Reseña literaria y selección de poemas Aleyda Quevedo Rojas
Traducción de poemas por Lalo Barrubia**
Crédito de la foto Archivo Lalo Barrubia
Filtrar el silencio,
esa aureola en la poesía de
Pontus Lindh*
Demasiada belleza su poesía y su presencia. Aeropuertos y aviones, trenes y buses, demasiados kilómetros hasta reunirnos. Coincidimos en un tiempo repleto de albricias y luz naranja. Él llegaba del círculo polar norte y yo de la mitad del mundo. Demasiado silencio que romper… Como un sentido homenaje a su memoria, no quería cerrar 2018, sin contribuir a la difusión de su poesía entre los exigentes lectores de Vallejo & Co.
Comienzo contándoles que nos conocimos a mitad del otoño de octubre 2015, en la apacible y bellísima ciudad de Tróis-Riviéres, Québec, Canadá, durante las casi dos vibrantes semanas del Festival Internacional de Poesía de Tróis-Riviéres que, desde hace más de tres décadas, dirige con perseverancia y carisma, a partir de exigentes curadurías de las trayectorias de escritores invitados de los cinco continentes, el editor y catedrático Gaston Bellemare.
Fue allí, entre el agua limpia de los tres ríos y el color marrón de las hojas que caen en las calles, respirando multiculturalidad y complicidad de viajeros, que se tejió entre los poetas invitados de esa edición (entre docenas de lecturas en bares inolvidables como el Zenon, desayunos de huevos benedictinos y salmón en esa cafetería detrás de la iglesia, el halo singular de las cenas poéticas, las caminatas con su frío a tope y los pequeños viajes a lugares turísticos) ese lenguaje de puentes transparentes y vasos comunicantes, que solo la poesía otorga a los poetas y a sus lectores más leales.
Nos fuimos escuchando y observando, bordamos desde la noche la amistad y desde la música del español, el inglés, el francés y el sueco, algo perdurable en tiempos de globalidad. Ahí estábamos, libres y contentos, coincidiendo con los poetas mexicanos Manuel Becerra y Verónica G. Arredondo, el argentino Leandro Calle, la española Yolanda Castaño, el brasileño Thiago Ponce de Moraes, el cubano-canadiense Odelin Salmeron, el chileno Alfredo Lavergne, el turco Tugrul Tagnol, y la bella luz de Pontus abrazándonos también desde cierta oscuridad…
Pontus y el silencio suspendido que dejaba luego de cada lectura, Pontus y el bello silencio de su idioma repicando en nuestros espíritus, Pontus y su generosidad para preguntarme en español e inglés por mi país de las Galápagos, el Cotopaxi y la poesía de Carrera Andrade a quien leyó en francés. Pontus el bello poeta nacido en Göteborg que se nos quedó grabado en el corazón para siempre hasta que, a mitad de este año, la poeta Gabrielle Eftiemie me sorprendió con la terrible noticia de su muerte, y desde la pérdida regresé al poeta que nunca salió de mi pensamiento y mapa de lecturas.
Y recordé que el querido Pontus, en todos los recitales que compartimos, acompañados de nuestros traductores-lectores, leía de su bello y voluminoso libro de tapa dura titulado: Appendix (‘Apéndice’), considerado uno de los más importantes de la poesía contemporánea sueca, y que está construido según la idea de que cada persona es un diccionario. Se trata de una especie de estudio de la lengua sueca que intenta, desde una matriz autobiográfica, mantener con vida términos en vías de extinción, y al mismo tiempo crear palabras que dan voz y conceptos hasta ahora sin nombre. Otro de sus renombrados poemarios es Muestras de silencio, publicado en 2005 con el que debuta en la poesía. Lindh también editó una antología sobre el tema de la masculinidad y los desafíos de un nuevo orden de género.
Ya en 2015 me contó que una poeta amiga, estaba traduciendo poemas suyos al castellano, y que quizá se publicarían en España o Argentina. Hace poco busqué a su traductora, la escritora uruguaya radicada en Suecia, Lalo Barrubia, quien fue amiga personal de Pontus y trabajó la traducción de su libro, y hoy generosamente nos comparte para los lectores de Vallejo & Co., 15 de sus poemas que he tenido el honor de seleccionar, tomando la pulsión del deseo por el viaje y la perspectiva de las imágenes congeladas en fotografías.
Su poesía nos permite filtrar el silencio, ese silencio de texturas que Pontus logró colocar en sus versos de delicada potencia, en un permanente tránsito por la angustia del destino-viaje y las fronteras físicas e interiores, así como por paisajes de oscuro vacío que corresponden al alma.
Rastreando lobos / huellas marcadas de cicatrices / cuando descubro de pronto / que los árboles / abeto abedul pino / juegan al juego del silencio…
Gracias a Ediciones Liliputienses por editar y poner en circulación El silencio de Greta Garbo. Para quienes quieran conocer la poesía de Pontus Lindh, pueden contactar con su editor desde esta página de FB y solicitar el envío del libro: www.facebook.com/liliputienses
Pontus Lindh el poeta sueco nacido en Göteborg, publicó seis libros y nos dejó en la primavera de este 2018. Su editor en el sello español Ediciones Liliputienses, José María Cumbreño, dice: “su poesía investiga las fronteras entre la memoria y el olvido, así como la transición entre el tiempo de la historia y el instante actual”. Lalo Barrubia, su traductora al castellano, comenta: “Conocí a Pontus en un punto de encuentro de todos los mundos. Él, emigrado desde el norte, desde Gotemburgo; yo, desde el fin del mundo, al sur, fuimos a parar a Malmö, una ciudad en la esquina final de Suecia, al borde del continente, sin otro encanto que su gente, donde todos los caminos se cruzan. En estos poemas nos deja, unas instantáneas de la ciudad que solo entendemos y amamos los que vivimos allí”.
15 poemas de Pontus Lindh
el alce avanza
en el amanecer el atardecer
el soberano de esta tierra
alimentándose de nenúfares
*
Suecia se ha retirado por el día
la luz descansa en madrigueras
silencio de gorriones
en el supermercado un hombre compra
carne picada cerveza pasta sal
no se ha reído en tres días
lenta la sangre
el jadeo
*
el verano al norte del círculo polar
es el más bello de los cadáveres
capilla ardiente del otoño temprano
sepultura del otoño tardío
*
sueño con el Sahara Occidental
este no-país
este lugar de sistemas nerviosos olvidados
se dice que allí los camellos
han dejado de beber dejado de mecerse dejado
*
sobre las profundidades de Bornholm ronda
la gaviota más anciana del Báltico
un ser de sangre salobre
cielos abrasados
*
el fotógrafo filtra sal de plata
de la luz de la luna
su espalda se distingue en la sombra del bosque
ángulo del omóplato
hace medio día
justo antes de llegar a Knäred
se resbaló en la cerca
el fotómetro se partió en dos
*
barcos de carbón anclados
el hello my friend de los vendedores de playa
sus movimientos sisíficos
inclemente el sol
un demonio amarillo
me encorvo bajo la sombrilla
observo lo que ya ocurrió
el destino el azar
esos maleantes
*
sol indio
batalla de pigmentos
cómo se va la piel
la oscuridad de diciembre se desintegra
y el presente
aletea hacia la vida
se levanta de entre los muertos
*
no es cierto
Dios Darwin
o quizás Ganesha
alguien es responsable
los ojos del elefante
esos ojos de pez
esconden una mirada desviada
*
me despierta el canto de los andamios
un coro voluminoso
de cinco pisos de altura
dirigido por el viento
más tarde en la mañana
su silencio engaña
*
la cantidad de garbanzos
que cada día
tragan las gargantas de Malmö
no se pueden contar matemáticamente
la pregunta es más de orden filosófico
de qué serán capaces
las gentes de la ciudad
*
la superficie turbia del agua del canal
oculta días de verano
esqueletos de bicicleta oxidándose
la mandíbula de un perro
y el diario de una niña
lentamente disuelto
línea por línea
*
la antibiografía de la ciudad
besos nunca besados
pelotas nunca bateadas
acallados gritos
es un libro gordo como una biblia
con hojas en blanco
*
trescientos mil nervios ópticos
todo difuminado luz oscuridad
cuando el futuro golpea más cerca
hay también pulmones disponibles
lápices
y una hora exacta
un detenido momento
*
sitios que no figuran
en los mapas
inexistentes casas
perros gente
conducimos lentamente
obnubilados por