Por Francis Catalano*
Traducción por Renato Sandoval Bacigalupo
Crédito de la foto (izq.) Mathieu Rivard
(der.) Lustra ed.
Bocetos de Costa Rica.
7 + 1 poemas de La fatiga de las estrellas (2016),
de Francis Catalano
El mar interior iluminado por águilas
giratorias,
Esto es una imagen.
Ives Bonnefoy
(Tucanes cuánticos)
¿Por qué siempre el otro lado, para que uno vaya?
¿Para que uno vaya por las ciudades
a como dé lugar?
¿O es por causa de las alas?
Porque hay lo otro y en ello volamos
desaparecemos-aparecemos
simultáneamente como tucanes enjaulados
dentro y fuera de lo otro,
Porque tanto como lo otro sobrevolado nos atrae
hasta el punto en que partir sigue siendo
otro deseo
hasta el punto en que aterrizar
es aún volver a partir.
(Ver viaje)
Ver viaje
ver es un viaje
ver es pasar
de un afuera a un adentro
de un adentro a un afuera
De este pasar en quiasmo
el espíritu es guía acompañante
vade mecum en lugar y pone
una vela para alumbrar
las cosas bajo nuestros ojos,
Vemos viajamos
seríamos ojos
que van y vienen en su globo
del que la vida sería la vista
larga vida a la vista
largas vistas a la vida la única
diferencia entre cada hombre
siendo el punto de vista –
entre todas las demás variedades de animales
la percepción de las formas
¿Ve usted? ¿Viaja usted?
(Cada día)
Que el alba cunda en los techos, que el alba se alce
tan lentamente que la noche caiga rápidamente
el aire se cargue de sonidos, los árboles vuelvan a ser
estaciones privilegiadas,
No el canto del gallo, los gritos
de un mono que grita, grito aterrador de primate
tremante territorio,
Engullido el canto de dulces campanas en la variedad de sonidos de alta frecuencia,
Nos despertamos en medio de ondas nuestros pensamientos
volátiles ligeros, plumas que viajan entre los guacamayos
que buscan sintonizar la radio donde será permitido
oír claramente
“yo estoy aquí”, las olas
perpetuo ruido de fondo,
Cada día sonoro apuntalado al hondo silencio
de la noche precedente
cada día tendido a la canopea
luego el más allá retornado,
Cada día vuelve con un remezón
en los tímpanos, una vibración, un estremecimiento
un redoble incesante
ritmo simultáneamente tecno y fáunico.
(Autorretrato del poeta pájaro carpintero)
Mientras que observo con mis prismáticos
mientras que yo mismo estoy alejado de lo que me rodea
y que a su vez me observan
dos dioses aztecas
enfoco un pájaro carpintero gordo
8 X en un árbol,
el sonido amplificado le sigue al telescopaje – los ruidos secos
diríase lo más cerca de la imagen,
Al ver que ese carpintero de cresta roja martilla
la corteza con su pico puntiagudo esperando
encontrar ahí su alimento, yo me digo
así soy cuando escribo, tecleo sin cesar la materia
blanda, enferma, agrietada, lineal del lenguaje
a fin de extraer de él mi pitanza espiritual, ese pájaro
carpintero de ahí no es consciente de que al ocuparme
de mi campo visual, compongo versos, los deshago,
tengo el pico largo largo de todos los poetas que
he leído, saqueado, picoteado
a la manera de Mirón alarga de un vistazo
una escultura de madera de Collodi,
pico indispensable para excavar en los agujeros
de mi lengua natal, sus fisuras, trozos de vida
los reenvío con la ayuda
de mi pequeño apéndice lingual
con versos, hormigas, astillas de corteza, esculturas
fonéticas – insectos secos toc, toc, toc
bajen hasta mi gaznate
donde los mundos se deslizan,
enseguida parto, vuelvo
me poso en la página-rama
(Extensión métrica del verso)
What’s the matter with you boy?
The Rolling Stones
En un vals sofrenado
mariposas morpho azul eléctrico vistas desde una pajarera
me pregunto como si para determinadas serpientes
el poema no sería
una especie amenazada
Imagino la longevidad del poema –
recta atravesando el tiempo, línea graduada
penetrando el mundo, segmento
Veo a esa boa constrictora que vive en un jarrón cerrado
al fondo del jardín, tres metros
de largo acurrucados, de un verde flúor
envueltos en ese estado
de trance que caracteriza
tan bien a los reptiles –
recogido, denso, retráctil
(un poema precisamente)
Sueño con sus miles de anillos
dilatándose retrayéndose con la lectura
con su metabolismo lento, su sangre fría
su fuerza constrictora
cuando nos toma el cuerpo aprieta aprieta aprieta
Con esos versos que van derecho, no regresan
a la línea, a esta extensión métrica
del verso, elasticidad requerida
para engullir aun lentamente
toda idea de la prosa
Me digo que habría que proteger
a toda costa esta especie rara
antes de que deje
de moverse hasta nosotros
como lo hace
desde la Antigüedad
silbando
susurrando
insinuándose,
(Buffet Tambor)
Nanocámara deslizada por una arteria sanguínea
estratégica veo la vida mezclarse con la vida
la vida mezclarse de vida
Las iguanas son idénticas a las fotos
el tiempo se ha detenido en ellas
No hay duda de que el tiempo se ha cristalizado
en el cuerpo de una iguana
Lentamente, seguramente
Los detalles aparecerán en la foto
Esta iguana contempla mis reservas
glúcidos, lípidos que se acumulan
¿Me gustaría una porción de ellos?
Veo que la iguana me mira, oronda, desde los guijarros
Ya se parece a un bolso de mano con correa
¡Caramba! ¿A dónde ha ido a parar ese oro prometido
del que hablaba González a propósito del atuendo de los reyes
y de dónde proviene el nombre de Costa Rica?
Robado o bordado en las franjas de un bolso de mano:
ojalá no me conserve tanto
Ahora mi piel se desprende
se agrieta, cambia y él
no siempre se ha movido,
(Desaire a Buffon)
¿Por qué no clasificar las especies animales
en función de semejanzas estructurales
por ejemplo de los sonidos que emiten
y así replantear las filiaciones?
El hombre no descendería de ninguna manera del mono
más bien de la cotorra
La cotorra por su parte
descendería del mono (al menos los guacamayos
chillones como los monos)
El hombre provendría claramente de los pájaros
los pájaros de los monos
(De hecho, el hombre no constituye el último eslabón
de la cadena alimentaria pero es su creador)
El único animal que no tiene ningún lazo con
el clima o el medio ambiente
El único en no ir desnudo sino vestido
Si tal no fuera el caso y si las leyes
de selección natural demostraran verídicas
los inuits serían velludos con la insignia de osos polares
los costarricenses irían desnudos
recubiertos de escamas
para protegerse del sol
El homo sapiens se encuentra por encima del clima
como se encuentra por encima de todo
salvo de las cotorras y de los monos
Él ha parido meteorólogos
y temperaturas probadas
Animal de pequeños futuros, si continúa
aun cuando los futuros
puedan vérselas sin él
aun cuando los futuros
puedan abrir un camino en la vegetación
y sigan produciendo sonidos
(La fatiga de las estrellas)
Esta noche tengo el cielo sobre el rostro y con él
el cosmos costarricense. Esta noche el cielo estrellado
me parece un juego de dominó donde los puntos blancos
cuando se los mira de muy cerca
se exponen en grupos de tres,
Un ilusionismo evidente, universal. Ardo
en las dos caras
Mi brazo con la alta marea se alarga hasta el cielo
remplazo una estrella roja por una azul,
Y ya está.
Esta noche tengo el cielo estrellado pegado al rostro
por una iguana del todo inmóvil
por el insomnio me hago retratar
retrato-robot esbozado a toda prisa
archivado en un cajón vegetativo
Se trata del mismo cielo cubierto de falsos brillantes
la misma ilusión óptica que trajo a Colón
hasta aquí con sus espejos resquebrajados
su vajilla anticuada
sus sueños rotos
su pacotilla,
Cierro los ojos, el cielo estrellado sobre el rostro
y con él el cosmos costarricense. Está tan próximo
la fatiga de los soles se desliza sobre mi piel
riesgo de una caída, máscara
hecha pedazos,
Cierro los ojos, ya no sé bien
dónde estoy,
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(poemas en su idioma original, francés)
Esquisses du Costa Rica
La mer intérieure éclairée d’aigles
tournants,
Ceci est une image.
Yves Bonnefoy
(Toucans quantiques)
Pourquoi toujours l’ailleurs, pour qu’on y aille?
Pour qu’on aille de par les villes
vaille que vaille?
Ou est-ce à cause des ailes?
Parce qu’il y a l’autre et qu’en lui nous volons
disparaissons-apparaissons
simultanément tels des toucans en cage
dedans et dehors l’autre,
Parce qu’autant d’ailleurs survolé nous attire
au point où partir demeure
un autre désir
au point où atterrir
c’est encore repartir
(Voir voyage)
Voir voyage
voir est un voyage
voir est passage
d’un dehors vers un dedans
d’un dedans vers un dehors
De ce passage en chiasme
l’esprit est guide-accompagnateur
vade mecum en lieu et place
d’une chandelle pour éclairer
les choses sous nos yeux,
Nous voyons nous voyageons
nous serions des yeux
allant venant dans leur globe
dont la vie serait la vue
longue vie à la vue
longues-vues sur la vie l’unique
différence entre chaque homme
étant le point de vue –
entre toutes autres variétés d’animaux
la perception des formes
Voyez-vous? Voyagez-vous?
(Chaque jour)
Alors que l’aube perle sur les toits, alors que l’aube se lève aussi lentement que la nuit est tombée vite
l’air se charge de sons, les arbres redeviennent
des stations prévilégiées,
Non pas le chant du coq mais les hurlements d’un howler
cri terrifiant de primate, territoire tremblant,
Et ravalé le chant des douces campagnes dans la variété
des sons à haute fréquence,
Nous nous réveillons au milieu d’ondes et nos pensées volatiles légères comme des plumes, voyagent, entre les aras
cherchant à synthoniser le poste radio où il sera loisible d’entrendre clairement «je suis ici», les vagues
comme perpétuel bruit de fond,
Chaque jour sonore arc-bouté au silence profond
de la précédente nuit
chaque jour tendu à la canopée
puis l’au-delà retourné,
Chaque jour revient avec un tremblement dans les tympans une vibration un frémissement un roulement incessant
rythme simultanément techno et faunique
(Autoportrait du poète en pic-bois)
Tandis que je regarde dans mes jumelles
tandis que moi-même suis éloigné de ce qui m’environne
et que m’observent à leur tour deux dieux aztèques
je mets au foyer un pic-bois grossi 8 X sur un arbre,
le son aussi est amplifié suite au télescopage – les bruits secs dirait-on sont au plus près de l’image,
En regardant ce pic-bois à crête rouge marteler l’écorce de son bec pointu dans l’espoir d’y trouver sa nourriture, je me dis
je suis pareil quand j’écris, je tape sans cesse
dans la matière molle malade crevassée ligneuse du langage
afin d’en extraire ma pitance spirituelle,
comme ce pic-bois là-bas qui n’a pas conscience qu’il s’affaire dans mon champ de vision, je compose des vers, les défais
j’ai le bec long long de tous les poètes que j’ai lus, pillés, piqués
à la manière de Miron et il allonge à vue d’œil comme pour une sculpture en bois de Collodi,
bec indispensable pour fouiller dans les creux de ma langue natale, dans ses fissures, morceaux de vie que je redirige
à l’aide de mon petit appendice lingual
avec vers, fourmis, éclisses d’écorce, sculptures phonétiques – insectes secs toc, toc, toc, descendez vers mon gosier
où les mondes glissent,
ensuite je pars, ensuite je reviens
me poser sur la page-branche
(Extension métrique du vers)
What’s the matter with you boy?
The Rolling Stones
En une valse saccadée
de papillons Morpho bleu électrique vus d’une volière
je me demande comme si pour certains serpents
le poème ne serait pas lui aussi
une espèce menacée.
J’imagine la longévité du poème –
droite traversant le temps, ligne graduée
pénétrant le monde, segment.
Je regarde ce boa constrictor vivre en vase clos
au fond du jardin, trois mètres
de longueur lovés, d’un vert fluo
enveloppés dans cet état
de transe qui caractérise
si bien les reptiles –
ramassé, dense, rétractile
(un poème justement).
Je songe à ses milles anneaux
se dilatant se rétractant à la lecture
je songe à son métabolisme lent, son sang froid
sa force de constriction
lorsqu’il nous prend au corps, prend la mesure
de nos battements de cœur et qu’il serre serre serre.
Je songe à ces vers qui vont droit, qui ne reviennent
pas à la ligne, à cette extension métrique
du vers, élasticité requise
pour avaler même lentement
toute idée de la prose.
Je me dis qu’il faudrait à tout prix
protéger cette espèce rare
avant qu’elle ne cesse
de muer jusqu’à nous
comme elle le fait
depuis l’Antiquité
en sifflant
en bruissant
en s’insinuant,
(Buffet Tambor)
Nanocaméra glissée dans une artère sanguine stratégique
je regarde la vie se mêler à la vie
la vie se mêler de vie.
Les iguanes sont identiques aux photos
le temps s’est arrêté en eux.
Sans doute que le temps s’est cristallisé
dans le corps d’un iguane.
Lentement, sûrement.
Tous les détails apparaîtront sur la photo.
Cet iguane-là contemple mes réserves
de glucides, de lipides, qui s’accumulent.
En voudrait-il une tranche?
Je regarde l’iguane me regarder, poseur sur ces cailloux.
Il ressemble déjà à la dragonne d’un sac à main.
Ma foi! Où est allé finir cet or promis
dont parlait Gonzalez à propos de la parure des rois
et d’où origine le nom de Costa Rica?
Volé ou brodé sur les franges d’un sac à main :
j’espère ne pas m’être conservé autant.
Pour l’instant ma peau pleume
se lézarde, change et lui
il n’a toujours pas bougé,
(Rebuffade à Buffon)
Pourquoi ne pas classer les espèces animales
en fonction de ressemblances structurales
par exemple des sons qu’elles émettent
et ainsi retracer les filiations ?
L’homme ne descendrait aucunement du singe
mais davantage du perroquet.
Le perroquet de son côté
descendrait du singe (du moins les aras
ils crient comme des singes).
L’homme proviendrait en clair des oiseaux
et les oiseaux des singes.
(En fait, l’homme n’est pas le dernier maillon
de la chaine alimentaire mais son créateur).
L’Homo sapiens sapiens est le seul animal
à n’avoir aucun lien avec le climat et l’environnement.
Le seul à ne pas aller nu mais vêtu.
Si tel n’était pas le cas et si les lois
de la sélection naturelle s’avéraient véridiques
les Inuits seraient velus à l’insigne des ours polaires
les Costariciens iraient nus
recouverts d’écailles
pour se protéger du soleil.
L’Homo sapiens sapiens se tient au-dessus du climat
comme il se tient au-dessus de tout
sauf des perroquets et des singes.
C’est pourquoi il a accouché de météorologues
et de températures ressenties.
Il est un animal avec de minces lendemains s’il continue
quand bien même les lendemains
peuvent se passer de lui
quand bien même les lendemains
peuvent se frayer un chemin dans la végétation
en continuant à produire des sons
(La fatigue des étoiles)
Ce soir j’ai le ciel collé au visage et avec lui
tout le cosmos costaricien. Ce soir le ciel étoilé
m’apparaît un jeu de domino où les points blancs
quand on y regarde de plus près
s’étalent par groupe de trois,
Un trompe-l’œil évident, universel. Je brûle sur les deux faces
Mon bras à marée haute s’allongeant jusqu’au ciel je remplace une étoile rouge par une bleue,
Le tour est joué
Ce soir j’ai le ciel collé au visage et par un iguane figé
au sommum de l’insomnie je me fais portraiturer
portrait-robot esquissé à la vite
classé dans un tiroir végétatif,
Il s’agit du même ciel étoilé couvert de faux brillants
de la même illusion d’optique qui conduisit Colomb jusqu’ici
avec ses miroirs fêlés
ses tasses ébréchées
ses rêves brisés
sa pacotille,
Je ferme les yeux, j’ai le ciel étoilé collé au visage
tout le cosmos costaricien aussi,
Je ferme les yeux et je ne sais pas très bien
où je suis,