Vallejo & Co. presenta una entrevista al reconocido escritor Hernán Lara Zavala con motivo de su participación en el IV Festival Hispanoamericano de Escritores a realizarse a inicios de octubre próximo en La Palma (Islas Canarias – España).
Por Mario Pera
Crédito de la foto www.milenio.com
Entre novelas y pandemia.
Entrevista a Hernán Lara Zavala
Mario Pera [MP]: Hernán, comenzaste estudiando ingeniería, pero luego rectificaste y estudiaste la licenciatura en Letras inglesas, la maestría en Letras españolas y un posgrado en novela en Inglaterra. ¿Qué determinó en ti ese gusto tan temprano por la Literatura? Considerando que a algunos nos tomó varios años decantarnos por o descubrir nuestra vocación literaria, por el contrario, parece que lo tenías muy claro desde joven.
Hernán Lara Zavala [HLZ]: No fue tan temprano, querido Mario. Tuve que buscar en mis adentros para reconocer que mi temperamento era más de carácter humanístico que técnico. Lo malo fue que cuando me di cuenta de ello ya cursaba yo el tercer año de la carrera y en la Facultad se decía “El que llega a tercero ya es ingeniero”. Así que mi opción fue hacer carrera simultánea de Ingeniería y Letras (3° de ingeniería y 1° de letras). Eso sí, tan pronto tuve mi título de Letras Inglesas abandoné la ingeniería para siempre, aunque tuve que trabajar en ello durante varios años para sostenerme. Aun así nunca me he arrepentido de mi decisión. Gran parte de mi formación literaria proviene de la literatura en lengua inglesa (norteamericana, inglesa e irlandesa). Te aclaro que ya no era yo tan joven. Publiqué mi primer libro, De Zitilchén, cuando tenía 34 años, aunque lo escribí a los 30.
[MP]: Has publicado en narrativa cuentos, novelas, ensayos. ¿En cuál registro literario te sientes más cómodo? O, ¿qué ventajas sientes que te da un registro sobre el otro, si lo sientes así?
[HLZ]: Me inicié como cuentista y tal vez es el género en el que me siento más cómodo. Pero otro amigo y admirado cuentista, el irlandés William Trevor, me dio el siguiente consejo: “Si ya eres cuentista también tienes que incursionar en la novela”. Son géneros muy cercanos a pesar de su extensión. El ensayo, como yo lo veo, es casi un divertimento reflexivo, tal vez más parecido al cuento que a la novela.
[MP]: Yucatán como el gran escenario y hasta personaje de tu obra literaria. Más allá de la obviedad de ser la tierra original de tu familia, y de la inmensa tradición cultural maya de la Península, ¿qué es lo que te atrajo a contar la historia antigua y contemporánea de la zona?
[HLZ]: Dicen que Yucatán es “el país que no se parece a otro” y aunque parece una afirmación chauvinista, lo cierto es que las características de la Península de Yucatán son totalmente diferentes a las del resto de la república, así como de otros países. Para empezar es uno de los lugares más jóvenes del planeta y tal vez por eso en su territorio no hay ni ríos, ni lagos, ni montañas, ni minería y la capa de tierra es muy exigua como para hacer grandes cultivos. Hay agua, pero corre bajo una placa de piedra calcárea dura y muy extendida. A eso hay que sumar la cultura maya, que es muy interesantes pues dio a grandes astrónomos, matemáticos, ingenieros, arquitectos, sacerdotes creadores de mitos y leyendas incomparables. Pero la verdad es que el hecho de que mi familia (de padre y de madre) proviniera de allá por muchas generaciones me despertó desde siempre la enorme curiosidad de tratar de entender mis orígenes.
[MP]: La tradición literaria mexicana es muy fuerte, no sólo en México, sino en toda Latinoamérica. ¿Crees o sientes que existe algún elemento o característica que suele encontrarse en los escritores mexicanos de modo constante y que los hace ser referencia en Hispanoamérica? ¿Algún aspecto a grandes rasgos?
[HLZ]: Considero que la estructura del mexicano en donde la raza española y la prehispánica intentaron construir una nación integrada padece el terrible atavismo de no haber encontrado una identidad clara y definida donde nadie se avergüence de ser español o indígena. Esto ha creado una serie de conflictos internos que han dado lugar a una historia muy difícil de aceptar como única. Tal vez la Revolución Mexicana fue, en ese sentido, un parteaguas que intentó que los mexicanos se reivindicaran con su pasado indígena para encontrar una identidad propia. De ahí surge la novela de la Revolución, El movimiento muralista, la música de raíces mexicanas, las artes populares que muy poco p nada tenían que ver con los movimientos vanguardistas que se planteaban en el resto del continente.
[MP]: Sin duda, la influencia en particular de Carlos Fuentes en la Literatura y cultura mexicana es muy grande. ¿Cómo te marcó a ti en lo personal y a tu obra, si crees que lo hizo, tu relación con este escritor y con su obra? ¿Quizás hay otro escritor mexicano que haya influido más que Fuentes en tu escritura?
[HLZ]: Carlos Fuentes se caracterizó, desde joven, como un escritor muy claro en su ambicioso proyecto literario: estudiar, desde diversos ángulos y perspectivas, lo que constituye “el alma de México”. Intentó y logró convertirse en una especie autor de la comedia humana de nuestro país y casi toda su obra representa un estudio de las diversas facetas de lo qué consiste ser mexicano: su primera gran novela, La región más transparente inicia el Boom de la literatura latinoamericana al intentar una radiografía de la ciudad de México cuando todavía era posible (en los años 50 cuando tenía 4 millones de habitantes), así como indagar sus estratos sociales, raciales y verbales. Algunas de sus historias, como “Chac-Mool”, “Aura”, Cambio de piel o Inquietas compañías mezclan elementos fantásticos y mitológicos de las antiguas culturas prehispánicas con detalles realistas y cotidianos de la actualidad creando el “gótico mexicano”. Él inaugura la novela de la ciudad en Latinoamérica como ya lo habían hecho antes Balzac y Dickens en el siglo XIX y Joyce y Dos Passos en el siglo XX cuando indagaron en el corazón de Dublin y de Manhattan. De ahí que sus otras novelas, hasta llegar a Terra Nostra, tal vez una de las más logradas, se centre en estudiar la esencia de lo mexicano.
Entre los otros escritores mexicanos contemporáneos que me marcaron e influyeron están, en primerísimo lugar el gran Juan José Arreola —maestro de maestros— además de algunos otros escritores, como el inimitable Rulfo, el polémico Revueltas, o la generación “De la ruptura” como García Ponce y sus contemporáneos, así como al niño terrible de mi generación José Agustín.
[MP]: En 2008 publicaste Península, Península, novela de ficción histórica con la que obtuviste dos premios importantes, el Premio Elena Poniatowska (2009) y el Premio Real Academia Española (2010). ¿Cómo concebiste ese proyecto? ¿Cuánto te demandó en investigación para dar esa versión novelada de la crisis sociopolítica en la Península de Yucatán? Pues utilizando como personaje al novelista Justo Sierra para narrar la Guerra de Castas en Yucatán (México) de mediados del siglo XIX.
[HLZ]: Fue un proyecto largamente acariciado pues creo que lo que plantea la llamada “Guerra de castas” en Yucatán es parte de un problema que aún no ha sido resuelto en el México actual: el abuso y la dominación de los hijos de los conquistadores sobre los hijos de las etnias indígenas, la discriminación de unos sobre los otros, el racismo y la lucha interna de orden social. Por ello, la utilización de un personaje de la historia que vivió la personalmente el siglo XIX, como Justo Sierra O’Reilly que sufrió en carne propia los inicios, consecuencias y desenlace de la cruenta guerra, por tratarse de un novelista, me sirvió para jugar con los puntos de vista narrativos, con el tiempo pasado y el tiempo presente, intrusiones editoriales, así como para elaborar, mediante la ficción, una anécdota basada en el pasado me permitiría tratar de interpretar la situación presente.
[MP]: Para finalizar, en el contexto actual, la situación sanitaria de la Covid19 como amenaza mundial constante a la vida, la imposición de medidas sociales de aislamiento en muchos países, cuarentenas, crisis político-económica, ¿cómo crees que este escenario afecta a los escritores contemporáneos y, más aún, a los futuros escritores? Pienso que lo que de modo abrupto se hizo común, la interacción virtual u online, le resta esos matices que las relaciones humanas cara a cara dotan a los escritores para crear sus historias… ¿un cambio drástico en la interacción social mundial como el de esta Pandemia, creará un cambio en la forma en que los escritores crean o narran historias?
[HLZ]: Una buena pregunta muy difícil de contestar. En mi opinión personal, como maestro universitario, me parece que la pandemia y el confinamiento han sido productivos y benéficos para resolver problemas futuros, lo cual nos va a resultar de una enormemente utilidad para la relación entre maestros y alumnos y hacer más dinámica y participativa las clases presenciales. Sorprendido estoy de que, a pesar de todo y de las muchas muertes causadas, la Covid 19 no se equipara a pandemias más graves como la guerra, la peste, la lepra o las plagas bíblicas.
*(Ciudad de Mexico-México,1946). Narrador, editor y ensayista. Graduado en Ingeniería y Letras Inglesas por la UNAM, magister en Letras Españolas por la UNAM (México) y un posgrado en Novela en la Universidad de East Anglia (Reino Unido). Obtuvo el Premio Elena Poniatowska (2009) y el Premio Real Academia Española (2010). Fue director de Literatura en Difusión Cultural de la UNAM (1989-1996), Gerente Editorial del Fondo de Cultura Económica (2001-2002) y Director General de Publicaciones y Fomento Editorial de la UNAM (2002-2004). Se desempeña desde 1976 hasta la actualidad, como docente de Letras Inglesas en la UNAM. Ha publicado De Zitilchén (1981), El mismo cielo (1987), La novela en el Quijote (1989), Charras (1990), Contra el ángel (1992), Tuch y Odilón (1992), Después del amor y otros cuentos (1994), Equipaje de mano (1995), Viaje al corazón de la península (1998), Península, península (2008), entre otros.