Nos dejó, sólo físicamente, la poeta Claribel Alegría (1924-2018). Sin duda, una de las literatas de mayor valía y trascendencia en el siglo XX. Su trabajo artístico no sólo se circunscribió a la poesía, sino a la traducción de la misma, al ensayo y a la narrativa y periodismo. Todo ello no la alejó, sin embargo, de su lucha y compromiso social por lograr mejoras y justicia para los más pobres de su país y Centroamérica.
En Vallejo & Co., presentamos esta pequeña selección de poemas de Alegría, pues creemos que no hay mejor homenaje a una vida dedicada a la poesía que releer siempre sus poemas. Gracias Claribel por tu poesía.
Por Claribel Alegría*
Selección por Mario Pera
Crédito de la foto www.lajornadanet.com
In Memoriam Claribel Alegría.
Breve selección de poemas
Ars poética
Yo,
poeta de oficio,
condenada tantas veces
a ser cuervo
jamás me cambiaría
por la Venus de Milo:
mientras reina en el Louvre
y se muere de tedio
y junta polvo
yo descubro el sol
todos los días
y entre valles
volcanes
y despojos de guerra
avizoro la tierra prometida.
Soy espejo
Brilla el agua
en mi piel
y no la siento
corre a chorros el agua
por mi espalda
no la siento
me froto con la toalla
me pellizco en un brazo
no me siento
comienzo a vestirme
a tropezones
de los rincones brotan
relámpagos de gritos
ojos desorbitados
ratas que corren
dientes
aún no siento nada
me extravío en las calles:
niños con caras sucias
pidiéndome limosna
muchachas prostitutas
que no tienen quince años
todo es llaga en las calles
tanques que se aproximan
bayonetas alzadas
cuerpos que caen
llanto
por fin siento mi brazo
dejé de ser fantasma
me duele
luego existo
vuelvo a mirar la escena:
muchachos que corren
desangrados
mujeres con pánico
en el rostro
esta vez duele menos
me pellizco de nuevo y ya no siento nada
simplemente reflejo
lo que pasa a mi lado
los tanques
no son tanques
ni los gritos
son gritos
soy un espejo plano
en que nada penetra
mi superficie
es dura
es brillante
es pulida
me convertí en espejo
y estoy descarnada
apenas si conservo
una memoria vaga
del dolor.
Autorretrato
Malogrados los ojos
Oblicua la niña temerosa,
deshechos los bucles.
Los dientes, trizados.
Cuerdas tensas subiéndome del cuello.
Bruñidas las mejillas,
sin facciones.
Destrozada.
Sólo me quedan los fragmentos.
Se han gastado los trajes de entonces.
Tengo otras uñas,
otra piel,
¿Por qué siempre el recuerdo?
Hubo un tiempo de paisajes cuadriculados,
de gentes con ojos mal puestos,
mal puestas las narices.
Lenguas saliendo como espinas
de acongojadas bocas.
Tampoco me encontré.
Seguí buscando
en las conversaciones con los míos,
en los salones de conferencia,
en las bibliotecas.
Todos como yo
rodeando el hueco.
Necesito un espejo.
No hay nada que me cubra la oquedad.
Solamente fragmentos y el marco.
Aristados fragmentos que me hieren
reflejando un ojo,
un labio,
una oreja,
Como si no tuviese rostro,
como si algo sintético,
movedizo,
oscilara en las cuatro dimensiones
escurriéndose a veces en las otras
aún desconocidas.
He cambiado de formas
y de danza.
Voy a morirme un día
y no sé de mi rostro
y no puedo volverme.
Quiero entrar a la muerte
Quiero entrar a la muerte
con los ojos abiertos
abiertos los oídos
sin máscaras
sin miedo
sabiendo y no sabiendo
enfrentarme serena
a otras voces
a otros aires
a otros cauces
olvidar mis recuerdos
desprenderme
nacer de nuevo
intacta.
Son altas
Son altas las columnas de mi sueño,
Van hacia el canto con los pies descalzos,
Del fondo de mí misma se levantan
Y suben por el viento en espirales.
A veces las sorprendo entre las nubes,
En la tarde dorada, en las estrellas;
En todo lo que es bello se detienen
Y siguen en su viaje iluminadas.
¡Qué finas las columnas de mi sueño!
Casi se me confunden con la niebla,
No las puedo ver más, angustia, sombra…
¡Qué miedo de que caigan y se quiebren!
¡No, no pueden caer, van hacia el canto,
hacia el canto que es suyo y las espera!
¡Del fondo de mí misma se levantan
y suben por el viento en espirales!
De súbito
De súbito
Como el silbato oscuro de los trenes
Surge en mí tu presencia.
Canta en el aire un gallo.
Recorro nuestra vía
Con tus signos:
Faros rojos
Y verdes,
Silencios amarillos
Que yo pasé de largo.
Huele a Santa Ana el aire,
A tu gabán volando en el pasillo.
Sigue cantando el gallo
Ya no estás.
Instantáneas
A Eliseo Diego
Ya mi tiempo se agota
Estoy casi al final
Del corredor
Entre el humo
El tumulto
Los destrozos
Que van quedando atrás
Descubro otras mujeres
Que fui yo
Y esta yo
Que hoy las mira
Con su carga de cuerpo
Y de nostalgia
Se aproxima hacia otra
Que saltará del nicho
Nos mirará un instante
Y seguirá su viaje
Hacia esa oscuridad
Que nos espera.
Círculos
Otro círculo
amor
que hemos cumplido
¿será este el último
en cerrarse?
Dame tu mano
«Hoy me gusta la vida mucho menos
pero siempre me gusta vivir»…
César Vallejo
Dame tu mano
amor
no dejes que me hunda
en la tristeza
Ya mi cuerpo aprendió
el dolor de tu ausencia
y a pesar de los golpes
quiere seguir viviendo.
No te alejes
amor
encuéntrame en el sueño
defiende tu memoria
mi memoria de ti
que no quiero extraviar.
Somos la voz
y el eco
el espejo
y el rostro
dame tu mano
espera
debo ajustar mi cuerpo
hasta alcanzarte.
Epílogo
…existen los barrotes
nos rodean
también existe el catre
y sus ángulos duros
y el poema río
que nos sostiene a todos
y es tan sustantivo
como el catre
el poema que todos escribimos
con lágrimas
y uñas
y carbón.
La mariposa
Ya la ceiba no existe
derrumbaron mi ceiba
se hicieron añicos los espejos
eché a secar mi Río
y se escondió la luna.
Estoy vacía de deseos
mi espada
en su estuche de satén.
¿Por qué ahora
por qué
busca seducirme
la poesía?
Entró por la ventana
y se posó en mi mano
la miré con nostalgia
se entreabrieron mis labios
y con un leve soplo
la alejé.
Poema
¿Qué fue de ese poema
que no pude atrapar
el que pasó rengueando
frente a mí
con las alitas rotas?
Último salto
Te llevo, muerte, a mi costado
Desde el momento en que nací.
A través de los años
Aprendí a no temerte
A ser tu amiga
Revolotea tu aliento
En mis cabellos
Escucho tu voz queda
En el viento que pasa.
¿Qué sentiré sin ti?
No hay muerte donde voy
Ese último salto,
Descarnada,
Debo darlo yo sola.