencia en que Nicaragua y Costa Rica son rivales: el Gallo Pinto más grande. Las empresas transnacionales tienen su rol. En cada país, sus habitantes juran que el primer McDonald’s fue ahí (en realidad el primero fuera de USA fue en Costa Rica). De Centroamérica lo que no se conoce es que no tiene memoria histórica. Murió, desapareció. Panamá es como Puerto Rico, estados de USA. Costa Rica, país que estuvo fuera de los conflictos bélicos en la década de los ochenta, pasó de ser “La Suiza Centroamericana” a ser seleccionada como “El país más feliz del mundo”. Nicaragua cambió de administración y la oligarquía nunca fue removida. Honduras ya es un logro que siga como país. El Salvador hace las mejores pupusas de la región, a pesar de lo que diga un Horacio Castellanos-Moya. Guatemala tiene la más interesante producción literaria. Belice nació en 1981. Centroamérica como región existe, pero no existe como unidad política. Prueba de ello es que el pasaporte CA-4 (pasaporte centroamericano de integración regional) se extiende únicamente de Nicaragua a Guatemala. Si lo pensamos bien, la región Centroamericana tuvo un desarrollo bastante hegeliano: si la primera fue una tragedia, la segunda una comedia.
A este punto, esto parece más una especie de pasquín político que la introducción a una antología de poesía, pero como no vamos a explicar por medio de un tratado socio-histórico el desarrollo de la literatura de la región y como no vamos a hacer una introducción explicando por qué esta antología tiene una cosa y no la otra, vamos a tratar de retomar, con nuestras palabras y vivencias, cómo entendemos la región. Rebobinemos el casete. Centroamérica no existe. Mentira, Centroamérica sí existe, digamos no existe literatura centroamericana, como tampoco una sola receta única del Gallo Pinto en toda la región. Lo que si existen son escritores centroamericanos, o mejor dicho escritores que viven en Centroamérica. Algunos todavía creen en la palabra lírica como si fuese un regalo del Olimpo; otros intentan superar a las generaciones pasadas al mismo tiempo que otros conocen a las generaciones pasadas y las intentan imitar. No se puede decir de antemano, que todos los rupturistas son del pacífico y los que se entregan a los abismos del lenguaje “poético” de las sierras. O los que se contagian de otras influencias, otros tonos y colores, son del Caribe, decir eso sería demasiado fácil. Está claro que las influencias tiene una marcada estética, sea poética o política. Rubén Darío no hubiera contribuido lo necesario de no haber sido el primer traductor/promotor de escritores franceses. Joaquín García Monge no hubiera sido el editor/difusor que fue si en su juventud no hubiera conocido los textos anarquistas de Bakunin y Anselmo Lorenzo. En el pasado, tanto desde adentro, como desde afuera, se inventaron categorías, se moldeaban estilos. De la crónica costumbrista al texto enmarcado en la hipermodernidadpunk, pasando por lo digital, la necesidad de enmarcar los fenómenos fue más un asunto para las academias que para los escritores sin ver que el mayor problema que existía era la precaria difusión, el pobre desarrollo del mercado editorial y lo principal, el déficit bibliográfico por falta de librerías o bibliotecas. Pero eso ya no funciona (si alguna vez funcionó). Creemos que hay una nueva camada de escritores en Centroamérica, que no les importa nada ser un escritor centroamericano, que leen otras voces y otras formas de lenguaje. Que no escriben desde el campo, desde la selva, desde la revolución. Que escriben desde la ciudad, desde las tablas de surf, desde las estaciones de servicio, desde las tabernas. Que escriben muchas veces para los amigos más cercanos y terminan siendo la voz de un momento. No cantan, de-cantan, discantan. Y a pesar de todo esto, aún con el nivel masivo de medios sociales, Centroamérica está incomunicada en el plano físico. La conexión de poetas de latitudes tan lejanas como Belice y Panamá se da, pero casi lo mismo que la conexión entre un poeta de Tierras del fuego y otro de la República Democrática del Congo. Pasa lo mismo en los Festivales de poesía, Ferias internacionales o encuentros académicos, que en su mayoría funcionan como mausoleos en que viejos cadáveres llevan de la mano a jóvenes para que no cambien su estética, sino que perpetúen el discipulado. Ante esto, esfuerzos independientes así como nuevas formas de entender el lenguaje han logrado abrirse un camino, se levanta una “insurrección solitaria” en cada país y aquella lejana década de los 90noventa, en que se pensaba que la región centroamericana había cumplido su ciclo social, vio nacer una “generación de posguerra” en Guatemala donde la estética iba más allá de la palabra y utilizaba el libro como un objeto; y si Guatemala tuvo su Editorial X, encabezada por Estuardo Prado con autores como Javier Payeras, Costa Rica tuvo su sisma político-estético con Kasandra, dirigida por Jorge Jiménez, la revista más trashcore que dio pie a un serio cuestionamiento en la forma de cómo se decían las cosas. Ambos, son hoy productos del olvido, recordados en pequeños textos, al sonido del destape de algunas cervezas que amigos abren para brindar por la nostalgia, al igual que sucedió con proyectos similares que no salieron de las manos de tres o cinco amigos, en otras partes de la región.
Hoy, los Festivales independientes y las editoriales independientes son las que apuestan todo, son los kamikazes de la cultura. Son quienes logran poner los ojos nuevamente en la región y sirven de reflejo para entender que en Centroamérica hay una nueva literatura.
ALGUNAS ÍNSULAS
Rosa Chávez, poeta indígena de la Nación Maya K’iche por línea paterna y Maya Kaqchiquel por línea materna, nació en Guatemala en 1980. Es también actriz y gestora cultural. Ha publicado los poemarios Casa Solitaria (Guatemala, 2005), Piedra (Guatemala, 2009; Costa Rica, 2009); Los dos corazones de Elena Kame (Argentina, 2009). Su obra aparece en las Antologías: Memorias del Festival de Poesía de Medellín (Colombia, 2006), Las Palabras y el Deseo. Antología mínima de poesía guatemalteca (Guatemala, 2006), Libro Abierto, Arte Contemporáneo en Guatemala, Proyecto Mosaico (Guatemala, 2006), Antología El Vértigo de los Aires, Poesía Latinoamericana 1974-1985 (México, 2007), Los Cantos Ocultos. Poesía Indígena Latinoamericana (Chile, 2007), Aldeas Mis Ojos. 10 Poetas Guatemaltecos Después de postguerra (Guatemala, 2007), Adornos de Papel, Memorias del Festival Internacional de Poesía de Quetzaltenango (Guatemala, 2008), Con Mano de Mujer. Antología de poetas contemporáneas de América Central 1970-2008 (Costa Rica, 2008), y en diversas revistas latinoamericanas. La crítica literaria Anabella Acevedo comenta: “Rosa Chávez lleva a cabo a través de la palabra una constante exploración personal que igual toca la temática de la identidad cultural como la de los espacios más íntimos de su ser mujer, a veces con una voz tan desgarrada y explícita que sacude hasta al lector más experimentado. En su poesía, esa desnudez se traduce en un discurso sin exceso de ropajes y adornos, de un sentido narrativo que por momentos le da a sus poemas la calidad de relatos mínimos, o de fragmentos de relatos que van completando una historia”.
Dame permiso espíritu del camino
regalame permiso
para caminar
por este sendero de cemento
que abrieron en tu ombligo
por esta autopista de viento
que corta el silencio
permiso también a ustedes
pájaros que rompen el tímpano del acero
permiso piedras
permiso plantas
permiso animales que resisten en la neblina.
Dejame pasar camino
deja que esta rabia que desorbita mis ojos
se me salga en palabras dulces,
palabras finas, zarandeadas, reventadas,
dejame pasar
que mi voluntad no se pierda
dejame cruzar el barranco, la hondonada,
dejame por favor regresar a mi casa
antes de que los volcanes canten
antes de que el discurso de los cerros
escupa en nuestras bocas.
*
Chaya’a b’e chwech rajawal ri b’e
Chaya’a b’e kinq’ax na
Kinb’in na apan chi upam ri
Ab’aja b’e
Ri xq’ajow ri amuxu’x
Pa we kaqiq’alaj b’e
Ri ktz’apin uchi’ ri tz’ininem
Kinta toq’ob’ che alaq xuquje’
laj taq tz’ikin ri kkixilij ri ko’alaj ch’ich’
kinq’ax na laj taq ab’aj
kinq’ax na laj taq che’
kinq’ax na laj taq awaj ri kkikoch’ ri sutz’.
Xa kinq’ax na nub’e
Chaya’a b’e chi we ch’u’jarik ri kurech’ ri nuwach
Kel lo chwe pa taq ki’ taq tzij,
Ch’uch’uj taq tzij, e xojowsam, e paq’inaq,
Chya’ alaq nub’e
Mat b’a chja’r ri nuch’uq’ab’
Chya’a la b’e chwe kinq’axej ri siwan, ri jomojik,
Chaya’a la b’e chwe kintzalij chi uwach wachoch
Mojo’q che b’ixan ri ixkanulab’
Mojo’q chi ri kitzijonik ri taq juyub’ chechub’an ulo
pa ri qachi’.
Traducción al Maya K’iche: Wel Raxulew
Javier Payeras. Ciudad de Guatemala, 1974. Narrador, poeta y ensayista. Ha publicado Post-its de luz sucia (poesía 2009) Días Amarillos (Novela 2009) Lecturas Menores (Ensayo 2007), Afuera (Novela 2006), Ruido de Fondo (Novela 2003), Soledadbrother (2003) y Once Relatos Breves (Cuento 2000). Actualmente escribe en el blog www.javierpayeras.blogspot.com y en la columna de opinión “El Intruso” en el diario Siglo XXI en Guatemala.
Señor poeta
señor poeta
soy un alma débil
con un arma en los dedos
tengo libros
revistas
primos / hermanos / amigos
y de vez en cuando
leo el diario
sí sí entiendo
pero acaso no es normal
aferrarse a un mal trabajo
herirse de vez en cuando
decir una grosería
agarrar a patadas el televisor
señor poeta
sé que renegará de mí
lo sé
cuando viole a su esposa
le pida para un trago
me vea comprando drogas
o me mate un autobús
esas cosas tan lejanas
a los conversatorios posvanguardistas
y contraculturales
lo siento
no tengo televisión ni radio
ni vehículo ni dinero
no tengo ni mierda
sólo algún material en limpio
que puedo enviarle
eso si no se ofende
por supuesto
Juan Dicent. Nació en Bonao, República Dominicana, en 1969 y vive en Nueva York. Happy New Year to You (Pequeñas Resistencias 4. Antología del nuevo cuento norteamericano y caribeño. Páginas de Espuma, España, 2005); Poeta en Animal Planet (Editorial Vox, Argentina 2007), Summertime (Editorial Shampoo, Rep Dom, 2006; Santiago Arcos Editor, Argentina, 2007; Editorial Universos, España 2010).
Why do poets love to write about broken hearts?
A los poetas, nos encanta escribir sobre corazones rotos
Ustedes saben cómo va la vaina
Una mujer que se va a estudiar medicina para barcelona
Un hombre que se queda en santo domingo
Con ataques de pánico cada media hora
Un hoyo que no se llena.
¿Y qué de los corazones felices?
Porque, estoy seguro, existen
Yo he visto hombres felices hablando por el celular
con alguien que los ama para atrás
Uno puede verlo en la forma con que agarran
El iphone en sus manos
Sweetheart
Mom amour
Nega maluca
Principessa
Mami perra mía
Les hablan muy lindo a ellas
Les hablan muy lindo a ellas
Les hablan muy lindo a ellas.
Yo he visto hombres felices, abrazados por mujeres felices
Sonriendo después de pagar para ver algo con Sandra bollock
Yo he visto parejas felices cenando a la luz de una vela
Pasando una tormenta de nieve en un restaurant del Soho
Mírenlos
Se alimentan el uno al otro
Cucharita a cucharita
ti
ra
mi
sú.
Entonces, ¿por qué a los poetas nos encanta escribir sobre corazones rotos?
Sí, a los poetas nos encanta escribir sobre decepción
Fracaso
Suicidio
Remate
Desahucio
Pero, yo estoy seguro que también debe existir
Un matrimonio feliz que justo hoy pagó el último pago
De una hipoteca de 30 años
Un matrimonio feliz planeando un crucero
Hacia una playa mágica en el Caribe
Yo no sé dónde queda esa playa
Yo no sé las coordenadas de esa playa
Yo no me sé el nombre de esa playa
Pero ellos van a divertirse mucho allá
Ellos van a singar mucho allá
Ellos van a ser muy felices allá
Yo quiero que ellos sean muy felices allá
Mírenlos, ya regresaron
Quemaditos por el sol
Ella es tan linda
Su piel brilla
Ella
cree
que
ta
preñá.
¿QUÉ, compañeros poetas?
¿Demasiado cursi?
¿Demasiado predecible?
¿Demasiado normal?
¿Y qué es lo que queremos?
Es cierto que la vida no es un libro de Paulo Coello
Pero tampoco es una película de Lars von tri
de Lars von tiers
de Lars von triers
Bueno, el responsable del anticristo
Y de haber ajorcao a bjork.
Frank Baéz. Poeta dominicano (Santo Domingo, 1978). Ha publicado los libros Jarrón y Otros Poemas (Editorial Betania, Madrid, 2004), Págales tú a los psicoanalistas (Editorial Ferilibro, Santo Domingo, 2007), con el que obtuvo el Premio Internacional de Cuento Joven de la Feria Internacional del libro; Postales (Editorial Casa de poesía, San José, 2008; Editorial Textos de Cartón, Córdoba, 2009, Editorial Cara de Cuis, Córdoba, 2010, 2011; Editorial Ediciones De a Poco, Santo Domingo, 2011; Ediciones Liliputienses, Madrid, 2012) , que obtuvo el Premio Nacional de poesía “Salomé Ureña”, máximo galardón que se otorga en la República Dominicana a una obra poética; y En Rosario no se baila cumbia (Editorial Folía, Buenos Aires, 2011). Es coeditor de la revista de poesía Ping Pong:www.revistapingpong.org . Forma parte del colectivo de spoken word El Hombrecito (www.elhombrecito.com) que ha editado dos discos: Llegó el Hombrecito (2009) y La última vuelta (2012). Lleva un blog en la siguiente dirección: www.frankbaez.com
* * *
TREINTA Y TRES AÑOS Y AUN NO SOY CALVO
Que otros se jacten de las páginas que han escrito,
yo me vanaglorio de que no soy calvo.
Pobres papás de mis compañeritos del colegio
que con treinta y tantos ya eran calvos.
De noche rezaba y le pedía a Dios
que no dejara que se me cayera el pelo
y Dios no me defraudó
porque no soy calvo.
No soy calvo.
Nunca seré calvo.
No puedo querer ser calvo.
Tengo una buena relación
con los barberos y compro
los productos más caros.
Mi barbero me llama
cada vez que el último corte de pelo ha expirado.
Mi barbero que tiene dos años
que no prueba drogas y que se ha enliado
con una peluquera casada.
Mi barbero es mi hermano.
Pero estaba hablando de mi pelo.
Me gusta tu pelo, dice en chino
la cajera del supermercado.
¡Asia entera sueña con un día tener mis rizos!
En Taipei trataron de llevarme secuestrado.
Treinta y tres años y no soy calvo.
¡Virgen de la Altagracia! Llamaré a mis panas
para emborracharnos en el colmado.
No, mejor sigo garabateando
poemas en mi cuarto.
Quizás no pueda seguir escribiendo poesía
cuando me vuelva calvo.
Así que aprovecho ahora,
me echo todo el pelo para atrás
y aporreo el teclado.
* * *
QUITA SUEÑO
Perder una pierna trabajando
de operario en una zona franca
duele menos que cuando los gringos
te donan una prótesis de plástico
que te pondrás para emborracharte
en los colmados
y que apoyarás con fuerza en la acera
al retornar a casa
temeroso de que los perros del barrio
puedan morderla y arrancártela.