Por Pedro Casusol*
Crédito de la foto (izq.) Ed. Asociación Peruano Japonesa /
(der.) archivo del autor
Los juegos de la carne (2022),
de Jhemy Tineo**
De los varios libros que llegaron a mí el año pasado, Los sacrificios de la carne de ha sido uno de los más sorprendentes. Ganador del premio José Watanabe 2021, se trata de un conjunto de relatos hermanados por un lenguaje y un mismo escenario, una aldea llamada Zapote en la selva amazónica. El libro constituye un descubrimiento, el de un nuevo territorio hasta entonces muy poco explorado en la literatura: la selva de los migrantes andinos y evangélicos, un nuevo sincretismo que sirve de marco para los herederos de Los inocentes, los personajes de Oswaldo Reynoso, o de “Montacerdos”, el genial cuento del veterano Cromwell Jara.
El libro consta de siete relatos divididos en dos secciones. Si bien ganó un concurso de cuentos, la obra puede leerse como una novela fragmentaria en torno a un grupo de niños que quedan desamparados en el pueblo, luego de que sus madres huyeran y el patriarca se suicidara arrojándose del monte. David, Géneris y Moisés, apodado Perrito Vago, protagonistas de estos relatos, aparecen desde el inicio condenados al pecado y a la defenestración. Como han perdido toda fe, ya nada les importa: los vemos profanar la Biblia, arrojar piedras a un pastor pedófilo o espiar sin mayor pudor a Las Fey, las niñas del pueblo, cuando defecan o se bañan en el río.
Los sacrificios de la carne bulle de sexualidad y fetidez. Tal vez sus mejores momentos se los deba a las fantasías de sus personajes, esos fogonazos de imágenes prohibidas y transgresoras en una atmósfera de represión. Sus voces, el lenguaje implantado desde el narrador y sus diálogos, descubren un universo de colores, sabores y sensaciones; esa selva, tantas veces representada exótica y salvaje, en el libro de Tineo se transforma en un territorio de terrores bíblicos y fanatismo. Una aldea habitada por mujeres unidas en poligamia con ancianos, fanáticos de cabello largo alzados en armas y una radio vetusta, adonde llegan los sonidos del exterior en forma de canciones pop.
El primer relato, “Te dije que Dios nos iba a castigar”, impone la pauta de lo que será el devenir de los niños. Mientras Moisés profana la Palabra Sagrada arrancando sus hojas de papel biblia, Génesis peina a su muñeca de trapo y David toma el rifle para jugar a la guerrita. Una bala perdida alcanza a la niña y marca el destino callejero de los niños, en ese pueblo herido por la tristeza. El universo entonces se materializa en el maracuyá con chancaca que devoran escondidos bajo las esteras, en las ramas del árbol desde donde espían a las niñas o en los juegos de la carne a los que se entregan con lujuria.
Un salto hacia atrás en la línea temporal permite conocer a sus madres, abandonadas y condenadas a vivir en un pueblo sin hombres. Los ancianos entonces las desposan para seguir engendrando descendencia, pero ellas empiezan a parir seres endemoniados o animalizados, “tocados”, que infunden el terror en la aldea. Nacido en Moyobamba, en la ceja de selva de San Martín, Jhemy Tineo ha sido considerado por Ricardo González Vigil “la revelación literaria del año”. En entrevista para un medio arequipeño, el autor considera que el rechazo editorial que sufrió Los sacrificios de la carne le dio buena suerte en el concurso. Reconoce la violencia y erotización que subyace en sus cuentos, y confiesa que todo lo que ha escrito no ha sido más que un largo aprendizaje para escribir, algún día, la historia de su padre.
*(Lima-Perú, 1986). Narrador, ensayista y periodista. Fue un joven incendiario en cierta escuela de escritura y en talleres de narrativa que frecuentaba desde el colegio. En paralelo, se educaba en parques y pasajes aprendiendo mejores formas de perder el tiempo. Ha estado obsesionado con poetas tan disímiles como Allen Ginsberg y María Emilia Cornejo, llegando a publicar investigaciones sobre ambos. Ha publicado las novelas Once quince y Barranco City Mon Amour (2021); y en ensayo Soy la muchacha mala de la historia (2019).
**(Moyobamba-Perú, 1986). Narrador. Magíster en Escritura Creativa por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú). Se desempeña como docente. Obtuvo el Premio José Watanabe Varas de Cuento (2021), así como fue finalista del Premio Copé de Cuento (2022). Ha publicado en cuento Los sacrificios de la carne (2022).