PARTO
Soy el centro
De un círculo de dolor
Sobrepasando sus límites en cada dirección
Los asuntos del tibio sol
No tienen nada que ver conmigo
En mi colapsado cosmos de agonía
Del cual no hay escapatoria
En vibraciones nerviosas infinitamente prolongadas
O en la contracción
De diminuto núcleo del ser
Encontrar una irritación Afuera
Está dentro
Dentro
Está afuera
El área sensibilizada
Es idéntica a la extensionalidad
De la intensión
Soy la cantidad errónea
De la armonía de la potencialidad fisiológica
En la que
Logrando el autocontrol
Debería coincidir
Con el tiempo
El dolor no es más grande que la fuerza de resistencia
El dolor me llama
La lucha es igualitaria
La ventana abierta está llena de una voz
Un retratista de moda
Sube corriendo al departamento de una mujer
Canta
“Todas las niñas son pequeñitas chiquititas
Todas las niñas son lindas
Ya sea que lleven el pelo rizado
O—”
En el fondo de los pensamientos a los que permito cristalizarse
La concepción Bruta
¿Por qué?
La irresponsabilidad del macho
Deja a la mujer su Inferioridad superior
Él sube corriendo
Estoy escalando una distorsionada montaña de agonía
Sin querer con el agotamiento del control
Alcanzo la cima
Y gradualmente desciendo en la anticipación del
Reposo
Que nunca llega
Por otra montaña que está creciendo
La cual aguijoneada por lo inevitable
Debo atravesar
Atravesándome a mí misma
Algo en el delirio de las horas de la noche
Confunde mientras intensifica la sensibilidad
Desdibujando los curvas espaciales
Así favorece a la elusión de lo circunscrito
Que el gorgoteo de una bestia salvaje crucificada
Viene de tan lejos
Y la espuma en los músculos dilatados de una boca
No es parte de mí
Hay un clímax en la sensibilidad
Cuando el dolor sobrepasándose a sí mismo
Se vuelve Exótico
Y el ego triunfa en unificar los polos positivos y negativos de la sensación
Uniendo las fuerzas opositoras y resistentes
En una revelación lasciva
Relajación
Negación de mí misma como una unidad
Interludio vacío
Yo debí haber estado vacía de vida
Dando vida
Ya que la conciencia se acelera en la crisis
A través de los subliminales depósitos de los procesos evolucionarios
¿Acaso no he
En algún lugar
Escudriñado
Una polilla de plumas blancas muerta
Poniendo huevos?
Un momento
Siendo comprensión
Puede
Vitalizado por la iniciación cósmica
Revestir una apología adecuada
Para la imparcial
Aglomeración de actividades
De una vida.
VIDA
Un salto con la naturaleza
En la esencia
De la Maternidad imprevista
Contra mi muslo
Toque de movimiento infinitesimal
Apenas perceptible
Ondulación
Humedad cálida
Sacudida de vida incipiente
Precipitándose dentro de mí
Los contenidos del universo
Madre soy
Idéntica
Con Maternidad infinita
Indivisible
Plenamente
Soy absorbida
En
El era—es—ahora—y—siempre
De la reproductividad cósmica
Se origina desde el subconsciente
La impresión de una gata
Con gatitos ciegos
Entre sus piernas
La misma ondulante vida convulsa
Yo soy esa gata
Se origina desde el subconsciente
La impresión del cadáver de un animal pequeño
Cubierto con botellas azules
—Epicúreo—
Y por los insectos
Se agita la misma sinuosidad de lo vivo
Muerte
Vida
Estoy conociendo
Todo acerca de
Desplegar
La mañana siguiente
Cada mujer-del-pueblo
Caminando de puntillas el entramado rojo de la alfombra
Haciendo el servicio religioso en silencio
Cada mujer-del-pueblo
Llevando una aureola
Una aureolita ridícula
Que ella sublimemente ignora
Una vez escuché en una iglesia
—Hombre y mujer los hizo Dios—
Gracias a Dios.
UNA DE LA MADRUGADA
Aunque tú nunca me has poseído
Te he pertenecido desde el principio de los tiempos
Y me senté soñolientamente a tu lado en tu silla
Recargándome en tu hombro
Y tu descuidado brazo en mi espalda gesticulaba
Mientras tu indisputable voz masculina rugía
A través de mi cerebro y mi cuerpo
Argumentando descomposición dinámica
De la cual no estaba entendiendo nada
Soñolientamente
Y la única voz menos masculina de tu hermano pugilista del intelecto
Retumbó como así me pareció tan soñolienta
A través de un intervalo de mil millas
Un entretanto de mil años
Pero tú quien hace más ruido que cualquier hombre en el mundo cuando carraspeas
Ensordecedor me despertaste
Y cogí el hilo de la discusión
Asumiendo inmediatamente mi actitud mental personal
Y dejé de ser una mujer
Hermosa media hora de ser una simple mujer
La mujer animal
Sin entender nada del hombre
Más que la maestría y la seguridad del calor físico trasmitido
Indiferentes a la gimnasia cerebral
O considerándolos como el juego autoindulgente de los niños
O el estruendo de los dioses extranjeros
Pero tú me despertaste
De todos modos quién soy yo para criticar tus teorías de velocidad plástica
“Nos vamos a casa ella está cansada y quiere irse a dormir.”