Las constelaciones oscuras. 7 poemas (inéditos) de Marina Irkalla

 

Por Marina Irkalla*

Crédito de la foto Ricardo Milla Toro

 

 

Las constelaciones oscuras.

7 poemas (inéditos) de Marina Irkalla

 

 

Gravedad

 

Adentro de un abismo siempre hay otro.

Y si no hay diferencia habrá distancia.

Roberto Juarroz

 

Para llegar al principio de todo

se necesita gravedad,

un agujero acústico desmadejado

con la lentitud del caracol.

 

Para llegar al principio de todo

se necesita olvidar

que el tiempo empuja los cuerpos

hacia abajo,

hacia un conducto del que no se conoce

su complexión ni la certeza del fondo.

 

Flojas en el aire

caen texturas silenciosas de carne,

restos de cristal

que voy triturando en las alturas

donde no se conoce el sudor

de los mamíferos.

 

Flojas en la luz

caen piedras preciosas,

llamadas

−cuajos−

de un nervio llamado resplandor.

 

 

 

Caída libre

 

No conozco la dimensión que me sostiene

 

ni su física aerodinámica.

 

Me he dejado ir sin paracaídas,

 

sin nombre y propulsión.

 

Por este brazo de la Vía Láctea

 

transito el territorio del cristal,

 

de la geometría incomprensible,

 

de las constelaciones oscuras.

 

Cuántas preguntas por hacer a las formas hechas,

 

al hexágono,

 

al triángulo,

 

a los desiertos ondulados y a los libros finitos.

 

Cuando indago por el nombre de las cosas,

 

se abre el espanto,

 

se oye un trueno,

 

se oye otro,

 

se desprenden rocas:

 

un rayo bien puede ser el pulso de Dios

 

cuando el verso ladra.

 

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Electrovibración

 

Take silence and try to be silent.

Take words and try to speak.

Beyond language, language is a wound

from which the world flows and flows.

Amir Or

 

Al despertar, el sonido del primer canto

poseía varias capas,

martilleaba contra la pared del aire y el tímpano

se hacía estrecho en cada eco,

pero alcancé a acariciar

las esdrújulas consteladas.

 

Resbalando

 

vi cómo incidía en la cúpula cada masa de carne magnética,

zumbaba el ruido,

se replegaba musculoso como un enjambre

expulsando colores y trucos de invierno,

crujían las gemas arriba:

la aurora se acercaba trayendo en su cabellera

diminutos gusanos de luz

 

 

 

Pre(poética)

 

Ahora camino sobre una superficie de papel,

descalza palpo su carne transparente

dúctil celulosa que en otro tiempo

fuera un bosque para sí mismo.

Sobre mi cabeza cae una tormenta de raíces,

negros lexemas que levantarán la arquitectura

de otro universo.

En la interzona de los sentidos

ruedo por la pendiente hasta llegar al filo,

al fondo donde se recorta la página

como una hoja de metal

y entonces comprendo una verdad:

no seré ave,

no seré pez,

nunca seré elefante,

en la interzona de los sentidos

aprenderé primero a ser luciérnaga

en el idioma de los lampíridos.

 

 

 

Percepción

 

Fosforece la forma del silencio

y le devuelvo la mirada.

Ante él se descubren todos los objetos antiguos

que presentía en la niñez,

como el tiempo, los gerundios y las cosas.

En la revelación más imprecisa

cada coma encuentra su lugar,

cada punto se sabe exacto,

cada línea esconde una verdad.

La tinta nace en el dedo y se expande

con la claridad de un astro

hacia el nacimiento

del texto encarnado.

Si soplas una vela, se hace el día,

si soplas una vela, cae la noche:

es una sola flama la que teje el mundo.

 

La poeta Marina Irkalla
La poeta Marina Irkalla

Relampagueo

 

Es la hora de los coleópteros

un silbido continuo,

el tiempo pasa de prisa y

alrededor, el microcosmos de los juncos

se enciende.

Es la hora de las luciérnagas,

vomito palabras

que no comprenden los arácnidos

ni los anfibios.

Abro la mandíbula y extraigo

fango,

semillas,

un par de antenas,

adjetivos viscosos,

un hilo vegetal

que estiro y no acaba.

 

 

 

Metamorfosis

 

Los órficos insectos seabruman

y las luciérnagas fuman;

cuando lucen los silfos galones.

José María Eguren

 

Tendida sobre la medianoche

abandono las antiguas formas de mi cuerpo,

me encaramo en el nuevo esqueleto,

ajusto las alas y el abdomen lumínico:

otro cuerpo es posible.

Mudar los tejidos

puede también ser dulce,

si la muerte es un bucle temporal

por donde todo se renombra.

La flor del Verbo brinca

abierta

en su preñez.

 

 

 

 

 

*(Piura-Perú, 1988). Viajera, amante de las mariposas y de las ciencias exactas como la criptozoología. Estudió Literatura peruana e hispanoamericana en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (Perú). Obtuvo el Premio Nacional de Poesía Javier Heraud (2014) y una mención honrosa en el Premio Copé de Poesía (2018). Ha publicado en poesía Memorias del rayo (2016). Está próxima a publicar su segundo libro Fluminis Fons.

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