El grito hundido. 3+1 poemas de Chabuca Granda

 

Vallejo & Co., se complace en presentar, en primicia y como homenaje por el centenario del nacimiento de la compositora y cantante Chabuca Granda* (1920-2020), cuatro poemas escritos por ella que fueron publicados en el año 2000 en Evohé 4 (revista del taller de poesía de la Universidad de Lima). Los mismos fueron amablemente facilitados por su hija Teresa Fuller. La corta difusión física y la nula difusión virtual, hacen estos poemas prácticamente inéditos.

 

 

Por Isabel «Chabuca» Granda*

Crédito de la foto www.poetassigloveintiuno.blogspot.com

 

 

El grito hundido.

3+1 poemas de Chabuca Granda

 

 

El grito hundido

 

Tengo la muerte seca de mis costas

Sellándome los labios

Y los ojos.

Está llagando la arena

Mis huellas

Y está mordiendo su aridez

Mi entraña.

 

Tengo las manos pobres y pequeñas

Para horadar la fiera cordillera

Y hacer que el agua,

Que fuga hacia el oriente,

Venga a reverdecer mis soledades.

Tengo tanto dolor, tierra querida,

Que si suelto a llorar

Me vuelvo un río,

Que al represarlo la cuenca de mis manos

Diez caudales con mi vida

Le diera por mis dedos.

 

Tengo como mi tierra

La garganta:

Ya no sabe llorar

Ni rogar puede;

Ya todo lo lloró,

Lo rogó todo.

Sólo es un gesto ya

El dolor gemido.

 

Me queda sólo. Adentro,

Un grito hundido.

Cómo grita mi tierra sin sonido

Cuando el tiempo le entrega,

Indiferente, un amargo de amor

Muy mal herido.

 

Si con tanto dolor reverdecieras

Y bebieras mi tierra,

Mis vertientes,

Quizás florecería en tus arenas

Aquel rosal

Que se murió en las mías.

 

(Lima, 1963)

 

Edición 4 de la revista «Evohé» en la que fueron publicados, por primera vez, los poemas, hasta ese entonces inéditos de la mencionada.

 

Allá detrás de lo que dejo

 

Déjame volar alejándome

De tus prados quietos.

Déjame, déjame volar,

Volar tan lejos

Como lejos pueda llegar

Allá detrás de lo que dejo.

 

Déjame volar porque quiero escapar

De mis destierros, para llegar

A aquel lugar, donde me encuentre

Con el mar, aunque estallara

Al verlo… y de tanto volar…

 

Soy gaviota de playas muy lejanas

He de partir… me iré recobrando

Con la altura que me lleve entre

Sus vientos… soy gaviota…

Soy gaviota que matas si se aleja

Entre tu estremecida palabra caminera.

 

No hay caminos en tus prados

Angustiados para mi vieja aridez,

Que es la arena, de la arena solitaria

Entre las dunas, que me vieron volar

Hasta tus valles…

 

Ya me reclamo al fin, ya me regreso;

Regreso desde ti hasta el olvido seco

De mi arena seca, dunas, dunas mías…

Mis arenas…

 

 

Apenas soy

 

Soy de esas gentes pequeñas

Que se puede olvidar

Como se olvida

El tramo de un camino,

Aquel breve camino

Del niño hacia la escuela

O el camino a la Iglesia

De algún pueblo perdido.

 

Soy como un sonido antiguo

Que nos recuerda algo,

El farol de una esquina

O el perfil de una calle.

Apenas soy un beso,

Apenas una brisa,

Un susurro, una estela

O una tenue sonrisa;

Alguna luz o aroma

O de pronto una escena

Que da un golpe en el pecho

Como algo vivido anteriormente.

 

Es así que no ofrezco mi absurdo,

Un susurro, una estela,

Una simple mañana,

Una luz, un aroma,

Un camino a la escuela,

O de pronto una escena

O un sendero a la Iglesia;

Es así que no ofrezco

Mi absurdo, apenas ser,

Si todo lo que apenas soy

No cuenta ya más, hoy.

 

(Lima, agosto de 1965)

 

La cantautora Chabuca Granda

 

Me das miedo

 

Silencio… silencio amor… no me inquietes,

No grites que te escucho y que no quiero…

Silencio… estoy muy quieta y me das miedo…

Silencio… no me despiertes que contigo

Sueño, no me grites, no te escucho…

Soy campana feliz entre mis sueños

Y mágico tambor por redoblantes…

 

Ten corazón, amor, y no me llames

Que soy puerta cerrada al sortilegio;

Soy almena sin puentes levadizos…

La alhucema duerme aún mi adolescencia…

Me empiné en cordilleras solitarias

Para mirarte al menos, desde ellas.

No me grites…

 

Quizás despierte y me pierda entre tu grito,

Y no te quiero, me das miedo… Así, prefiero

Tras de este velo sordo que me guarda,

Amor… silencio.

 

 

 

 

 

*(Apurímac-Perú, 1920 – Florida-EE.UU., 1983). Letrista, cantautora y folclorista, poeta, guionista cinematográfica y dramaturga. Siguió estudios superiores en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Recibió como título póstumo la Orden del Sol del Perú (2019) y su obra fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación (2017). Trabajó como dependiente de la Botica Francesa de Lima. Compuso valses criollos y música afroperuana. Tuvo mucho vínculo con los poetas César Calvo, Antonio Cisneros, Arturo Corcuera, Rodolfo Hinostroza, Manuel Scorza o Juan Gonzalo Rose. Estuvo muy vinculada a la célebre asociación cultural Perú Negro. Como cantautora publicó los discos: Dialogando… (junto a Óscar Avilés, 1963), Grande de América (1973), La Flor de la Canela (1973), Voz y Vena de Chabuca Granda (1976), Chabuca Granda (1977), Chabuca Granda… y Don Luis González (1977), Tarimba Negra… (1978) y Cada Canción con su Razón (1982).

 

 

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