Por Elena Buixaderas*
Curaduría de la muestra por Víctor Rodríguez Núñez
Crédito de la foto www.palata.fzu.cz
No te olvides de nacer.
9+1 poemas de Elena Buixaderas
Has conseguido por un instante
detener el tiempo
despertar a los extraños
que dormitan en el otro hemisferio
Una vez estuvieron a mi lado
Y ahora regresan a mí
en palomas blancas que cruzan Europa
vencen el cansancio del mundo
y el elixir de la costumbre
Has conseguido por un instante
desviar el rumbo de los relojes extraviados
y aún no sabes
que mides veinte centímetros de vida
La plenitud esférica
de tu presencia ya no me asusta
El deshielo tamborilea en la ventana
a la vez que tú
anunciando el despertar de la savia
Todo transcurre ahora
eternamente despacio
los tranvías
deslizándose por húmedos raíles
en busca de pasajeros
las gaviotas
planeando entumecidas
sobre el hielo del río
Sólo el pensamiento bulle vertiginoso
en palabras esculpidas
demasiado deprisa
en el aire de la mañana
La sensación de la espera es tan extraña
como la certeza de no ser
más que un instrumento
una vasija de la que no sé
si tienes consciencia
Mariposas
No sé cómo decirte
que la belleza es frágil
y con el tiempo
tiene menos sitio en este mundo
No sé si al levantar el rostro
del áspero suelo
aún verás titilar
las mismas estrellas que Copérnico
Ya no existe la oscuridad
exiliada por las farolas
al reducto de nuestros pensamientos
No es necesaria
Ya sabemos dónde están las estrellas
Cada una en su sitio
y con su nombre en el catálogo astronómico
Los saltamontes huyen despavoridos
de las siniestras segadoras
desde que les robamos las praderas
Y las mariposas…
¿Cómo explicarte
por qué no hay apenas mariposas?
Sólo puedo decirte
que corren malos tiempo para las orugas
Entablamos con ellas
una guerra de muchas décadas
y triunfamos victoriosos
a base de armas químicas
Corren malos tiempos para las orugas
y para los poetas
pero no te preocupes
les haremos hueco
en nuestro jardín
Te negaste a andar
como si intuyeras
que la vida iba a ser un camino
demasiado arduo
como si supieras
que reptar sigilosamente
te ahorraría desengaños
en un mundo de ofidios
Te negaste a andar
y dejaste pasar el tiempo
desde cuatro pilares
aferrado a la tierra
Como si no tuvieras prisa
por llegar a ninguna parte
Ahora sé que tenías razón
El tiempo no existe
Ignoro cómo lo adivinaste
Pero lo dicen tus ojos tristes
cuando prometo
cada tarde
recogerte a las cinco
Sólo tú puedes contarme
cómo transcurre el tiempo en un agujero negro
Tal vez latente espera
el grandioso estallido
que alumbra un nuevo universo
Tal vez existe invertido
acortándose hasta alcanzar
forma humana
Sólo tú puedes descifrar
la intensidad de cada latido
interpretar los ecos
sumergidos en la noche uterina
deshacer el misterio primigenio de las estrellas…
No te olvides de nacer
Contemplar por primera vez
Absorber
Mirar y ver
lo que a los demás
ya se nos oculta
El candor de las piedras
lamidas por el agua lenta
Abrir los ojos y percibir
el aleteo de las gaviotas y los cisnes
con el asombro intacto
en una tarde de primavera
No nos creó un dios
nos crearon las estrellas
En su megalómana muerte
En el estallido nuclear
que lanzó nuestros átomos al espacio
Millones de años para que se concentraran aquí
en este punto
en este instante
en esta vida que no elegiste y que te desborda
en la que sólo puedes decidir
si ha llegado el momento de abandonarla
Y a veces ni eso
Dividido en dos
atraviesas el aire
de la noche calurosa
Dos mentes
dos almas
dos lenguas
Dos mundos
cotiledones que se amoldan y ensamblan
en el aglomerado palpitante
de tu persona
Jocosidad
Subió al autobús
con un gigantesco oso de peluche
Durante unos minutos
cambió la vida de todos los viajeros
Sentado tras la criatura peluda
tan sólo asomaba su pelo rubio
Las zarpas se mecían al compás del motor
Él escondía su rostro teutón bajo la descomunal cabeza
Y las sonrisas se extendían por los asientos
como ondas en un estanque
Subió con nosotros al autobús
Subió a la ternura en forma de plantígrado
(¿para quién sería el oso?)
Pero no tuve tiempo de darle las gracias