Este artículo fue publicado por la investigadora Carmen María Sales Delgado en el LL Journal, [S.l.], v. 5, n. 1 para CUNY, en 2010. Cortesía de la web: www.ojs.gc.cuny.edu
Por: Carmen María Sales Delgado
Crédito de la foto: Izq. Facebook de la autora
Crédito de la foto: Der. Archivo Mario Pera
Ciudad y vanguardismo en “new york”
de Carlos Oquendo de Amat
«Tuve miedo
y me regresé de la locura,
tuve miedo de ser una rueda
un color,
un paso,
PORQUE MIS OJOS ERAN NIÑOS
Y mi corazón
un botón más
de mi camisa de fuerza»1.
Carlos Oquendo de Amat puede ser considerado una figura casi mítica de la literatura peruana contemporánea. La trayectoria vital de Oquendo alimenta esta percepción mítica por varias razones: por su desaparición durante algunos años, su muerte debido a su exaltación revolucionaria de la Guerra Civil española y su única obra memorable: 5 metros de poemas (Lima, 1927). Recientes investigaciones han arrojado luz sobre la misteriosa y brevísima vida del poeta, que puede considerarse la expresión más pura e intensa del vanguardismo peruano de la década de 1920 (Ayala, 1998; Aramayo, 2004; Belli, 2004; González Vigil, 2004).
Nacido en 1905, Carlos Oquendo de Amat recibe una esmerada educación por parte de sus padres, pertenecientes a la élite regional, hecho que le permite entrar en contacto con las vanguardias literarias a pesar del alejado ambiente altiplánico en el que se crió. Tras la muerte de sus padres, abandona su ciudad natal y se instala en la capital, Lima, ciudad en la que experimenta un peregrinaje de luces y sombras. A través del también poeta Xavier Abril, logra vincularse al ambiente literario limeño y conoce a Manuel Beingolea y José Carlos Mariátegui, su amigo y benefactor (González Vigil, 2004).
Su obra, influenciada por la vanguardista, es el punto de partida de esta corriente en Perú. En 1928 publicó un solo poemario a los veintiún años de edad al que puso por nombre 5 Metros de Poemas, su obra maestra. Esta obra se presenta como una única hoja de aproximadamente 5 metros, plegada en forma de acordeón y que, al abrirse, se despliega a manera de metraje cinematográfico. Sus poemas se articulan a modo de caligramas que ilustran sus imágenes poéticas. En su poesía se hallan referencias al mundo tecnológico y cosmopolita que experimentó en Lima, a la vez que al mundo rural y tradicional de sus orígenes. (González Vigil, 2004).
“New York” evidencia algunos de los temas más recurrentes en la obra de Oquendo de Amat y puede considerarse uno de los poemas más complejos de 5 metros de poemas, algo apreciable desde su propia estructura, ya que es un poema doble que puede leerse de dos maneras diferentes: en horizontal o vertical. Con respecto a su estructura externa, el poema presenta rasgos típicos de la literatura vanguardista: tipografía, disposición de versos y estrofas, distribución silábica, entre otros. Este vanguardismo presente en la estructura externa también contribuye al significado y la temática del poema. El vanguardismo también se refleja en la temática del poema, ya que en éste se halla presente la máquina, el cosmopolitismo, la ciudad, temas típicamente vanguardistas.
Pese a su corta trayectoria vital y artística, Carlos Oquendo de Amat deja al lector 5 metros de poemas: una de las obras más complejas y representativas de la vanguardia peruana. Protegido de José Carlos Mariátegui y formado como poeta en el círculo de Amauta, Oquendo destaca por la singularidad y la intensidad de su poesía. Según Ricardo González Vigil en su artículo “Carlos Oquendo de Amat” recogido en la obra de Omar Aramayo y Rodolfo Milla Carlos Oquendo de Amat. Cien años de poesía viva 1905-2005, 5 metros de poemas “es el mejor poemario del auge vanguardista en el Perú y uno de los más notables de su tiempo, en castellano” (130). Según González Vigil, Oquendo asimila con admirable precocidad, antes de cumplir los veinte, múltiples canteras vanguardistas como fueron el Cubismo, el Futurismo, el Dadaísmo, el Creacionismo, el Ultraísmo y el Surrealismo, así como el legado de Trilce y el indigenismo puneño. El joven poeta condensa estas tendencias vanguardistas y las sintetiza en una nueva inquietud poética (130). Oquendo funde en una obra única todos los elementos, contenido, disposición de versos y estrofas, diagramación, tipografía y carátula, para darle un sentido integrador, característico y propio.
Carlos Oquendo de Amat concibe el libro como un objeto estético visual. La creación es, por tanto, global, ya que la perspectiva del poema se desarrolla en un plano mayor. Como apunta Carlos Germán Belli en su artículo “5 metros de poemas. El libro como objeto estético”, el poemario se articula a modo de acordeón o a modo de cinta cinematográfica, que tiene, como fin, no sólo ser leída, sino también contemplada, como es el caso del poema “New York”. Asimismo, como señala Ayala en su obra Carlos Oquendo de Amat. Cien metros de biografía, crítica y poesía de un poeta vanguardista itinerante. De la subversión semántica a la utopía social, un rasgo característico de la poesía de Oquendo es la distribución silábica con fines visuales. Un claro ejemplo de esto puede encontrarse en “New York” cuando después de hacer referencia a Mary Pickford que sube por la mirada del administrador, sigue:
“Para observarla
HE SA LI DO
RE PE TI DO
POR 25 VEN TA
NAS”
Según Ayala (1998), desde el punto de vista de la sonoridad poética, Oquendo consigue en estos versos veinticinco golpes musicales, veinticinco espacios y veinticinco ventanas por las que el poeta se asoma para ver a la actriz. Estos versos, además, reproducen gráficamente la imagen de un edificio con ventanas por las que Oquendo mira (387). Es uno de los más claros ejemplos de cómo Oquendo utiliza la escritura para plasmar el paisaje urbano.
Otra clara muestra de esto es el uso de recuadros, con el fin de que el lector pueda visualizar el mundo de la ciudad y sus carteles publicitarios. Esto se observa en el último verso del poema enmarcado en un recuadro a modo de cartel: “Se alquila esta mañana” y que también alude, en cuanto a temática, al ambiente acelerado y capitalista en el que incluso una mañana puede alquilarse o venderse.
Según Roy Kesey en su artículo “Pelando la fruta: Lectura de 5 metros de poemas de Carlos Oquendo de Amat”, se puede hacer una clasificación de los poemas de la siguiente manera: el poeta en este libro realiza, en primer lugar, un viaje preliminar desde la inocencia hasta la experiencia, llegando a una inocencia iluminada que no debería entenderse como un estado de alegría pura, sino una alegría complicada por el conocimiento de cómo es el mundo, de cómo vivimos y cómo morimos.
En segundo lugar, Kesey clasifica la obra en poemas escritos en la sala de espera del mundo, donde nos recuperamos, donde pensamos en lo que nos ha pasado y en qué vamos a hacer después; en tercer lugar, poemas de destierro o escape, donde el narrador deja atrás bien por propia voluntad, bien por la fuerza, lo que ha conocido hasta entonces. En este grupo de poemas cabría situar el poema “New York”. Según Kesey, el último grupo de poemas serían aquellos que tienen que ver con la nostalgia, poemas en los que el narrador piensa en lo que ha dejado atrás y se prepara y prepara al lector para su sueño final (31-32).
Éste es, según Kesey, el marco en el que Oquendo sitúa sus poemas y en los que se mezclan diferentes temas e imágenes que sugieren tanto un mundo natural en el que el poeta dedica versos a su amada, así como, el mundo de la ciudad en el que la publicidad, la rapidez, el tráfico, la máquina, el humo entre otros elementos, son capaces de enloquecerlo (30-32).
Con respecto a la temática puede decirse que los temas centrales en este poema son la ciudad y todos sus elementos: el cosmopolitismo, el mundo del cine, el mundo de la publicidad, los edificios altos, la soledad, la locura que produce la ciudad. Según Roy Kesey, el poema “New York” “habla de la locura idiosincrásica de esta ciudad en un lenguaje en perfecta sintonía con dicha locura”: “CONEY ISLAND / La lluvia es una moneda de afeitar”. En opinión de Kesey, hallamos diferentes temas, desde Wall Street a Broadway; desde el tráfico al culto a la juventud, presente en el anuncio de Rodolfo Valentino; desde el rencor contra los inmigrantes al humo de las fábricas. También trata sobre la angustia del individuo dentro de una masa inmensa de hombres y del aislamiento y el temor que la ciudad produce, a la vez que cierta sensación de libertad.
Omar Aramayo, en su artículo “Oquendo: Naturaleza sonora y camino”, recogido en la obra Carlos Oquendo de Amat. Cien años de poesía viva 1905-2005, apunta:
Los poemas de Oquendo tiene el ritmo del caminante pensativo que cruza las calles, que se sorprende con sus perspectivas, sus vehículos, sus viandantes, con sus letreros. Atento a que se abran y se cierren las puertas y ventanas, que las casas se muevan como plumas; pero que respira y mantiene el ritmo espontáneo y constante del camina. Incluso sus poemas más puros, más puramente mentales, donde la ciudad no existe.
Relacionado con este último punto, hallamos otro de los temas más presentes en la obra de Oquendo: la oposición ciudad – campo. Este tema central se evidencia en las últimas estrofas del poema en las que se contrapone al mundo de la ciudad antes descrito, el ámbito rural, aquello que existe más allá de la ciudad. Para Oquendo, la ciudad puede llegar a ser un manicomio que encuentra su contrapunto en el mundo de provincias. No obstante, según los datos biográficos recogidos en Ayala, el mundo rural, una vez que el poeta ha experimentado el mundo urbano, también le produce angustia y se le queda pequeño.
El amor es otro de los temas más significativos en la obra de Oquendo que se halla presente en este poema, aunque en menor medida. En “New York”, Oquendo hace referencia al tema del amor al comparar la imagen de las líneas sinuosas que el tráfico de la ciudad dibuja con las líneas de una carta de novia. En 5 metros de poemas existen diferentes poemas dedicados a la amada: “Aldeanita”, “Compañera”, “Poema”, a la que casi siempre sitúa en un ambiente rural, en un mundo natural, es por ello que, en “New York”, poema dedicado a la ciudad, las referencias son tan escasas.
Los temas mencionados están presentes, en mayor o menor medida, en 5 metros de poemas. Comencemos por analizar el modo en que Oquendo trata el tema de la ciudad en el poema “New York”. Prestando atención a su trayectoria vital, se observa que una vez que muere el padre de Oquendo, la madre y el joven poeta comienzan “una horrenda vía crucis sembrada de un extraño cruel designio” (Ayala, 97), ya que su vida se ve salpicada por la pobreza. Madre e hijo se ven obligados a mudarse de ciudad en ciudad en busca de ayuda económica de familiares y conocidos. Oquendo, que ya siendo niño había vivido en la ciudad por cuestiones profesionales del padre, entra de nuevo en contacto con el mundo de la ciudad, con Lima, pero esta vez de manera mucho menos amable. La ciudad que experimenta Oquendo en esta ocasión está llena de carteles publicitarios, de tiendas exquisitas, de rascacielos, de cosmopolitismo, pero al mismo tiempo una ciudad-manicomio. La ciudad ejerce sobre el joven poeta una fascinación absoluta a la vez que un desasosiego constante, incrementado por la pobreza y la falta de recursos económicos.
El poema “New York”, al igual que el poema “Amberes”, tiene una compleja distribución gráfica que intenta reproducir, en el espacio del texto, el espectáculo de la ciudad. Según Julio Ortega en su artículo “Figuración de la persona” recogido en la obra Carlos Oquendo de Amat. Cien años de poesía viva 1905-200, este propósito de representar la ciudad misma es un propósito lúdico, un juego festivo de su mirada. Por eso, y tras el filtro de su mirada: “Los árboles pronto romperán sus amarras / y son ramos de flores todos los policías”. Además, ve a artistas de la Paramount dobladas como tallos por la brisa, ve teléfonos que son depósitos de licor. Según Ortega, el juego festivo es, en definitiva, el placer de escribir, el juego de combinar imágenes y “el vértigo deslumbrante e ingenuo del espectáculo puro” (76). El poema, con sus múltiples referencias a la ciudad, emula al lenguaje cinematográfico tan reciente en aquellos años, al presentar casi una panorámica de la ciudad y sus elementos en movimiento. En el poema la imágenes se mueven, se suceden las unas a las otras como en una película.
Este espectáculo que es la ciudad ofrece al poeta múltiples posibilidades y nuevas experiencias. Una de las que ejerce más influencia sobre Oquendo y su poesía es el mundo del cine. Como apunta Ayala, Oquendo:
Se convierte en un asiduo cinemero, conoce los últimos estrenos de la cinematografía, admira a Charles Chaplin y sobre todo le gustan películas de romance y aventuras amorosas, pese a su limitación económica no deja de concurrir a principales salas, a veces acompañado de algún amigo pero prefiere hacerlo solo, debido a su marcada tendencia a la soledad (118).
Esta pasión por el cine se ve reflejada en 5 metros de poesía. Esta obra presenta múltiples aspectos cinematográficos. Además de las referencias directas que existen al mundo del cine, la obra en sí está concebida como una película. Desde el mismo título, 5 metros de poemas, se observa esa cualidad cinematográfica, el libro se presenta en forma de metraje cinematográfico. Según Ricardo González Vigil en su artículo “Carlos Oquendo de Amat” recogido en la obra de Omar Aramayo y Rodolfo Milla Carlos Oquendo de Amat. Cien años de poesía viva 1905-2005, Oquendo en el título hace alusión a la estructura cinematográfica del libro, que en cine se llama metraje. Según González Vigil, encontramos en el libro toda una función en la que incluso hay reclame e intermedio. En esa función cada texto opera como un cortometraje y cada imagen, representada por uno o dos versos, correspondería a un plano fílmico (130).
En “New York” hay diferentes referencias al mundo de Hollywood, por ejemplo: “La brisa dobla los tallos / de las artistas de la Paramount”. En estos versos el poeta hace referencia a las glamurosas actrices americanas que, dadas sus bellas y esbeltas figuras, se asemejan en sus cinturas a los tallos de las flores movidas por la brisa. Estos versos nos muestran lo delicado y bello de estas actrices que Oquendo mira a través de la pantalla de cine y en los anuncios publicitarios día tras día.
En “New York” asimismo queda constancia de los actores y actrices de moda en la época como es el caso de Rodolfo Valentino y Mary Pickford. En el poema se hace evidente la enorme influencia que ya ejerce sobre la sociedad la meca del cine, ya que, son actores y actrices los que inundan los carteles publicitarios: “RODOLFO VALENTINO HACE CRECER EL CABELLO / NADIE PODRÁ TENER MÁS DE 30 AÑOS”. En estos versos se evidencia la fascinación que siente Oquendo por el mundo de la publicidad. Resulta llamativo también el uso que hace de las mayúsculas en estos versos, ya que éstas parecen dejar constancia de lo llamativo del cártel publicitario en el que se anuncia el crecepelo como un elixir de eterna juventud. Aquí Oquendo está llevando a cabo una crítica de lo irreal y superficial que puede llegar a ser el mundo del cine y la publicidad con sus mensajes de eterna juventud y belleza. El uso de las mayúsculas, además, ayudan a visualizar con más rotundidad el paisaje urbano que Oquendo está filtrando en su poesía.
Otra referencia evidente al cine aparece dos versos más abajo: “Mary Pickford sube por la mirada del administrador”. El hecho de que Mary Pickford “suba”, hace referencia al movimiento de los carteles publicitarios o quizás al movimiento de un ascensor que hace que los carteles publicitarios se reflejen en los ojos del administrador mientras suben. El mundo del cine también se representa en el siguiente verso: “No cantes española / que saldrá George Walsh dentro de la chimenea”. George Walsh era actor de cine mudo americano y hermano del director de cine Raoul Walsh. La referencia a la española puede venir dada por el hecho de que Raoul dirigiera una versión de “Carmen” y de ahí la mención a la española.
Es indiscutible que el mundo del cine ejerce sobre Oquendo verdadera fascinación al igual que la ciudad en sí misma. Sin embargo, en el poema hay claras referencias al paisaje que hay más allá de la ciudad. Uno de los temas más recurrentes en la poesía de Oquendo es el contraste que establece entre el mundo de la ciudad y el mundo indígena. Es necesario prestar atención a su propia biografía para entender esta oposición siempre presente en su obra. Oquendo nace en Puno, una pequeña ciudad a orillas del lago Titicaca y pasados unos años de su infancia la familia se traslada a vivir a Lima por asuntos de trabajo del padre. En 1918 muere el padre de Carlos Oquendo, el Dr. Oquendo de Pomabamba. A partir de entonces, la familia comienza a sufrir estrecheces económicas e irá cambiando de residencia y vivirá entre Puno y Lima, especialmente después de la muerte de su madre en 1922. Estando en Puno, después de haber experimentado Lima, siente la necesidad de volver a la ciudad porque Puno no le ofrece las mismas posibilidades.
No obstante, la ciudad también produce angustia en Oquendo como queda reflejado en “New York”: AQUÍ COMO EN EL PRIMERO NADA SE SABE DE NADA”. Esta es la sensación de desasosiego que produce en Oquendo la ciudad y que también se hace evidente en “Poema del manicomio”: “Tuve miedo / y me regresé de la locura”. En este poema también se aprecia la influencia que ejerce la ciudad en Oquendo, que está al borde de la locura tras experimentar la vida de la ciudad convertida en manicomio.
Oquendo en este poema del mismo modo lleva a cabo una crítica al sistema capitalista norteamericano y a sus máximas proclamas. Esto se hace evidente en las alusiones al centro financiero del capitalismo, “Wall Street” y a la proclama máxima del capitalismo: “Time is money”. Esta crítica al sistema capitalista y al imperialismo norteamericano está presente en otros poemas de 5 Metros de Poemas, como en “Film de los paisajes” donde hay referencias directas a Estados Unidos en los veros: “En Yanquilandia el cow boy Fritz mató a la oscuridad”. En estos versos, Oquendo hace una crítica directa al imperialismo y al neocolonialismo estadounidense en Latinoamérica. Oquendo experimenta la ciudad y experimenta la inmigración a Lima, a un lugar en el que los propios limeños criollos tratan con desdén a los indígenas. Por esta razón, este tema se halla muy presente en su poesía.
Otra crítica que realiza en “New York” al mundo de la ciudad es el desconocimiento y la falta de unión entre las personas. En el mundo de la ciudad, la persona se diluye y pasa a formar parte de un todo, de una masa ingente de personas que se desconocen entre sí y que se ignoran, lo que se hace evidente en el verso: “AQUÍ COMO EN EL PRIMERO NADA SE SABE DE NADA”. Oquendo percibe el sentimiento de soledad que puede producir en el ser humano la ciudad, a pesar de ser u conglomerado de personas. El hecho de que el verso esté escrito en mayúsculas puede interpretarse como un grito de angustia exhalado por el poeta que se siente solo en la inmensidad de la ciudad y que, aún gritando, no va ser escuchado por nadie. Otra referencia negativa obvia que se hace sobre la ciudad sería: “El humo de las fábricas / retrasa los relojes”. En estos versos se percibe otra consecuencia del mundo de la máquina, que cubre a la ciudad de humo y, como consecuencia, retrasa los relojes, para la vida.
En oposición a este mundo, encontramos el mundo que hay más allá de la ciudad. Las referencias y las connotaciones positivas a este ámbito que se halla en las afueras de la ciudad son claras. En esas afueras de la ciudad, Oquendo sitúa la inocencia de los niños que “juegan al aro con la luna”. La ingenuidad y la inocencia de los niños se sitúan en el mundo que está fuera de la ciudad, ya que éstas nos tendrían lugar en el mundo acelerado de la ciudad. Asimismo, en las afueras de la ciudad existen guardabosques que “encantan a los ríos”. Esto alude al mundo mucho más tradicional de provincias en el que aún tienen cabida los encantamientos, la magia, los supernatural. De nuevo, se percibe el contraste del mundo de la ciudad y el mundo natural. En el mundo natural es posible encontrar encantamientos, juegos, inocencia, pureza, mientras que en el mundo urbano cualquier atisbo de inocencia se ha perdido.
Otra referencia al mundo natural que supone una clara referencia a la biografía de Oquendo son los versos: “Y la mañana / se va como una muchacha cualquiera / en las trenzas / lleva prendido un letrero”. Estos versos aluden al poema con el que comienza 5 Metros de Poemas, “Aldeanita”. En este poema el joven poeta describe a su amada como una muchacha de trenzas. Según los estudios dedicados a su biografía, Oquendo tuvo un amor en Puno al que le dedicó “Aldeanita” que, una vez en la ciudad, aún sigue estando presente en sus recuerdos. La referencia a la muchacha de trenzas alude, asimismo, al mundo indígena, ya que las trenzas era el peinado típico de las muchachas indígenas. Las trenzas contrastan con los peinados sofisticados que probablemente lucían las limeñas. Todas estas referencias al mundo natural, al mundo de los niños que juegan, de la muchacha de trenzas, de los guardabosques que encantan a los ríos, parecen producir en Oquendo cierta paz y serenidad que no son posibles de alcanzar en el mundo urbano. Es, por esto, que en “New York” se establece perfectamente ese contraste ciudad-mundo natural y se entiende que Oquendo, a pesar de sentir verdadera fascinación por la ciudad, siente nostalgia por el mundo de inocencia que se respira en el ámbito de provincias: representado en el poema por todos esos elementos.
Otro rasgo muy significativo del poema “New York” es la subida que se realiza durante el poema y que se refleja en los versos: “28 PISO” y “100 Piso”. Esta subida, además de ser una subida física en un ascensor, elemento muy presente en la poesía de Oquendo, también representa una subida en la clase social. Esta subida, representada por el elemento tecnológico, el ascensor, alude inevitablemente a la era de los avances tecnológicos y la influencia que ejercen estos avances en la poesía vanguardista. Como señala Mirko Lauer en su artículo “Máquinas y palabras: la sonrisa internacional hacia 1927”, el vanguardismo tuvo que ver con las máquinas. Según Lauer, el vanguardismo en Perú eludió la representación plástica, aunque intentó reproducir con letras y con palabras una plasticidad visual mediante el uso de caligramas y descripciones de intención cinética, de la búsqueda de nuevos formatos gráficos y de la obsesión por el cine (169). Esa naturaleza cinética a la que alude Lauer se haya presente en este poema de Oquendo en el que el lector tiene la sensación de estar subiendo y a la vez estar contemplando la ciudad con sus anuncios publicitarios presentes en los edificios, sus policías, las líneas sinuosas de tráfico, el humo hasta llegar al piso número cien, desde el que se puede ver más allá. Desde el piso cien se puede salir de la ciudad y visualizar el mundo natural que se expande más allá de la vida tecnológica y acelerada de la ciudad. El mundo natural supone para Oquendo una alternativa al mundo sofocante de la ciudad. Mediante la subida, el poeta trasciende la ciudad y es capaz de atisbar el mundo natural que lo acogió en sus orígenes.
Por último, “New York”, al igual que otros poemas recogidos en 5 Metros de Poemas, hace referencia a la Underwood, la máquina de escribir. Esta referencia responde a la fascinación que supone para el joven poeta plasmar, describir y escribir la ciudad. La ciudad es, a pesar de todo, una incombustible fuente de inspiración para un joven poeta en busca de imágenes, sensaciones, posibilidades. Es por esto que la Underwood cobra verdadera importancia porque hace referencia al mismo proceso de escritura, a la propia poesía. La ciudad se parte en dos: en la ciudad real, la que experimenta Oquendo, y la ciudad que finalmente plasma en el papel gracias a la Underwood.
“New York”, por tanto, presenta las dos caras del mundo urbano que tanto fascinaba y tanta angustia causaba en la personalidad del poeta peruano. En Lima Oquendo experimentó el ritmo de vida vertiginoso de las ciudades grandes. La “New York” de su poema es, de algún modo, Lima. Sin embargo, el hecho de que haya escogido el nombre de “New York” responde a que ésta puede ser considerada la gran ciudad por excelencia, la ciudad que te sacude con sus luces de neón, sus carteles publicitarios, sus tiendas sofisticadas, sus policías, su tráfico, sus edificios altos, su ritmo acelerado. Para Oquendo, la ciudad es fuente de constante inspiración pero a su vez es la causa de su locura, y por ello, el mundo natural, indígena también tiene un valor fundamental en el poema. El mundo natural se presenta como la alternativa a esa vida acelerada y a esa explosión de tecnología y maquinaria moderna. El mundo rural es lo que hay más allá, lo que permanece intacto tras ese mundo fascinante de la ciudad.
“New York” encaja perfectamente dentro de la obra de Oquendo de Amat. En él se ponen de manifiesto algunos de los temas y recursos poéticos vanguardistas más representativos de la obra del poeta peruano. La obra 5 metros de poemas supone una renovación en cuanto al lenguaje poético y sumerge al lector en un universo particular en el que la ciudad, la naturaleza, la máquina, el amor, la mujer tienen cabida a partes iguales y que nos habla de la vida, a veces intrincada y difícil, de un poeta fascinante y único. Las imágenes de su poesía, tiernas e intensas a partes iguales, la impactante distribución de los versos según su intención y su temática nos hacen percibir la obra como un objeto estético o como una fruta que vamos a pelar y saborear intensamente.
NOTAS
1 “Poema del Manicomio” de 5 Metros de Poemas.
BIBLIOGRAFÍA
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