Por Ray Paz Quesquén*
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Benjamin y Bajtín:
Filosofía y literatura desde
la crítica de lo inconsumado
El problema es que la crítica literaria
ya no es considerada como un género serio (…)
se debe recrear la crítica como un género.
Walter Benjamin
La palabra no olvida su camino.
Mijail Bajtin
I
Contexto de la desventura
El infierno de la modernidad, secuelas del totalitarismo de dos naciones atormentadas por la crisis nada más ni nada menos que del decurso augurado por la propia filosofía, la exaltación de la Razón, el alabado pensamiento pequeño burgués de cimiente inglés, cuyo principio del fin sería el triunfo francés de su revolución enciclopédica, fundadamentada después por la romántica dialéctica Hegeliana[1], la historia positiva y el progreso de la ciencia ¡oh cientifismo técnico del masivo individuo!
Horkheimer y Adorno en La Dialéctica del Iluminismo, plantean que:
“el pensamiento en continuo progreso, ha perseguido siempre el objetivo de quitar el miedo a los hombres y de convertirlos en amos. Pero la tierra enteramente iluminada resplandece bajo el signo de su triunfal desventura” (p. 14).
En este sentido la crítica al iluminismo, es a su vez al pensamiento en general: una crítica a la razón instrumental[2]; sobre todo la de la época moderna, que quiso ser fuente de progreso superando al mito medieval, con el cartesianismo y la pureza metódica Kantiana; cayendo por el contrario en el peor de los oscurantismos y ostracismos: las guerras y los gobiernos totalitarios.
Este es el contexto histórico de Holocausto y aprisionamiento, que enmarcará un antes y después del pensamiento filosófico contra el pensamiento filosófico, visible en Walter Benjamin (Alemania, 1892) y Mijael Bajtin (Imperio Ruso, 1895), que jamás se llegarían a conocer; entonces su coincidencia devendría a través de la dimensión reflexiva de sus obras; para ambos filosofía y literatura deben ir juntas y encontrar su fin en la crítica. W. Benjamin; no tomado en serio por la escuela de Frankfurt, se suicidó en Portbou (España), mientras huía a Norteamérica —el 26 de Septiembre de 1940— de la persecución del Nazismo, tras ingerir una sobredosis de morfinas[3], murió; dejando la siguiente nota a H. Gurland:
“En una situación sin salida no tengo más opción que ponerle fin. Será en un pequeño pueblo de los pirineos en el que nadie me conoce donde mi vida se acabará. Le ruego que transmita mis pensamientos a mi amigo Adorno y le explique la situación en la que me ha encontrado. No queda tiempo suficiente para escribir todas las cartas que me hubiera gustado.”
Bajtín cuyos contemporáneos formarían un círculo de estudio con su nombre; fue víctima de la persecución de Iósif Stalin, quien inició una campaña para acabar con cualquier crítico de su gobierno. De ésta forma varios de sus miembros fueron ejecutados. Bajtín fue exiliado a Kazajistán; y fallecería el 7 de marzo de 1975 en Moscú, con 79 años, después de muchos años de enfrentar el desprestigio de su obra.
II
Filosofía y literatura desde la crítica de lo inconsumado
“La reflexión, es el estilo del pensamiento” (Benjamin, El concepto de crítica, 22), no olvidemos sus incisivas lecturas de románticos como Goethe (Las afinidades electivas. 1809), Schlegel y Novalis;
“Está claro que para los románticos la crítica es mucho menos el enjuiciamiento de una obra que el método de su consumación (…) Para Schlegel y Novalis; la infinitud de la reflexión no es primordialmente una infinitud del proceso, sino una infinitud de su conexión (…) entendían la infinitud de la reflexión como una colmada infinitud de la conexión” (70).
Para W.B. el pensamiento interviene, como la posibilidad de producir nuevos conceptos e imágenes que deben integrar las obras en constelaciones más amplias, es decir el pensamiento crítico deberá completarlas, intervenir, para hallar una verdad.
Mientras en Bajtín, que estuvo dedicado íntegramente a la teoría literaria, y a la defensa del dialogismo y la polifonía; las cuales resultan de la interacción de múltiples voces, conciencias, puntos de vista y registros lingüísticos, en la obra; tomando como punto referencial la obra de Dostoievski, cuyos personajes “permanecen interiormente inconclusos” (Bajtín, Problemas de la poética de Dostoievski, 111) , es decir interior y exteriormente inconsumados: “encontramos un conflicto particular entre la inconclusión interna de los héroes y del diálogo y un acabado externo” (66). Entonces Bajtín nos invita mediante su categoría a un dialogismo o intervención mutua en la obra mediante una voz interna[4] (propia), y una voz externa[5](ajena), aquí aparecerá la categoría de la intertextualidad, es decir, la interconexión con otros textos, que sin duda deben ser hallados y enlazados por el receptor.
Benjamin define al lenguaje como una imposibilidad; un “lenguaje caído”, que transmite los contenidos profundos, ontológicos. Este lenguaje expresa el ser espiritual que no puede nombrar la verdad ni de la historia; mucho menos del arte, solo mostrarnos algunos destellos; que nominará: “iluminaciones profanas”, es decir acercamientos inconclusos que privilegien el fragmento, no en su carácter de elemento parcial de una estructura, sino en la medida en que se trata de una revelación en sí misma[6]. Por ello, Benjamin cita al propio Scheler: “todo fragmento es crítico”. Entonces el pensamiento que es crítico, se dará mediante interconexiones; que como grietas unidas filtren en algún momento la verdad, por ello el puntual interés por poéticas como las de Baudelaire y Kafka.
Bajtín avizora un lenguaje que se manifiesta y corresponde con la simultaneidad del contexto social inmediato del enunciado, además presenta una actitud irreverente hacia los conceptos de Kant, por ejemplo, “transforma la arquitectónica sistemática del filósofo alemán en una arquitectónica de las relaciones interpersonales perteneciente a la filosofía moral concebida incluso como una prima philosophia”[7].
III
Últimos pasajes y paisajes
Benjamin en el Libro de los Pasajes, que es un millar de páginas de fragmentos, de reflexiones, de notas de lectura, de acotaciones azarosas (hay una fotografía en la que se muestra a Benjamin, en actitud melancólica, tomando notas en la sala reservada a los libros prohibidos en la Biblioteca Nacional francesa y que es conocida como el “infierno”)[8]. En este libro mediante citas de otros; anota sus reflexiones sobre el París del siglo XIX, los pasajes parisinos, la moda, la arquitectura, el arte, la poesía, etc. Es decir, Benjamin inicia lo que Bajtín llamaría un dialogismo en la obra con otros contextos y registros y desde luego un enfrentamiento de especio y tiempos. (Bajtín caracteriza la novela como producto de la conciencia de lenguas diferentes (plurivocidad). la estilización representa un lenguaje desde la perspectiva del otro).
Bajtín en su Estética de la creación verbal, reúne y desarrolla su pensamiento durante varias décadas donde analiza entre otras tesis que, cada sociedad produce un modelo cultural, en cuyo interior los textos literarios se orientan, coincidiendo o divergiendo respecto de él, es decir la imposibilidad de trazar, en el dominio de la cultura, una distinción clara entre “expresión” y “contenido”. Para Kristeva el descubrimiento más importante de Bajtín sería que:
“Todo texto se construye como mosaico de citas, todo texto es absorción y transformación de otro texto. En el lugar de la noción de intersubjetividad se establece la intertextualidad, y el lenguaje poético se lee, por lo menos, como doble” (1981).
Para Saladini[9]:
“Walter Benjamin es uno de los filósofos más citados por los teóricos e historiadores del arte. Su ensayo sobre la obra de arte en la época de la reproducibilidad técnica, sus tesis sobre la historia, el concepto de ‘aura’, el destino de la cultura y el concepto de “fantasmagoría”, son pilares de la teoría y de la historia del arte moderna y contemporánea”.
Para Alicia Poderti[10]:
“En Kristeva está Bajtín, y al mismo tiempo las preocupaciones teóricas del post formalismo ruso, de la semiótica soviética, de la lingüística (de Chomsky al Saussure de los Anagramas), procesados a través de la ideología filosófica estructuralista. De este conjunto de incitaciones, la sociocrítica francesa conservará las marcas, las vacilaciones y, en especial, la oposición radical a la idea de la literatura como mera representación.”
Y concluyo citando otras reseñas porque, qué otra cosa podría opinar de estos hacedores y propietarios de pasajes en constructos perennes; en el paisaje unificado de la literatura y la filosofía, gracias a su propia crítica; donde, además, ya se viene diciendo todo desde siempre.
Bibliografía
Adorno: Actualidad de la Filosofía, Barcelona, Planeta-Agostini, 1994.
Bajtín: Estética de la creación verbal (1979), trad. Tatiana Bubnova, Siglo XXI, México, 1982.
——-, Libro de los pasajes. Edición de Rolf Tiedemann. Akal, Madrid, 2005.
——–, Problemas de la poética de Dostoievski (1963), trad. Tatiana Bubnova, FCE, México, 1986.
——–, Hacia una filosofía del acto ético y otros ensayos [1924], trad. Tatiana Bubnova, Anthropos, Barcelona, 1997.
Benjamin: Obras, libro I, vol. 1, trad. José Navarro Pérez, Madrid, Abada Editores, 2007.
Horkheimer y Adorno: Dialéctica del Iluminismo. Sudamericana, Buenos Aires, 1987.
Horkheimer: Crítica a la Razón Instrumental. Sur, Buenos Aires, 1969.
Kristeva: Semiótica (1981), Madrid, Fundamentos (Tomos I y II).
Linkografía
http://132.248.101.21/filoblog/bubnova/bajtinybenjamin/
http://www.chasque.net/frontpage/relacion/0208/iluminismo.htm
HegelYLasImagenesDeLaRevolucionFrancesa-27113.pdf
https://psicologiaymente.com/biografias/mijail-bajtin
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[1] “Hegel conmemoró la Revolución francesa durante toda su vida. Se cuenta que cuando era joven, junto a Schelling y a Hölderlin, plantó un árbol, en honor a la libertad, en la plaza de Tübingen o en un prado de las afueras de la ciudad, y que cada año celebraba el aniversario de la toma de la Bastilla brindando por la Revolución”. (Hegel y las imágenes de la revolución francesa. Becchi, 2005).
[2] Horkheimer: Crítica a la Razón Instrumental:1969.
[3] En el momento en que cruzó la frontera con España, en virtud de una nueva ley de reciente aprobación, la Guardia Civil detenía en Portbou, en la antigua pensión Hotel Francia, hoy llamada Casa Alejandro, a ese extraño alemán que traía unas gafas más gastadas que el tiempo y un maletín en el que parecía que estaba contenida toda su vida por el modo en que lo abrazaba. Apenas veinticuatro horas después del arresto, Walter Benjamin murió. (Fortanet , 2007)
[4] “Voz Propia”: es el singular, es el ser al que se le atribuye la responsabilidad del enunciado y de la enunciación, se habla de enunciación cuando el sujeto hablante se apropia del sistema de la lengua y se inscribe como sujeto, convirtiéndose en el eje de referencia subjetivo. De esta manera, cuando el hablante dice “yo” se constituye en la referencia, en el sujeto que habla; la mayoría de los enunciados están designados en las marcas de primera persona “yo”, “mi” y “me”. En este sentido, la “voz” del emisor indica que la enunciación es atribuible a su experiencia (Ducrot, 1999).
[5] Voz Ajena: muchas veces se utilizan proverbios, refranes, y frases transmitidas culturalmente, al utilizar éste enunciado impersonal se busca que la palabra no aparezca como personal sino como salida de una sabiduría situada más allá de cualquier subjetividad individua, es decir mediante la Intertextualidad, que es considerada como el nudo en donde se agrupa un significado con otro, es el vínculo con otros textos y la riqueza, tanto de la interpretación como de la creación, dando la posibilidad de comprender y producir nuevos textos a partir de un texto anterior (Kristeva, 1978).
[6] El “lenguaje de la verdad” no es el de la comunicación cotidiana y social, sino la plena auto expresividad del ser. Benjamin hace resurgir en la memoria el lenguaje de las cosas, el lenguaje de un mundo anterior a la Caída, es decir, un lenguaje que transmite los contenidos espirituales. Este lenguaje expresa el ser espiritual que no puede ser transmitido mediante el lenguaje, sino tan sólo en el lenguaje.
[7] Bajtín y Benjamin: lecturas desde otros cronotopos (en torno a Goethe y otros temas). Tatiana Bubnova, 2008.
[8] El Libro de los pasajes de Walter Benjamin por Francisco Serra, 2006.
[9] Libro de los pasajes de Walter Benjamin. Edición de Rolf Tiedemann, 2005.
[10] Mijail Bajtín: Recorrido teórico y propuestas fundamentales. Alicia Poderti, 2019.
*(Chepén-Perú, 1993). Poeta. Estudió Lengua y Literatura en la Universidad Nacional de Trujillo (Perú) y cursos de Simbología Antigua (Universidad de Barcelona) y Arteterapia para el trabajo con niños y adultos (Instituto Europeo de Integración Sensorial). En la actualidad, dirige la editorial Reinos, el programa virtual de Filosofía y poesía Pensar en no Pensar y el programa integral de Lectura Leo Veloz. Obtuvo el Premio de los Juegos Florales de la Universidad Nacional de Trujillo (Perú, 2015). Ha publicado en poesía Cartas a una Reina (2014), Armonía Musical de las esferas (2015), Porn Art (2017), El Niño y la Luna (2018), Progressio Harmónica (2019).