Por Eugenia Straccali*
Crédito de la foto la autora
Poema “Desesperación por las flores” (2022),
de Eugenia Straccali
no sabía que el árbol de la magnolia
tarda tantos años en dar sus flores
entonces se trata de resistir
mi jardín no es milagroso como el de Diana
estás loca loca
estás muy loca nena
es posible
no sé medir el tiempo
paso las horas entre plantas
de aromas confusos
buscando el tesoro de una lengua que
no existe
idioma floración
tartamudeo
vagan perros mohínos
las voces pueden resquebrarse
vagan perros mohínos
te-ten-go -mi-mi-e-do-do-yo
corazón que no que no siente
nadie escucha
pistilos de azúcar
la letra se hunde
un cielo de hierro me ha vaciado los recuerdos
fraseo tajo de palabra vegetal
acedia de magnolia
contemplo
lágrima espesa ámbar
corteza abierta de mi
sangrado transparente
cae la tierra conmigo
se me entierran los pies
planté hace tiempo un naranjo en las trincheras
para combatir el terror
desconsolado ritmo del arrayán que no
supe cuidar
breve es el almendro
dónde dormirán sus hojas después del último
aliento
aquí moriremos
escribo tu nombre con vapor
ya no te pido amor
solo hablar de amor
aprendí el lenguaje del no
hay amor para darte
no te elijo
a vos no
no amortaja el amor
los días pasan
no sé
pasan los días
no sé
cómo sostenerme sin las flores
fauna de plumas
pájaros pajaritos
zorzales mirlos cardenales
se estrangulan en sus jaulas
cuando te hacés la víctima
nos dan ganas de
nos dan ganás de de mirá
de estrangularte
agua y alpiste
coronilla de alambre
bordea mi cuello
los días no pasan
no sé
lágrima que
no termina de escurrirse
no paso por ese agujero
tal vez nunca debí nacer
mi madre se tiró por un hueco
madera podrida su caída
su muerte sin sangre
su caja de cenizas sin esparcirse
días de caballos
pasan pastan pasan los días
en el límite de la ciudad
ruido a piedra
hay un caballo atado
en el árbol frente al bar
fronda de moras blancas
parecen gusanos abuelo
dulces tarde que pasa
las moradas pueden ser mermelada
atardecer relinchos
gota de la misma lágrima
en otro mundo
el que parecía más frágil
se derrama después
amo a un hombre cuyo deseo oculta el suicidio
de los caballos sobre el umbral
allí en los pastizales
donde la calle se curva por las vías
había una magnolia explosiva de flores
no obedecieron a los temporales
las nervaduras resplandecen
se quema la savia bilis
lo que se pierde
se pierde
renunciaste a mi nacer para amarte
bajaste la escalera de la viña
a destiempo
qué pena pérdida
quizás renuncie
resulta imposible no
desesperarse
la ilusión sepultura
una gardenia puede renovarme
bajo continuo resuena
río de música pájaro trino en jaula
mi abuelo les silba para que no mueran
los alimenta en pequeñas soledades
para que no me muera
él murió silbando
música del río de pajaritos
pico abierto abuelo muerto
¿y yo?
resto migaja de migaja
siempre estás cansada
es fatiga crónica lo que tengo
esperar que te amen a la fuerza
preparada para que cualquiera
exista mientras yo no
árbol que no da flores
cómo escribo si no estoy
si hay otros que me rasuran la cabeza
si hay otros que me salpican
si hay otros que me lastiman la boca
si hay una mi madre que necesitó
descargar su verborragia sin fin
violencia de una mi hermana que
te corta los ojos para extinguir el brillo
si hay un padre que lustra
si hay un padre que lustra su oro
oro del subsuelo que es fosa común familiar
si hay una mi madre mi hermana mi un padre
que te clausuran lo abierto
la familia no nacida
casita cerquita de la granada
fruto para desarmar
antes de los disparos
si hubo una familia que
pensó enmatar
sí hubo una familia que destruyó el narciso del deseo
al menos tengo que escribir un verso
que imante la espera
de las flores de las flores de las flores
las flores de las flores de las flores
la locura no siempre es brote
estallido anudamiento
desencadena algo
más allá de la furia más allá del pánico
más allá del mar que lleva
hacia adentro
locura hacia afuera
siempre tengo un bosque
en mi cabeza
irrumpe lo diferente que
se percibe igual
fuerza que desarma
olvido la cabeza bosque
debajo del agua
enloquecer
estar en el mismo lugar
desesperada por las flores
de la magnolia que no crecen
desesperadas flores
crece el árbol sin flores
locura florida
desesperada por sus pétalos de organza
por la fragancia cítrica
estoy dormida en la fosa
soy resto que no se ve
fantasmas del hueso
locura es rigidez
ser loca estar loca es lo mismo
preguntarse la locura es transversal
no se limita
pasaje sin pasaje de vuelta
desmesurado cielo
estrellas del cráneo
colapso floral
las magnolias pertenecen
a una flora muy antigua
tienen más de cien millones de años
sus flores también pueden ser de color púrpura
los pétalos están dispuestos en espiral
no tienen un número fijo
tampoco los estambres
son una reliquia
belleza que enloquece que
me loca me vuelve que
trastorna mi olvido de amor
comprender que
no te aman
hay algo que
está mal
algo que
siempre está
mal mal mal
perdón perdón perdón
entre los dientes
no quiero ser mala mala mal mala
dice una carta dirigida a ustedes
con letra diminuta temblorosa
“les pido disculpas por existir”
ahora que están muertos
las palabras me pertenecen
puedo alojarlas
bajo la pesada luz del pasillo
logro escribir
les deseo
mala noche
aurora boreal mi locura
dicen creo
no sé que
el sonido que emite es similar al chasquido
de la electricidad estática
al del caminar sobre las hojas secas
estos sonidos no son audibles
por los seres humanos
se producen lejos de la superficie terrestre
los abedules rodeaban los campos de concentración
fueron testigos y siguieron expandiéndose
estoy enloqueciendo
planté la magnolia en un rincón demasiado negro
lucidez
intermitente de mí de vos
culpándome
conozco los nombres de algunas especies de magnolia
florece a principios de la primavera
mostrando flores blancas con toques de rosa pálido
tienen una fragancia leve
las flores se producen antes que las hojas,
como la mayoría de los miembros
de la Magnolia subgénero Yulania
los árboles jóvenes no florecen
desesperación
el fruto de la magnolia kobus crece
en grupos de pequeñas semillas de color rojo
y las semillas atraen a las aves
el follaje de verano de la magnolia kobus
es de color verde intenso
las hojas tienen una forma obovada con una punta afilada
bordes suaves y regulares
hay un fuerte olor cuando se rompen las ramitas
la magnolia kobus prefiere
el pleno sol a la sombra parcial
suelo rico y bien drenado
es tolerante a los suelos arcillosos
anudar y desanudar la enredadera
ojo de poeta naranja blanca amarilla
florcitas rastreras en mis pensamientos
la locura es inquietud salvaje
me expulsa de mi propia cabeza bosque
dónde encuentro ese perfume
si no está el olor alimonado
esa ausencia
arroja desorden sobre el mundo
flores invisibles flores
la debilidad del tallo me desespera
la mía perfora el suelo
cabeza para arriba cabeza para abajo
me adormece me acuna una voz ínfima
alucinaciones botánicas
se agiganta una flor de magnolia
supera el tamaño de las ramas
puedo meterme dentro y respirar
alquimia de los locos
hierbas que te hacen levitar
cruzar los techos
y no volver y no volver más al cauce
punto de lapsus o equívoco
si la locura es estallido es el modo en que se muestra el punto débil
destello del abandono primigenio
locura de creer que el cuerpo es propio
creer que desaparece
se rompe el lago
una niña patina feliz con los brazos abiertos
ya no puede regresar a la floresta
se agrieta el piso congelado
se parte el hielo en fragmentos
la niña soporta el temblor
su pierna entra en las aguas frías
se fractura como un vidrio empañado
las afluentes del arroyo subterráneo
se tragan a la niña
miro en espejo
como se transforma en muñeca de escarcha
debo estar loca entonces
delirium
no comprendo la metáfora
si no la escribo
si no la libero
mundo literal
lo que es
es lo que es
imposible la floración antes
antes de que las magnolias
puedan enfocarse en sus flores antes
primero deben crecer ellas mismas
las flores solo se usan para la reproducción
requieren mucha fuerza antes mucho antes
ansiedad es locura locura es ansiedad
no puedo respirar
las magnolias son todavía como niños
pueden tardar hasta diez años en dejarse ver
depende de la variedad
o si se cultivó a partir de semillas o esquejes
madre orquídea negra que se multiplica
avanza sobre las paredes los objetos avanza
se enrosca y se aferra sobre la superficie
de las pesadillas orquídea negra
madre pendiendo de un fresno
durante el día se destierra
te pregunto
¿por qué provocaste mi nacimiento si querías matarme?
en el presente desaparezco
no me doy cuenda dónde están los bordes
ni reconozco el pelaje de ciertos animales
tus ojos al revés
comías con las manos
los dedos eran garras
los buitres en tus hombros mamá
los buitres en tu cuello mamá
la pena se alargaba mamá
cuánta bronca mamá
el hogar tu jaula
sin los pajaritos del abuelo mamá
un revólver en la almohada
relucen las balas no te asombran
la locura ensordece ciega
todo se desmorona y comienza
rapacidad
hay muecas que no se entienden
algo comienza a rodar
pienso en la soledad
demasiado
pienso en la soledad
nadie me reclama
entonces
el amor es una locura de a dos
que se desconoce
un derroche precipitado de la muerte
¿qué es lo real en mí?
ni loca hubiera plantado un árbol que tarda siglos en florecer
algunos inviernos son tan fríos
que los cogollos se mueren con las heladas tardías
hay especies muy sensibles no toleran el rocío frío
si fertilizó en otoño son imágenes en la rama
gestación
¿cómo es el perfil de una víctima?
no sé
no me doy cuenta
no te hagas la víctima
por eso tenemos ganas de estrangularte
nos enloquece tu martirio
no no me hago la víctima
es pura actuación
para sobrevivir bajo el hielo
no hay lazo
árboles de carbonilla
el humo mata los gusanos de la madera -dijiste
ventanales cerrados en la primavera
convulsión
golpe en las baldosas de la cocina
temblor en los miembros
algo se rompe al mismo tiempo
cristales se esparcen en mi cara
tu cuerpo es de alambre
se retuercen tus brazos rígidos
olor tabaco rancio
la ropa despide ese olor viejo
en el movimiento
mandíbula trampa de metal entre mis manos
engranaje que se desajusta
ritmo fuera del ritmo
espuma del diablo
un trazo de sangre en el piso
vertiente de un arroyito
triste el cuerpo es de piedra
el dolor persiste el olvido
sos un parásito
el tiempo nunca se ha canjeado sino con la muerte
¿yo estaba ahí?
mientras sostenías el cigarrillo
en la comisura de tu boca
con la yema del índice y el dedo medio
hojeabas un libro cubierto de polvo
una llamita de encendedor gastado
muere entre las chispas
el cigarro desaparece en tu barba
¿estabas conmigo? no no no estabas
dicen que el árbol de la magnolia no florece nunca
si fue plantado en un lugar que no está cómodo
pienso que el limonero lo asfixia con sus frutos
cuatro estaciones cargado de azahares
yo ausente en la presencia
se trata de resistir
nada crece a pesar del deseo
a tu no estar nunca estando
en el suelo la baba que soltaste
convulsión que cede
labio partido
amor que se curva
desregulado
gesto de títere
ahoraciénaga
el líquido espeso y negro me llega a la cintura
soy un parásito dijiste
¿cómo pude salir de vos-la ciénaga-el río de sangre-
sos tan parasitario – resistir?
no querer saber
ahumados estábamos
me sentí morir entre tus manos de caverna
en tu distancia de cuchillo siempre a mano
sal paladar pegado a la lengua
tendrías que haberme dicho si no querías besarme
deberías haberme avisado que
dormías en posición fetal
tapada la cabeza en un ovillo de mantas
sin brazos ni abrazos sin piernas
cuerpo sin órganos
vestirse y desvestirse
regreso al fondo de la escena
en ese espacio hablan los espectros
sus idiomas de aire
no querer saber
tenés el cuerpo entumecido
no salen tus abrazos como alas
todavía están los mismos hierros en tus hombros
el decir errático
no puedo seguir tus ideas tus confesiones
tal vez sea el óxido interno
tus grietas del cráneo
tu desorden tus nervios
tu esqueleto caminando veloz
el cadáver salido del cajón
las flores de magnolia que no crecen en mi tiempo
clown desvencijado
columna que se desvía
¿sabías que estaba cuidando tu espalda?
la poesía me conduce a otra parte
tus fierros sos tus fierros
locura palabra que se calla
locura volcánica
las magnolias desprenden
perfume a lima -me dijeron
pero ahora no hay flor ni flores ni flor ni flores
esas hojas buscan desesperadas la altura
yo también desesperada
busco el alma del sol
*(La Plata-Argentina, 1970). Licenciada en Letras, poeta, editora, dramaturga y crítica literaria y curadora de arte. Docente e investigadora especializada en poesía y teorías líricas. Miembro del Centro de Estudios de Teoría y Crítica Literaria de la Fahce (Argentina). Coordinadora general de la editorial y plataforma web Vuelo de Quimera, territorio de artistas. Cursa la última etapa del Doctorado en Letras y la Maestría en Curaduría de arte. Ha publicado Ninfas (no musas) (2017), El alfabeto de los árboles (2018), ¿Por qué no hablan las sirenas? (2019), Para escuchar la música del poema (2019). Es coordinadora del Atlas de la poesía argentina I (2017), del Atlas de la poesía argentina II (2019) y del libro de ensayos Derivas insulares (2020) Coordinadora de la Antología de la Poesía Federal de la Pcia de Buenos Aires (2019), Soy Bruja (2020), Medusa (2021). Compiladora de Iluminado artificio sobre la poesía de Mercedes Roffé. Fanzine La desesperación por las flores Vuelo de Quimera (2022).