En un lugar ilocalizable. 3 poemas de «El sebo de la mosca» (2024), de Yannis Livadás

 

 

Por Yannis Livadás*

Traducción del griego

al castellano por Mario Domínguez Parra**

Crédito de la foto (izq.) Mantis Eds. /

(der.) archivo del autor

 

 

3 poemas de El sebo de la mosca (2024),

de Yannis Livadás

 

 

Disección de cuatro recuerdos

en la rue Casimir Delavigne

 

1

La errancia, una acción rigurosamente filosófica,

recuerda algo de sus abuelos terrenales.

Lo último que obtienes es hado.

La antigua conciencia, que a cada instante

de nuestra ignorancia

tenemos la impresión de que algo le ha ocurrido,

solo duerme entre las patas delanteras de aquel

marmóreo menhir

de doble naturaleza en la vitrina central.

El espíritu se desvela en la jubilosa imagen

de un libertino.

E incluso de otro.

Y mientras no haya nada más normal que el fin,

la gente

halla otros temas para olvidarse.

En un lugar ilocalizable

llega la hora en que las palabras se entregan a sus jefes.

 

2

Nunca me desesperé.

Y ya basta de belleza tal y como la conocían.

Tropiezo a bordo del barco

que zarandea Ranajit Jana,

el tipógrafo de mi nuevo libro

en Calcuta.

 

3

Entro en la biblioteca nacional.

Ese es, per se, un buen verso.

Conversan en voz baja sobre el último premio Nobel.

La funcionaria extoxicómana, peor

ahora con ese pelo apelmazado

y mirada de chacal.

Digo: ¿dónde puedo encontrar esto?, y

querría como fuese mirar aquello.

Me dice que ninguna de las dos cosas puede ser,

la fundación está en reformas.

Pero puede, si quiere,

firmarme su último libro

(me reconoció).

El bolígrafo deja de escribir y

mi nombre se lee hasta la mitad.

Presiono la punta, pero ella me dice que no importa,

así está bien.

 

4

La trata de esclavos de los lectores

es prueba

de poesía.

 

El poeta Yannis Livadás

 

La sonrisa del cráneo muerto

 

Los poemas del mundo

necesitan espacio

para mis palabras.

Solo oro merecen

los troqueles de los mendigos.

Por muchas lágrimas que derrames

no se te caerán los ojos.

En el poema la locura de los órganos me conduce

el relámpago de la respiración que hace lastre.

Y el estremecimiento.

Primer rostro el vacío.

No nací mucho todavía.

 

 

 

Entonces

 

Mira la vida. Viviendo.

Puntas.

Pero me recordarás por otra:

escritura.

Mi cálida memoria como si ejecutara

en tu interior

aquella figura

de molesto charleston.

 

 

 

 

 

*(Grecia, 1969). Poeta, ensayista y traductor literario. Reside en París (Francia). En 1993 inventó el “soneto de fusión”. En 2008 introdujo la idea de la “antipermutación orgánica”, la síntesis transposicional de la poesía basada en la indeterminación progresiva del significado, de las comparaciones sintácticas y la contradistinción estructural. Desde 2011 evita toda participación en festivales literarios y actos que tengan que ver con la poesía a nivel internacional, así como la adhesión a grupos o asociaciones de corte literario.

 

 

Vallejo & Co. | Revista Cultural - POESÍA - FOTOGRAFÍA - NARRATIVA - CINE - MÚSICA - TEATRO - ARTES - PLÁSTICAS - CREACIÓN - CAJÓN DE SASTRE