La poesía es una manera también de buscar La Verdad. Entrevista a Luis Alonso Cruz Álvarez

 

Por Bruno Pólack

Crédito de la foto (izq.) Ed. Vallejo & Co. /

(der.) Web Bisonte

 

 

La poesía es una manera también de buscar La Verdad.

Entrevista a Luis Alonso Cruz Álvarez*

 

 

Bruno Pólack [BP]: Querido Luis, sigo tu poesía de cerca desde tu primer libro, El retorno del barón von Heisen (2003), y los temas que te obsesionan son casi un sello personal de tu obra poética, que ya abarca siete libros…

Luis Alonso Cruz Álvarez [LACA]: Gracias Bruno por seguir mi poesía y también a todos los que la siguen. Y esto me hace pensar que es una satisfacción personal saber que hay lectores que me siguen todos estos años, ya sea con los siete libros o con algunos de ellos.

Lo que estamos hablando me trae a colación la obra del recordado amigo y poeta Alfredo Román. Cuando salió su primer libro, por la editorial Máquina Purísima, lo leí en paralelo junto con sus poemas que habían sido publicados en revistas, como Evohé, así como los que fueron publicados por los Juegos Florales de Poesía de la Universidad de Lima en el año 2001. Fue entonces que caí en cuenta que todos sus escritos podían leerse como un gran mosaico, que podía juntarlos como un mural y tenían un único libro de poesía.

Y te pregunto, ¿se me podría leer así después de todo este tiempo?

Puedo plantear que tengo temas obsesivos durante estos 20 años, como son el problema del tiempo y la historia humana y animal, pero creo que en los últimos tiempos me he abierto a otras temáticas que de repente ya no permiten leerme como un libro único de poesía.

Al final, nuestra voz poética nos pide, de vez en cuando, cambios de timón en el barco.

 

 

[BP]: En esta segunda edición de Jardín mecánico ingresa, en mayor medida y de manera más reflexiva, el tema de la paternidad…

[LACA]: ¿Ves? Este tema rompe con los tópicos que había desarrollado durante los primeros 12 años de mi poesía. Si bien por ahí hubo algunos poemas con la figura paterna en El retorno del barón Von Heisen, nunca fueron desarrollados hasta la Música del Hielo (2015) en dónde, frente a mi experiencia de ser padre por primera vez, introduje la figura de mi padre como un viajero, como una persona que escribía a ocultas, como alguien que buscó su lugar en el mundo.

Y luego vino el Jardín Mecánico en donde yo ya era padre de un niño de 6 años y ese niño necesitaba parte de mi aprendizaje del mundo para entender algunas cosas. Es por eso que escribí el poema del Génesis.

Jardín Mecánico tuvo su origen en el 2019 y terminó al año siguiente, en mayo del 2020; una época en donde tuve muchos sueños también pues, ¿qué otra cosa se podía hacer en ese tiempo tan raro de nuestras vidas? Y mucho de esos sueños tenían que ver con mi hijo, el desierto, animales del desierto y otras cosas de las que he perdido el recuerdo racional, pero que quedan en los poemas.

 

 

[BP]: Siempre he querido preguntarte, ¿qué parentesco crees que tienen la poesía y la filosofía?

[LACA]: Alguna vez leí sobre la forma cómo escribía la filosofía Heidegger y la conclusión era que hay un gran parentesco con la poesía, pues sus juegos de lenguaje, términos y conceptos la hacen muy cercana con el quehacer poético.

También es conocido que en el libro La Poesía del Pensamiento de Steiner se habla, largo y tendido, sobre cómo el lenguaje filosófico utiliza una prosa tan particular, que se podría decir que en muchos casos es una prosa poética.

Pero, más allá de estos enfoques académicos y estéticos, la poesía es para mí una forma de conocimiento del mundo, una forma para admirarlo y, por lo tanto, de contemplarlo. Por ello, la poesía es una manera también de buscar La Verdad, lo que está atrás de todo. Una manera de buscar la esencia de las cosas y sus conexiones más internas. Después todo, quizá las figuras poéticas como la metáfora, no sean otra cuestión que la verdadera conexión entre las cosas.

Entonces, en donde se pregunta por el ser de las cosas, empieza el quehacer filosófico y si se utiliza el arte del lenguaje para dar una respuesta, empieza la poesía.

 

 

[BP]: A propósito, a 20 años de la publicación de tu primer libro, que función o que sitio crees que ocupa la poesía en tu vida…

[LACA]: Todo el tiempo estamos tomando decisiones. Algunas de ellas nos llevan a caminos que definen nuestra vida de manera que no podemos imaginar. Eso pasó con la poesía.

Desde que entré al taller de Renato Sandoval, y durante 4 años, llevé en paralelo dos carreras, una de ingeniero y otra la poética. Desde entonces mi vida tuvo siempre dos escenas, en una, ingeniero dedicado al tema de recursos humanos y, en la otra, una persona dedicada a la poesía, la cual escribe poemarios, da entrevistas, es invitado a recitales y festivales, y colabora en distintos ámbitos que requiere la poesía. Y aunque suene una vida pública muy agitada, en verdad, es un aspecto que no suelo decirlo a los cuatro vientos. La poesía, la siento como un espacio íntimo que comparto cuando estoy en confianza.

Entonces, decidirme por la poesía, sí que cambió mi vida. No solamente por darme las herramientas para escribir y contemplar el mundo; sino por todas las experiencias que viví por ella. Han sido 20 años de amistades, enemistades, paisajes, países, compañías y soledades.

En suma, quién te habla sería una persona muy distinta sin la poesía. La poesía, para mí, es el mundo de las posibilidades.

No quiero dejar de mencionar esto. Alguna vez me preguntaron, si utilizo la poesía para algo y la verdad le tengo tanto respeto que dejo que sea ella la que responda esa pregunta en mis libros, si es qué aparece esa respuesta.

 

 

[BP]: La primera edición de Jardín Mecánico salió de manera virtual, ¿cómo así apostaste primero por ese formato? ¿Cuáles crees que son las ventajas de lo virtual y cómo así decidiste sacarlo luego en formato físico?

[LACA]: La apuesta fue sui generis. Para abril del 2020 había tomado contacto con la poeta cubana Miladis Hernández. que se interesó en mi obra a tal punto que me pidió que le hiciera la reseña a su poemario que saldría de manera virtual: El Oro del Imperio.

En ese proceso, ella me preguntó si estaba escribiendo algo nuevo y le enseñé el borrador de Jardín Mecánico y con una inmensa generosidad me planteó dos cosas, primero editarlo y luego proponer mi manuscrito a la editorial con la que ella estaba trabajando su poemario virtual, Primigenios Editores.

La posibilidad de hacer un libro virtual me pareció de lo más novedoso y emocionante, así que nos metimos de lleno en el proyecto. Además, en ese tiempo de plena pandemia, me parecía que sería una muy buena oportunidad que mi libro se difunda a más personas que se les hacía complicado tener un ejemplar en físico.

¿Cuál es el balance después de 3 años de haber hecho la primera edición virtual? Pues mi libro, que aún está disponible en Amazon, tuvo las mismas oportunidades y limitaciones que cuando saqué mis obras en físico. Aunque te diré que aquí en Perú tuvo más limitaciones, porque para muchas personas se les hizo complicado el proceso de comprar por Amazon, también fue más complicado hacerlo llegar a los reseñistas y, por último, la estrategia de marketing es muy diferente a la del libro físico, cosa que desconocía por completo. En conclusión, sentí que mi poemario debió correr mejor suerte.

Con esa idea en la cabeza me encontré con Mario Pera en Barcelona. Él había leído mi poemario y pues, me propuso publicarlo en físico porque le pareció un buen libro. En ese momento pensé que Jardín Mecánico tendría su “revancha”, y pues no le quise quitar esa oportunidad y aquí estamos hablando de él.

 

El poeta Luis Alonso Cruz Álvarez.
Crédito de la foto: archivo del autor

 

[BP]: Cuéntanos sobre tus referencias, pero no solo literarias, sino las musicales, políticas o históricas…

[LACA]: ¿Te acuerdas que te comenté que siempre tomamos decisiones que nos cambian la vida?, pues eso pasó con un conjunto de referencias que tengo: la música, la ciencia ficción y la historia.

Si bien por el taller de poesía me nutrí de los clásicos germánicos y escandinavos, como Rilke, Trakl, Södergran, Gösta Agren, entre otros; y luego descubrí y admiré a Watanabe, Eielson, Sologuren, Magda Portal y, en estos años, a Louise Glücke; junté estas referencias con ciertas ideas que “debía” tratar en mi poesía.

La primera que salió fue la ciencia ficción, y aquí debo decir que fue en el mismo taller donde descubrí ese mundo. Todo empezó gracias a que encontré en el librero del taller, casi escondido, la serie de cuentos Visiones Peligrosas cuyo compilador fue Harlan Elison. También años después y gracias a mi gran amigo, Eric Iparraguirre, descubrí al enorme Philip K. Dick y su ciencia ficción “filosófica”.

Con todos esos referentes comencé a escribir mis primeros poemas para la revista Evohé, que recuerdo la revista Somos definió como “alucinantes poemas astronómicos”. También he escrito unos cuentos de ciencia ficción, que han salido en antologías físicas y virtuales, y una novela, que me llevó 10 años en terminar, Las Eras de la VASPEV que espero pronto poder publicar.

La segunda idea fue la Historia y, en especial, el periodo que abarca la Segunda Guerra Mundial hasta el fin de la guerra fría. Este interés venía por mis influencias en la niñez de películas sobre la Segunda Guerra Mundial y luego, en la pubertad, al enterarme de sucesos como la caída de la Unión Soviética y el bloque oriental. Llegué a acumular bastante material visual sobre esos periodos y la imaginación y la voz poética hizo el resto, como El retorno del Varon Von Heisen (2003) y Lumen, Trilogía del Espíritu (2007).

La tercera idea, fue la música y, en especial, los géneros del post punk, la new wave, la movida madrileña y todos los derivados. No es secreto, para los que me conocen o han leído o escuchado algunas entrevistas que he dado, mi amor por ese tipo de música y cómo muchos grupos los he puesto a la par en influencia literaria. Para mí, hay literatura en las canciones, vídeos y conceptos de gente como Joy Divison, New Order, Depeche Mode, Bauhaus, Duran Duran, Simply Minds, Souxie and the Banshees, Book of Love, The The, Pet Shop Boys, Radio Futura, Nacha Pop, La Derecha, Los Twist, Virus, entre otros.

¿Dónde están esas influencias en mis escritos? Creo que en dos momentos, primero cuando trato de escoger los títulos para mis poemarios, para lo cual me remito a algunas canciones o nombres de álbum y, el otro momento, cuando intento darle cierto ritmo “wave o post punk” a mis versos.

Y sobre la música y para cerrar ese tema, confieso que parte del Jardín Mecánico se basa en la idea del vídeo “La Estatua del Jardín Botánico” del grupo Radio Futura y también participé en una antología mexicana de poesía post punk llamada Metal Box (Corazón de Diablo Editores, 2022) con el poema “Cuando solo quedan los domingos (y The Smiths no es suficiente)”. Como colofón, también he escrito una novela sobre la movida wave limeña, Los Días Paralelos, que espero pronto se publique y a la vez acompañarla con un soundtrack.

 

 

 

 

 

*(Lima-Perú, 1981). Poeta. Ingeniero industrial por la Universidad de Lima (Perú) y doctor en Educación por la UNINI (México). Ha participado en eventos como el Festival de Poesía de Bogotá (2016 y 2020), I Jauría de Palabras (Santa Cruz, 2019), entre otros. Ha publicado en poesía Tetrameron (2003), Lumen (2007), Radio Futura (2008), Osario de criaturas perplejas (2014), La música del hielo (2015), Hombre fractal (2018) y Jardín mecánico (2020). Ha publicado relatos en revistas digitales y en las muestras Futuros Inciertos (2019) y Constelación. Muestra de cuentos peruanos de ciencia ficción (2021). Parte de su poesía ha sido traducida al inglés, italiano, bengalí y uzbeko. Administra el blog cultural Fundador de Supernovas (www.luiscruzalvarez.blogspot.pe).

 

 

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