Por: Yaiza Martínez
Selección: Laura Giordani
Crédito de la foto: © Mamis & Mimos
La geometría del Uno pide su voz:
selección de poemas de Yaiza Martínez + inéditos
HE TOMADO mi sed azul
en tu colina helada. Nazco
de donde las voces callan
silencio
soy
Antes de que mis manos
se hagan arena,
nombraré
los gritos llamados hacia adentro;
mi Silencio.
Antes de ahogarme diré
rabia
De Rumia Lilith
Al otro lado del prisma,
aún llorando
-como sólo saben llorar los muertos-
tomaste entre tus manos las piedras asesinas
conociste en profundidad la imposición del silencio
tu cabeza castigada por -nadie lo dijo
Aún llorando,
tomaste las piedras entre tus manos y, una por una,
las colocaste en el orden dictado por el rumor
de las constelaciones
Una vez más, te dispusiste a conocer
la trampa de la luz
HEMOS HECHO EL AMOR sobre una cama
en el centro de una casa sin paredes
la Naturaleza yace sobre nosotros
con su verdad y su diástole
Ninguna palabra, ningún afecto
han sido ignorados. El hecho se condensa
como un río que desciende entre mis senos,
cada uno de ellos pertenecientes a una y otra familia
El fruto huye de la maldición cuerpo abajo.
Nos salva.
Luego reímos,
como si ese instante fuese a perdurar
HEMOS PENETRADO la floración más pura
del silencio
Ni siquiera el poeta la presagia,
la magnitud del rugido
(puesto que siempre hay un rugido
en el otro lado
la onda levantándose
sobre el mar de axones
extenso)
nada tiene nombre
allí
nos encontramos
la cosa y su palabra
sin rozarse
los índices extendidos
sobre el lecho del caos
urdimbre de líquenes
cegadores
allí temblamos
niños perdidos
ANTES DE la religión
dentro era afuera
hilandera del azar
misericordiosa
fina trenza de concatenaciones
misericordiosa
inmensidad que nos alberga
entre sus brazos oscuros
a manos llenas
disposición
Luego el abrigo ajado de la mujer que baja la calle al final
de una guerra
trastabillando
ante la inminencia del semen
sus labios estremecidos y amoratados
Me mira con grietas desde el ruido de sus tacones
en la calle sólo existen ella
y su gusto
por el hambre
Sin separar los labios
mastico la verdadera unión
escupo luz
bajo la tapa
ante los ojos de todos
LA FORTALEZA del jardín
columnas leñosas
me hace prometer un albergue en el poema
al que mira
digo
no tengo más que la luz del hueso
Es cierto que hay un enjambre de cadáveres
alrededor del río
estampados en la voz
hablan los muertos
no sabemos si seguirlos
o vivir
satisfaciendo a la forma
Sólo la luz
entrelaza
los dedos de ambas manos
El poema es la expiación
de la carne que aparece
Los escucho asentir en el rumor
del viento entre las hojas
De El hogar de los animales Ada
VERDAD: LA HISTORIA comienza ahora
Qué bien se está a la sombra de los grandes árboles
de la miseria del gotero a la gárgola con la boca tan llena
que le da para escupir y ser como una fuente
dijiste les haremos una casa con un doble tejado
porque te confesé que tenía
la limitada cualidad del muro
y no era así la cúpula de luz
a la sombra de los grandes árboles
vimos retirarse el agua de la gran ola
la herida sobre la playa
plumas llevaderas
que antaño plomo lascas y vetas
mundo y carácter serán esta poema
de pasado y presente conjugados
asentimos bajo la sombra a lo que se fue
a lo que viene asentimos buscando
con el alma
sometida al mar
les haremos una casa con un doble tejado,
tras tu muralla
-pero entonces no conocía el valor de tus promesas
cuando los grandes árboles
y este regalo
– desde tanta altura
se mostraron por fin para nosotros
Todo fue del carácter de la sombra:
el mundo del agua,
la cúpula de luz y nuestra casa,
bajo un doble tejado
De Agua
La verdad del alma es metafórica
Partiste la luz en siete colores o te dividiste en siete, de tu
condición de cristal a horcajadas sobre los siete perros
del cielo: así pudiste segar las palabras de ella en los
otros, e introducirlas
en esta cesta de versos
Fue en el momento del sueño, cuando el prisma se
enfrenta a la luz, cuando el cuerpo
lucha contra su propia herrumbre
Así conociste la verdad sobre el alma o la trampa de la
[luz:
aún siendo luz,
al otro lado se parte
Muertos vivientes sujetados a la vida por pinzas de la ropa,
seres que comen sobre hojas de palma, un bebé deslumbrado por
las alas del ave o el hombre con sombrero que hablaba a los
jazmines: todos te oyeron cabalgar.
Partiste en siete la luz, dentro del sueño: pero fue el
[inicio del canto.
El sacerdote, con su tradicional ignorancia, impuso la
explicación unívoca del yo: deja a los espíritus ga-
llináceos picoteando su mijo.
Tú lo supiste: la luz estaba en siete cuerpos,
en la misma vibración de tu lenguaje.
Vuelve al poema
AHORA CONOCES LA TRAMPA de la luz o la verdad de
[alma es metafórica
se cristaliza en versos
muy lentamente
pronuncian
un número
¿A dónde vas a horcajadas sobre los siete perros del
[cielo?
al otro lado del cristal
el hombre con sombrero le hablaba a los jazmines
A Carmen: al otro lado
del prisma, el molde
de saber dar
DIGAMOS QUE POR EL HIJO cae la sal sobre las páginas
de un libro primigenio
y sólo por él la luna, el sol la tierra (soy mencionada,
como un intenso atributo)
sólo por él no corto los hilos -de la figura,
y aún tejo las redes
antes del mar
– en la sangre quedaron bien peinados,
como hileras,
sus movimientos
entonces entonaba la geometría
– el secreto de la colocación balaba
la escritura
del mar vengo, para la tierra he sido
un atributo intenso
aquí y ahora no deben ser permutados, justo el tiempo
de la lactancia
(susurra de boca del secreto
en la gruta que daba al agua)
Sólo por él, el tiempo la obra sobre el tambor
del vientre
habrán de clavarme
o concedido el amor para entregar la sal,
aún viva
cae
de mis manos al libro
De Siete, los perros del cielo
EN MUCHAS DIRECCIONES, corazón, amo
– no me culpes por no llevarte a pastar por donde no pude:
veo la sombra aún respiro abajo lo presente sólo fue una opción
larvada (25). Lo demás,
no lo conocí
(25) Todo está por fuera pero se entiende en el cogollo orgánico, cuando la vida
cuece: las formas devienen siempre en la era del frío. Entretanto, en los
bordes se deposita todo lo posible, y por el deseo cristaliza lo no más verdadero
estable (26).
(26) Pirita, estambre, espuma… hasta el ocho tumbado – el resto de las
cosas, sombra inexistente, hace de
igual forma este camino. Atiende: abre las venas de los mundos (27)
(27) Puebla los pantanos de tifáceas transparentes
AYER VINO LA LUZ,
flota en el pentagrama del árbol
con cinco lenguas ocultas por la labor
avariciosa
el texto del mundo
reza (61)
será llano el camino
(61) Escucha la música y sostiene entre los brazos acequias circulares, brillantes,
de ojos infantiles. Desde el dirigible, percibe la orografía sonora:
todo parece liso, las dificultades se erizan como simples manchas. Pies de
barro, tobillos alados, naturaleza arbórea: con peana en la tierra, no aleja la
luz (62)
(62) Bajo ella, las formas reiteradas son posibilidad y mandamiento. La alfombra
de la realidad (63) que tanto ensancha como condena: fila de dientes
para alimentación, butacas para asistencia, muros escritos hasta el ocho
tumbado, con idénticos versos triangulares
(63) Vertamos en el interior lo que no existe transparente,
para amar a fondo lo poseído
De Caoscopia
Poemas inéditos de la autora
ERA TIERNA Y dulce
de leche el semillero
de azogue en la
garganta
No lo escogió, crecía
del laberinto la lengua
Imán para saeta, brújula
del aranero mercurio
Lo embrutecía
la yegua de la flor
Lo hacía levantar
carrera, palpar el carcaj
con el envés
Flecha y hocico. Ella
nada
SIEMPRE QUE parpadea
la nada talla un escorzo
Rebate y siembra
su propia cosmovisión
que el laberinto es hilo
comprende donde descansa
con el insecto de plata a los pies
parece
esclavo
EN LA PRIMERA CASA ARRAIGA el árbol y la vocera teme
al rizoma ve los ojos
del bejuco. Se orina apretada
por los brazos de la enredadera
¡Huele la fimbria!
justo cuando comprende
que nadie hablará su idioma
ni el brazo blanco que plasma
el árbol
ni el cuello
y se deforma,
saliente
‘Vuelve a la casa’,
la llama la fila de mujeres
Tan pronto ha partido a hozar
en el mineral que se divide
LA FLOR VUELVE a la estructura;
cada ciclo pinta de color el árbol
para atraerla
por el sendero de huellas como pétalos
hacia la trampa del libro
La geometría del Uno
pide su voz
Afuera está el escándalo
del océano
con todas sus formas finitas