Por Augusto Munaro
Crédito de la foto (izq.) Ed. Santos Locos /
(der.) la autora
“La poesía pone a jugar lo verdadero para mí1”.
Entrevista a Acheli Panza
La narradora y poeta argentina Acheli Panza acaba de publicar El río se adelantó de golpe (2020), un poemario contundente. Su estilo austero, léxico ceñido, análogo al habla común —aunque nunca mimético o populista— indaga ante todo, el despojamiento de la palabra. Otro rasgo distintivo de su lírica es que en Panza —como en Hegel—, la esencia de la realidad es siempre de naturaleza espiritual. De ahí el concepto unitivo de su obra. Los matices íntimos de su voz se reflejan en la cotidianidad, pero lo hace a través de un modo particular y subjetivo. Con un tono coloquial sin afectaciones ni solemnidades, enuncia con claridad y nitidez la cara oculta de las cosas.
A continuación, Acheli Panza reflexiona sobre su oficio. Lo hace como ella acostumbra, ofreciendo respuestas sintéticas, con una fuerza expresiva precisa.
Entrevista
Augusto Munaro [AM]: Cuando nos vimos por última vez, días antes del inicio de la pandemia, ya estabas dando los últimos retoques al libro. Contame como fue el camino de escritura y corrección de El río se adelantó de golpe.
Acheli Panza [AP]: Fue un proceso que se dio de manera muy fluida. La forma de entrar a la lectura fue a través de la poesía, creo que fue a los 11 años. La poesía me acompañó desde ese momento como lectora. Tuve pocos intentos de escribir poesía, pero desistí siempre hasta el año pasado que participe del taller de poesía que da Gabriela Borrelli, todos los poemas de este libro los escribí bajo su justa mirada. Los poemas fueron publicados respetando el original así que fue muy vertiginoso. Me gusta cuando todo se da así porque confirma que ese es el camino.
[AM]: ¿Cómo diste con el título?
[AP]: El título es parte de un poema “El río se adelantó de golpe y tapó la casa de mi infancia”. Todo lo que ocurre de golpe es inquietante. Con el título busqué reconocer la voluntad que tiene el Río para mí.
[AM]: La primera palabra que me viene a la mente para describir tu poesía, de corte notablemente intimista, es “intensidad”. ¿En qué medida esa intensidad de las palabras se corresponde con la de tus vivencias?
[AP]: Creo que la intensidad se despega de la vivencia es una forma de entender el mundo que me rodea. Es íntimo y silencioso, escribir es una manera de compartir algo de eso.
[AM]: La siguiente pregunta, Acheli, es un tanto abstracta. Según tu criterio, ¿se puede hablar de poesía con convicción?, ¿hay certezas en la poesía?
[AP]: Creo que hay convicción, pero no certezas.
[AM]: ¿Por qué?
[AP]: La poesía despliega una revelación para el que la lee, el poeta que escribe muchas veces solo es un canal de este efecto inesperado, y justamente permitirse la incertidumbre es lo que facilita la revelación, la metáfora, el despliegue. Me gusta ese poema de Patrizia Cavalli: “Alguien me ha dicho/ que en verdad mis poesías/ no cambiarán el mundo./ Yo les respondo que en verdad si/ que mis poesías/ no cambiarán el mundo”.
[AM]: “Yo a estas” es una pieza que se puede leer casi como un relato por su pulso narrativo. ¿Cuál fue el motivo de optar esa forma?
[AP]: Esa fue una de las primeras poesías que escribí tal vez estaba influenciada por la forma narrativa de la que vengo, aunque creo no fue intencional.
[AM]: Tu poema “Mamá se fue”, es breve pero contundente. “Mamá se fue/ y dejó su perfume/ la ausencia/ ocupa mucho espacio”. Hay una huella honda en tu decir como producto de lo faltante. Lo ausente como catalizador poético. ¿Por qué ves en ese vacío un sitio tan rico para la escritura?
[AP]: El vacío es una forma de habitar. El vacío puede llenar una vida o parte de una vida. Contar el vacío como capacidad abarcadora creo que es interesante para toda expresión artística.
[AM]: En El río se adelantó de golpe, hay un poema (“Si pudiera tener”) que lo transcribo en su totalidad: “Si pudiera tener/ veinte años menos./ Veinte años/ no pido más./ La misma madre/ el mismo padre/ las mismas hermanas./ Veinte años menos/ sabiendo/ lo que sé.” ¿Qué operación estética marca el ritmo, el pulso de tu ars poética?
[AP]: Este poema también nació de un diálogo que escuché en la guardia de un hospital. Lo escribí en una libreta que tenía porque sentí que en poco expresaba mucho. No pensé en una operación estética, fue algo que me conmovió.
[AM]: Leo los siguientes versos: “Los sueños/ incluso/ producen/ otro cuerpo/ que vive/ mientras/ nuestros cuerpos/ se descomponen”. Acheli, ¿la poesía es un despertar hacia otro grado de lucidez?, ¿por qué?
[AP]: Retomo la posibilidad reveladora que a mí me funciona sólo si me permito la incertidumbre, entonces trato de evitar todo intento de controlar con la razón. Ver qué ocurre si escribo una palabra y después otra. Claro que apenas lo consigo, aunque valoro mucho esos momentos en donde confío en las palabras que van surgiendo.
[AM]: Claridad lexical en función de cierto sesgo reflexivo. Leo varios versos, tomados de distintos poemas: “Hay poesía en/ la separación”, y este otro: “Querer entender/ me hace dudar/ de lo poco que sé” ¿Qué significa para vos la “expresión”?
[AP]: Escribir es una manera de reflexionar o de liberarse de ciertas reflexiones, ponerlas afuera para que deje de ser sólo un pensamiento rumiante.
[AM]: ¿Cuál fue la historia del poema “Dios no existe”? Tengo la impresión de un poema de cierta pulsión autobiográfica. ¿Qué valor tiene para la poesía, explicitar creencias o vivencias personales?, ¿por qué?
[AP]: La poesía pone a jugar lo verdadero para mí y me doy cuenta siempre en un tiempo posterior, por ejemplo, cuando lo leo.
[AM]: ¿Las ilustraciones de Valeria Fukunaga fueron una sugerencia tuya o de la editorial? Operan como una síntesis estupenda del carácter despojado, directo, pero íntimo del libro.
[AP]: Valeria es una ilustradora que ya ha trabajado para Santos Locos. No la conocía antes de este encuentro, sé que leyó el poemario y después hizo los dibujos. Coincido en que capturó el carácter despojado y le sumó mucha delicadeza con sus dibujos. Una maravilla el trabajo que hizo.
[AM]: Mirando hacia atrás en el tiempo y haciendo un balance. ¿Podés reconocer algunos autores que gravitaron en tu formación poética?, ¿Nuestra querida Alejandra, tal vez?
[AP]: Alejandra Pizarnik por supuesto, Juan L, Arnaldo Calveyra, Pavese, Antonio Porchia, Mirta Rosenberg por nombrar algunos de los libros que siempre tengo cerca.
[AM]: Un libro al que regresás con frecuencia y por qué.
[AP]: Poesía Reunida de Arnaldo Calveyra es un libro que me acompaña incluso en los viajes. Leer a Calveyra es pura posibilidad de lenguaje, desafía géneros, inventa una lengua irrepetible que solo sirve para leer a Calveyra. Te permite hablar en lenguas desconocidas y eso es poesía para mí, como si esa palabra fuera dicha por primera vez. Un descubrimiento continuo.
[AM]: ¿Se le puede asignar alguna función a la poesía?
[AP]: Como lectora de poesía, en mi cumple la función de despertar, pero creo que no se puede a priori asignar una función a la poesía. El trabajo nunca termina.
[AM]: ¿Hay heroísmo en la poesía?, ¿y héroes?
[AP]: Héroes anónimos en todo caso. Se tiene que dar un encuentro entre poesía y lector y eso en sí es todo un hallazgo.
[AM]: ¿Qué lugar ocupa la imaginación en el proceso escritural?
[AP]: Poder desplegar una idea que funciona como disparador.
[AM]: ¿Y el oído?
[AP]: Me gusta escuchar las formas de decir, encuentro mucha riqueza ahí.
[AM]: Acheli, ¿la poesía debe comunicar sentimientos?, ¿por qué?
[AP]: No necesariamente. Me gusta que comunique verdades, es decir cuando el escritor deja todo artificio y se muestra. Como lectora agradezco cuando ocurre eso.
[AM]: ¿Cuál es hoy el horizonte de tu escritura?
[AP]: Estoy terminando de corregir una novela corta por ahora ese es el horizonte.
[AM]: Por último, ¿qué es lo mejor y lo peor que te ha dado la poesía?
[AP]: La compañía desde siempre. Le diría “Gracias por la compañía”.