Jorgenrique Adoum. Yo me fui con tu nombre por la tierra

 

Vallejo & Co. ofrece una entrevista histórica de Víctor Rodríguez Núñez a Jorgenrique Adoum (1926-2009) así como una breve muestra de su poesía, para celebrar la publicación en Estados Unidos de prepoems in spanish and other poems. Se trata de una edición bilingüe (español/inglés) de tres libros claves del gran poeta ecuatoriano: Currículum mortis, Prepoemas en postespañol y El amor desenterrado, publicada por la editorial estadounidense Action Books (www.actionbooks.org) y traducida por Rodríguez Núñez y Katherine M. Hedeen. En sus páginas no solo se presentan estos versos revolucionarios al lector de lengua inglesa, sino que además se rescatan en una edición al cuidado de Alejandra Adoum para los propios lectores hispanohablantes. 

La presente entrevista fue publicada, en origen, en Magazín Dominical de El Espectador 381 (12 de agosto de 1990): 18-21. Reeditada en La poesía sirve para todo (La Habana: Unión, 2008). No se han introducido en el texto cambios sustanciales.

 

 

Por Víctor Rodríguez Núñez*

Crédito de la foto (izq.) Ed. Action Books /

(der.) el autor

 

Jorgenrique Adoum.

Yo me fui con tu nombre por la tierra

 

Había oído decir tantas cosas de Jorgenrique Adoum que, al solicitarle la presente entrevista, tomé no pocas precauciones. Para mi sorpresa, aceptó con una amabilidad casi sobrenatural e instantes después platicábamos.

Fue a mediados de los años 80, en un bar del Hotel Riviera, en La Habana. Acababa de paladear el primer whisky del día y luego le vi vaciar toda una botella. No me invitó, pero lo disculpo pues yo me encontraba en plena jornada de trabajo.

Me habían dicho que el ecuatoriano era hombre en extremo riguroso, duro, polémico, incapaz de hacer concesiones. Pero al cabo de unos minutos de conversación, me di cuenta de que estaba sólo ante “el turquito indio” del que hablara Cortázar.

Adoum nació en Ambato, Ecuador, en 1926. Hizo estudios de Filosofía y Derecho en la Universidad de Santiago de Chile. Fue profesor de literatura, editor de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y Director Nacional de Cultura de su país.

Sus poemarios claves son Ecuador amargo (1949), Relato del extranjero (1955), Los cuadernos de la tierra (1952-1962), Yo me fui con tu nombre por la tierra (1964), Curriculum mortis (1968), Prepoemas en postespañol (1979) y El amor desenterrado (1993). Hay varias antologías de su obra, una de las más sólidas de nuestra lengua y de nuestra América, y siempre tengo a mano: Informe personal sobre la situación (1973) y No son todos los que están: Poemas, 1949-1979 (1979). Publicó las piezas de teatro El sol bajo las patas de los caballos (1973) y La subida a los infiernos (1977). Por su novela Entre Marx y una mujer desnuda (1976) recibió en México el Premio Xavier Villaurrutia.

Su antología Poesía del siglo XX debería ser reeditada, pues constituye una de las más importantes muestras de la lírica contemporánea. Este cronista la distingue entre sus experiencias fundamentales como lector.

 

El poeta Jorge Enrique Adoum

Entrevista

 

Víctor Rodríguez Núñez [VRN]: Jorgenrique, ¿cómo fue que llegaste a la poesía?

Jorgenrique Adoum [JA]: Es difícil rastrear los verdaderos orígenes de nuestro encuentro. Recuerdo que en el colegio organizaban todos los años un concurso de tema obligado en el que siempre ganaba premios. Aunque la participación era forzada yo lo hacía con gusto, así que ya desde entonces había un embrión de vocación. Después tuve un profesor de literatura que, en lugar de referir títulos y autores, enseñaba a leer. Él me prestaba sus propios libros, que eran de una gran calidad; a los 17 años yo había leído autores como Proust, Kafka y Mann. El deslumbramiento que me produjeron estas obras me llevó de los ejercicios de preceptiva literaria al ejercicio de la poesía. Y esto último con los años se me convirtió en una especie de vicio.

 

[VRN]: Este largo camino, ¿lo tomaste solo o acompañado?

[JA]: Sin buscarnos, como por casualidad, nos encontramos varios aspirantes a escritor y formamos lo que se llamó el Grupo Madrugada. Esto fue para los que le interesan las fechas— en 1944. No constituíamos propiamente una generación literaria, pues carecíamos de una sensibilidad y de un programa común. Entre nosotros los había románticos, místicos esotéricos y hasta dados a la poesía política. En resumen, sólo nos unía la edad y, hasta cierto punto, la amistad.

 

[VRN]: ¿Cómo ves tus textos de esos años? No los recoges en tus antologías…

[JA]: Cuando uno no es un genio, lo hecho antes de los 20 años —e, inclusive, de los 30— es sólo intento, aproximación. En mi caso, además de una pasión incontrolable, ha habido siempre una práctica, una disciplina constante. Puedo decir que he escrito prácticamente todos los días de mi vida, aunque casi todo ha ido a parar al canasto de la basura. Me interesa mi propia obra a partir del momento en que integra la voluntad de la poesía y la identificación con mi país. Es decir, desde Ecuador amargo.

 

[VRN]: Tú naciste de padre y madre libaneses, ¿no?

[JA]: Así es. Pero nunca sentí aquello que llaman los lazos de la sangre; no aprendí la lengua de mis padres, ni conozco siquiera un sólo país árabe. Hechos que hoy lamento, claro está, pero que prueban una temprana identificación con mi patria. Yo no recuerdo haber escrito nada que no se relacione con Ecuador o con América Latina. Esto, en el plano político, moral, humanista pues, en el del oficio, se deben reconocer las ventajas y las desventajas de mi relación con Neruda. Recuerda que, durante casi tres años, entre 1945 y 1947, fui su secretario privado. Prácticamente vivíamos juntos, le copiaba sus poemas, corregía las pruebas de sus libros.

 

 

[VRN]: ¿Cuáles fueron esas ventajas y desventajas?

[JA]: Con Neruda aprendí que se podía hacer una poesía política de alta calidad literaria; con esa convicción he trabajado todos estos años. Al pueblo no debemos ofrecerle cosas simples, fáciles de comprender, si no lo mejor, lo más elevado. Pero el influjo que Neruda ejercía en la poesía de toda la lengua fue aún más intenso y decisivo en mí. No sabes lo que me costó quitarme ese peso de encima, y debo reconocer que fue el propio Neruda quien primero me advirtió sobre lo nocivo de su influencia. El hizo una buena crítica de Ecuador amargo, pues me hizo ver los valores del libro y a la vez me sugirió librarme de un Neruda que no me hacía falta.

 

[VRN]: ¿Cómo lo lograste?

[JA]: Bueno, me administré ciertos antídotos. Para los poetas, en cualquier época, hay dos opciones generalmente opuestas. Ante mi generación se abrían, bien el camino de una poesía ampulosa, llena de adornos, barroca —como la de Saint John Perse—; o bien el de aquella que es puro hueso —como la de Eliot, Mayakovski, Prevet. Yo seguí a los antinerudianos hasta encontrar mi propio camino; y no digo mi propia voz, porque en realidad he sido siempre medio afónico.

           

 

[VRN]: ¿Cómo valoras hoy a Neruda?

[JA]: Como uno de los poetas más grandes de nuestra lengua, sólo comparable a Darío y Vallejo. Me indigna la mala fe con que algunos tratan de juzgarlo por sus cosas menos buenas. Él solía decir que todos los poetas prolíficos —y se remitía siempre a Víctor Hugo— se repiten y que no había que juzgarlos por sus repeticiones. Neruda escribió demasiada poesía de circunstancia, movido más por su calidad de militante político que por su militancia poética, pero escribió también libros insuperables. Él es como un pájaro inmenso que cubrió con sus alas todo nuestro continente y ese otro continente que es la poesía.

 

[VRN]: Y de Vallejo, ¿qué puedes decirme?

[JA]: Que siempre es actual, moderno y que no pasa de moda. No sólo fue el paradigma de nuestra generación, sino que se sigue leyendo con igual énfasis. Ahora bien, me molesta mucho que se afirme a Vallejo negando a Neruda, es decir, que se contrapongan en términos absolutos. También Neruda es actual, moderno y no ha pasado de moda. Si bien no fue el paradigma de nuestra generación, podría serlo en el futuro de otra. En esencia, Vallejo y Neruda forman una unidad indisoluble, el núcleo central de la poesía latinoamericana del presente siglo.

 

[VRN]: ¿Qué opinas de Confieso que he vivido?

[JA]: En primer lugar, que es un libro espléndido, con capítulos que nos revelan al Neruda esencial, y otros no tanto, donde deben haber metido la mano ciertas personas. El haberlo conocido íntimamente y el carácter póstumo de esta obra son razones muy poderosas para dudar de la autenticidad de no pocas de sus páginas. Juraría que no fue Neruda quien escribió algunos de los juicios allí vertidos, pues el poeta del Canto general era un hombre en extremo generoso.

 

El poeta Jorge Enrique Adoum con el poeta Mario Benedetti

[VRN]: A mí siempre me ha parecido un ser humano excepcional…

[JA]: Siendo su secretario fui testigo de cómo respondía, con severidad pero siempre con palabras de aliento, a los requerimientos que le hacían los jóvenes poetas de Latinoamérica. No le molestaba tenerse que leer aquella enorme cantidad de manuscritos, casi todos de dudosa calidad, y de hacerles a sus autores al menos unas líneas de estímulo. No puedo olvidar en particular una de aquellas cartas, en que recomendaba a un joven poeta argentino, en el que veía talento pero torpeza formal, leer sobre todo la obra de Rafael Alberti. Es decir, que Neruda no se reconocía a sí mismo como un maestro de la forma, y que creía al poeta español un paradigma en ese sentido.

 

[VRN]: Después de convertirte en antinerudiano, ¿continuaste siendo amigo de Neruda?

[JA]: Por supuesto. Lo vi por última vez en París, donde cumplía una importante misión política, como embajador del Gobierno de Allende. Me invitó un día a almorzar y entre los invitados estaba García Márquez, quien había viajado desde Barcelona —donde vivía entonces— sólo para cumplir con la invitación. Esa tarde le oí decir al autor de Cien años de soledad una frase muy hermosa: “al maestro nunca se le puede decir que no”. A ninguno de los presentes nos confesó que recibiría el Premio Nobel, noticia que conocimos por la prensa dos días después. Invitar precisamente a García Márquez, el próximo Premio Nobel latinoamericano, a quien el Premio Nobel anterior de nuestras letras, Miguel Ángel Asturias, había acusado de plagiar a Balzac, me sigue pareciendo un gesto de grandeza.

 

[VRN]: Se habla de dos etapas en el desarrollo de tu poesía…

[JA]: Sí, coincido en este punto con la crítica. La primera termina a inicios de los años 60, con el último de Los cuadernos de la tierra; fue escrita fundamentalmente en mi país, como una búsqueda hacia atrás donde idealizo la historia. En lo formal, se trata de una poesía un poco retórica, que abusa de la metáfora y que se vale de un lenguaje príncipe —es decir, alejado de la vida cotidiana. La segunda etapa, que llega hasta nuestros días, ha sido concebida en lo fundamental fuera de Ecuador —pero con una perspectiva más amplia, más latinoamericanista— y toma el presente por las astas. Estilísticamente, se trata de una lírica coloquial, desnuda de metáforas y otros artificios, muy directa.

 

[VRN]: Como la de Roberto Fernández Retamar y Fayad Jamís, para mencionar sólo a poetas cubanos.

[JA]: Exactamente. Debo reconocer lo mucho que influyó en mí el viaje que realicé a Cuba en 1968, como invitado a un congreso donde se debatió sobre la problemática cultural del Tercer Mundo. Allí hice algunas intervenciones que, por lo sinceras, por lo consecuentes conmigo mismo, provocaron la risa de los delegados. Los ecuatorianos tenemos un gran sentido del humor, nos pasamos la vida haciendo chistes, pero cuando nos sentamos ante una página en blanco nos ponemos demasiado serios, solemnes, importantes y olvidamos quiénes somos. Desde aquella experiencia en La Habana me propuse escribir como soy, y aquí me tienes.

 

 

[VRN]: Tú, que has trabajado diversos géneros, ¿por qué no hablas de la especificidad de la poesía?

[JA]: Cada género implica una forma específica de trabajo. Cuando se escribe una novela, una obra de teatro o un ensayo, uno puede trabajar con horario fijo. Quieras o no quieras, llueva o haga sol, como un empleado de oficina. Con la poesía esto no es posible. Yo desconfiaba mucho de la palabra inspiración, pero he terminado por tolerarla: la prosa se hace con ideas y la poesía es la constancia de un estado del espíritu. Si estás escribiendo un poema y suena el teléfono y te levantas a contestar, ese poema definitivamente quedará alterado; será mejor o peor, pero ya no será el mismo.

 

 

[VRN]: Se te acusa de ser un poeta algo pesimista…

[JA]: Yo digo siempre que pesimista es un hombre que ha sido durante mucho tiempo optimista. Más que pesimista soy un poeta que asume una actitud objetiva ante los seres y las cosas. Además, no hay muchas razones en el mundo de hoy para ser optimista. El mío es más bien un pesimismo crítico, nada derrotista, que no acepta lo que está mal como algo definitivo. Ante la fugacidad de la vida y la perennidad de la muerte, ante lo abundante del dolor y lo escaso de la felicidad, no podemos hacer nada. En cambio, podemos luchar contra la discriminación racial, la explotación del hombre por el hombre, y tener éxito. En fin, no creo en el optimismo exagerado de algunos poetas comprometidos; además, como dijo Engels, las soluciones no las pone el autor sino el lector.

 

El poeta Jorge Enrique Adoum

[VRN]: Poeta comprometido, ¿asumes este término?

[JA]: En realidad, todos los poetas estamos comprometidos con algo o con alguien, pero el término ha sido reservado a quienes nos solidarizamos con las causas populares. Un lamentable ejemplo: Octavio Paz es un poeta comprometido sólo que con el otro bando, con nuestros enemigos. Creo que debemos tener el valor, la dignidad necesaria para merecer un término con que se califica, entre otros, a poetas como Roque Dalton. El poeta de hoy no debe decir su profecía y sentarse a esperar que ésta se cumpla, sino trabajar también para que su profecía se haga realidad. Claro está, para lograr una poesía revolucionaria no basta con el mensaje de izquierda; se debe contar además con una forma renovadora, de vanguardia.

 

[VRN]: Como ha dicho García Márquez, el primer deber de un escritor revolucionario es escribir bien.

[JA]: Que no se vaya a molestar Gabo, pero esa frase no es suya; es de Mao. El sentido común nos revela que el primer deber de todo revolucionario es hacer bien lo que le toca hacer, sean bombas de contacto, carreteras u obras literarias. Conste que escritor revolucionario no es sólo aquel que escribe sobre huelgas, manifestaciones o acciones guerrilleras. A Cortázar se le criticaba porque no hacía literatura política; por eso él escribió el Libro de Manuel, que se considera su obra menos lograda. Lo que sucede es que Cortázar no era un creador de ese tipo de literatura, lo que no implica ni mucho menos que no sea un escritor revolucionario. Si todo acto es político, todo libro también lo es; Rayuela, a mi juicio, es un manual subversivo. Para un buen escritor existen muchas maneras de contribuir a la transformación de la sociedad.

 

[VRN]: Te oí decir que hubo escritores que si bien no lograron cambiar la sociedad al menos transformaron la sensibilidad.

[JA]: Pensaba en Joyce, que no pudo poner sobre bases más justas la sociedad irlandesa de su tiempo, pero contribuyó a que prendiera una nueva sensibilidad en todo occidente. Proust no transformó en nada la Francia de su época, pero nos reveló las miserias humanas de la burguesía agonizante. Lo mismo sucede con Fitzgerald, cuya obra no incidió directamente en la Norteamérica contemporánea, pero sí denunció la podredumbre de su clase dirigente. Por lo general, uno puede escribir con propiedad de una clase, eludir la caricatura social, sólo cuando uno pertenece a esa clase. Se da el caso incluso de escritores reaccionarios que, sin embargo, nos han legado una obra revolucionaria; como Balzac.

 

[VRN]: Entre Marx y una mujer desnuda te ha dado algunos sinsabores…

[JA]: Desgraciadamente; y creo que el escándalo se debió al provincianismo que padecemos en Ecuador y, por lo general, en todos nuestros países. La gente trata de encontrar detrás de cada personaje de ficción, forzosamente, a una persona conocida, alguien de la vida real. Me molesta esta actitud porque supone reducir el trabajo del escritor al de simple funcionario de registro civil. Me he encontrado con personas que creen aparecer retratadas en mi libro a las que ni siquiera he recordado durante años. Yo no tengo la culpa de eso, mi novela no es un texto en clave, tampoco la biografía de nadie, sino simplemente una obra de ficción.

 

[VRN]: ¿Por qué no has escrito otra novela?

[JA]: Pues la respuesta está en las propias páginas de Entre Marx y una mujer desnuda, donde se debaten de manera implícita los problemas actuales de ese género. Tomo una posición un tanto irreverente contra ciertos tipos de novela, mas no alcanzo a proponer una solución coherente; sería maravilloso que alguien la encontrara. Cuando era joven me fastidiaban esos escritores que eran de todo —poetas, novelistas, dramaturgos, ensayistas— y he terminado siendo uno de ellos. El único género en que no he trabajado nunca es el cuento; le tengo demasiado respeto.

 

[VRN]: En 1970 declaraste que la literatura ecuatoriana estaba atravesando un período de crisis. ¿Sigues pensando así?

[JA]: Claro que no. Las letras de mi país han tenido en las décadas de 1970 y 1980 tal auge, que se ubican en más de un aspecto entre las punteras de América Latina. Si bien a nuestra poesía se han sumado nuevas voces de notable valor, creo que es en la narrativa donde despuntamos con más fuerza. La novela y, sobre todo, el cuento ecuatoriano de hoy, no tienen nada que envidiar a sus homólogos argentinos o mexicanos. Sucedió que se buscaron diferentes alternativas ante el realismo, que fue decisivo como método de creación en un momento glorioso de nuestra historia literaria, pero que por su abuso castraba ya la producción narrativa nacional.

 

[VRN]: De la poesía que se hace hoy en Latinoamérica, ¿cuál es la que prefieres?

[JA]: Aquella que renuncia a la opulencia verbal, que busca un tono popular y que no ha vuelto a caer en el intimismo. Para que me interese, el sujeto de los poemas tiene que ser colectivo, algo distinto de la confesión personal, de las situaciones que ya todos conocemos. Quiero hacer una poesía que, sin ser del todo épica, pueda abolir la primera persona y expresarse con el lenguaje cotidiano. Una poesía alejada del panfleto sentimental tanto como del panfleto político, que por su léxico sea netamente ecuatoriana y, a la vez, factible de ser entendida más allá de nuestras fronteras. Y ahora mismo debo ponerme a trabajar…

 

El poeta Jorge Enrique Adoum

5 poemas de Jorgenrique Adoum

 

 

Bienvenida a deshora

 

No te esperaba, bruma, y vienes sin decirme

y entras con ella, la empujas tras su lágrima.

 

No te maté, niebla tuya de ti,

nimbo con que te rodeas:

te me fuiste acabando de familiares

contraseñas y ajenos cinturones,

te ibas yendo de tal vez en tal vez,

perezoso ese irte, y no pudimos

ver tu cadera salir de mi costado,

amontonar olvido contra la ventana

en que solía esperar, como si nada,

mañana, el año venidero, el algún día,

pero es duro estar de pie toda la vida

y nos apuntalábamos los pechos, las rodillas,

cuando todos los ojalases tambaleaban,

y es duro recordar, quehacer

de quien espera cartas y no cuerpos,

y yo quiero el olor que la noche dejaba

escapar de alcoholes melancólicos,

y es duro en la mañana reponerse los ojos

y ver los días como una sola estatua

injusta, y ver desmantelado y viudo

y qué desmemoriado el traje,

y qué juntas sobre el sexo las manos,

guantes de menta, que me habían acogido,

y cómo te regresas de repente

a la acabada, a la dormida ausencia

de quien ninguna ocupación tiene conmigo,

como si no lloviera, como si no pudiéramos

desencruelecernos, reconsiderarnos, rehacer

de nuevo con paciencia los entonces

y estar otravezmente comenzando.

 

 

Fait divers

 

 

rita

(debíamos encontrarnos el viernes

aún queríamos nuestra presencia después de tanta noche

en que el amor interrumpió sus estudios como otra barricada

la única barricada de septiembre)

es española pero no mucho

hace el amor sin incurrir en la hispánica manía de querer casarse

aunque eso tal vez le venga de la madre

(me ha dejado esperándola le habrá pasado algo

aunque a mi edad dinamitero retirado no se es supersticioso

hay más bien cierto pesimismo objetivo por los seres)

y no tiene teléfono nunca supe qué pasa

en la medianoche secreta de los otros

qué pasa rita cuando te envidio porque duermes contigo

(además viéndolo bien por qué va a suceder nada el viernes 13

y no el miércoles 11 u hoy exageradamente lunes)

 

Madame Vidal tiene el pesar de comunicar la muerte de su hija Rita fallecida ayer.

                                                                                             París, 14 de septiembre.

los alumnos dicen que fue a causa de un escape de gas

 

solía dormir profundamente desnuda bajo su pelo de lesbiana

boca abajo después de haber amado mucho

pero ahora se me ha muerto profundamente

habrá amado más esta vez o tal vez demasiado

todavía esta mañana me sequé con la toalla que usó el viernes

pienso que pronto me cambiarán también las sábanas

y perderé lo único que me queda de su herencia directa

salvo esos dos cabellos que aún están en el lavabo

 

todo ha sido tan súbito tan corto

que aún me sobra amor y no sé dónde ponerlo

claro que está lo de grecia lo de biafra y lo de checoslovaquia

y lo de sudamérica centroamérica norteamérica

pero qué le vamos a hacer es otra cosa

hay siglos en que el mundo importa menos

siglos sin rita que creía en algo pese a todo

 

 

El Maharajá y las salamandras

 

plaza del gentío taciturno lo meloso de su res antigua abierto en la sequía

el puente monumento a la memoria del río

derrotado por las últimas escuadras de la lluvia

maldad del polvo sus telas vagabundas

van atrapando niños envolviendo la gran mosca de su vientre

recolectando moscas es la pobreza rascándose sus moscas

cuerpos en éxodo a la tarde restos de la batalla contra el mediodía

buscando sombra como quien se busca tumba

más fácil que el negro paladar de los paraguas

mercado de palitos pedazos pétalos de cosas de algún día

piedras de un país que se acabó que no hubo nunca

las carretas del vacío tiradas por esqueletos de vacas de otra profecía

mil años vacas flacas mil años la piel mordida en las junturas de la historia

(pero en algún sitio de la tierra yo protesto porque está tibia la cerveza)

en la feria sin compradores ni curiosos viandas de carbón cereal de feldespato y mica bebidas mucilaginosas

y las aves que gritan sílabas más humanas que los instrumentos de soplo del desierto

loros misericordiosos descoloridos en su caja con predicciones de buenafortuna

encantadores de serpientes a las que arrancaron el colmillo

mordidos hace tiempo por amigos y discípulos

 

todo mendigo es sobreviviente de la filosofía

todo hombre es intocable y zumba letanías de epidemias

en este monasterio de la llaga o terraza de la pústula

paralíticos y escrofulosos

tísicos que la fiebre dora desde adentro

sifilíticos sarnosos hemipléjicos

mujeres con ataxia y gonorrea

mujeres con hidrocefalia y cólera

atónitos con melanosis

santos retorcidos por la sabiduría

equilibristas con espasmo y catalepsia

raquíticos hipertróficos enfisematosos

lánguidos místicos agónicos

esqueletos forrados de pergamino pardo

esqueletos envueltos con mosquitero

dos rodillas recuerdo de otra pierna dos dientes

reliquia de la vieja religión en la mejilla

y la mujer a la que la viudez lavó la frente trata de preservar lo que el difunto le dejó de pecho para la nueva boda

masca una hoja de betel que la adorna e inquieta

su rojo escupitajo araña que se traga el escorpión del suelo y sus furiosos pies de amor ahuyentan a los perros mitológicos

que rozan su amapola sexual y humedecen su edad debajo de sus vellos

(pero en algún hotel de la tierra la inglesa me pregunta cuánta azúcar y yo le digo 32 el número de mi pieza)

 

junto al cielo en la colina el palacio del maharajá y el pabellón de caza del maharajá y el jardín zoológico del maharajá y los establos del maharajá y la residencia de verano del maharajá y los cuarteles de la guardia del maharajá y el lugar de descanso del maharajá y la casa de huéspedes del maharajá

 

el templo está cerca de yo no sé qué siglo

inacabado por los arquitectos profetas del destrozo

los últimos dioses representantes de la roca contentos en su escultura

sus cuerpos arracimados de deseo la cambiante flor barroca de su cópula

dando audiencia a las duraderas delegaciones del olvido

procesión de los baldados del verano su tartamudez en otra lengua los dedos sobre una llama de sebo

que no quema su antigüedad ni la costra de antigüedad de su pobreza ni sus bacilos de pobreza

dejando una limosna precio por una marca de ceniza entre las cejas

que el viento se llevará como anuncio del escombro que le sigue

y las concubinas y los elefantes del maharajá

 

(y en algún lugar de la tierra a esta hora otras delegaciones sin rencor juntan sus centavitos de memoria para otro dios menos contento solitario en su madera y otro maharajá de pacotilla en su caballo)

 

esto será también un día especie humana creo

 

Cena en la que se destaca al poeta Jorge Enrique Adoum, el escritor Mario Vargas Llosa y el poeta Pablo Neruda, entre otros.

Adivina adivinador

 

te desamé hace tiempo me resigné a quererte y te desquise

y aunque estoy acostumbrado a estos desencuentros

no quisiera que quieras ahora que no quiero

aún tengo que acabar lo que acabo de empezar

me faltan por ejemplo caricias que no inventodavía

la guerra o illa fatal contra mí mismo

o escribir por fin quizá quién sabe acaso

el poema que aguarda que el hombre sea y no que dure

o comprar una rosa cuando vuelva la ella

después qué diablos

te he esperado y te he desesperado y tú te acercas

yo sé que también esta vez te saldrás con la tuya

no tardes muy mucho ni tampoco tan poco

ahí estaré como si te deseara mujer de prójimo

a besarte la misma boca con que me insultas

cuando desvives a los niños y de los otros

a pinochetazo puro no me dejas

sino nombres ya sin nadie en mi libreta

 

 

Las vidas comunicantes

 

fue a trabajar con sabor a malanoche

el jefe lo trató como a comunista y negro

se comió un sándwich de jamón flaquísimo

volvió a la oficina cárcel o perrera

hablabló de qué para qué con quiénes

escribió las mismas cartas de ayer para algún día

fue al banco a mendigar un saco dos meses medicinas

lo maltrataron en los transportes públicos

y avanzó a pie bajo la lluvia espesa

pero ella lo llamó en la noche y le leyó lo escrito

“fue al trabajo maltrabajado por la malanoche

recibió en la cara jazos de su jefe

se comió un sándwich de huecos y vacío

volvió buey involuntario al matarreses

habló de todo y nada con uno y con ninguno

escribió cartas de otro para otros otros

en el banco lo trataron como al tercer mundo

en los transportes públicos nadie hablaba con alguien

cruzó esta noche la vida bajo la lluvia llena

y preparó la fiesta de la carne doble

(esto es también autentiúnica dura verdad de poesía)”

entonces supo él que siempre había sido

un pocoautor de todos sus poemas

 

                                                            *

 

hizo la cama que revolvió la noche

lavó las tazas del desayuno flaco

pasó el aspirador de un trapo por la casa

lavó la camisa las medias los pañuelos

preparó el almuerzo para sobremorir la tarde

lavó los platos los cubiertos inservibles

cosió botones en los pantalones lánguidos

hizo tiempo para hacer compras para hacer comida

y lavó las cacerolas de lo ya vivido

pero él la llamó en la noche y le leyó lo escrito

“rehizo la cama que deshizo la noche

lavó en las tazas los sorbos los bostezos

aspiró el polvo de las cosas de la casa

lavó el olor de ambosdós pegado a su camisa

¿fue reina una mañana siquiera en la cocina?

prolongó en la mesa los plazos cotidianos

lavó en las cacerolas los restos de futuro

le puso unos botones a falta de monedas

fue a la carnicería iglesia limpia

y preparó la doble fiesta de la carne

(esto es también unicauténtica verdadura de poesía)”

entonces ella supo que siempre había sido

un pocoautora de todos sus poemas

 

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(poemas traducidos al inglés)

 

5 poems by Jorgenrique Adoum

Translated by Katherine M. Hedeen & Víctor Rodríguez Núñez

 

Welcome at the Wrong Time

 

I wasn’t expecting you, brume, and here you come wordless

with her, to nudge her behind her tears.

 

I didn’t kill you, mist yours of you,

halo surrounding you:

you’ve been finishing off my family

passwords and other belts,

you went from perhaps to perhaps,

lazy your going and we couldn’t

see your hip emerging from my side,

piling up oblivion against the window

where I’d wait, not a second thought,

tomorrow, the next year, the someday

but it’s hard to stand a lifetime

and we propped up our chests, knees,

when all the hopefullys teetered,

and it’s hard to remember, task

of one waiting for letters and not bodies,      

and I want the scent of melancholic alcohols

that night let loose

and in the morning it’s hard to replace my eyes

and see the days like a single statue

unjust and see all broken up and widowered

and how forgetful the suit,

and how together the hands over your sex,

mint gloves that took me in

and how all of a sudden you come back

to the finished, the sleeping absence

of one who has no occupation with me,

as if it didn’t rain, as if we couldn’t

decruel, reconsider ourselves, patiently recreate

the thens one more time

and be oncemorely beginning.

 

El poeta Jorge Enrique Adoum con el narrador Julio Cortázar

Fait Divers

 

rita

(we should’ve met up on friday

still craving our presence after so much night

when love cut off studies like another barricade

lone september barricade)

is spanish but not a lot

she makes love minus the hispanic obsession with getting married

though this might come from her mother’s side

(she’s left me waiting something must’ve happened to her

even though at my retired dynamiter age no one’s superstitious

we all just have a kind of objective pessimism)

but she doesn’t have a phone i never know what’s going on

at somebody else’s secret midnight

what happens rita when i’m jealous because you get to sleep with you

(besides upon closer inspection why should nothing happen on friday the 13th and not wednesday the 11th or today excessively monday)

It is with great sorrow that Madame Vidal announces the sudden death of her daughter Rita yesterday.

                                                                                                 Paris, September 14th

students say it was a gas leak

 

she used to sleep hard naked under her lesbian hair

facedown after so much love

but now she’s gone and died hard

this time she must’ve loved more or maybe too much

just this morning i dried off with the towel she used on friday

i think they’ll change the sheets soon too

and i’ll lose the one thing i’ve got left of her direct legacy

except for those two hairs still in the sink

 

everything was so sudden so short

i still have love left over and i don’t know where to put it

of course there’s greece and biafra and czechoslovakia

and south america central america north america

but what can you do this is different

there are centuries when the world matters less

centuries without rita who believed in something despite it all

 

 

The Maharajah and the Salamanders

 

plaza with the taciturn crowd the sicklysweet of its ancient quadruped open in the drought

the bridge shrine to the river memory

defeated by the last rain squadrons

wickedness of dust its drifting fabrics

trap young children shroud the great fly of their bellies

gathering flies it is poverty scratching away at its flies

bodies in exodus in the evening remains of the battle against midday

in search of shade like someone seeking a tomb

easier than the black umbrella palate

market of small sticks pieces petals of things from someday

stones of a country ended never was

wagons of the void dragged along by bovine skeletons from another prophecy

a thousand years rawboned cows a thousand years hides gnawed at the joints of history

(but somewhere on earth I gripe because the beer’s lukewarm)

at the market no shoppers or onlookers charcoal food feldspar cereal and mica mucilaginous drinks

and the birds screaming syllables more human than desert wind instruments

merciful parrots tarnished in their box with predictions of goodluck

charmers of defanged snakes

bitten long ago by friends and disciples

 

every beggar is a philosophy survivor

every man is untouchable and drones epidemic litanies

in this monastery of sores or pustule terrace

paralysis and scrofula

consumptives gilded by fever from the inside

mangy syphilitics hemiplegics

women with ataxia and gonorrhea

women with hydrocephalus and cholera

those dazed by melanosis

saints twisted by wisdom

tightrope walkers spasmodic cataleptic

rickets hypertrophy emphysema

languid mystical in agony

skeletons lined in brown parchment

skeletons wrapped in mosquito netting

two knees keepsake from another leg two teeth

on a cheek old religion relic

and the woman whose forehead was washed by widowhood tries to defend

what the dead man left her of a breast for the new wedding

chews on a betel leaf adorned unsettled by it

her red gob of spit spider swallowing up the scorpion from the floor and her furious love feet keep the mythological dogs at bay

they brush by her sexual papaver dampen her age beneath her soft hairs

(but in some hotel on earth the english woman asks me how much sugar and I respond with my room number 32)

 

near the sky on the hill the maharajah’s palace and the maharajah’s hunting lodge and the maharajah’s zoo and the maharajah’s stables and the maharajah’s summer home and the maharajah’s guard barracks and the maharajah’s resting place and the maharajah’s guest house

 

the temple is near I don’t know which century

unfinished by architects prophets of ruin

the last gods representatives of the rock content in their sculpture

their bodies clustered from desire the changing baroque flower of their copula

giving audience to the lasting oblivion delegations

procession of summer cripples their stuttering in another tongue their fingers upon a tallow flame

not burning their antiquity or the antiquity crust of their poverty or the their poverty bacilli

leaving behind alms price for an ashmark between eyebrows

to be gone with the wind like a sign of the rubble to follow

and the maharajah’s concubines and elephants

 

(and now somewhere on earth other delegations ungrudgingly gather their memory pennies

for another less content god lonesome in his wood

and another secondrate maharajah on his horse)

 

one day this too will be the human condition i think

 

El poeta Jorge Enrique Adoum

Riddlemeree

 

i unloved you a while ago i resigned myself to wanting you and i unwanted you

and though i’m used to these unencounters

i wouldn’t want you to want now that i don’t want

i still have to finish what i just started

for example i need caresses that i haven’t made upyet

the fatal war or rior against myself

or to finally write maybe who knows perhaps

the poem waiting for man to be and not to last

or to buy a rose when the she comes back

afterwards what the hell

i’ve esperated you and desperated you and you get closer

i know this time you’ll get your way too

don’t be very much late or not much either

i’ll be there as if i desired you neighbor wife

to kiss the same mouth that insults me

when you bend over backward for the kids and as for the others

with pure pinochetcoups you leave me nothing

but nobodyless names in my notebook

 

 

Communicating Lives

 

he went to work with a badnight flavor

his boss treated him like a communist and a black man

he ate a sandwich with the thinnest hamslice

he went back to the office jail or pound

he spokoke of what for what with whom

he wrote the same letters as yesterday for someday

he went to the bank to beg for a coat two months medicine

he was wronged on public transportation

and he walked beneath the dense rain

but she called him that night and read to him what was written

“he went to work badlyworked by the badnight

he was kickassed by his boss

he ate a holefilled empty sandwich

he returned an involuntary ox to the slaughterhouse

he spoke of everything and nothing with someone and no one

he wrote letters from another to others others

in the bank they treated him like the third world

on public transportation no one spoke to someone

he crossed life tonight beneath the full rain

and he got ready for the double flesh party

(this too is an authentiunique hard truth of poetry)”

then he knew he’d always been

a bitauthor of all her poems

 

*

 

she made the nightmuddled bed

she washed the thin breakfast cups 

she ragvacuumed the house

she washed the shirt the stockings the handkerchiefs

she prepared lunch to surdeath the afternoon

she washed the dishes the useless silverware

she sewed buttons on the languid pants

she made time to go shopping to make food

and she washed the saucepans of the already lived

but he called her that night and read to her what was written

“she remade the bed night unmade 

she washed the sips the yawns in the cups

she vacuumed the dust from the housethings

she washed the scent of themboth stuck to his shirt

was she a queen even in the kitchen one morning?

she prolonged the daily schedules on the table

she washed the future remains in the saucepans

she sewed on buttons since she didn’t have coins

she went to the butcher clean church

and she got ready for the double flesh party

(this is also a uniquauthentic hardtruth of poetry)”

then she knew that she’d always been

a bitauthor of all his poems

 

 

 

*(La Habana-Cuba, 1955). Poeta, periodista, crítico y traductor. Doctor en Literaturas Hispánicas por la Universidad de Texas en Austin (EE. UU.). En la actualidad se desempeña como catedrático de esa especialidad en Kenyon College (EE. UU.). Obtuvo el Premio Internacional de Poesía Alfons el Magnànim (2013) y el Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe (2016). Durante la década de 1980 fue redactor y jefe de redacción de la revista cultural cubana El Caimán Barbudo. Ha traducido poesía tanto del inglés al español (Mark Strand y Jhon Kinsella), como del español al inglés (Juan Gelman, José Emilio Pacheco y Jorge Enrique Adoum). Ha publicado en poesía desde un granero rojo (2013), despegue (2016) y el cuaderno de la rata almizclera (2017), entre muchos otros.

 

 

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