Poemas por Attilio Lolini*
Texto y traducción de poemas
del italiano al español por Yuleisy Cruz Lezcano*
Crédito de la foto
El poeta pesimista y su sarcasmo.
Attilio Lolini
Quién se acerca al mundo de la poesía italiana contemporánea no puede dejar de leer Attilio Lollini. Su obra es un regalo de gran originalidad para el lector. ¡Quién sabe dónde el poeta aprendió quién como intentar lo nuevo! Los versos de Lolini expresan la vida tal cual es. Su poética aparentemente simple, usa un conjunto de procedimientos textuales que la configuran y la ponen en un contacto violento con la tradición poética canónica. Su poesía es un concentrado de ironía, que mantiene el contacto con la realidad, con la vida. El poeta con voluntad decidida persiguió la ruptura con el pasado y la renovación, al mismo tiempo. Sus poemas incluyen el humor, el prosaísmo y el lenguaje, además de lograr una conformación casi coloquial, se presenta como un espacio y una voz que no renuncia en absoluto a la tarea de burlarse de sí mismo, el homo ludens va más allá del rasgo puramente biológico, de la burla que desprecia las verdades superiores, no teme permanecer en la superficie, ni desaparecer en tierras profundas, tocando la expansión palpable del vacío, el movimiento migratorio del tiempo. La metafísica es un fuerte preliminar y atestigua en la dimensión Loliniana la presencia de una caja negra, dispuesta a no revelar todo lo que se encuentra en su interior, reivindicando el derecho a la indolencia. Lolini escribió versos breves y mordaces, utilizó a menudo la herramienta retórica de la rima, para burlarse a espaldas del lector, cortando cualquier pretensión literaria desde el principio. El contenido encierra un pesimismo irónico y grande desencanto, desencanto que Attilio Lolini comparte con su amigo Sebastiano Vassalli. Juntos firmaron dos folletos. El primero, Marradi, de 1988, fue publicado por L’Obliquo: se trataba de un relato satírico a dos voces que azotaba duramente a la sociedad literaria de la que era víctima Dino Campana; el segundo fue publicado por Einaudi en 1991, se tituló Belle Lettere y volvía, en forma epistolar, a episodios del mundo cultural italiano. En aquella época Lolini no era conocido: había publicado una serie de plaquetas poéticas y poco más (una con prefacio de Gianni D’Elia).
Quién conoció Attilio Lolini cuenta que no era una persona fácil, que era siempre muy educado, siempre mesurado, pero con una causticidad corrosiva, capaz de expresar conceptos tan sintéticos como punzantes. No exprimía reverencia ni se perdía en halagos. Dicen que era una persona mentalmente libre y resistente a cualquier tipo de compromiso.
Attilio Lolini estaba así: esencialmente incómodo; consciente de sentirse incómodo; absolutamente inconsciente de ello. Su trayectoria como poeta recorre un arco que va desde el «poeta enojado» hasta el «poeta desencantado». Su amigo Vassalli (con quien escribió dos libros: Marradi y Belle Lettere) definió la poesía de Lolini como «malditamente frívola»; Giorgio Manacorda quiso corregir la definición y considerarla «pesimismo frívolo». En realidad son dos variantes que se adaptan a dos épocas distintas de la obra de Lolini.
El poeta en sus últimos años eligió una vida aún más apartada, respecto a la que siempre había llevado. Muchos cuentan de su timidez, de su carácter rebelde y su resistencia hacia los escenarios, aunque si era en realidad un hombre de brillante conversación, muy culto tanto en su aspecto literario como musical, cómico y mordaz en sus chistes, irónico y autocrítico, hasta el punto de comportarse como un payaso. Uno de sus chistes que me parece más gracioso fue cuando un poeta católico le dijo, muy atormentado: ¡Sabes Attilio, he perdido la fe! Y Lolini: y que decir, yo he perdido todos mis dientes.
Quizás su vida apartada se debe a que en los últimos tiempos la risa ya no era capaz de redimir ese núcleo de desesperación que acompañaba sus versos. Tal vez se había cansado de la hipocresía que rodea el mundo de la cultura, de los falsos poetas, llenos de ego y sin arte. De hecho, muchas veces se comportaba de forma desdeñosa y se mostraba sarcástico y contra los seguidores de la gloria efímera.
El viento fuera de las ventanas.
9+1 poemas de Attilio Lolini
YA ES UNA sorpresa
si por la mañana uno
se levanta y camina.
se observa
en el espejo:
quién es esa
cara de mierda?
luz blanca
luz tenue
ni rayo de alba
o de día
lavado
todavía diremos palabras
sin importancia
del frío que sale
desde los pies hasta las rodillas.
Plantas de azafrán
La mañana tiene muchos grises
tiñen las tempranas rosas
la ciudad incierta
entre la luz y la sombra
los azafranes en los macizos de flores
presionan rompiendo
la tierra deshidratada
del árido invierno
allá donde viviendo
no vivimos
cuando el día
es solo una pantalla.
“Los días y las horas hieren
se copian y se desvanecen
no sabemos si van y vienen
si vuelan o caen en el cielo
o en el abismo de la nada”.
Papeles de sándwich
El viento fuera de las ventanas
rápidamente muta su voz
ahora una canción siniestra
ahora un aire que suspira
si abres la ventana
el yeso cae de las paredes
el viento aspira las colillas
del cenicero repleto
cosas personas
prestan atención a transformarse
tomar otras formas
antes de olvidarse.
Leyendo Carte da sandwich (Einaudi, 2013), uno tiene la impresión de encontrarse frente a alguien que está ahí sin estar y, al mismo tiempo, que no está, estando ahí. Si recordamos la colección anterior de Attilio Lolini (Notizie dalla necropoli), nos encontramos con un diagnóstico aún más persistente de un aparente estado de alucinación. Cuando se dice “aparente”, no es porque la percepción parezca perturbada, sino porque la realidad misma está ausente, como si fuera tragada por un agujero negro de proporciones cósmicas.
Impresora
En este museo
de basura
que visito (ocidente)
pecador redimido
del pasado arrepentido
alabo la charla
me giro de frente
al estúpido
magnífico rector
de la Universidad
tengo una crisis mística
hablo bien de la ensayística
y no me parece mal
el poeta Montale
me pongo en buen camino
para volverme periodista
hacer reseñas
a los poetas cretinos
desvergonzado
me he vuelto una carroña.
El poema “Stampante” ofrece una idea inmediata del ambiente que se respira en Carte da sandwich. La ficción narrativa desemboca en un pesimismo adaptado a la verdadera realidad del poeta.
RECUERDO LAS HABITACIONES,
las cortinas
el fingido cansancio del amanecer
los objetos que espían
ceniceros y pisapapeles
qué sereno estoy
qué desesperado estoy
No puedo dormir
Me duermo de repente.
zapping
Aquellos que están
más allá de la pantalla
me miran raro
cuando por la noche
levanto las manos
disparandole a todos
con el control remoto.
Corcel
Las horas cantan
con voz afónica
y desafinada
le cantan a la luna
enrollada
el planeta se ha vuelto transparente
no había nada dentro
se va el pensamiento
en un corcel demacrado
lleva a algunos parte
nuestra arte inútil.
Cigarrillo
Mañana de los demás
solo quien en ti confía
va la gente por la calle
hacia un vano desafío
Pero sin prisa
prendo un cigarrillo.
Toma de la mano las tristezas
de un tiempo lejano.
Cojea el sol
subiendo hacia el cielo
renques y se va de lado
como un ave ciega.
ESPERAMOS EL ALBA
Como si tuviera
rizos y pelucas
empezando a escribir versos
sin perfume
como flores de herboristería
la gente sonríe
a los días alineados
como frascos
en los supermercados.
LAS ARRUGAS en la cara
te rejuvenecen
Ya ves: vivimos.
Sonrisas aquí y allá
detrás de las paredes
los setos
dónde están
los cómplices
como mascarillas
enfermas de óxido.
Las estaciones se repiten
como discos rayados
de libertad
nos hemos liberado.
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(poemas en su idioma original, italiano)
Il vento fuori dalle persiane.
9+1 poesie d’Attilio Lolini
E’ GIÀ UNA sorpresa
se di mattina uno
s’alza e cammina
s’osserva
nello specchio:
chi è mai quella
faccia di merda?
luce bianca
luce fioca
né raggio d’alba
o di giorno
dilavato
diremo ancora parole
di poco conto
del freddo che sale
dai piedi alle ginocchia.
Crocchi
Il mattino ha molti grigi
tingono le rose primaticce
la città incerta
tra luce e ombra
i crochi delle aiuole
premono rompendo
la terra essiccata
dall’arido inverno
laddove vivendo
non viviamo
quando il giorno
è solo un paralume.
“I giorni e le ore feriscono
si copiano e svaniscono
non sappiamo se vanno avanti e indietro
se volano o precipitano nel cielo
o nell’abisso del niente”.
Carte da sandwich
Il vento fuori dalle persiane
muta rapidamente voce
ora un canto sinistro
ora un’aria sospirosa
se apri la finestra
cade l’intonaco dai muri
il vento aspira le cicche
del portacenere ricolmo
le cose le persone
badano a trasformarsi
a prendere altre forme
prima di scordarsi.
Stampante
In questo museo
di porcherie
che visito (occidente)
peccatore redento
del passato mi pento
inneggio al cicaleggio
volteggio davanti
al babbeo
magnifico rettore
dell’ateneo
ho una crisi mistica
dico bene della saggistica
e non mi pare male
il poeta montale
mi metto in pista
per diventare giornalista
per far le recensioni
ai poeti babbioni
senza vergogna
son diventato carogna.
RICORDA LE STANZE, le tende
la finta stanchezza dell’alba
gli oggetti che spiano
portaceneri e fermacarte
come sono sereno
come sono disperato
non riesco a dormire
mi addormento di colpo.
Zapping
Quelli che stanno
di là dallo schermo
mi guardano strani
quando di notte
alzo le mani
a tutti sparando
col telecomando.
Destriero
Cantano le ore
con voce afona
e stonata
cantano alla luna
arrotolata
il pianeta s’è fatto trasparente
dentro non c’era niente
se ne va il pensiero
sopra un macilento destriero
porta da qualche parte
la nostra inutile arte.
Sigaretta
Mattino degli altri
solo chi in te confida
va la gente in strada
verso una vana sfida
ma
senza fretta
accendo
una sigaretta.
Prendi per mano
le tristezze
di un tempo lontano.
Zoppica il sole
salendo verso il cielo
arranca e va di sbieco
come un uccello cieco.
ASPETTIAMO L’ALBA
come avesse
riccioli e parrucche
mettendo giù versi
senza profumo
come fiori d’erborista
la gente sorride
ai giorni allineati
come barattoli
nei supermercati.
LE RUGHE sul volto
ti ringiovaniscono
vedi: noi viviamo.
Sorrisi qua e là
dietro i muri
le siepi
dove stanno
i complici
come maschere
malate di ruggine.
Le stagioni si ripetono
come dischi rigati
della libertà
ci siamo liberati.
*(Radicondoli-Italia, 1937 – San Rocco a Pilli-Italia, 2017). Poeta y periodista. Trabajó en L’Unitá e Il Manifiesto, luego difundió la poesía en las revistas Oceano Alleanza, Il gallo silvestre, Poesia, etc. Publicó en poesía Negativo parcial (1974), Noticias de la necrópolis (1976; 2020), Los restos de Salomé (1983), Muerte suspendida (1987), Arias de salida (1984-1987) (1989), Imitación (1989), Zombi-suite (2002), Noticias de la necrópolis (1974-2004) (2005), Papeles sándwich (2013) y Bestiario gótico (2014); y en prosa Belle Lettere (junto a Sebastiano Vassalli, 1991) y Personas sin hogar (1994).
**(Cuba, 1973). Reside en Marzabotto (Italia). Emigró a Italia a los 18 años. Licenciada en Ciencias enfermerísticas y obstetricia y en Ciencias biológicas por la Universidad de Boloña (Italia). Se desempeña en la salud pública. Ha publicado Pensieri trasognati per un sogno (2013), Fra distruzione e rinascita: la vita (2014), Piccoli fermioni d’amore (2015), Frammenti di sole e nebbia sull’Appennino (2016), Soffio di anime erranti (2017), Inventario delle cose perdute (2018), Demamah: el señor del desierto (2019), L’infanzia dell’erba (2021), Doble acento para un naufragio (2023), entre otros.