Por Rodolfo Häsler*
Crédito de la foto (izq.) www.infobae.com /
(der.) Ed. La Garúa
la luna según masao vicente (2021),
de Víctor Rodríguez Núñez**
El haiku, forma poética tradicional de la poesía japonesa, ha sido cultivada fuera de su país de origen desde hace bastante tiempo, en el caso de América Latina con éxito, desde José Juan Tablada y otros, y entre los mejores resultados en la poesía contemporánea encontramos estos ejemplos de Víctor Rodríguez Núñez, La luna según Masao Vicente, donde observación profunda y depurada y esencialidad, además de un aspecto fundamental que la justifica, la sorpresa y el salto en el alma, son características presentes aquí de manera magistral.
Masao Vicente pudiera ser un poeta criollo con un origen japonés más o menos lejano, recordando que justo en una plazuela en la calle Línea del Vedado habanero hay un monumento que recuerda la aportación de la inmigración japonesa a la formación de la identidad cubana.
En cada uno de los haikus que componen el libro, bulle una experiencia estética que acaba convertida en un salto espiritual. De una observación atenta de la naturaleza, volver a un recuerdo, a una reflexión recurrente, una vivencia que incita, un encuentro estético y su efecto, para ser en el poema sólo emoción.
Víctor Rodríguez Núñez es, además, un poeta viajero, un ciudadano del mundo, condición necesaria en su caso para escribir desde donde él escribe. Se implica con el enunciado y esencia de la palabra. Su escritura avanza ocultando sentidos, por lo que el lector que lo lee ha de realizar un trabajo continuado de sacar a la luz sentidos medio enterrados, una labor de rescate, pero claro, en toda labor de rescate lo devuelto a la luz es ya otra cosa, pertenece por supuesto a otro orden de la percepción.
Hay sorpresa que estalla en la mente al encontrarse frente a una puerta abierta que nos coloca al borde de lo infinito. El poeta escribe:
silencio en bruto
caracol estelar
que se desdobla
Como toda poesía lograda, que es por otra parte la única que existe, Víctor Rodríguez Núñez se salva y nos salva del peligroso sueño de la hojarasca sobrante del lenguaje, para permanecer en aquello que importa, es decir, la unión directa.
con bayoneta
calas haikus redondos
como la muerte
Respirar, comunicar, conocer. Como para todo creador la respiración marca un ritmo que es sabiduría y sitúa al poeta y al lector en el exacto eje. Ese es el punto de partida que va desde el primer verso que abre el libro:
En su visor el bandido te acierta más no abre fuego
Al que cierra el libro:
Clavo mi remo en el agua estrellada, no se retorna
Hay silencio, soledad indispensable, ya lo sabemos, y la capacidad de concebir una vida diferente.
Como en todo ejercicio de creación hay dolor. Pero a la vez hay goce. la luna según Masao Vicente es un camino espinoso de despojamiento para quedarse con el placer fundacional. Cada haiku es un estallido que nos sacude y nos sitúa en ese punto necesario de autoconocimiento. El goce es el núcleo, el punto de partida, luego llegan otras desviaciones que marcan surcos en el goce primordial de la vida.
La sorpresa siempre llega para alcanzar después un orden. El orden esperado que todo lo toca y que como un hilo de araña teje un recorrido que avanza y retrocede, y acaba por fundir escritura, vida y reflexión. Es el hierro candente de la vida.
2 de junio de 2022
*(Santiago de Cuba-Cuba, 1958). Poeta y traductor. Desde los diez años reside en Barcelona (España). Estudió Letras en la Universidad de Lausanne (Suiza). Obtuvo el Premio Aula de Poesía de Barcelona, la Beca de la Oscar Cintas Foundation de Nueva York y el XII Premio Internacional de Poesía Claudio Rodríguez. Ha publicado en poesía Poemas de Arena (1982), Tratado de Licantropía (1988), Elleife (1993 y 2018), De la belleza del puro pensamiento (1997), Poemas de la rue de Zurich (2000), Paisaje, tiempo azul (2001), Cabeza de ébano (2007 y 2014), Diario de la urraca (2013) y Lengua de lobo (2019); la plaquette Mariposa y caballo (2002) y Cierta luz (2010), Así como antología poética (2005) y Antología d Tenerife (2007). Ha traducido la Poesía completa de Novalis, Los minirelatos de Franz Kafka y una selección de Anthologie Secrète de Frankétienne. Es Antologador de El festín de la flama, de la poeta boliviana Blanca Wiethüchter.
**(La Habana-Cuba, 1955). Poeta, periodista, crítico y traductor. Doctor en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Texas en Austin (EE.UU.). En la actualidad se desempeña como catedrático de esa especialidad en Kenyon College (EE.UU.). Obtuvo el Premio Internacional de Poesía Alfons El Magnànim (2013) y el Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe (2016). Durante la década de 1980 fue redactor y jefe de redacción de la revista cultural cubana El Caimán Barbudo. Ha traducido poesía tanto del inglés al español (Mark Strand y John Kinsella), como del español al inglés (Juan Gelman, José Emilio Pacheco y Jorge Enrique Adoum). Ha publicado en poesía Desde un granero rojo (2013), Despegue (2016) y El cuaderno de la rata almizclera (2017), la luna según masao vicente (2021), entre muchos otros.