Vallejo & Co. presenta una selección de poemas de poesía política mapuche. La selección se basa en el libro Weichapeyuchi ül: cantos de guerrero, antología de poesía política mapuche (2012). A la par, agradecemos el editor y poeta, Paulo Huirimilla, el permiso para la reproducción de los poemas, así como al poeta Amado Láscar por permitirnos reproducir su ensayo introductorio. El criterio de selección utilizado aquí, solo cubre los poemas consignados en modo bilingüe en la antología de referencia.
Antología por Juan Paulo Huirimilla*
Introducción por Amado Lascar**
Selección por Luis E. Mendoza
Crédito de la foto Ed. LOM
Para saber y contar, y contar para saber.
Sobre Weichapeyuchi ül: cantos de guerrero.
Antología de poesía política mapuche (2012),
de Juan Paulo Huirimilla
El título Poesía política mapuche implica al menos que estamos transitando por dos sistemas de significación paralelos y distintos: poesía política y poesía mapuche. Ambas poesías, pero distintas respecto a la norma internalizada por la tradición literaria establecida. La poesía política, como subgénero reconocido dentro de la tradición occidental, ha sido descalificada históricamente en su calidad poética por el formalismo, y sus varias escuelas se muestran indiferentes frente a las instituciones de poder cultural que se empeñan en mantenerla como mero objeto estético, independiente de su contexto socio-político-geográfico. Si fallamos en reconocer esta crucial diferencia, solo nos servirá para cometer equívocos e incurrir en evitables simplificaciones de interpretación, alejándonos de una apreciación adecuada de las dimensiones cultural e imaginaria, muchas veces inconmensurables entre un sistema simbólico y otro. La poesía mapuche, como expresión y tradición que tiene poco que ver con el concepto poético occidental, es denominada de esta manera adjetival, debido a la falta de un mejor término en el vocabulario del idioma presente. Esta carencia de terminología para representar un corpus de expresión antigua y perseverante se cruza con el concepto de lo político al buscar encerrarse en un idioma y una tradición literaria incapaz de describirla en su enteridad -como campesino obligado a vestirse de terno ajeno para ser escuchado en las oficinas de la ciudad, donde lo juzgan porque el corte de la chaqueta no le va, y que por lo tanto no ponen atención a sus palabras.
La poesía política es una tradición dentro de la racionalidad de la normalidad republicana. En cambio, lo que llamamos «poesía mapuche» por falta de conmensurabilidad conceptual, no es una tradición artística dentro del campo semántico normalizado por la idea de patria inscrita dentro del Estado-nación, sino que consiste en una expresión que representa un canto que se enlaza con la creación de un cosmos (desplazado por el fuego y la ley tanto colonial como republicana), de una concepción de mundo que crece en conflicto con el naturalizado orden establecido.
Si no logramos percibir esta diferencia, tenderemos a pensar que el elemento político de esta poesía tiene por objeto reformar, modificar, estirar la sociedad chilena para abrir espacios a un pueblo dentro de un sistema multicultural llamado República, sin detectarse que el planteamiento político-literario mapuche tiene por objeto, recordando espuriamente a Nietzsche, la «transmutación de los valores», no para ganarse un espacio subalterno dentro de la polis, sino para soñar con el pleno ejercicio de su mapuchidad. De aquí que esta poesía se presenta como política pero no con la idea que memorizamos en la educación formal e informal formalizada, sino como una poesía que más bien tiene que ver con la épica, con la creación de mundos, más allá de la mera queja y crítica social, como lo haría la poesía liberal de izquierda e incluso la de izquierda inscrita en el proyecto revolucionario modernizador marxista-leninista.
Leer estos textos coma un mero diálogo contestatario con el orden establecido, sería no comprender el proyecto que sostiene identitariamente a la mayoría de estos poetas: un proyecto de recuperación nacional. De tal modo que un asunto de la envergadura que le presentamos al lector en esta página no puede ser sencillamente político en tanto que al pueblo mapuche no le soluciona nada ingresar en la polis que funciona con otra racionalidad, por decirlo delicadamente. La idea en cambio es salirse de ella para crear (¿recordar?) un nuevo orden propio, propicio para que los mapuches no sean los mapuchitos en el imaginario del país que les arrebató su territorio. Es esta una poesía de autonomía, de independencia y reencuentro con la tradición cultural que conforma un pueblo, el pueblo Mapuche. Es poesía constituyente y volcánica, huracanada, refinadamente «no civilizada» (que también viene de «polis » traducido como «civis» en la versión latina), sino nacida del Huenumapuñuke/ Huenumapuchaw y de la tierra siempre húmeda del Wallmapuche.
La propuesta de esta antología es por tanto la propuesta de una poética, de una forma de concebir la poesía como parte de una estructura cultural más compleja y al menos constructivamente trascendente, un desafío implícito a la crítica literaria (y de arte en general) convencional que parte de un paradigma metropolitano y moderno para el mayor o menor reconocimiento de los textos que se van ofreciendo con el paso del tiempo. Afortunadamente muchos de estos poemas, por cierto, no por el mero deleite de la originalidad, señalan un camino que difiere por ejemplo de la poética de grandes mestizos (étnica o biológicamente) latinoamericanos como Martí, Cardenal, Neruda o Roque Dalton. Esto quiere decir que lo central de este histórico encuentro colectivo es que en estos textos transitan tradiciones que anteceden la espada de Pedro de Valdivia y la pluma de Alonso de Ercilla. Aquí presentamos tradiciones nacidas en libertad; tradiciones que no inventan literatura, sino que recuerdan la vida mapuche desencadenada y otrora complejamente conectada con lo material y lo inmaterial, articulando su propio y legítimo paradigma comunitario y vital que llega hasta la derrota de Villarrica en Enero de 1883, cuando el general Saavedra, desde Panguipulli, diezma la resistencia mapuche mediante un ataque bacteriológico en el invierno de 1882, posicionamiento final en la última campaña de la «Guerra a Muerte».
Como nos recuerda Domingo Colicoy:
Samas mapuches,
de la tierra brotaron nuestros abuelos;
coma las plantas crecieron
y se multiplicaron.
Par todo el suelo esparcieron
su forma de pensar
y de luchar.
Es por eso
que aún estamos aquí.
La idea de estar presentes porque se ha mantenido el conocimiento y la lucha me parece que se sitúa en el centro de esta poética mapuche bilingüe; Colicoy dice la verdad, una verdad que por estar desfamiliarizada de nuestra experiencia parece una mera figura literaria. Con su pluma habla y ejemplifica lo crucial del conocimiento de los ancestros que también son tierra y raíces (¿simple metáfora?), mientras que el hablante es sencillamente otro árbol más en esta red roja y verde que todo lo penetra y es penetrada por todo. Colicoy concluye esta epifanía siendo el mismo uno de los tantos canales por donde se esparce y nutre este pensar en el presente inmediato. Seguir presentes significa no haber adoptado el terno y no haber dejado que reemplace la manta con el pasar de las generaciones.
Para terminar, esta poesía apela al concepto de «verdad» como ética y como memoria histórica, que traerá risitas a los más sesudos seguidores de los aconteceres del Hemisferio Norte, pero que claramente es otro pilar de esta poética mapuche de liberación material y étnica. Verdad que lucha por articular, y que conceptualmente se riñe con la idea postmoderna de relativismo cultural y axiológico. Su falsificación consiste en que la postmodernidad que el «post» implica progreso y eso contradice y no es explicado por la doctrina postmoderna porque cortocircuita su lógica interna. La verdad mapuche no es un asunto teórico, sino uno que se presenta en la experiencia diaria por medio de la segregación, el racismo y la pobreza ejercidos abierta o embozadamente por el orden establecido.
Estas lecturas, dedicadas a indígenas y mestizos locales y globales, representan una tendencia contemporánea de sacudimiento del paradigma colonial que ha permanecido en las formas republicanas de dominación sobre lo que Edward Said ha denominado «el Otro».
Representa maneras más antiguas, aún vivas, aunque deprivadas de espacio y de gobierno propio. A esa gente le pertenecen estos poemas, desde los textos orales que han encontrado el camino por medio de la memoria de los ancianos hasta los últimos textos de jóvenes de ambos sexos que demuestran haber comprendido y traducido a los tiempos que corren la palabra orgánica de sus ancestros.
Poesía política mapuche.
Una selección
Kom iñchiñ kay
Kom iñchiñ kay, Kom iñchiñ kay
Tañi mapu mew, müleluiñ kay
Kim mapun küleafuiñ taiñ ngebechen mew
Müley taiñ, müley taiñ
Müollokontuken, Müollokontuken
ngenechen mew kay, ngenechen mew kay
fill may, itrokom dewmalu tati
iñchiñ tañi küme mongen mew kay nga
mongen me kay nga, pu peñi
iñchiñ kay nga, iñchiñ kay nga ngenechen mew kay
trokileluiñ, küme che ngen nga
fotüm gefuiñ, iñchiñ ngebechen mew kay
ngenechen pu che püllüngen nür kay
tüfachi mapu mew kay
kom iñchiñ kay pu peñi egün
pu peñi egün tañi mapuche, tañi mapuche
kom kalü mew, müleiñ ta iñchiñ
trafkünukeiñ anümka mew kay
ka üküleiñ püllü mew kay nga
Todos nosotros
Todos nosotros, todos nosotros
En nuestra tierra estaremos
En el conocimiento de nuestro ngenechen
Estamos nosotros, estamos nosotros
En el celebro, en la memoria
De Ngenechen, en Ngenechen
Lleno de todo lo hecho
Tenemos nuestra buena vida
En la sangre, hermanos
Nosotros, nosotros en Ngenechen
Somos considerados como buena gente
Somos sus hijos, pertenecemos al Ngenechen
La gente de Ngenechen unidos en el espíritu
En esta tierra
Todos somos hermanos
Hermanos mapuche, los mapuche
Unidos estamos nosotros
Pero si no abrazamos a la naturaleza
Olvidaremos el poder del espíritu
[Necul Painemal]
Choyke ñi ngollin
!Peñi ka an-ay, peñi ka an-ay!
Tripapay, piam, pu nguluche,
Peñi ka an-ay fücha truli.
Rüngiwi, piam, ñi nentupan
Ñi nguluipeye pu nguluche.
Yawawi ñi nentupan ñi llashu atake nga
Pu nguluche, pingelley kay,
Trufüy ñi nentupan ngañi nguluipeye;
Ellake nga pu nguluche.
Kümelkayaymün longkochif mew may,
Peñiengün, pipiyewi, piam nga,
Pu nguluche.
Iñche nga ñi kuñifall piwke mew,
Fey mew may wütupaeyu, peñi an-ay,
Fücha truli.
Eymi may chumngekelaymi, peñi an-ay
Fücha truli.
Mütewe llükan-ngey, pepi chumfal-lay
Pingekeymi.
Iñcheyem müten may illunwentru ngen:
Nieñmanew ñi finu makuñ,
Nieñmanew ñi shedapañu,
Pike-enew ellake nguluche.
Kiñe epu antü mew fey ñi laftra karü;
Epe wün femngelu ngünetu ngünetufiñ nga
Ñi laftra karü.
Wele mütrurlufemi nga ñi laftra karü.
Fey mew em müten may,
¿Chumlerkeaychi düngu? Piken, an-ay
peñi fücha truli
Fey mew may küpan. Kelluanew may
Ñi wenüy pin.
Chüngkoñmalimew ñi pu kayñe,
katrürupayaymi,
Ka an-ay peñi an-ay fücha truli.
Fey mew küla nüfkü, meli nüfkü
Eltükuafiñ atake nga pu nguluche.
Küla uwül mew, meli iwül mew tripali,
ñi montukafel an-ay
Fey Peñi an-ay fücha truli.
Peñi an-ay fücha truli.
Kuküm wingkul mew wechun mew
Ngañi laftra karü püchü feykülepüdakallefuy may.
Fey ñi mongen, an-ay peñi an-ay fücha truli.
Canto del avestruz
Hermano mío, hermano mío!
Los chilenos, se dice, han salido de su tierra
Hermano, gran ciervo.
Al sacar su cocaví chileno
Los chilenos, parecían sonar unos cascabeles.
Con estruendo hicieron caer sus lazos
Al desatarlos estos chilenos,
Gente que no sirve para nada,
Según se dice.
Al abrir los trapos en que traen lo que comen,
Salen nubes de polvo.
Bonita gente son estos chilenos.
“Sed listos y certeros al enrollar los avestruces,
hermanos”, se decían (alentándose) los chilenos.
Yo con el corazón llenos de temores
Vengo a ti, hermano mío, gran ciervo.
Para ti no hay peligro en esto,
Hermano mío, gran ciervo.
Tienes reputación de temible
Y de que nadie puede medirse contigo.
Yo no más soy el pobre hombre
A que se desea matar.
Diciendo de mí esos chilenos tan malos,
Yo tuviese su manta fina
Y su paño de seda.
Hace pocos días que recibí noticias de ello.
Monto mi tordillo bajo;
Como a la madrugada lo echó a correr ensayándolo.
He aquí, que da un tropezón fatal por la izquierda.
Eso, pues, me puso en mala situación,
Por eso digo: ¿En qué va a parar eso?,
Hermano, gran ciervo.
Por eso, pues, vengo. “Me va ayudar mi amigo”, pensé.
Cuando me rodean mis enemigos,
Pasarás por en medio de ellos,
Hermano mío, gran ciervo.
Entonces tres brazadas, cuatro brazadas
Dejaré atrás a estos chilenos
Que no sirven para trapo.
Habiendo salido de tres o cuatro vueltas
Que hace la boleadora, ya no estoy en salvo,
Hermano mío, gran ciervo.
Cuando mi tordillo bajo dobla su cabeza hasta el pecho,
No alcanzan a hacerme nada.
Y cuando mi tordillo bajo
Sube en los arenales de los peñascos altos,
Su marcha rendiría harto.
Así me escapo con la vida, hermano gran ciervo.
[Pascual Painemilla Ñancucheo]
Nampülkafe ül
Rupan nga, tripan pueltungeyew mapu.
Kuramalal mapu mew pingerkey nga feychi mapu,
Fey mew nga trafmaenew wingka pu wentru,
Chawengün emka, chawengün emka.
Itro epüñpüle wimanentu wimanentufemfiñ nga
Wingka pu wentru em.
Fey mew nga pürakünufemün may nga
Ñi fücha matreru kurü.
Fey mew itro epuñpüle
Wimanaküm wimanakümfemfiñ ngañi matreru kurü:
Itro felenkonpatun fücha ngulumapu,
Pu chawengün emkay, chawengün emkay.
Mongen mu may ñi kuñifall ñi piwke
Itro feypiketun may.
Feypifeypingepatuy nga. Pialmün nga,
Feypiaymün, papayengün emka, chawengün em kay.
Canción del viajero
Pasé acá, me vine de la tierra de Pueltungeyew.
En un paraje que se llama Kuramalal,
Allí me rodearon unos hombres wingka (españoles),
Padres míos, ay padres míos.
Entonces yo con mi rebenque di golpes
A la derecha y golpe a la izquierda,
Golpe tras golpe, rápidamente
A estos hombres wingka.
En esto alcanzo a mostrar en mi gran
Caballo arisco negro.
Y siempre pegándolo de un lado a otro
Sin interrupción a este mi caballo
Arisco negro:
Me entré a todo escape en el gran Chile,
Padres míos, ay padres míos de mi cariño.
Estando con salud mi pobre corazón
Digo esto siempre así como fue.
Y vosotras madres mías, y vosotros
Padres míos de mi cariño, cuando dijereis
Así decía siempre al regresar, lo diréis.
[Pascual Painemilla]
Keneral
Awkayay pirkeenew
Fütra weychafe ñüwa,
Awkafiñ ka anay nga
Fütrake weinka anay
Keneral ngefuy em
Katrü rüpülfiñ nga
Payla payla ngi
Llükalu winka yem:
“perdón” pinieenew;
Kutranpiwkeyefiñ
Fütra keneral,
Awka, awkayelu
Kom pu che ka anay
General
Pelearás me dijo
Un gran lancero
Y al combatir
A los grandes winka
A un gran general
Le salí al encuentro,
Y de sobresalto
Con miedo gritó:
“perdón” díjome;
“compadre” díjome;
lo perdoné y reíme
del gran general,
batallador, batallador
de toda la indianada.
[Manuel Mañkelef]
Inka melu ñi dugun egvo
Auñ gnel llul llam
Huei cañ el llul llan
Guallmequintu torropu
Menm vi mapu,
Ruya duchi ca mapu
Duamcaigna huall
Eimi chigna chupipaignam
Mapuchiyema
¡Agai! ¡agai!
Inche rrume gnemavin
Inaquíntu movium
Pu cuñiball.
Ta tchrroquimoyum
Ta ñipu huinca!
Pel llohuel llan llepihuell llan
Dlad quí paí viñ táiñ munchu,
Chuchi mapu rrumeyay
Quimnoell chimapu,
Aldí gnemapayauyai
Vitchrrun rrupatuí
Cheuchigna mogneam
Verreu cai rrupatuí
Los que fueron a reclamar justicia
Dejaron ¡ay! Sus tierras
Los pobres e infelices
Por ir a mendigar
Su libertad y paz.
Y sin medir caminos
A muy lejanas tierras
Fueron a quejar.
Los huincas o españoles
Así nos lo impusieron;
Qué vale que lloremos
Si aún ni con las lágrimas
A aquellos desgraciados
Volveremos a ver.
A tierra ignota fuimos
A donde nunca hemos ido.
Dejamos atrás la sangre,
Dejamos atrás los nidos.
Del pueblo amargas lágrimas
Los ojos han cegado,
Y ellos que andan errantes
Cuánto no habrán llorado.
Y mientras la justicia
Reclaman del señor,
En niebla y humo las casas
El incendio convirtió.
[Juan Elías Necul]
Salmo
Waranka, meli pataka, ailla mari epu
turpu ngünel
trokiñchenofel iñchiñ
welu langümngekeiñ
küruz ñi duam meu.
Salmo
Nunca fuimos
El pueblo señalado
Pero nos matan
En señal de la cruz.
[Graciela Huinao]
Cholkiñmangey ñi furi
Kúla ruchi kúpay malon,
Küla ruchi inanentufi-in,
Welu feula kúpay
Pepi kewatulayayin
Pu winka tralkatumkey.
Llumuyin inche mawida
Lkalli amupe iñ piuke
Wenumapu umagtualu,
Kalli umagtuple wanglenmew
Kom tüfachy mapu.
We kanchatufuy ñi kuwü
Alün tralka kontupaeiñmew
Tungey ñi fücha casikeyem
Ka inchin wülelngeiñ.
Cholkiñmangey ñi fury
Katrünmangey ñi lonko
Iñ fücha wapo casikeyem
Ka banderanmengey
Ñi trülke-fury
Ina lonko
Koriontukuñmangen.
Amuleiñ ngümanmew piukemew
Iñ mollfüñ witruwey mapumew
Müchayke wiñokintun
Ñi koriontukenielchy lonko,
Epechy dunguala trokiñ
Wüelu ñi ñiküfkülen amuley.
Kiñe wentru lelfün mew
Wiraf-wirafngey
Ñi chiripa ka wirafküley
Wente ñi kawellu
Mütrumpelu ñi trewa.
Kom mapu
Allküy ñi dungun.
Kedintu-kedentu
Lautraro-Lautraro
Pi ñiwirafün,
Ñi pu trewa inannieyew
Kürufreke
Wirarünmu nogpay yengün
Iweñünmu küpaley yengün
Pepan ñi pu che,
Umül- Umülü-yengün wente mapu,
Wentemew rupay pu winka,
Allüfi ti mapu yengün
Allfüli ñi piuke
Konün ina ñi rukamew
Ka ngüman.
¿Eimi may alltütumeem?
Allkütumuchi ka puen pilen
Rupa-rupangey tripantü,
Rupa-rupangey mapu,
Kanchalen ka dewma
Pepi dunguwelan
Allkutumuchi ka puen pipingen.
Le sacaron la piel
Tres veces vino el malón
Tres veces lo rechazamos
Pero ahora viene otra vez
Y no podemos luchar
El winka está disparando
Escondámonos debajo de la montaña
Y que se vaya nuestro espíritu
a dormir sobre la tierra
y que sobre las estrellas
se duerma todo este campo
Cuando recién descansaba mi mano
Muchas armas nos rodearon
tomando a nuestro Cacique
mientras a nosotros nos golpeaban
Le sacaron la piel de la espalda
y cortaron su cabeza
A nuestro valiente Cacique
Y la piel de su espalda
La usaron de bandera
Y su cabeza
Me la amarraron a la cintura
Vamos llorando y nuestra sangre
Riega la tierra
De rato en rato bajo la mirada
A la cabeza que llevo en la cintura
Y me parece que va a hablar
Pero continúa en silencio.
Un hombre va galopando
En la pampa
Y su chiripa galopa
Sobre su caballo
Llamando a sus perros.
Toda la pampa escucha
Sus gritos
Kedintu-Kedintu
Lautraro-Lautraro
Dice su galopar
Y sus perros los siguen
Como el viento
Bajan gritando ellos sobre los
Campos
Silbando por los esteros
Corro a ver a mi gente,
A mi sangre
Pero ya están tendidos sobre el suelo.
Sobre ellos pasan los winkas
Hiriendo de muerte la tierra,
Dividiendo mi corazón.
Entré en busca de mi calor
A mi casa ardiendo,
Brotó el estero de mis lágrimas
Lloviendo sobre mis pies.
¿Ustedes entienden mis lágrimas?
Escuchen el aire explicarlas.
Están pasando los años,
Están pasando los nidos sobre el fuego,
Está pasando la tierra
Y ya me estoy perdiendo
Entre las palabras
Escuchen hablar a mis lágrimas.
[Leonel Lienlaf]
Kupalme
Ana Francisca Raimán Liencheo
Nagantü mew utxunagkülelu mawün
ka choyümekelu külleñ tañi ge mew
lacrimógenos kürüf ñi zuam
Lumaco ñi lelfüntu ta kiñe waranka aylla pataka
kayu rügle chi txipantu mew.
Tami zügun newentuney ta maneluwün
kiñe antü ta wiño nütual feychi mapu
petu tukugel tami füta kiñe fütxa pañillwe mew
Estado ñi nüchefe femetew.
Ricardo Antileo Raimán,
nüchenemm chi pañilwe
Angol mew, Traiguén, Temuco
ka Regimiento Miraflores ñi txafruka
geñikanlay
tami wentxuwfe püllü,
tami nowül tol püchüpüramkünufilu
ta weyake kutxankalchefe ñi age.
Elisa Huaiquimil Queupo,
Chi püchü zomo geno ñuke, geno chaw ta txemlu,
lakayefilu chi weychafe José Miguel Queupo,
itxo küme piwkeye
füwkelu ñi txemümkechi wüfisa ñi kal
eñumküleam taiñ püchükeche pewma,
taiñ güman ka taiñ ayen chemuanta ayüwüymakefilu
ñi pu antü ka ñi pu rakizuam.
Antonio Antipi Huaiquin,
wewpife, amulnelu zügu,
Lonkomill ñi küpalme tz nielu,
fachi üy ta kechafilu
ta Saavedra ñi pu kewafe, Urrutia, Pedro Lagos.
Eymün, tañi pu laku
Tüfachi age geymün kewlukewlugen llenelu ta iñche az kürüf
tañi ül geymün, tañi kewlun
chumkawnorume mailanoalu iñche ñi pozümgeael.
Descendencia
Ana Francisca Raimán Liencheo
En la tarde de lluvias torrenciales
Y lágrimas que brotaban de tus ojos
Por efecto de los gases lacrimógenes
En los campos de Lumaco en 1967.
Tu voz fortalecía la esperanza
De recuperar un día esas tierras
Mientras tu esposo era introducido en un camión
Por los agentes del Estado.
Ricardo Antileo Raimán,
Los barrotes de las cárceles
De Angol, Traiguén, Temuco
Y las paredes del Regimiento Miraflores
No doblegaron
Tu espíritu rebelde, tu altiva frente que humilló
El rostro de los viles verdugos.
Elisa Huaiquimil Queupo,
La niña que quedó huérfana de padres,
Nieta del guerrero José Miguel Queupo,
Que con cálida dulzura
Hilaba la lana de las ovejas que criaba
Para abrigar nuestros sueños infantiles,
Nuestro llanto y risas con que alegrábamos
Sus días y sus pensamientos.
Antonio Antipi Huaiquin,
Weupife, vocero de la historia,
Descendiente del linaje Lonkomill,
Nombre que ahuyentó a los sicarios
De Saavedra, Urrutia, Pedro Lagos.
Ustedes, mis abuelos
Son ese rostro que flameando llevo el viento
Son mi canto, mi bandera
Que jamás permitiré sea mancillada.
[Ricardo Loncón]
Trepétripatunge
Lelíwülnge tami puke nge kintúfe chi pelóg
Wechárnentugafiel fachi llümllümümekechi koyla mongén.
(Los Muertos de Cristo)
Lamngen
Ürküngemayew aféluwnge
Fentte tami fillántü anükünuwmeken
Iyal ta ñüküf
Re felen ta korütual
Lamngen
Zoyürpuy nga
Yewén ñi wechúñ
Zullínzomongekalu reke ta wechímaapu püle ka fachi wapi ñi puke rüpü
püle
Fey naryüm nga pun tañi angé mew
Wiféntu trawünkey llenga
Lamngen
Kenükonkilnge
Tami ngünén ñi langümkütemekengen new
Ka ñüküfnarkilnge
Püñpázküyawele nga tami kárukatu
Fentre conaditulekaynga
Lamngen
Trepénge!
Trepénge!
Trepénge!
Kiñe kanin nga
Petu fochízmaymu tami ñizófün.
Puedes despertar
Abre los ojos en busca de la claridad
Rompiendo el espejismo de esta falsa claridad
(Los Muertos de Cristo)
Lamngen
cánsate y abúrrete
de sentarte todos los días
a desayunar en silencio
almorzar incercia
Lamngen
crece
su alteza la vergüenza
coronada de reina en los campos y las calles de esta isla
y cuando la noche cae sobre sus mejillas
va de fiesta en fiesta
Lamngen
no seas cómplice
del asesinato de tu conciencia
y no calles cuando tu vecino
se intoxique de sobredosis de CONADE
Lamngen
despierta!
despierta!
despierta!
un jote
te está succionando las neuronas.
[Carla Guaquín]
Rakümütuyu mew
Amuwiayu peñianay amuwiayu peñianay
Wenuntupüle rüpü mew mülepaayu
Waychufüayu tayu Ngoymayu,
Duamtu mülekefuyu…
Petu nieyu futa newen
Ñi mapuñuke ka lamngen
Inkaayu nowüayu peñianay…
Wiño nieyu wiñontuyu lipang mea
Ñi dungupiayu ngeykufüayu
Pitrongküleyo ka rakümütuyu
Peñianaypeñianay
Amuwiayu peñianay amuwiayu peñianay
Ülkantuwiyu tayül üñümche kumey trepeay
Ñi yerpun müleayu fuxa pewmatukay…
Amuwiayu peñianay amuwiayu peñianay
Mapuche nieyu afmatufalngeyu itrokom
Weftukefuyu ñi kuifikeyem tayu newen
Weuwakefuyu peñianay weuwaiñ!
Desde el encierro
Iremos hermanos iremos
Por el camino del cielo
Cambiaremos nuestro olvido
Pues supimos recordar…
Aún somos la gran fuerza
Que con bravura sabrá defender
A nuestra madre y hermana también…
En brazo fuerte tenemos wiño
Y nuestra voz hará estremecer
Desde el encierro y agobio
Querido hermano querido hermano
Como uno iremos, juntos hermanos como uno
Cantaremos la buena canción del hombre pájaro
Que hará despertar nuestro lucero
Que en el gran sueño está…
Iremos hermano iremos hermano
Mapuches somos totalmente admirables
De nuestros ancestros renacimientos somos
Con gran poder
Hemos vencido hermano mío y venceremos!
[Wewün Nagtül]
*(Isla de Calbuco-Chile, 1973). Poeta y editor. En la actualidad, se desempeña como profesor de castellano y pedagogía en la Universidad de Los Lagos (Chile). Ha publicado los libros El ojo de vidrio (2001), Palimpsesto (2005), Cantos para niños de Chile (2005), Ül kalul: cantos del cuerpo (2007), entre otros.