Por Carla Andaluz*
Crédito de la foto la autora
Laberinto.
Poema de Carla Andaluz
Laberinto
Espero resucitar y no fenecer en la espera
En donde los sueños sueñan en ser pesadillas
Y las señales en mi cuerpo son imperceptibles al verde de sus praderas
Como alfombras fértiles que ocultaron su sonrisa
Entonces
Nunca más sus ojos,
nunca más su voz
nunca más ella
Soy el jardín donde habitan los cuerpos olvidados.
El río violento que desemboca en el mar de sus ojos
La sombra de una sonrisa extraviada.
Aún queda un poco de dolor en mis mejillas
Y la cicatriz que dibuja su ausencia
Es el mejor pretexto para recaer y levantarme
frente a sus ojos
detrás de su voz
Lejos de mí.
Le canto a la luna y sus altibajos
Al oficio de pensarte sin esperarte
Cual fluido de la muerte que derraman mis ojos
Al perderte
Al no tenerte.
Soy hija de la flor más triste
Madre de tierras áridas.
El cuerpo de sus ojos oscurece mi reposo
Y tengo miedo
De su admiración oscura.
Y tengo miedo
De la mística con la que abraza el caos.
Espero resucitar y ser el viento que me lleve a tu morada
Pertenecer al otoño
Descender de un suspiro
Del incierto camino que conduce al osado.
No preciso el partir de mi cuerpo
Doscientos huesos y mi sien, olvidan su nombre con la misma vehemencia con la que hoy me acuerdo de ella.
paredes angostas son todo mi universo
Somos polvo perdido en el camino
que al palpar el viento seduce a la briza gangrena
Ahora sé lo que es recorrer el camino sin un cuerpo
Arder y sentir frío.
Otra vez el sol ilumina la salida con ojos villanos
Otra vez somos polvo enjaulado.
entonces
Nunca más sus ojos
Nunca más su voz
Nunca más ella.