Por Miguel Ángel Lescano*
Crédito de la foto el autor
Danza de globos aerostáticos en Contemplación de lo circunspecto.
Exposición individual de Daniel Vargas
Pues, ¿qué les acaece a los mortales que no sea obra suya?;
y de todo esto,
¿hay algo que no se haya cumplido por disposición de los dioses?
Esquilo
I. La danza de globos
Los globos aerostáticos son vehículos que sobrevuelan los cielos. Son de infinitos colores. Sirve para transportar gente y como objeto publicitario. En la exposición individual de Daniel Vargas titulada: Contemplación de lo circunspecto, ocupan un lugar esencial en su discurso visual. Dios sopla los vientos en rostros. Son globos que sobre vuelan imaginariamente los cielos de la ciudad de Lima. Como oración que destella misterios. Cielos existenciales. Soledad que mira la soledad. Los globos de Daniel Vargas sobre vuelan la avenida Tacna del centro de la ciudad gótica. Flotan como objetos voladores de destellante color. Colores que necesita nuestra existencia. Los globos se extienden también por arenales de mágicas costas playeras. Donde la soledad del artista está coloreada en casitas de frutas. El color es Intensivista. El complejo expositivo es de coloración intensa.
II. Lima ciudad de misterios
La ciudad de Lima es ilusión real. Todo pasa y todo sucede como una pesadilla. El conflicto existencial y la soledad son los temas que destacan en la exposición Contemplación de lo circunspecto de Daniel Vargas. Son ciudades fantásticas. Enigmáticas. Ciudades imaginarias de Vargas. Mundos de melancolías. Un país de Alicia sin Alicia. Lewis Carroll escribe: “País de las Maravillas/ donde aves y bestias parlan/ y con ella alegres charlan…/ Casi creen que es verdad” (108). Falaz maravilla de una Lima que fue. ¿Será esta Lima mágica de agujeros por doquier, en pistas de arena y de cemento, donde los micros recorren enloquecidamente?
III. Recuerdos de edificios inperfectos
Nostalgia e ironía contrasta los paisajes en Contemplación de lo circunspecto. El artista observa por agujeros la ciudad, mejor dicho, circunscribe sus anhelos en fragmentos deseados. Recordados devenires de vida. Por ello el carácter realista de las pinturas de Vargas. Arte = Vida. Que dotado del recuerdo de haber sido herido con una bala perdida. Enumera episodios de melancolía con sutileza. Ciudad de balas. De cañones invisibles. Tiempo en que inició sus estudios de artes visuales. Vargas sucumbe como Zarastusta. Cuenta historias coloquiales: urbes, fantasmales edificios, playas solitarias, arenales sin finales, etc. Vargas renace y viaja en globos aerostáticos. Su caminar es lento pero su visión extensa. Medita en su pasado. Post/moderniza su futuro. Como música de John Cage guarda silencio: el silencio es su melodía. El color su vehemencia. Friedrich Nietzsche dirá:
El mundo se me antojaba entonces como la obra de un dios doliente y atormentando; me parecía que era un ensueño y una ficción imaginaria de un dios; un humo de colores ante la vista de un ser divino insatisfecho. Todo –el bien y el mal, el placer y el dolor, tu y yo- me parecía el humo de colores ante la mirada del creador. Para quien sufre, constituye un placer embriagador y un perderse a sí mismo. En otros tiempos, este mundo, eternamente imperfecto, imagen imperfecta de una eterna contradicción, me parecía un placer embriagador de un imperfecto creador. De este modo, como todos los trasmundanos, también yo en otro tiempo proyecté mi ilusión más allá del hombre” (57).
El carácter realista de las pinturas de Vargas en Contemplación de lo circunspecto transmite anhelos de guerra. Parangón social que atraviesa el Perú en esta historia apocalíptica de sueños y contradicciones. Daniel Vargas terminó sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Lima. Ciudad de infinitos peligros: atropellan vendedores ambulantes, micros enloquecidos gritan y gritan sin palabras, policías persiguen ladrones que nunca son atrapados. Arreglan su libertad con un billete de diez soles. En Lima todo tiene precio. En peor de los casos, una bala te parte el rostro y el silencio se hará eterno. Vargas observa estas aventuras desde un globo aerostático y sonríe. En el fondo su ironía lo hace color. Croma Intensivista.
IV. Lima a pie. Entre Amancaes
Paso a paso las historias se inician y acaban. Contemplación de lo circunspecto de Vargas recorre deseos. Deseos de un cambio. Contradicciones del ser. En años de trabajo y aprendizaje Vargas pulió su técnica pictórica. Con empastes y veladuras que son color y vida. Dotándoles Auras de frescuras. Pasión esencial. Como emolientes y picarones tradicionales de la Lima antigua. Lima hoy. Lima desforestada y corroía por sus políticos de turno. Por ello, las pinturas de Vargas encienden el ojo del espectador. Intensivista la vida. Walt Whitman concluye: “Vengo con músicas potentes, con mis tambores y mis cornetas” (220).
Referentes
Carroll, Lewis. Alicia en el país de las Maravilla. Madrid: Ediciones Cátedra. 1992.
Nietzsche, Friedrich. Así habló Zaratustra. Madrid: Edimat libros. 2010.
Whitman, Walt. Obras Escogidas. Madrid: AGUILAR. 1960.
*(Lima-Perú, 1963). Artista y poeta/investigador. Desarrolla e interactúa las disciplinas de las artes visuales y la literatura con el objetivo de crear una obra de arte autónoma. Es magíster en Escritura Creativa por la Universidad Mayor de San Marcos (Perú). Ha publicado Migratorio (2021), Ilusión Caja de Poesía (2018), Disonante, Texto & Imagen (2017), La música dibuja el cielo (2011), Sonrisa Negra (2002) y Lima Sobre Lima (1987). A realizado 25 exposiciones individuales en Nueva York, Buenos Aires, París, Boston, Ottawa, Madrid, Barcelona y Lima. Codirige desde el 2000 el Taller de Grabado Cono Norte junto a la artista Liliana Avalos.