Por Carlos Fernández y Valentino Gianuzzi*
Crédito de la foto (izq.) Archivo y Museo de los Escritores Peruanos
del Instituto Raúl Porras Barrenechea /
(der.) revista Letras
El doctorado de César Vallejo
Yo, como usted, soy anti-universitario, odio el claustro,
la casilla, la reja, la traba. Sueño en un futuro sin
universidades, en que la cultura sea libre, como
consecuencia de una disciplina sentimental más
intuitiva, de una moral subjetiva más transparente
hacia la cual caminan todos los ensayos de civilización.
Carta abierta de César Vallejo a Antenor Orrego,
La Prensa, Lima, 18 de octubre de 1918, p. 3
En 1982, José Manuel Castañón dio a conocer, en su edición del epistolario de César Vallejo, una carta del poeta, hasta entonces desconocida, fechada el 20 de noviembre de 1922[1]. En ella, Vallejo escribía a Leoncio Muñoz (1895-1973), estudiante universitario en Trujillo y amigo suyo al menos desde 1917, pidiéndole, por segunda vez, ayuda para que obtuviese su título de Bachiller en Letras de la Universidad Menor de la Libertad[2]. El poeta afirma en esa misiva tenerlo todo listo para su doctorado, aunque no pueda “dar un solo paso”, por no disponer del documento mencionado. De ahí que proponga a Muñoz hacerle llegar los 12.50 soles que costaba el título a través de José Félix Quesada, hermano del que entonces era su compañero de departamento[3]. No sabemos si Vallejo llegó a recibir lo que solicitaba, pero parece poco probable que el poeta se doctorase. ¿Pudo acaso César Vallejo presentar una tesis de doctorado en Letras en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y que esta haya pasado desapercibida hasta la fecha? Nos parece muy improbable[4]. No obstante, la carta citada, junto con tres documentos que damos a conocer en este artículo, nos invitan a pensar que Vallejo sí cumplía, cuando envió esa misiva, con todos los requisitos académicos para poder presentar una tesis en San Marcos, ya que consideramos plausible que hubiese aprobado todos los cursos necesarios a comienzos de 1920[5].
Que Vallejo se inscribió en el doctorado de Letras el 15 de mayo de 1919 está documentado al menos desde fines de 1954, año en que se exhibió su hoja de matrícula en la primera exposición dedicada a Vallejo[6]. Nadie, hasta donde alcanzamos, ha comprobado, sin embargo, si se conservan registros escritos que atestigüen que Vallejo aprobó las ocho asignaturas que figuran en su matrícula y que corresponden al tercer año de Letras o Curso del Doctorado[7]. Hace unos años, nosotros logramos documentar que Vallejo aprobó tres de ellas mientras investigábamos en Archivo Histórico de San Marcos[8]. Quizá estas líneas animen a otros investigadores, cercanos a este archivo, a profundizar en las huellas del paso de César Vallejo por las aulas de la Decana de América[9]. Nos parece que sería un aporte significativo para la comprensión de un periodo clave de la vida del poeta, pero escasamente investigado desde el punto de vista intelectual[10].
Las tres asignaturas de las que hemos localizado documentación son Historia de la Filosofía Moderna, Pedagogía e Historia de América. El currículo de la primera, que se conserva en San Marcos, divide la materia en tres bloques: la explicación voluntarista del Renacimiento, la influencia de Pascal en el pensamiento contemporáneo y el problema de la libertad en los sistemas de Kant y Bergson. Ignoramos quién impartió las clases de esta asignatura a las que Vallejo debió asistir en 1919[11], pero sí sabemos que el 8 de enero de 1920 firmaron las actas de los exámenes de esta materia, que aquí reproducimos, Humberto Borja García Urrutia (1895-1925)[12], Enrique S. Maravoto (1895-1930)[13] y Mariano Iberico y Rodríguez (1892-1974)[14], Vallejo aprobó la asignatura por unanimidad y es posible que el manual por el que haya estudiado la asignatura sea la Historia de la Filosofía del neokantiano Wilhem Windelband (1848-1915)[15]. Los condiscípulos de Vallejo en esta materia fueron Erlinda Cabrera Casas, José Manuel Calle, José García Rodríguez, Mariano Prado Heudebert, Luis A. Rivero, Luis A. Sánchez, Eusebio Colmenares, Enrique P. Araujo, Alfredo Rodríguez, Juan Salazar Arias, Manuel Calvo Pérez, Enrique Castro Oyanguren. De entre ellos sobresalen, el joven poeta Luis A. Rivero y Luis Alberto Sánchez (1900-1994). Rivero, a quien Vallejo parece referirse despectivamente en carta a Óscar Imaña fechada el 29 de enero de 1918, fue ese año colaborador habitual de Stvdivm, revista de la Federación de Estudiantes del Perú, y de Sudamérica, donde se anunció en varias ocasiones entre febrero y marzo la aparición inminente de su libro de poemas La vida ingenua. Sánchez despuntaba entonces como crítico literario en distintas publicaciones limeñas[16]. Los recuerdos de Luis Alberto Sánchez son los únicos que conocemos, si bien su retrato de Vallejo en la Facultad se complace en exceso en describirlo como un poeta maldito y sin amigos —salvo él— que “paseaba aislado su perfil demoniaco y, a la vez, extrañamente tierno”[17].
Por lo que respecta a asignatura de Pedagogía, tampoco sabemos con certeza quién impartió las clases a las que Vallejo debió asistir. No obstante, es probable que haya sido Luis Miró Quesada de la Guerra (1880-1976)[18], catedrático principal de la materia el curso académico anterior y el primero de los firmantes del acta de los exámenes del año siguiente, rubricada, además, por Humberto Borja García Urrutia y Mariano Iberico y Rodríguez el 2 de enero de 1920[19]. El currículo del curso, que se conserva en San Marcos, divide la asignatura en cinco bloques: la fundamentación filosófica de la Pedagogía; los valores que debe perseguir la Educación, en especial la influencia de los valores económico y religioso; la libertad y la disciplina como fines de la educación, así como el examen de las orientaciones que producen; la tendencia social de la educación primaria y el Estado y la Instrucción pública, en particular el problema de la enseñanza en el Perú. No sabemos si existía un manual de la asignatura. Por lo que respecta a sus compañeros, Vallejo tuvo como condiscípulos en Pedagogía a la mayoría de los estudiantes de Historia de la Filosofía Moderna[20]. Además de ellos, figuran en el acta de los exámenes: Angélica Benavides, Natividad Calle, Angélica Rodó Rosa, Aurora Mass, Mercedes Benavides, Consuelo Petie y Susana Sola.
En cuanto a Historia de América, ignoramos quién impartió en 1919 esta asignatura cuyo catedrático principal el curso anterior fue Felipe Barreda y Laos. Sabemos, no obstante, que el día 30 de diciembre de 1919 firman el acta de los exámenes, que Vallejo aprobó por mayoría, Alberto Ureta (1885-1966)[21], Carlos Wiesse (1859-1945)[22] y Mariano Iberico y Rodríguez. Respecto a la relación con el primero, se sabe que Vallejo coincidió con él en el Colegio Nacional de Guadalupe, donde ambos fueron profesores ese mismo año[23]. Entre los compañeros de Vallejo en esta asignatura, que no figuran en las actas de exámenes ya citadas se encuentran Carlos Doig Lora, Miguelina Acosta Cárdenas, Gerardo Rossel i Puga y Alfredo Herrera. No pudimos localizar en el Archivo de San Marcos, el currículo de esta asignatura. Los que sí ubicamos fueron los de Sociología, Estética, Literatura Castellana, Literatura Antigua y Literatura Moderna[24], cuyo primer curso Vallejo había aprobado en la Universidad Menor de la Libertad. En los documentos que pudimos consultar en San Marcos, no se especifica si se trata del primero o segundo curso de las asignaturas mencionadas, pero, como no se conoce hasta la fecha el currículo de los cursos de primero que Vallejo estudió en Trujillo, creemos oportuno divulgarlos a continuación, pues nos permiten hacerlos una idea más precisa, aunque aproximada, de la formación histórica, filosófica y literaria que recibieron Vallejo y sus contemporáneos durante sus estudios universitarios.
El currículo de Sociología abarca: la génesis sociológica del lenguaje; la relación entre la población y la civilización del Perú a fines del siglo XIX; la función del mito en la vida colectiva; la inmigración china en el Perú, su historia sociológica y legislativa, su influencia psico-demótica; el papel de la guerra en la formación de los grupos sociales; la formación de las castas y de las clases en las sociedades compuestas; la comunidad indígena en el Perú; la propiedad indígena en el Perú[25]. El currículo de Estética comprende:[26] la imaginación y el arte: estudio de las formas imaginativas de la conciencia al través de las formas estéticas, aplicación de ese estudio a la sicología del Perú incaico; la influencia de la Filosofía y de la Religión en el Arte: formas derivadas de su influencia, aplicación de ese estudio al arte español; la influencia del medio físico en el arte: estudio del arte realista en Holanda y España; la influencia de los factores económico y político en el arte. Aplicación de ese estudio en el arte del Renacimiento[27]. El currículo de Literatura Antigua se ocupa de: la influencia de la Literatura clásica como punto educativo; la influencia de la Literatura griega sobre la latina y la de la Literatura latina sobre la castellana[28]. El currículo de Literatura Moderna estudia: la influencia de la lírica italiana en la poesía castellana del Siglo de Oro; el Romanticismo alemán; un estudio comparativo del Clasicismo francés y el Clasicismo de los trágicos griegos; la literatura política francesa del siglo XVIII; la elocuencia francesa durante la Revolución; la obra de Walter Scott [1771-1832] y su influencia en la literatura Moderna; La obra de [Thomas] Macaulay [1800-1859]; un estudio de la obra de [Hyppolite] Taine [1828-1893] y su influencia en la Estética y la Historia del Arte; un estudio de la obra de Edgar Allan Poe [1809-1849]; un estudio de la obra histórica de Guillermo Ferrero [1871-1942]; [John] Ruskin [1819-1900] y su obra y un estudio de la obra de Víctor Hugo [1802-1885][29]. Por último, el currículo de Literatura Castellana examina: la influencia de Góngora en la Literatura peruana colonial; los estudios críticos que sobre la Literatura Castellana se han hecho por escritores americanos y la poesía festiva y satírica del Perú[30].
Esperamos que los datos que aquí presentamos susciten el interés de otros investigadores y permitan no solo confirmar que Vallejo cursó y aprobó estos cinco cursos del Doctorado en Letras en San Marcos, sino precisar el contenido de los currículos respectivos; una pesquisa, esta última, que tampoco se ha llevado a cabo para sus estudios de Bachiller en Letras en el Archivo Histórico de la Universidad Nacional de Trujillo.
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[1] César Vallejo, Epistolario general, ed. de José Manuel Castañón, Valencia, Pre-textos, 1982, p. 42.
[2] Como es bien sabido, Vallejo lo obtuvo con una tesis titulada El Romanticismo en la poesía castellana, que defendió el 22 de septiembre de 1915 y se publicó en la Tipografía Olaya de Trujillo con esa misma fecha.
[3] Desde que Luis Alberto Sánchez se refirió a ello, en “César Vallejo, Haya de la Torre y otros personajes”, Cuadernos Americanos, vol. LXXV, n.° 3, mayo-junio, 1954, p. 86, se ha convertido en un topos afirmar que el trujillano Crisólogo Quesada Campos (?-1940) convivió con Vallejo durante el año 1922. La primera referencia que conocemos a la residencia de Vallejo en la calle Acequia Alta se debe a Edmundo Cornejo que aludió a ella en el prólogo a su Antología de César Vallejo, Lima, Hora del Hombre, 1948, p. 12.
[4] No figura ninguna tesis de Vallejo en el libro de Isabel Miranda Meruvia Catálogo de tesis de la Facultad de Letras (1869-2002), Lima, Fondo editorial de la UNMSM, 2003.
[5] Vallejo debió aprobar todas las materias entonces, ya que se marchó de Lima en abril de 1920 y no regresaría hasta un año después. Durante 1921 San Marcos permanecería cerrada y no reabriría hasta el invierno de 1922.
[6] Una reseña ilustrada del evento se publicó en Letras peruanas, n.º 11, diciembre de 1954, pp. 46-47. El facsímil de la matrícula, aquí reproducido, se publicó en 1955, en la revista Letras, n.º 54-55, p. [192].
[7] Cf. el libro de Carlos Wiesse Universidad Mayor de San Marcos. Breve noticia de la Fundación y Transformaciones de la Facultad de Filosofía y Letras, Lima, Librería Francesa y Casa Editora E. Rosay, 1918, pp. 39-40.
[8] Pudimos hacerlo gracias a un permiso que nos concedió el Dr. Felipe San Martín.
[9] Nos referimos aquí a la segunda ocasión en que estudió en esta universidad y no a la primera. Vallejo se matriculó en la Facultad de Medicina de San Marcos en 1911, según puso de relieve Juan Espejo Asturrizaga en César Vallejo: Itinerario del hombre (1892-1923), Lima, Librería-Editorial Juan Mejía Baca, 1965, pp. 27-28.
[10] Las narraciones que, de la vida de Vallejo en 1919, hacen Espejo Asturrizaga, César Vallejo, 1965, pp. 72-87, Stephen Hart, César Vallejo: A Literary Biography, London, Tamesis, 2013, pp. 60-75, y Miguel Pachas Almeida, ¡Yo que tan solo he nacido! Una biografía de César Vallejo, Lima, Gutemberg, 2018, pp. 213-235, tienen como episodios fundamentales el fin de la relación de Vallejo con Otilia Villanueva, su marcha del Instituto Nacional y la publicación de Los heraldos negros.
[11] En el curso académico anterior, el catedrático principal de Historia de la Filosofía Moderna había sido Javier Prado y Ugarteche (1871-1921) y el adjunto Víctor A. Belaúnde (1883-1966).
[12] Humberto Borja García y Urrutia se había especializado en la Historia de la Filosofía Antigua y Medieval, materia sobre la que publicó en 1918 un Programa analítico en el resumía el curso que impartía en la Facultad de Letras. Ese mismo año también apareció su obra El Compendio de Psicología. Ambos trabajos fueron reseñados por Iberico y Rodríguez en el Mercurio Peruano (año I, n.º 1, pp. 45-46).
[13] Enrique S. Maravoto Goytizolo se doctoró en 1914 por San Marcos, donde fue profesor de Mitología Crítica y Comparada, Historia de la Filosofía Antigua e Historia de la Civilización Moderna según Mario Martínez Rodríguez, (“Historia de la logia José de San Martín n.º 36” en www.geocities.ws/sanmartin_36/historia_de_la_logia.htm [consultado el 9 de septiembre de 2020]).
[14] Mariano Iberico y Rodriguez publicó en 1920 el libro Una filosofía estética, en la que incluye dos artículos aparecidos con anterioridad (“La intuición moral” y “La intuición estética”). El libro va acompañado por un prólogo de Víctor Andrés Belaúnde, un epílogo de José de la Riva Agüero y una carta de Henri Bergson. En 1963 publicó, con Yolanda de Westphalen y María Eugenia de Gerbolini, En el mundo de Trilce, Lima, Instituto de Literatura de la Facultad de Letras de la UNMSM, la primera exégesis de todos los poemas de Trilce.
[15] La obra se conocía a través de la traducción italiana de E. Zaniboni, que había aparecido en 1910. Una versión castellana de esa traducción se incluyó en El libro del estudiante universitario de 1918, publicado en Lima por la Imprenta del Estado, Jorge Basadre, Historia de la República del Perú, vol. 9, Lima, Editorial Universitaria, 1964, p. 4338.
[16] Ismael Pinto recoge textos de esta época en El joven Sánchez: antología, 1909-1930, Lima, Concytec, 1990.
[17] Además de lo ya citado, de las palabras de Sánchez en su epílogo a Poemas humanos, París, Editions Presses Modernes au Palais Royal, 1939, p. 149, cabe destacar que este parece sostener que él y Vallejo fueron compañeros en San Marcos en 1918, como ya lo había hecho en “El cantor de ‘Los heraldos negros’ falleció en París”, Ercilla, n.° 157, Santiago de Chile, 6 de mayo de 1938, p. 51.
[18] Graduado en la Universidad de San Marcos, donde cursó estudios de Filosofía y Letras de 1898 a 1904. En 1905, fue designado profesor de Pedagogía en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de San Marcos (Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana, Suplemento 1975-1976, Madrid, Espasa Calpe, 1981, pp. 237-238).
[19] El primer dato se recoge en Wiesse, Universidad Mayor de San Marcos, 1918, p. 38. Salvo que indiquemos lo contrario, la información sobre las cátedras de San Marcos en 1918, proceden siempre de este libro.
[20] No figuran en las actas de los exámenes de Pedagogía, sin embargo, José García Rodríguez, Luis A. Rivero, Eusebio Colmenares y Enrique P. Araujo.
[21] Poeta, autor de Rumor de almas (1911) y El dolor pensativo (1917), se doctoró en Letras en 1918 con una tesis sobre Carlos Augusto Salaverry. Ese mismo año prologó Las alas rotas de Pablo Abril de Vivero. En noviembre de 1915 la Revista Vniversitaria había publicado su trabajo “El parnaso y el simbolismo” (Año II, Vol. II, pp. [355]-386.
[22] Estudioso peruano que destacó por sus trabajos sobre geografía e historia del Perú. Entre las obras que publicó en la segunda década del siglo XX destacan su Geografía del Perú, Lima, E. Rosay, 1914, y la reedición de El asunto de Tacna y Arica, Lima, Torres Aguirre, 1917.
[23] Cf. Colegio Nacional Nuestra Señora de Guadalupe. Memoria. Correspondiente al Año Escolar de 1919, Lima, Litografía e Imprenta T. Scheuch, anexo 1º. Vallejo se incorporó al centro a mediados de septiembre de 1919, en sustitución de Jonathas Ramírez, véase Alberto Enrique Pastor César Vallejo, maestro primario (1915-1923), Lima, Ediciones CEHG, 1966, pp. 8-9.
[24] Los catedráticos principales de esas materias en 1918 eran, respectivamente, Mariano H. Cornejo, Alejandro O. Deustua, Manuel Bernardino Pérez, Antonio Flores, Guillermo A. Seoane, respectivamente.
[25] En 1914, Vallejo se examinó de primero de Sociología en Trujillo, siendo catedrático Pedro J. Rivadeneyra. El acta del examen, fechada el día 20 de diciembre, la firman Pedro J. Rivadeneyra, Guillermo E. Ramírez y Julio F. Quevedo. Vallejo obtuvo un 19 y recibió como premio el libro La Sociología y la Política, de Ludwig Gumplowicz (1838-1909), editado en 1912 por La España Moderna.
[26] Es probable que este currículo corresponda al primer año de Estética e Historia del Arte, a juzgar por los contenidos y la tendencia en el plan de estudios de la época a comenzar los estudios históricos con las épocas más antiguas y avanzar hasta las más recientes.
[27] Vallejo había estudiado Estética e Historia del Arte en la Universidad Menor de la Libertad en 1914. Allí era catedrático Julio F. Quevedo. Vallejo obtuvo la máxima calificación en los exámenes y obtuvo por ello un diploma y el Ensayo sobre la historia de las religiones de Max Müller, que fue publicado por primera vez en castellano, en traducción de A. García Moreno, por los Establecimientos Tipográficos de M. Minuesa en 1878.
[28] Vallejo cursó Historia de la Literatura Antigua en la Universidad Menor de la Libertad en 1913, siendo el catedrático Eleazar Boloña. El poeta obtuvo la máxima calificación en la asignatura y recibió como premio La Ilíada, en dos volúmenes, según los registros que se conservan. Sospechamos que se trata de la traducción de José Gómez Hermosilla (1771-1837), la más extendida en la época, publicada por la Librería de Hernando y C.ª, entre 1898 y 1899.
[29] Vallejo estudió Literatura Moderna en la Universidad Menor de la Libertad en 1914, allí era catedrático Eleazar Boloña. Obtuvo la máxima calificación en la asignatura y le concedieron un diploma y La Elocuencia Ática de Jules Girard, en traducción de Edmundo González Blanco publicada en Madrid por La España Moderna hacia 1911. El original de Girard apareció en París en 1874 y fue editado por Hachette.
[30] Vallejo estudió Literatura Castellana en la Universidad Menor de la Libertad en 1913. Allí era catedrático Eleazar Boloña, a quien Vallejo dedicó su ya mencionada tesis de Bachiller. Se sabe que Vallejo obtuvo la máxima calificación en esta asignatura y recibió como premio un ejemplar de las Poesías de Manuel Acuña; muy probablemente, una reedición reciente del volumen que la editorial Garnier Hermanos había publicado en 1885.
*Los autores llevan más de una década investigando sobre la vida y la obra de César Vallejo y han publicado hasta la fecha tres libros: César Vallejo: textos rescatados (2009), César Vallejo en Madrid en 1931 (2012) e Imagen de César Vallejo: iconografía completa [1892-1938] (2012, 2ª ed. 2017). En 2018 editaron los escritos de poética de César Vallejo, Ser poeta hasta el punto de dejar de serlo: pensamientos, apuntes, esbozos. Está a punto de aparecer La Bohemia de Trujillo, 100 años después, el catálogo de la exposición que coordinaron para el Centro Cultural Inca Garcilaso en 2016. Recientemente han publicado una edición de la correspondencia del poeta peruano.