Por Óscar Hahn*
Selección por Mario Pera
Crédito de la foto www.abc.es
El peso de las pesadillas.
7 poemas de Óscar Hahn
Soy una piedra lanzada de canto
Muerte escondida en los arrabales del silencio
en los sutiles pliegues de las sombras
¿soy el lanzado como una piedra por la mano de Dios
en el agua de la existencia?
¿soy el que en ondas circulares irá creciendo
hasta desbordarse en el vacío sin fin?
Porque ahora
como una tangente en agonía
toqué el acuoso círculo de las ondas despeñables
y lleno de pavor
como quien ve resucitar a sus muertos olvidados
sentí hambre de espacio y sed de cielo
Se romperá el espejo de mi vigilia
y no reflejará mis carnes en la florida tierra
Pero hay que morirse con las uñas largas
para poder cogerse del recuerdo
La muerte está sentada a los pies de mi cama
Mi cama está deshecha: sábanas en el suelo
y frazadas dispuestas a levantar el vuelo.
La muerte dice ahora que me va a hacer la cama.
Le suplico que no, que la deje deshecha.
Ella insiste y replica que esta noche es la fecha.
Se acomoda y agrega que esta noche me ama.
Le contesto que cómo voy a ponerle cuernos
a la vida. Contesta que me vaya al infierno.
La muerte está sentada a los pies de mi cama.
Esta muerte empeñosa se calentó conmigo
y quisiera dejarme más chupado que un higo.
Yo trato de espantarla con una enorme rama.
Ahora dice que quiere acostarse a mi lado
sólo para dormir, que no tenga cuidado.
Por respeto me callo que sé su mala fama.
La muerte está sentada a los pies de mi cama.
Hotel de las nostalgias
Música de Elvis Presley
Nosotros
los adolescentes de los años 50
los del jopo en la frente
y el pucho en la comisura
los bailarines de rock and roll
al compás del reloj
los jóvenes coléricos
maníacos discomaníacos
dónde estamos ahora
que la vida es de minutos nada más
asilados en qué Embajada
en qué país desterrados
enterrados
en qué cementerio clandestino
Porque no somos nada
sino perros sabuesos
Nada
sino perros
El centro del dormitorio
Un ojo choca contra las torres del sueño
y se queja por cada uno de sus fragmentos
mientras cae la nieve en las calles de Iowa City
la triste nieve la sucia nieve de hogaño
Algo nos despertó en medio de la noche
quizá un pequeño salto un pequeño murmullo
posiblemente los pasos de una sombra en el césped
algo difícil de precisar pero flotante
Y aquello estaba allí: de pie en el centro del dormitorio
con una vela sobre la cabeza
y la cera rodándole por las mejillas
Ahora me levanto ahora voy al baño ahora tomo agua
ahora me miro en el espejo: y desde el fondo
eso también nos mira
con su cara tan triste con sus ojos llenos de cera
mientras cae la nieve en el centro del dormitorio
la triste nieve la sucia nieve de hogaño
Lee señor mis versos defectuosos
Lee Señor mis versos defectuosos
que quisieran salir pero no salen:
ya ves qué poco valen mis esfuerzos
y mis desdichas ay qué poco valen
Con tu ayuda saldrían universos
de palabras preñadas pero salen
débiles moribundos estos versos:
deja que el último suspiro exhalen
Ayúdame Señor: que no zozobre
en la mitad de este terceto pobre
Mira estas ruinas: palpa su estructura
dónales lo que tengas que donarles:
y la vida que yo no supe darles
dásela tú Señor con tu lectura
La mantis religiosa
Sobre todo la Mantis
Cualquier tipo de insecto
pero sobre todo la Mantis
Quizás su montón de muslos
o su montón de ojos
o las dos cosas juntas
Se comen al macho fíjate
Se lo comen por el agujero de arriba
y por el de abajo
El Mosco me llamaban
mis compañeros de colegio
riéndose con sus ojitos poliédricos
La Mantis secreta una oscura saliva
que ciega a los incautos
¿Por qué me abrazas oye?
¿Por qué me clavas tus uñas en la espalda?
Me extraña araña le dije
Te conozco mosco dijo la loca
limpiándose la sangre de las uñas
La religiosidad de la Mantis
no puede ponerse en duda: me refiero
a la Última Cena me dijo saboreándome
El peso de las pesadillas
El peso de las pesadillas
en el cerebro de los vivientes
El doliente
Pasarán estos días como pasan
todos los días malos de la vida
Amainarán los vientos que te arrasan
Se estancará la sangre de tu herida
El alma errante volverá a su nido
Lo que ayer se perdió será encontrado
El sol será sin mancha concebido
y saldrá nuevamente en tu costado
Y dirás frente al mar: ¿Cómo he podido
anegado sin brújula y perdido
llegar a puerto con las velas rotas?
Y una voz te dirá: ¿Que no lo sabes?
El mismo viento que rompió tus naves
es el que hace volar a las gaviotas