DOS POEMAS TEMPRANOS DE MINA LOY INTERPRETADOS POR KAREN VILLEDA

PARTO

  

Soy el centro

De un círculo de dolor

Sobrepasando sus límites en cada dirección

 

Los asuntos del tibio sol

No tienen nada que ver conmigo

En mi colapsado cosmos de agonía

Del cual no hay escapatoria 

En vibraciones nerviosas infinitamente prolongadas

O en la contracción

De diminuto núcleo del ser

 

Encontrar una irritación               Afuera

Está                                          dentro

                                                 Dentro

Está afuera

El área sensibilizada

Es idéntica                       a la extensionalidad

De la intensión

 

Soy la cantidad errónea

De la armonía de la potencialidad fisiológica

En la que

Logrando el autocontrol

Debería coincidir

Con el tiempo

 

El dolor no es más grande que la fuerza de resistencia 

El dolor me llama

La lucha es igualitaria

 

La ventana abierta está llena de una voz 

Un retratista de moda

Sube corriendo al departamento de una mujer

Canta

       “Todas las niñas son pequeñitas chiquititas

       Todas las niñas son lindas

       Ya sea que lleven el pelo rizado

       O—”

En el fondo de los pensamientos a los que permito cristalizarse

La concepción                     Bruta

¿Por qué?

La irresponsabilidad del macho

Deja a la mujer su Inferioridad superior

Él sube corriendo

 

Estoy escalando una distorsionada montaña de agonía

Sin querer con el agotamiento del control

Alcanzo la cima

Y gradualmente desciendo en la anticipación del

Reposo

Que nunca llega

Por otra montaña que está creciendo

La cual                   aguijoneada por lo inevitable

Debo atravesar

Atravesándome a mí misma

 

Algo en el delirio de las horas de la noche

Confunde mientras intensifica la sensibilidad

Desdibujando los curvas espaciales

Así favorece a la elusión de lo circunscrito

Que el gorgoteo de una bestia salvaje crucificada

Viene de tan lejos

Y la espuma en los músculos dilatados de una boca

No es parte de mí

Hay un clímax en la sensibilidad

Cuando el dolor sobrepasándose a sí mismo

Se vuelve Exótico

Y el ego triunfa en unificar los polos positivos y negativos de la sensación

Uniendo las fuerzas opositoras y resistentes

En una revelación lasciva

 

Relajación

Negación de mí misma como una unidad

Interludio vacío

Yo debí haber estado vacía de vida

Dando vida

Ya que la conciencia se acelera en la              crisis

A través de los subliminales depósitos de los procesos evolucionarios

¿Acaso no he

En algún lugar

Escudriñado

Una polilla de plumas blancas muerta

Poniendo huevos?

Un momento

Siendo comprensión

Puede

Vitalizado por la iniciación cósmica

Revestir una apología adecuada

Para la imparcial

Aglomeración de actividades

De una vida.

VIDA

Un salto con la naturaleza

En la esencia

De la Maternidad imprevista

Contra mi muslo

Toque de movimiento infinitesimal

Apenas perceptible

Ondulación

Humedad               cálida          

Sacudida de vida incipiente

Precipitándose dentro de mí

Los contenidos del universo

Madre soy

Idéntica

Con Maternidad infinita

     Indivisible

     Plenamente

     Soy absorbida

     En

El era—es—ahora—y—siempre

De la reproductividad cósmica

 

Se origina desde el subconsciente

La impresión de una gata

Con gatitos ciegos

Entre sus piernas

La misma ondulante vida convulsa

Yo soy esa gata

 

Se origina desde el subconsciente

La impresión del cadáver de un animal pequeño 

Cubierto con botellas azules

—Epicúreo—

Y por los insectos

Se agita la misma sinuosidad de lo vivo

Muerte

Vida

Estoy conociendo

Todo acerca de

      Desplegar

 

La mañana siguiente

Cada mujer-del-pueblo

Caminando de puntillas el entramado rojo de la alfombra

Haciendo el servicio religioso en silencio 

Cada mujer-del-pueblo

Llevando una aureola

Una aureolita ridícula

Que ella sublimemente               ignora

Una vez escuché en una iglesia

—Hombre y mujer los hizo Dios—

          Gracias a Dios.

 

 

UNA DE LA MADRUGADA

  

Aunque tú nunca me has poseído

Te he pertenecido desde el principio de los tiempos

Y me senté soñolientamente a tu lado en tu silla

Recargándome en tu hombro

Y tu descuidado brazo en mi espalda                        gesticulaba

Mientras tu indisputable voz masculina            rugía

A través de mi cerebro y mi cuerpo

Argumentando descomposición dinámica

De la cual no estaba entendiendo nada

Soñolientamente

Y la única voz menos masculina de tu hermano pugilista del intelecto

Retumbó      como así me pareció        tan soñolienta

A través de un intervalo de mil millas

Un entretanto de mil años

Pero tú quien hace más ruido que cualquier hombre en el mundo cuando carraspeas

Ensordecedor           me despertaste

Y cogí el hilo de la discusión

Asumiendo inmediatamente mi actitud mental personal

Y dejé de ser una mujer

 

Hermosa media hora de ser una simple mujer

La mujer animal

Sin entender nada del hombre

Más que la maestría         y la seguridad del calor físico trasmitido

Indiferentes a la gimnasia cerebral

O considerándolos como el juego autoindulgente de los niños

O el estruendo de los dioses extranjeros

Pero tú me despertaste

De todos modos               quién soy yo para criticar tus teorías de velocidad plástica 

 

“Nos vamos a casa                               ella está cansada                       y quiere irse a dormir.” 

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