Por Laura Borghesi*
Traducción por Mario Pera
Crédito de la foto facebook de la autora
La deformación de la ausencia.
5 poemas de Laura Borghesi
Caos
A todo este dolor enroscado
que a veces se expande imprevisto
como la niebla de noviembre.
Y es volver a ser niños
cuando la respiración se detenía en la oscuridad del pasillo
la sangre inundaba los pómulos durante el estruendo del corazón.
Sabe durar la falta de luz
la cuenta interminable de los monstruos,
es difícil encontrar la persiana entreabierta
cuando se quiere.
Apocalipsis
Se debería tener el derecho a elegir el apocalipsis
ateo sin relámpagos y ruidos,
podría ser un instante
como la raíz que sabe cuándo surcar el terreno,
podríamos convertirnos en terminaciones capilares
que se procesan solas.
Como es difícil la deformación de la ausencia
lo es también la salida enloquecida contra la gravedad de algún planeta.
Se convierte en santo el último gesto hecho
sabe caer junto a la ceniza en el casilla roja del ajedrez de la tela.
Armisticio
Estuviste en el principio
sabiéndote ya en el armisticio del fin,
la hoja roja agarrada a la rama
que el primer viento del equinoccio recoge.
Las ramas son inciertas
buscan el abrazo estelar con Dios
tus brazos son ignorantes de cualquier simetría.
Días
Quedan intactos los días de gloria
son enumerados en la memoria
sombras chinas que se mueven y siguen las mismas notas de blues,
se detienen para no morir como cabellos sobre la chaqueta.
Y siempre está fija la página de septiembre
con las rayas que todavía no sé leer
cuando la voz tiembla y hacen la invocación en la plaza
mientras soy extraña a sus rostros.
Como veloz es el tren regional hacia Cesenatico al anochecer
que el sound de los salones de baile lo sigue hasta el final de la estación
tan puntual en el andén siete
aunque sin coincidir nunca con todos los bienes.
Inviernos
Anoche la vida no ha soplado fuerte
pero la llama no permaneció encendida.
Hay inviernos repentinos
cuando llegan no saben la regla de las estaciones
hielan el circuito de la sangre para quienes se quedan.
Este paradero marca cuarenta y siete
es el anticipo que no se espera,
huele a sábanas blancas y desinfectantes,
amplios corredores
carne dilatada y huesos.
Elvis canta todavía un réquiem desde el palco
con la camisa hawaiana y los anillos de oro,
explica, con los ojos cerrados, cuánto somos meteoritos.
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(poemas en su idioma original, italiano)
Lo slabbro dell’assenza.
5 poemas de Laura Borghesi
Caos
A tutto questo dolore attorcigliato
che a volte si espande improvviso
come la nebbia di novembre.
Ed è tornare bambini
quando il respiro si fermava nel buio del corridoio
il sangue inondava gli zigomi durante il frastuono del cuore.
Sa durare la mancanza della luce
la conta interminabile dei mostri,
difficile trovare la persiana socchiusa
nel tempo che si vuole.
Apocalisse
Si dovrebbe avere il diritto di scegliersi l’apocalisse
atea senza lampi e frastuoni,
potrebbe essere attimo
come la radice che sa quando solcare il terreno,
potremmo diventare terminazioni capillari
che si processano sole.
Com’è difficile lo slabbro dell’assenza
è l’uscita impazzita di qualche pianeta contro la gravità.
Diventa santo l’ultimo gesto fatto
sa cadere insieme alla cenere nello scacco rosso della tela.
Armistizio
Eri nel principio
sapendoti già nell’armistizio della fine,
la foglia rossa artigliata al ramo
che il primo vento d’equinozio raccoglie.
I rami sono incerti
cercano l’abbraccio stellare con Dio
sono le tue braccia analfabete di qualsiasi simmetria.
Giorni
Rimangono intatti i giorni della gloria
sono numerati dentro alla memoria
ombre cinesi che si muovono e seguono le stesse note di blues,
si fermano per non morire come i capelli sulla giacca.
Ed è sempre fissa la pagina di settembre
con le righe che non so ancora leggere
quando la voce trema e fanno l’appello sul piazzale
mentre sono estranea ai vostri visi.
Com’è veloce al tramonto il regionale verso Cesenatico
segue il sound delle balere a fine stagione
così puntuale al binario sette
ma non coincide mai con tutti i beni.
Inverni
Ieri sera la vita non ha soffiato forte
ma la fiamma non è rimasta accesa.
Ci sono inverni improvvisi
quando arrivano non conoscono la regola delle stagioni
gelano il circuito del sangue per chi rimane.
Questa fermata segna quarantasette
è l’anticipo che non si aspetta,
odora di lenzuoli bianchi e disinfettante,
ampi corridoi
carne dilatata e ossa.
Elvis canta ancora una requiem dal palco
con la camicia hawaiana e gli anelli d’oro,
spiega con gli occhi chiusi quanto siamo meteoriti.
*(Rimini-Italia, 1972). Poeta y profesora de escuela primaria. Recientemente, uno de sus textos ha sido utilizado en el espectáculo teatral Multiestrado del actor Silvio Castiglioni. Ganó el Premio Thesaurus 2013. Ha publicado en poesía Scrivere per il futuro ai tempi delle nuvole informatiche (2012), Mille voci per Alda (2013) e Scrittura Felice (2013).
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