Por Miguel Ildefonso*
Crédito de la foto www.peru21.pe /
Festival de Poesía Monte de Goce
“Poema a Enrique Verástegui” (inédito),
de Miguel Ildefonso
“De pronto perdí todo contacto contigo”
desde el lado sur al lado norte del mapa,
caminando en un lugar llamado Perú
entre marchas en la plaza San Martín.
¡El pueblo unido…!, gritaban los muchachos,
mientras penetraba los médanos gaseados
de aquel taki onkoy del 78.
¡Y va a caer y va a caer!, gritaban los obreros
estallando en el ángelus novus
bajo el garrote de los policías del 98.
Me despedí de casa, me despedí
de los nacidos antes de 1533, y te busqué en Cañete
y en La Molina no voy más, esa canción negra
que ardía en el esplendor de las fogatas
de los maestros en la plaza San Martín.
Allí me vi otra vez, casi fantasmal, porque
“cada uno recuerda su primera caída”
y mis amigos poetas del 90 caían
cargando sus mochilas llenas de poesía,
vino y cigarrillos,
buscando salvajemente una nueva Ética,
“penetrando en esta selva de arenas movedizas”.
Caímos aferrándonos a tus poemas,
aferrándonos “a ese instante de dulzura
donde jamás hubo límites entre uno y otro ser”.
¡No es no!, gritaban las muchachas
rompiendo el mapa vertical en La Colmena de 2018,
ante “ese monstruo sombrío escapado
de la mitología devorador de sueños”.
Las madres buscaban a sus hijos entre pesadillas
y las marchas se hacían más largas.
Yo no sé, poeta, en qué momento
ignoramos lo que ya sabemos.
O, mejor, dicho, ¿por qué?
No es una pregunta querer saber cuándo se jodió
el Perú; es un reclamo, una chilla,
“un solo obstinado bloque de rabia”.
Porque si hoy es miércoles y no otro día, poeta,
¿por qué siento que es jueves?
¿Por qué de pronto perdí todo contacto contigo?
Y es aquí donde te encuentro, o apareces,
y de la penumbra de un recital, para decirme:
“porque ya es hora de ir poniendo las cosas en claro
y más que nada empezar a ser uno mismo”.