Por Diego Vinhas*
Curador de la muestra Fabrício Marques
Traducción por Ellen Maria Vasconcellos
Crédito de la foto el autor
No es posible escuchar mucho más.
13 poemas Diego Vinhas
dobles
nación es un concepto que se refiere a una población
con el mismo origen, lengua, religión y/o
cultural. nación, por lo tanto, es más amplio y complejo
que pueblo.
pueblo es la población de un Estado
considerada jurídicamente, un grupo de personas
sometidas a un determinado orden estatal.
un pueblo puede ser constituido de distintas naciones,
a ejemplo de las etnias tribales. Luego, pueblo es más
complejo y amplio que nación.
ciudadano es el miembro de un Estado que esté apto
a gozar de derechos civiles y políticos por éste
garantizados. puede ser menos amplio y complejo, pero
es donde empieza el juego.
crédito es una cuantía que se debe a un agente
financiero. sin que se llegue a una respuesta, están anuladas
todas las opciones anteriores.
vhs
hijo pródigo en regreso
a la dimensión del accidente
de las monedas pálidas
que retuve entre mis dedos
sobraron
una oración por la oportunidad
de equivocarse por último
aquella sensación
de que sus cigarrillos
son el mejor de ti.
visita
de la misma materia
de que son hechos
los domingos
– tedio y vapor en esteatita –
se componía a espera
en un gesto más
blanco
de un calendario
las cosas, después, tienen el tamaño de un equipaje
cada uno sabe el peso de sus alzas, la medida de lo que
escurre. y comulgan, más allá del instante y de las
coordinadas, la dosis de un tedio que rumia y
aprende a doler,
después.
primero, las cosas mueren.
chiaroscuro
tal vez bajo la noche
callosa de grillos
un
mi hijo
tal vez
existiera
y, vacío, evitara una sílaba
mientras
pastorea
el camino del juguete:
un trenecito
que no carga voces
en sus vísceras plásticas
que no retrasa
como los trenes del interior
y – ajeno a los
ojos de canica –
a penas
cumple
los carriles
de esta noche
de pánico y
esgrima
Benfica
de las guerras que siempre respiran
en algún lugar del mundo,
aterriza aquí este
atrito
contra la tarde lista para
golpear mi abrazo
en el recuerdo en el cual decías que caminar
por una ciudad
desconocida es tomar la vida
de alguien,
en préstamo,
contra la luz (y su monólogo,
esta milonga), esta
bella infelicidad a jugar
une los puntos
con cumbreras, árboles
y sombras del barrio
fundidos sin voz
como en una
lengua
de estatuas
canción de vapor
nunca viví en otra
ciudad. otras
casas sí, el
refugio (de alegría y
enfermedad) en
instalar el cuerpo, la
misma arruga
entre el que se funde con
y el que para siempre
ajeno. no
sé de la posesión (nunca
viví en otra
ciudad) de esquinas
inéditas bajo las
zapatillas, o,
izando la mirada
del pequeño caos de
renglones y letras,
casi ver la casa que
no vino, el escupitajo
seco, una familia que
aplastada
aún saluda del
mapa
el humo se mueve
estoy en un tren,
en algún lugar de
Umbría entre Perugia
y Assis, ella tecleaba
pero preferí inventar
un postal. el
rostro de perfil,
casi posado para
monedas, embuste de
algún cesar tardío
y sin apellido,
cabello dormido bajo
la bufanda morada. cuando
él fotografió, ella
miraba la falta de
paisaje, vestida
como se huyera
de alguna hagiografía y
agarrara el primer
vagón solamente para
otra armadilla, la
cárcel en un cuadro
de Hopper. cuando él
me mostró esa foto
solo pensé en eso
y desde entonces
desarrollé un apego
a esa imagen,
ella decía, antes
que los dos se
disolvieran o
volvieran a vivir
en las páginas del
cuaderno anaranjado
teoría de las cuerdas
a fin de cuentas, las unidades de la materia
no serían puntos sin dimensión (partículas) sino
objetos extensos (filamentos) unidimensionales
semejantes a una cuerda
y la vibración de cada cuerda en diferentes
frecuencias originaría las diferentes partículas
como todos los sonidos posibles
que se arrancan de las mismas cuerdas
de una guitarra
por unir las teorías cuánticas y de la relatividad
en una sola estructura matemática ella
podría ser una teoría de todo
donde cualquier trazo de materia es
a fin de cuentas, por así decir
un baile (también las ranuras del cuello la taza
de café de estimación el banco improvisado
los nudos de otra cuerda donde el cuerpo hace poco
(solo aparentemente) ya no vibra).
ordalías
hasta que se lea el acta: como una
canción o un tumor que nace
del amor y de la guerra
la mirada en cualquier escenario
es también un modo de
despedida. pero nos
equivocamos. contra el peso de.
alguien viste su mejor máscara
boca empedrada en muecas
de risa en el medio de las siluetas, de la
cola de los días, carcasas sin
memorias. hecho moscas. alrededor de.
verdades cada vez más gordas
donde entra la bayoneta y el dinero
escurre. la sangre escurre. para
el honor de.
el pudrir de toda sombra
bajo la sombra de.
tantas voces, la imagen tal vez
de una estación de tren
destruida. mil caerán a tu
lado. diez mil a tu derecha. y dentro
de ti muchos muertos. todos
muertos. en nombre. en nombre de.
miseria
está
en las ropas por lavar
en la formación de la cordillera
sobre la cama, en el
premolar que mastica, mastica
sin discernir las legumbres en flotación
en el caldo oxidado (niebla de sopa
trabajando como
en la pantalla de la compu prendida para nadie).
en la casa entera en rutas de fuga
de los pedazos expulsos del sueño.
en el exilio feroz del cuerpo
en las estrías de la piel
verde-agua de la nevera
y en el gesto
en arreglar la tranza en la hija, las manos
demasiadas adultas para no conocer
el azote que acompaña gratis
cualquier mecanismo de amor.
está allí también.
año del perro
éste es año manco. nubes en encaje a prisas
como entropía de sábanas, un puente manco.
tal vez hayamos sobrevivido. hay siempre muchas hipótesis:
un desfibrilador. un vendedor de enciclopedias.
un billete de excursión a las aldeas encantadoras
(enfermas de turistas) donde también se ama equivocadamente.
un pincho. una lagartija jugando a las estatuas.
en algún punto tal vez se sostenga
el peso hambriento del real.
letra muerta
(voltea el vaso y rasca su propio gueto en la faz)
sí, estoy aquí hace mucho tiempo
y ya intenté hablar esa lengua
(en un barco cruzando el Atlántico o Mediterráneo,
donde su aire batalla con el aire del otro en el imposible
del espacio) (en un vagón clandestino, atracado
con heno a flotar en la marcha de torpor que los trenes
inventaron, haciendo chocarse los sueños con
la plantación de papas y animales soterrados vivos para
contener la radiación) (el miedo en travesía, suelo
en rajas de la luna, evitando cactos y concentrado en no
escuchar el primer – no es posible escuchar mucho más
que el primer – disparo de la policía de la frontera.)
ya intenté hablar esa lengua, solo aprendí a decir (inaudible)
pero mi abuela gitana me enseñó a descifrar eso (ilegible)
en la línea de mi mano y a cortar cajas de cerillas formando
un (incomprensible).
(parece ceñir la frente, pero, mirando mejor, son arrugas. fija
un punto detrás de la cabeza del entrevistador, mundos detrás)
un día acuérdate de esa camisa de botones
y piensa en la genealogía de abotonarse la mejor camisa
en un lugar así
y acuérdate que, aunque sea el año 2666,
si rasgas el pantalón y arrancas la pierna
y aunque lo limpies y lo friegues y lustre la tibia
tu hueso seguirá siendo
extranjero
————————————————————————————————–
(poemas en su idioma original, portugués)
Não é possível ouvir muito mais.
13 poemas de Diego Vinhas
dublês
nação é um conceito que se refere a uma população
com a mesma origem, língua, religião e/ou
cultura. nação, portanto, é mais amplo e complexo
do que povo.
povo é a população de um Estado
considerada juridicamente, um grupo de pessoas
submetidas uma determinada ordem estatal.
um povo pode ser constituído de várias nações,
a exemplo das etnias tribais. logo, povo é mais
complexo e amplo que nação.
cidadão é o membro de um Estado que esteja apto
a usufruir de direitos civis e políticos por este
garantidos. pode ser menos amplo e complexo, mas
é onde começa o jogo.
crédito é uma quantia que se deve a um agente
financeiro. sem chegar aqui, estão anuladas todas
as opções anteriores.
vhs
filho pródigo em regresso
à dimensão do acidente
das moedas pálidas
que retive entre os dedos
sobraram
uma prece pela chance
de errar por último
aquela sensação
de que seus cigarros
são o melhor de você
visita
da mesma matéria
de que são feitos
os domingos
– tédio e vapor em pedra-sabão –
compunha-se a espera
num gesto mais
branco
de um calendário
as coisas, depois, têm o tamanho da bagagem.
cada um sabe o peso das alças, a medida do que
escorre. e comungam, além do instante e das
coordenadas, a dose de um tédio que rumina e
aprende a doer,
depois.
primeiro, as coisas morrem.
chiaroscuro
talvez sob a noite
calejada de grilos
um
meu filho
talvez
existisse
e, baldio, evitasse uma sílaba
enquanto
pastoreia
o caminho do brinquedo:
um ferrorama
que não carrega vozes
em suas vísceras plásticas
que não atrasa
como os trens do interior
e – alheio aos
olhos de gude –
apenas
cumpre
os trilhos
desta noite
de pânico e
esgrima
benfica
das guerras que sempre respiram
em algum lugar do mundo,
pousa aqui este
atrito
contra a tarde pronta para
esmurrar meu abraço
na lembrança de você dizendo caminhar
por uma cidade
desconhecida é tomar a vida
de alguém,
emprestada,
contra a luz (e seu monólogo,
esta milonga), esta
bela infelicidade a jogar
ligue-os-pontos
com cumeeiras, árvores
e sombras do bairro
unidas sem voz
como em uma
língua
de estátuas
canção de vapor
nunca morei em outra
cidade. outras
casas sim, o
refugo (de alegria e
doença) em
instalar o corpo, a
mesma rusga
entre o que se funde com
e o para sempre
alheio. não
sei da posse (nunca
morei em outra
cidade) de esquinas
inéditas sob os
tênis, ou,
içando o olhar
do pequeno caos de
linhas e letras,
quase ver a casa que
não veio, o cuspe
seco, uma família que
espremida
ainda acena do
mapa
a fumaça se move
eu estou num trem,
algum lugar da
Umbria entre Perugia
e Assis, ela teclava
mas preferi inventar
um postal. o
rosto de lado,
quase pose para
moedas, embuste de
algum césar tardio
e sem sobrenome,
cabelo dormindo sob
pano roxo. quando
ele fotografou, ela
fitava a falta de
paisagem, vestida
como se fugisse de
alguma hagiografia e
agarrasse o primeiro
vagão apenas para
outra armadilha, o
cárcere em uma tela
de Hopper. quando ele
me mostrou essa foto
eu só pensei nisso
e desde então
desenvolvi um apego
com essa imagem,
ela dizia, antes
que os dois se
desmanchassem ou
voltassem a morar
nas páginas do
moleskine laranja
teoria das cordas
no fim as unidades mínimas da matéria
não seriam pontos sem dimensão (partículas) mas
objetos extensos (filamentos) unidimensionais
semelhantes a uma corda
e a vibração de cada corda em diferentes
frequências originaria as diferentes partículas
como todos os sons possíveis
que se arranca das mesmas cordas
de um violão
por unir as teorias quântica e da relatividade
em uma só estrutura matemática ela
poderia ser uma teoria de tudo
onde qualquer traço de matéria é
no fim por assim dizer
uma dança (também os sulcos no pescoço a xícara
de café de estimação o banco improvisado
os nós de outra corda onde o corpo há pouco
(só aparentemente) parou de vibrar)
ordálias
até que se lê a ata: como uma
música ou um tumor que nasce
do amor e da guerra
o olhar em qualquer cenário
é também um modo de
despedida. mas nos
enganamos. contra o peso de.
alguém veste sua melhor máscara
boca empedrada em esgar
de riso no meio das silhuetas, da
fileira dos dias, caçambas sem
memória. feito moscas. em volta de.
verdades cada vez mais gordas
onde entra a baioneta e o dinheiro
escorre. o sangue escorre. para
a honra de.
o apodrecer de toda sombra
sob a sombra de.
tantas vozes, a imagem talvez
de uma estação de trem
destruída. mil cairão ao teu
lado. dez mil à tua direita. e dentro
de ti muitos mortos. todos
mortos. em nome. em nome de.
miséria
está
nas roupas por lavar
em formação de cordilheira
sobre a cama, no
pré-molar que mastiga, mastiga
sem discernir os legumes em flutuação
no caldo ferruginoso (névoa de sopa
trabalhando como orvalho
na tela do PC ligado para ninguém).
na casa inteira em rotas de fuga
dos pedaços expulsos do sonho.
no exílio feroz do corpo
nas estrias da pele
verde-água da geladeira
e no gesto
em arrumar a trança na filha, as mãos
adultas demais para não conhecer
o açoite que acompanha grátis
qualquer mecanismo de amor.
está ali também
ano do cachorro
este é um ano manco. nuvens em encaixe às pressas
como entropia de lençóis, um poente manco.
talvez tenhamos sobrevivido. há sempre muitas hipóteses:
um desfibrilador. um vendedor de enciclopédias.
um voucher para a excursão aos vilarejos encantadores
(adoecidos de turistas) onde também se ama errado.
uma farpa. uma lagartixa brincando de estátua.
em algum ponto talvez se sustente
o peso faminto do real
letra morta
(vira o copo e coça seu próprio gueto na face)
sim, estou aqui há muito tempo
e já tentei falar essa língua
(numa embarcação cruzando o Atlântico ou Mediterrâneo,
onde seu ar guerreia com o ar do outro no impossível
do espaço) (em um vagão clandestino, atracado
com feno a flutuar na marcha de torpor que os trens
inventaram, fazendo esbarrar entre si sonhos com
a plantação de batatas e animais soterrados vivos para
conter a radiação) (no medo em travessia, chão
rajado de lua, evitando cactos e concentrado em não
ouvir o primeiro – não é possível ouvir muito mais
que o primeiro – disparo da polícia de fronteira.)
eu já tentei falar essa língua. só aprendi a dizer (inaudível)
mas minha avó cigana me ensinou a decifrar isso (ilegível)
na linha da mão e a cortar caixas de fósforos formando
um (incompreensível).
(parece franzir a atesta, mas, olhando melhor, são rugas. fixa
um ponto atrás da cabeça do entrevistador, mundos atrás)
um dia lembre dessa camisa de botão
e pense na genealogia de se abotoar a melhor camisa
em um lugar assim
e se lembre que mesmo no ano 2666
se você rasgar a calça e extrair a perna
e limpar e esfregar e polir a tíbia
o seu osso continuará
estrangeiro
*(Fortaleza-Brasil, 1980). Poeta. Abogado por la UFC (Brasil). Fue coeditor de la revista Gazua e integró el grupo de intervención urbana Rasura. Se desempeña como defensor público. Ha publicado en poesia Primeiro as Coisas Morrem (2004), Nenhum Nome Onde Morar (2014) y Corvos Contra a Noite (2020).