LA REINA que cose y teje el lenguaje… 7 poemas de Reina María Rodríguez

 

Nota y selección de poemas por Aleyda Quevedo Rojas

Crédito de la foto invierno, Miami, 2016: Elis Milena Miralles Rodríguez

 

 

LA REINA que cose y teje el lenguaje…

 

 

A ella la envuelve la actitud y la postura “devocional y contemplativa” ante las palabras y su música.

Su poesía y narrativa están afinadas dentro de una experiencia silenciosamente poderosa, desgarradora y bella, que parte desde la amplia y rica tradición de la poesía cubana, pasando por los giros vitales del neobarroco hasta llegar al lenguaje de las múltiples zonas: lo que está adentro de la intimidad y lo que está afuera; la madre costurera que le enseña los dobleces, pespuntes y cortes de la tela-vida y la isla, los hijos y la imposibilidad del amor; articular voces, condimentar poemas y narraciones con historia y mucho talento; la gente del barrio, la sucesión de fracasos y las luciérnagas que se fueron; el misterio del porqué vivimos…

Traigo un fragmento del discurso que Reina María Rodríguez* escribió y pronunció, cuando le fue entregado el Premio Nacional de Literatura 2013, en su natal Cuba, para introducir a los lectores de Vallejo & Co., en los pasajes conectivos que son estos 7 poemas de la gran Reina María Rodríguez:

Todavía me da pena responder a la pregunta: ¿cuál es su profesión? Porque cuando respondo «poeta», veo dentro de la mirada del otro, esas ridículas maripositas que sobrevuelan alrededor de una mujer alada en la cubierta de un libro que casi siempre parece un cancionero. ¡Ojalá hubiera escrito para los que ven «lo poético» como relleno sentimental en sus momentos de alegría o tristeza, pero me propuse, deliberadamente, no ser solo una mujer que grita!, y queriendo subir más la parada respondo «escritora» (aunque en el fondo sepa, que no soy más que una escribidora que ha luchado contra la impotencia de no tener un estilo ni un lugar definido ni una gran imaginación ni un género ni un misterio: solo una sensación desesperada de inutilidad).

 

La poeta Reina María Rodríguez recibiendo el Premio Neruda de manos de Michelle Bachelet.
La poeta Reina María Rodríguez recibiendo el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2014) de manos de Michelle Bachelet.

 

7 poemas de Reina María Rodríguez

 

 

Su música

 

La partitura estará vacía.

En ella no aparecerá nada.

Como Constance comerá castañas romanas

y tú serás el genio.

Desapasionado, no persuasivo.

Una línea en blanco y sobre ella, de repente:

fagot, clarinete,

en el corazón de las muchachas que sonríen.

Hacia un espacio ascendente

(mordido por su boca)

el licor de la castaña ahora vacía, quieta.

Hay demasiadas notas esperándonos.

Opacos rumbos que tomaron los sonidos

de un destino.

 

 

 

Deudas

 

hoy quisiera escribir lo que me falta

no gastar las horas

ni echar palabras al abismo:

bajar a mis profundidades

sola y desnuda.

qué pruebas puedo dar de mi mortalidad?

soy sencillamente fea

con pecas, sueños y dolores.

tengo dos hijos

otro que nacerá el próximo septiembre.

no soy un buen negocio

-enseguida salgo embarazada-.

soy el número 338 123 del carnet de identidad

sin foto –los niños la rompieron-

ni sanción –porque no posee antecedentes penales

mayores ni menores-

trabajo como redactora de programas

un sueldo de 163 pesos

una literatura de carrera

muchos poemas sueltos

y amigos en cuatro categorías:

regulares, buenos, muy malos y tristes.

una casa ajena

un ventilador, un peine

la balalaica que me trajo mi hermano

el piano de los conciertos infantiles

una lupa para ver mejor la realidad

las fotos de Martí y Hemingway

reproducciones

libros que aún no me han robado

mapas ampliando la pared

cartas de antiguos amantes

un reloj, una mariposa azul, un corazón

y muchas deudas

infinitas deudas con la vida.

 

Prosas de La HabanaPortada

 

Catch and release

 

…el anzuelo de la voluntad de las limaduras del ser…

Artaud

para Frank León

 

Coger y dejar sin que el anzuelo penetre,

detener un momento al pez entre los dedos,

acariciar es demasiado gesto,

y poseer, un crimen.

Yo diría tocar de un modo diferente

que podría ser áspero al contacto de la primera vez

sin apartar la espina que provoca la escama.

(La espina es la mentira.)

Tiempo de lo perdido andaba buscando

un límite del tacto.

He visto peces que naufragan como hombres,

conchas deshechas

y la mala palabra del animal

que agota su intención entre los dedos.

He dicho escama

para no decir ausencia del deseo

de tocar aquellas cosas

trascendentes.

 

 

 

El juego

 

Ahora, estoy jugando al morir.

¡Vamos a ver cuánto dura

la carrera para llegar al obstáculo!

“Todo obstáculo nos permite cambiar,

retroceder” –dice él por el altavoz.

Las señales de los comboyes

cambian el ritmo

de un rápido fuego fortuito (nacional)

porque morimos nacionales.

“¡Qué gracioso!” –dice la voz

que señala tu turno.

Las patas cansadas se revientan con rigidez

y no se abre el paracaídas soñado

para caer valientes

en el juego de olvidar

“si miro un fly, si miro un fla…”

 

 

 

Esperan de ti lo que ellos desean

 

sombra chinesca

sobre los escalones

donde va subiendo el pato que me mordió

con jazmines en la boca

va subiendo.

toda la vida el pato oscuro y manchado que quería jugar

y se llevó mi dedo

ve sabiendo.

yo creía en su razón de sombra contra la pared

ahora es un pato común que muerde y cobra

su belleza.

con los dedos flacos hago sombra chinesca

sobre el muro la piedra blanda

pero no aparece

sigue subiendo precipitándose contra mí

morado

abismal.

 

elpianormr1

 

Coles de Bruselas

 

Comer para esperar lo imposible
G.D.H.

para Román

 

I

 

Se me había olvidado
septiembre
—el mes en el que me enamoraba—,
cuando terminado el verano
que no daba abasto
llegábamos por la colina
al bazar de un chino viejo
que le vendía a Marina
pulsos para la buena suerte
y a mí, aretes con mantras.
Que los mantras vuelven a ser falsos,
lo sé
ya tengo esa experiencia:
Om Mani Padme Hum
repetíamos
comiendo albóndigas
picantes
entre coles de Bruselas
y boniatos
salados
pensando en el año transcurrido:
la misma colina,
una subida:
una soledad
con el boniato sinuoso
todavía
en la boca.
No de la xenofobia,
sino del abandono
hablábamos.
Tú coqueteabas con la camarera
—una muchacha eslava—,
porque eso buscábamos
los abandonados
coquetear
cuando todo está vacío
alrededor
y fingimos ser inteligentes
—abandonados a pesar
de nuestra inteligencia
o por causa de ella.

 

 

II

 

Me puse el pulso con el mantra
al revés
por indiferencia.
A pesar de que la música era buena,
el lugar agradable
y abandonado también
por la descomposición del verano
que presagiaba tormenta
rociando con gotas de licor
la taza de manzanilla verde.
Entonces,
tuve miedo a volver
un año después
presintiendo a cada paso
la muerte:
no poder subir la colina
perder los aretes,
el pulso
que llevaba ella
—su conmiseración
sobre albóndigas
picantes que cocinaba
con el mismo condimento
de los poemas:
un tiempo invertido
sin misericordia
para nada.

 

 

 

Carta A una Amiga

 

Marilín en esta ciudad hay muchos hombres
infinidad de hombres colosales
magníficos gigantes. los hay de piedra
y también por supuesto de carne.
no sé cómo mirarlos y ellos no me ven
ni siquiera sospechan que los palpo
los desvisto pero
llevan coches maletas
a mucha prisa.
no saben cuánto sufro
porque el que quiero puede confundirse
y pasar siempre inadvertido.
no te rías voy a salir con un cartel
discreto en varios idiomas
me lo colgaré del corazón
con serpientes y luces:
LA MUJER QUE USTED BUSCA SOY YO
(una vendedora de relojes
en medio del desierto).

 

 

 

 

 

*(La Habana-Cuba, 1952). Graduada en Literatura Hispanoamericana por la Universidad de La Habana (Cuba), actualmente vive entre La Habana y Miami. Se desempeña como editora del sello Torre de Letras que publica poesía de todo el mundo, ensayos y traducciones; además, imparte conferencias en diversas universidades estadounidenses y lecturas de poesía en toda Iberoamérica. Está considerada, junto a Fina García Marruz, como la voz poética más importante dentro y fuera de la Isla de Cuba. Recibió el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2014) y otros reconocimientos como la Orden de Artes y Letras de Francia (1990), la Medalla Alejo Carpentier (2002) y el Premio Ítalo Calvino (2004). También recibió el Premio Nacional de Literatura de Cuba (2013), el más importante que entrega la Isla. Es autora de numerosos poemarios, algunos de los más recientes son El libro de las clientas (2005), Variedades de Galiano (2007) y O piano /El piano (2014).

 

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