Por Esteban Couto*
Crédito de la foto (izq.) el autor /
(der.) Ed. Aletheya
5 poemas de Orbes (2018),
de Esteban Couto
|FIEBRE A.M.|
[00.01]
Memorias mías colgajos /
péndulo el fragmento de mí que no sé…
y las grillas entonando la música de los cementerios
en homenaje a la agridez que pedí disolverse
en las aguas de los pozos del tiempo
Uno nunca sabe cuál es el verdadero sueño
hasta ver el ensangrentado embrión del recuerdo
en la sala de disecciones [espécular
……………………………………………e inverosímil]
desanudada la corbata un sábado nocturno sin techo
Entonces baldío puedo repasar mis íntimas películas
en la intimidad de mi patio abierto
e ir lavando los escenarios infantes de la tragedia
ir tiñendo añil en el blancor del abandono
ir colgando suspiros en el tendedero de mis penas
Como restos mustios al éter matutino los pensamientos
………………………./ despojados a lo crudo de su patria ingrávida /
muriendo van un poco en mi día a día
cantando van esa luna nueva que se desluce
………………………..a medianoche en su aurora de verdes fetos.
| PESADILLAS DEL MERIDIANO |
[00.00]
……………………………………………………………………No vengo a sorprender al silencio.
……………………………………………………………………Este / mi onomástico de homúnculo
……………………………………………………………………este / mi zoomorfo festín.
……………………………………………………………………No abarco el pudor de mis doce ruecas
……………………………………………………………………simplemente soy
……………………………………………………………………ex p a n sión
[00.08]
“No duermas de frente, mirando al techo”,
me dijo una noche Mamá Olinda.
“Los gentiles te jalarán el espíritu…”
Entonces me abrazó y juntos dibujamos
un cadáver informe en un colchón Paraíso.
“Cuidado con las ánimas, andan celosas de los vivos.
Duerme grueco mejor, reza”.
Ese fue el punto de partida de una bella relación
con la obediencia y los recuerdos de infancia.
A veces en su ausencia
enciendo una vela por si algún espécimen
absurdo ronda mi habitación
con ansias de hablarme sobre el mañana de los ancianos.
[00.05]
Siempre los años de servidumbre
te cobran la cuenta a largo plazo.
Unas cuantas monedas a cambio de
sacrificio a la hora de la cena
y artrosis en el archivo fantasma de una clínica.
¿Para qué momificar el tiempo?
Aquí se ha venido a trincherar el suelo cáustico;
lo demás son cuentos chinos.
[00.03]
Treinta años pesan más que cien toneladas de culpa
más que cien acres de arrepentido deseo.
Pesan tanto como tumor lumbar de cinco kilos
pesan en la hora malva del sueño
y a cuestas con todo el botadero
en su esplendor amoniacal de lluvia de cuervos.
Treinta años no son nada frente a su múltiplo y los tormentos de invierno
pero se padece de leucemia y cerebro
a la palestra las fiebres lentos sudores fríos
y se acumula porquería LED en los ojos
malos hábitos de higiene
una hoguera carnívora inquietante
………………………………………de enrojecidas orbes.