La presente nota, que hoy difunde Vallejo & Co., fue publicada originalmente en el libro Francis Bacon, pinturas recientes, 1968-1974: 20 de marzo-29 de junio de 1975, catálogo del Museo Metropolitano de Arte de Nueva York (EE.UU.).
Entrevista por Peter Beard
Editado por Henry Geldzahler
Traducción del inglés al español por Omar Pinedo*
Crédito de la foto (izq.) Museo Metropolitano de Arte de Nueva York /
(der.) www.libertaddigital.com
Francis Bacon**:
notas de una entrevista con Peter Beard
- Siempre he deseado hacer retratos que se alejaran de la mera ilustración de la persona frente a mí, pero que pudieran rescatar de forma no ilustrativa su verdadera apariencia.
- Odio nueve de cada diez pinturas que veo, incluyendo las mías. Realmente no me gustan la mayoría de las cosas que veo. Pienso que si alguien hace una o dos cosas extraordinarias ya hizo bastante… “Bueno” y “malo”. Es una historia complicada… Al final se trata de todo tipo cosas, en su forma más extrema, por ejemplo, a personas que matan por odio o por lucro o en algún tipo de arranque. ¿Es algo “bueno” o “malo”, “natural” o “antinatural”? Siempre hay una razón para todo, y es muy difícil juzgar.
- Hice toda la serie de papas por una razón curiosa. Compré un libro sobre enfermedades de la boca cuando era bastante joven ―siempre me había fascinado, y también había quedado hipnotizado por el retrato de Inocencio X hecho por Velásquez. Entonces, creía que con el color del retrato y con la boca sería capaz de hacer una imagen maravillosa ―pero nunca lo conseguí. Cuando el Papa estaba gritando, no estaba gritando. Quería hacer del grito algo que tuviera la intensidad y belleza de un atardecer de Monet.
- ¿Podemos llamar al famoso altar de Isenheimer una obra de horror? Es una de las grandes pinturas de la Crucifixión, con el cuerpo tachonado de espinas como clavos, pero extrañamente la forma es tan grandiosa que retira el horror. Pero ese es un Gran Horror en el sentido que es tan vitalizante, ¿cierto? ¿No es así como salía la gente de las grandes tragedias de Grecia como el Agamenón? La gente salía como si hubiera sido purgada hacia la felicidad, hacia una existencia de realidad más plena.
- Si ves a alguien yaciendo en el pavimento, bajo la luz del sol, con sangre manando de él, eso es en sí mismo ―el color de la sangre contra el pavimento― muy vigorizante… emocionante.
- En todos los accidentes vehiculares que he visto, gente tirada a lo largo de la vía, lo primero en que uno piensa es en esa rara belleza ―la visión de ella, antes de pensar en hacer nada. Tiene que ver con lo inusual del asunto. Una vez vi un accidente especialmente grave en una gran carretera. Los cuerpos estaban tirados con vidrios rotos por todas partes, y la sangre y las posesiones, y era, de hecho, muy hermoso. Creo que su belleza es tremendamente elusiva, pero estaba en la disposición de los cuerpos, la forma en que yacían y la sangre, y quizá también en el hecho de que no sea una cosa que uno esté acostumbrado a ver… Era mediodía, cuando el sol está más fuerte, y sobre un camino blanco.
- La muerte es el único absoluto que conocemos en esta vida. Los artistas saben que no pueden vencerla, pero creo que la mayoría de artistas son conscientes de su aniquilación ―los persigue como su sombra y creo que es una de las razones por la que la mayoría de artistas son tan conscientes de la vulnerabilidad y vacuidad de la vida, y de la vulnerabilidad de su propia vida y la de cualquier otro.
- Si lees, por ejemplo, esos tres volúmenes de cartas de Van Gogh, que se supone contienen todas las cartas que se le conocen, uno se da cuenta que este hombre, que es considerado una suerte de campesino malgeniado, era un hombre de amplia inteligencia. Inquiría en cosas bastante alejadas del campo de su trabajo y tenía todo tipo de teorías acerca del cáncer y la relatividad y las cosas. Yo creo que esto es parte del equipamiento de cualquier artista. Suelen tener un rango bastante amplio.
- No hay vida en la muerte ―la muerte puede amplificar la vida, pero cuando te moriste, te moriste. Es solo la consciencia de la muerte mientras estamos vivos la que le otorga poder.
- Creo que la razón por la que Velásquez pintó enanos fue porque era tradición en España tener grotescos alrededor. Nos fascinan los enanos; una fascinación perfectamente natural, por cierto. ¿También fascinan a las personas los niños de la talidomida? ¿O simplemente son más conscientes de la vida por el mismo hecho de que esos niños no tienen brazos ni piernas? ¿Les trae una gran consciencia de los valores de la vida?
- Creo que una de las grandes fascinaciones que nos generan las fotografías antiguas, aparte de la textura, las rayaduras, las manchas y, en general, la calidad que tienen, es que piensas “ahora todos están muertos”. Esas personas que estaban ahí caminando tranquilamente, sin nunca sentir que la muerte llegaría a ellos, tal como la mayoría de gente ―todos piensan que son eternos y que son otros los que fallecen― súbitamente ya no están. Todas esas fotos de gente color sepia caminando por las calles de su tiempo, y piensas “ahora todos están muertos”. Le añade intensidad. No sabría decir, con seguridad, si el influjo del tiempo la ha hecho más emotiva. Amo, por ejemplo, los Mármoles de Elgin del Museo Británico, pero siempre me he preguntado si es que son más hermosos porque son fragmentos. No sé si hallaríamos más hermoso el Partenón si lo viésemos decorado como un árbol de navidad, que de hecho es como era originalmente.
- Dado que los lugares en los que vivo, o en los que me gusta vivir, son una suerte de autobiografía, me gustan las marcas que yo u otras personas dejamos en ellos. Marcan memorias para mí. Podría hacerlas y cubrirlas para volverlas a hacer. Por ejemplo, esta puerta. Alguien rompió esta puerta en un acceso de ira ocasionado por algo. Bueno, la he dejado ahí porque me gusta así. También el espejo roto y los papeles regados en el suelo.
- Hay dos lados de mí. Me gustan las cosas muy perfectas, por ejemplo. Me gusta la perfección a gran escala. De cierto modo, me gustaría vivir en un lugar muy grande. Pero en la pintura haces tal desastre, que prefiero vivir en ese desastre con las memorias y el daño que dejan. Creo que todos tenemos esta duplicidad. Un lado ama el desorden y el otro el orden. Tenemos que batallar por el orden.
- Periódicos desechados cambiando de color bajo la luz del sol, huesos y carcasas que han estado en el mar o el sol y la arena por un largo tiempo, gradualmente se transforman en otras cosas. Hay una clase de belleza en ello ―cierta magia.
- De cualquier modo, todo lo que funciona para mí llega a través del accidente; accidentes a partir de los cuales puedo comenzar una evolución. No sé qué quiero decir. No sé qué es esta imagen de aquí [ojeando una reproducción]. Estaba mirando unas fotografías de algunos pájaros zambulléndose en el mar, y está cosa salió de ahí ―esta especie de doble imagen, que no sé realmente qué es. De hecho, lo pienso como dos personas moviéndose, y me recuerda cosas griegas, pero no sé. Nunca he podido explicar mi trabajo. Le dejo eso a los demás.
- Sé muy bien que no podría trabajar si supiera qué es lo que voy a hacer. Tan sólo trabajo con la esperanza de que el cambio trabaje conmigo. Así es en todo.
- No pienso a menudo en el bien y el mal y, ciertamente, no pienso en ello cuando trabajo.
- Estoy de acuerdo en que uno debería interferir lo menos posible en la vida de otras personas pero, a veces, su negocio es interferir contigo.
- Hemos evolucionado durante millones de años hasta alcanzar el estado antinatural en el que estamos hoy. Los seres humanos son totalmente contranatura. Y su grado de antinaturalidad varía de raza en raza. No estoy aquí para sermonear a nadie ―trabajo tan cerca como puedo del instinto, es todo lo que puedo hacer.
- No hay nadie más contranatura que yo mismo. Después de todo, he trabajado en mí mismo para ser tan contranatura como me es posible. Realmente no puedo hablar de mi pintura porque trabajo sólo para mí mismo y sucede que, por alguna razón, he tenido la suerte de poder vivir de algo que me obsesiona, pero no tengo nada que pontificar… Simplemente trabajo al filo de mis nervios y, como en mi mundo me hallo hoy fuertemente atado, quizá refleje tensiones salvajes y espacios vacuos. Pero no es algo consciente ―sin embargo, como todos somos antinaturales, quizá mis instintos apunten en esa dirección. La supuesta “naturalidad”, como todo lo demás, es muy relativa.
- Estoy seguro de que el azar llega a cada persona de forma distinta. En mi propio caso, súbitamente puedo estar pintando algo y pensar “Dios mío, esto es horrendo” y simplemente uso el pincel de cualquier manera, sin pensar en nada, y de súbito puede o no revertirse y emerge una imagen con la cual puedo atrapar algo instintivo, algo que había intentado atrapar todo este tiempo. Pero creo que esto sucede a través de un trabajo continuo en ti mismo y de una suerte de programación interna. En cierto modo, uno está continuamente trabajando y pensando y mirando cosas que no tienen relación inmediata con lo que uno está tratando de hacer, pero parecen surgir nuevamente. Debes crear una vasta fuente de imágenes dentro de ti a partir de la cual las cosas seguirán surgiendo.
- La pintura hoy está en un estadio peculiar porque es muy difícil ser figurativo, y el arte abstracto parecía ser la continuación lógica, pero el problema es que prácticamente toda la escuela abstracta se vuelve decoración porque es un capricho arbitrario y puedes poner lo que quieras si es que se ve bonito, mientras que en la figuración esto es tan difícil, que es casi imposible evitar pintar el cuerpo humano como un ilustrador. Una fotografía estaría mejor.
- Es muy difícil describirlo. Uno sólo puede hablar de sus propios instintos y mantenerse fuera del resto. Llega un momento en el que alguna imagen parece correcta ―sensacionalmente correcta (en el verdadero significado de “sensación”), estéticamente correcta.
- Es muy interesante cuando piensas que un hombre como Duchamp, quien de cierto modo trató de ir contra lo que llamamos estética, resultó siendo el artista más estético del siglo veinte. No puedo elaborar nada más allá del hecho que debe haber sido un hombre de un temperamento profundamente estético, aún cuando quiso ir contra lo entonces considerado correcto ―la estética imperante, tal como era en ese tiempo. Él mismo estableció otra cosa igual de estética ―de hecho, más estética aún. La verdad entra por la puerta más rara. Creo que es notable porque, a pesar de que la gente esté contra la estética, al final las cosas más grandes del arte tienen una suerte de perfección extraordinaria, y no estoy hablando del arte por el arte; sino de que las cosas más grandes tienen una suerte de proporción y balance de las dimensiones que te brindan una sensación de belleza. Duchamp, que fue contra la belleza, resultó siendo el artista más bello… Creo que tenía una sensibilidad tan tremenda que cualquier cosa que hacía adquiría una gran belleza… Hasta se murió de forma estética… simplemente fue a dormir y se murió.
- Puedes decir que hay elefantes hermosos, gente hermosa, pero no creo que sea lo mismo que decir que son estéticos. La estética es más artificial, y es algo que pertenece al arte, ya sea música, pintura o lo que sea. Es la estructura dentro del medio la cual es estética. Es la exactitud de la estructura, de la forma en la cual la cosa está hecha en su propio medio y, por tanto, no puedes decir eso sobre una persona. “Ella es estéticamente bella”. Es otro tipo de cosa. Es lo que podemos llamar belleza natural, tal como tienes la belleza natural de un animal; pero el arte no es una cosa “natural”. Es donde el instinto del artista es capaz, ya sea en film u otro medio, de hacer la cosa exacta y correcta para su propio instinto; y extrañamente, parece conectar a menudo con los instintos de las demás personas.
- Diría que las fotografías de elefantes son naturalmente sugerentes ―lo que veo en la fotografía es un catalizador― una acción de lanzar ―que libera la sensibilidad y la psique, y todo tipo de imágenes se agolpan en ti a partir del momento que viste esta imagen en particular. No creo que el catalizador sea la belleza ―es aquello de lo cual el catalizador está hecho por donde entra la belleza. Luego, perseguir imágenes, canalizarlas en una forma, es una forma de arte. Después de todo, la mente tiende siempre a hacer orden a partir del caos, patrones, temas, tal que cuando la vuelves a llevar al caos de los elefantes en descomposición, la mente por un momento se disloca… y entran todo tipo de imágenes, sugerencias.
- Los elefantes muertos son más hermosos porque me disparan más ideas que los vivos. Vivos simplemente son elefantes hermosos, mientras que los otros sugieren toda clase de bellezas. No los veo necesariamente como malos augurios, sino como cosas útiles para mi trabajo. Tiene que ver con todo tipo de imágenes que puedes hacer y que nunca serán idénticas; son una maravillosa materia prima.
- El tiempo que te toma algo no significa nada. Las cosas más extraordinarias pueden suceder muy rápido. No tienes que tomarte un largo tiempo. Yo sé, por mi propio trabajo, que las cosas que llegan más rápido son generalmente mejores cosas.
- No creo que una pintura sea lo mismo que la vida, pero creo que, de una manera curiosa, las pinturas que me gustan reflejan la vida y me regresan a la vida más violentamente. Así es con todo arte que me conmueve. El gran arte amplifica la vida.
- Entre las cosas que conservamos, creo que las más interesantes son cosas como los diarios o registros policiales… Uno siempre quiere saber las fantasías de los otros. También me gustan las películas, pero siempre están sobre editadas y, salvo que te topes con una extraordinaria, los documentales son siempre más interesantes.
- La repetición puede ponernos en un estado de trance que nunca experimentaríamos con una sola imagen. La imagen constantemente repetida te pone en un estado de trance en el cual comienza a operar en ti de distintas maneras. Creo que esto pasó con ciertos pintores. Le pasó primero a Gertrude Stein, y luego no diría que clarificó, sino que continuó repitiendo y, en cierto sentido, sus repeticiones fueron clarificantes. Claro, también puede suceder exactamente lo contrario: sabemos de personas que son llevadas a la locura por el sonido del agua goteando. Podría ser el hecho de que no pueden detenerlo o el que los sustrae de su propia obsesión consigo mismos y el ¡ploc! ¡ploc! ¡ploc! del agua los lleva a algún lugar fuera de sí mismos en el que comienzan a volverse locos.
- Las ilustraciones son remaches de realidad. Es como clavar la realidad de la imagen.
- No puedes dictarle a otra persona lo que ve en una pintura: todo el mundo ve las cosas de distinta manera. Todos tienen distintas interpretaciones. Lo cual nos afecta a todos de distintos modos.
- Te diré lo que pienso de mi propio trabajo: destraba las válvulas de las sensaciones, a distintos niveles.
- Toda obra que me gusta me hace lo mismo ―me hace ver otras cosas. Me hace consciente de la realidad, aunque no sea muy realista en sí misma. Solo puedo ponerlo de esta forma ―destraba las válvulas de las sensaciones.
- La mayoría del arte abstracto no me mueve en absoluto. Solo lo veo como patrones que pueden ser bellos o no serlo. Siento que casi todo el arte abstracto es en realidad arte de decorador. Esto significa decorar una habitación, o hacer un cuarto o un lobby “bonito” para alguien, y casi siempre es solo esto. Sé que la mayoría de artistas abstractos estarán en desacuerdo conmigo; aún así, el arte abstracto no significa nada para mí, más allá de que sea bonito.
- Nunca tomo en serio a la gente que habla de peligro moral ―creo que el único peligro que existe es el físico.
- Me encanta el campo, pero no puedo vivir en él. Simplemente tengo que volver a la ciudad a trabajar. Odio escuchar esas cosas cantando ahí fuera por la mañana.
- No creo estar condicionado por el estrés ―simplemente trabajo con mayor facilidad en la ciudad que en el campo. He intentado trabajar en Francia y en Marruecos, pero por alguna razón siempre he tenido que regresar a Londres, no sé por qué. Es una cosa neurótica.
- No pienso en el estrés. Pero como vivo inmerso en él, supongo que opera en mí de forma inconsciente. En cualquier caso, creo que sería errado decir que soy consciente del estrés.
- Nunca he sabido porqué hay quienes piensan mis pinturas como horribles. Siempre se me ha etiquetado como horror, pero nunca pienso en el horror. El placer es una cosa muy diversa. Y el horror también.
- Es muy difícil hablar de uno mismo y de sus propias cosas porque uno se ve a sí mismo, pero no como lo ven las demás personas. Es increíblemente difícil hablar de uno mismo. Creo que, a menudo, uno es más indulgente con uno mismo que con las otras personas.
- Hay demasiadas pinturas mías que no me agradan en absoluto.
- No me gustan esos Papas. Creo que es realmente una cuestión estética ―no me gusta la forma. Lo pude haber hecho mucho mejor.
- Siempre tengo la esperanza de que algo extraordinario va a pasar. Me emociona, y la esperanza es sumamente importante. Supongo que ningún artista está satisfecho con su trabajo, pero creo que una de las cosas más terriblemente interesantes de todos los artistas es que nunca van a saber si su obra es realmente buena porque estarán muertos antes de que el tiempo haya tenido la oportunidad de emitir su juicio infalible sobre ella. Así que nunca sabrán si su obra es buena porque toma bastante tiempo para que el tiempo pueda trabajar en ella.
- Me gusta que mis pinturas terminen y se larguen tan rápido como sea posible.
- Si me gustan algunas cosas, inclusive de mi propia generación ―quiero decir, admiro enormemente ciertas cosas de Picasso, Matisse y, sobre todo, Duchamp, pero creo que uno sólo puede disfrutar algunas cosas o algunos momentos de cualquier artista. Es imposible que alguien vaya creando cosas maravillosas todo el tiempo. Generalmente, la vejez mejora a los pintores.
- Me gustaría hacer imágenes que reflejen todo tipo de cosas que siento instintivamente acerca de mi propia especie, y me gustaría, en mi propia y arbitraria forma, acercarles al verdadero ser humano. Esto es muy difícil. Uno podría pensar que mi manera de deformar las imágenes, que a mí me acerca más al ser humano que sí me sentara e ilustrara uno, podría alejar a la mayoría de personas, pero de algún modo, a nivel instintivo, hay excepciones. Si de verdad funciona o no, no lo sé ―funciona para mi― me acerca al hecho real de ser humano. Me acerco alejándome.
- Sé de personas increíblemente inteligentes que han querido ser artistas, pero nunca han podido. La inteligencia no necesariamente funciona en el arte. Es extraordinario, en el caso de Churchill, que él fuera brillante pero no hubiera ni jota de ello en su trabajo como pintor.
- Nietzsche predijo nuestro futuro ―él fue la Casandra del siglo diecinueve― él nos dijo que, si todo es tan carente de sentido, entonces bien podríamos escoger ser extraordinarios.
*(Lima-Perú, 1988). No estudió filosofía ni literatura. No ha sido traducido a 227 idiomas. No ha ganado ningún premio. No ha sido incluido en ninguna antología, ni ha fundado un movimiento literario. No es docente universitario. Escribe sobre lo que quiere, como quiere, cuando quiere. Ama a sus amigos. No tiene deudas. Los cielos le sonríen. Vive feliz.
**(Dublín-Irlanda, 1909-Madrid-España, 1992). Pintor y artista visual. Su obra pictórica es parte de la pintura figurativa realizada después de la Segunda Guerra Mundial, del denominado “arte de posguerra”. Tres estudios para figuras al pie de una crucifixión (c. 1944), es el tríptico que significó el punto inicial su carrera plástica. En 1950, la obra de Bacon es incluida en la exposición Los últimos cincuenta años en el arte británico, Galería Knoedler (Nueva York-EE.UU.); y, en 1956, el primer autorretrato de Bacon y seis pinturas suyas inspiradas por una imagen de Van Gogh fueron exhibidas en la muestra Maestros de la Pintura Británica, 1800-1950, en el Museo de Arte Moderno (Nueva York-EE.UU.).