Por Lourdes Aparición*
Crédito de la foto la autora
Armar espantapájaros.
5 poemas de Lourdes Aparición
Escapemos para sobrevivir porque hace tiempo dejamos de vivir
Camino al paradero que no es paradero
y pienso en lo que dicen todos
esta tierra no encaja en mis pies de barro
veo a hombres sucios
saliendo
y corriendo
de una casa abandonada
hombres perdidos
que cuando despiertan
no se encuentran ni en la décima botella de Pilsen que se bebieron la última noche
así como no encuentro el bus que me lleve a casa
Quisiera escapar
siempre quiero escapar
mis abuelos y tatarabuelos pensaban en lo mismo
escapar
Siempre escapamos
Escapamos de la monotonía
que nos abraza todos los lunes en el trabajo
escapamos de las casas de adobe
hacía los eucaliptos para no morir en el forcejeo
de un cuerpo que salió de nuestro cuerpo
para no dejarlo ir
morir
Todos queremos escapar
Escapar de un padre para cicatrizar la herida en la espalda
escapar de una madre
para dejar, si quiera un día, de poner la olla al fogón
ir por leña
y cortar alfalfa
escapar del ejército
que te usaba como bolsa de arena
para justificar su sueldo
Escapamos de las montañas
hacía la costa
para sobrevivir
porque dejamos de vivir
cuando comenzamos a escapar
Escapemos
Este desierto no lleva a nada
desde que llegamos
hemos sido mulas de carga
un despertador
un perro guardián
una cocina que funciona las 24h
un sombrero que le cubre la nariz al patrón cuando recorre sus hectáreas de naranja
un abrigo viejo que se utiliza para armar un espantapájaros
un animal más para domesticar
Toda la vida hemos escapado
y volvemos al inicio
o todo en esta vida es un inicio que vuelve
y vuelve
y vuelve
y vuelve a nosotros.
Mamaqocha
Mamaqocha
que nos pariste en esta tierra bendita
nacimos de tus extrañas y doradas dunas que rodean tu rostro
donde el wayra grita que la independencia fue creada en tu vientre
porque sabemos que morir aquí es volver a nacer
desde niña correteo por este desierto
mis manos encajan con su historia
con el candelabro
cerro colorado
sus momias
los zorros jugueteando en la reserva
y todo lo que se encuentra
y se pierde
Pertenece a este pecho
Llamado Paracas
Mamaqocha
El wayra hoy a susurrado en una tarde de Marzo
que Paracas
es una bahía construida por los provincianos y provincianas residentes
de Huancavelica / Ayacucho/ Apurímac/ Puno/ Cusco
de todos esos pueblos donde cantan
somos libres, seámoslo siempre
por eso llegamos a Paracas
porque la libertad tiene nombre de lluvia
pero de arena
tiene forma de charco
pero de bahía
como un hijo que crece
y crece
y crece
y nunca deja de crecer
que se alimenta de los peces que suelen acompañar madrugas frías
y si allá en la sierra conocimos al apu
mientras sembrábamos papa y cortábamos tuna
aquí encontramos a la madre que nos faltaba
la mamaqocha
mamacocha me contó
cuando acampé allá en Yumaque
que te ha visto llorar dentro del mar
que a veces jalas las redes
como quien trenza los cabellos de tu hija
desde que convertiste este desierto en tu casa
que nos ve de noche pidiendo un deseo a una estrella fugaz
aunque a veces los fugaces somos nosotros
quienes dejan que la vida pase
como una ola en la orilla de Lagunilla
y que a veces nos ve reírnos en el Chaco
construyendo castillos de arena los domingos
como quien construye sus sueños en Santa Cruz, Las Antillas o Paracas.
La guanera
El trigo despierta en la olla con el agua caliente acariciándole la piel
donde se unen las hojas de yuyo
que mamá compro al vecino ayacuchano
Papá sabe
que el Apu escondió su rostro en la jaba de tuna
que cada espina es un familiar perdido
en los 90
que aunque pasen noches comiendo cancha
saboreando quesos frescos de huamanga
no regresará
no volverá allí hasta jubilarse
Siempre me abraza y besa en la frente
siempre ve a su madre tejiendo chompas de lana en mis ojos
y a su padre en mis labios cuando sonrío
dice que ese es el regalo de la Mamapacha
para que lo recuerde cada vez que quiera regresar
cada vacaciones que intente
direccionar sus pies
hacia el corazón de san clemente
por donde entramos con tristeza
y salimos más tristes
porque pensamos en la vida que nos obligaron a renunciar
Recuerdo un enero del 2016
la pena nos cocinó sopita de fideos
en Upiray
y una tarde bajamos a ver el colegio destruido
ese día mi papá me contó historias de su niñez
de las veces que zapateo en esa iglesia que se cae a pedazos
como su memoria
frágil por el tiempo
como sus ojos
que se balancean
y de dónde nació el niño que extraña ser
para convertirse en tristeza que juega a saltar los cercados de piedra
todas las tardes de verano antes de que llueva.
Él dice que ya nada aquí le pertenece
que está tierra también fue vendida
o truequeada por comida
quizá por eso el barro ya no abraza sus botas negras
porque sabe que los pasos que recogerá
no son de esta tierra
donde la coca se regocija por nuestras mujeres
sino de esa tierra separada
llamada arena
arena de la guanera.
Procesión en Cusco
El cielo en Cusco
abraza como mi abuelo en Tintay
él también llora cuando me voy
y me dice al oído
que vuelva
mañana
pasado
cuando quiera
o pueda.
Nueve de la mañana recorrimos más de 5 cuadras
árboles verdes
cielo despejado
leche de vaca en San Pedro
pan con palta
jugo de naranja
quinua con leche
Qurikancha
Plaza de Armas
Iglesias en cada cuadra
pileta besándole el pie a la estatua del inca
llegamos
y quisimos comprarnos más días en cuzco
más aire para aguantar el frío de las madrugadas
más monedas para comer un chicharrón de chancho
en la calle Teatro
La bolsa blanca
soporta las gracias de mi familia
las llamas de colores
para mis amigos y amigas
y el dolor de saber que no es fácil despedirse
Tomamos taxi para el hotel
nos vamos al centro
Al centro
con su frutilla de fresa
empanadas dos sabores
poetas en la Casa Garcilaso
turistas en la Calle Ataúd
paraguas rojos, blancos, verdes, negras y rosadas
bailan alrededor del mirador cristo blanco
|| valicha lisa p´asñari
niñachay de veras
maypiras kuntaki ||
No hay tiempo para llorar, el campo nos espera
Solo la pobreza con su ironía
Entre sus garras quiso oprimirte.
Meyer Alvites
El algodón ha florecido
mientras mi tío cortaba unos costales
donde guardaba la infancia que no tuvo
por venir a Pisco a trabajar en el campo
El algodón tiene forma de nube
y el color de una piel que nos explota
día / noche / madrugada
Sábado / domingo
Mi tío prendió la radio
un huaynito se asomó por la ventana:
// Ayacuchano huérfano pajarillo
a que has venido a tierras extrañas//
//alza tu vuelo vamos a Ayacucho
donde tus padres lloran tu ausencia //
Pero no hay tiempo para llorar
son las tres de la mañana
aquí nadie desayuna en casa
la caja donde guardábamos
los fideos / la papa / el azúcar / el arroz
esta vacía
vacía como esta tierra
que nos escupe en la cara
y nos aprieta el estomago
cuando cosechamos el algodón
Un día más
nos toca caminar una hora al campo
comprar biscocho y gaseosa para desayunar en el camino
mientras la radio nos recuerda la hora
y la mierda de vida que tenemos atorada en la garganta
que no nos deja gritar
en esta tierra de blanquitos
donde solo contamos como parte del ganado